Aria09 tiene publicados 8 relatos que han recibido un total de 81.932 visitas, con una media de 10.242 visitas por relato. El total de valoraciones recibidas es 77 y la valoración media (9,22).
Desde hacía unos minutos me encontraba encerrada en el baño del cuarto. Me miraba al espejo buscando alguna imperfección. Mi reflejo en el espejo denotaba inseguridad o solamente estaba muy nerviosa, a día de hoy no estoy segura, sin embargo se veía bien. La ropa interior color negro de encaje
Me encontraba mirando por una ventana, atardecía, mientras veía el color anaranjado en el cielo llamaban a la puerta. Pensé "justo a tiempo", sonreí y me dirigí a la puerta. Al abrirla la encontré mirándome directamente a los ojos. Recuerdo que me sonreía de una forma muy dulce, preciosa, con una
Había llegado el día, estaba lista para ser completamente suya. Hoy iba a ser el día en donde me entregaría de pies a cabeza, cada rincón de mí iba a ser suyo. Comencé a prepararme, tenía que estar perfecta. Estaba muy nerviosa, así que decidí meterme en la bañera para relajarme un poco. Mientras
Hoy me sentía rebelde, no quería ponérselo fácil a mi Amo, quería mostrarle mi lado “brat”. Las sumisas de este tipo disfrutan siendo desobedientes y desafiando a su Amo, buscan llamar su atención obligándole a luchar por mantener el poder. Y yo hoy necesitaba toda su atención
Hoy nuestra situación era distinta, o bueno, volvía a ser como siempre. Mi Amo se encontraba en su casa, como si estuviera a un océano de distancia de mí. Ya después de unos días sin poder jugar por distintas situaciones mi cuerpo anhelaba que mi Amo lo tocara, lo acariciara y sobre todo lo azotara
Volví al sillón, súper contenta por haber complacido tan bien a mi Amo. Me puse a ver la televisión de nuevo, pero estaba tan excitada que no podía concentrarme. Logré entretenerme con una película. Ya había pasado un ratito desde la riquísima mamada que le había dado a mi Amo, cada vez que me
Estaba viendo la televisión, sentada en el sillón. Vestía de entrecasa, solamente una tanga y un remerón que me llegaba por debajo de mi redondita cola. Habiendo estado toda la tarde sola, extrañaba a mi Amo. Despacio, en puntitas de pie, llegué hasta la habitación en donde había estado toda la
La noche había llegado. Estaba todo listo. La comida lista, servida en los platos, estos en la mesa de mantel rojo, junto a las copas de vino y de champagne. Rosas y velas adornaban toda la habitación. Realmente estaba nerviosa, sería nuestro reencuentro y tenía que ser perfecto. Todo debía salir