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Aún con sus 58 años mi madre seguía teniendo su buen físico, “un tremendo lomazo” trabajado en el gimnasio y con su rutina de entrenamiento junto a su “personal trainer” que seguía siendo Vanessa, (un travestí muy bien dotado e hiperactivo que había conocido una noche de putas), tal seguía siendo el
Era una de noches de estudio con mi inseparable amigo de la "facu" y de aventuras Eduardo, esa misma tarde le había comprado a mi novia un traje de encajes de tangas y body calado haciendo juego, los que aún estaban en una bolsa de regalo sobre mi cama.
Caía la noche cuando ya todos estábamos de regreso en el yate, Roxana (mi novia, amiga y aún hoy "de vez cuando" mi amante) y yo jugando en la popa aún con los pies en las aguas del mar. Mientras “Mena” se encontraba en la cubierta de proa junto a Carlo y al pelado José, los murmullos y las sonrisas
Recién amanecía y ya se sentía la ducha en el baño de la suite, cuando aproveché la excusa de entrar en él, ya que en el de huéspedes, “Mena” hacía rato que se escuchaba también en la ducha. Detrás del vidrio fumé, el cuerpo de mi madre era la silueta de una ninfa esculpida. Me rocé suavemente la
Como todos los jueves con el grupo de hombres de la playa (entre ellos mi padre “ya el gran cornudo y Marcos, esposos de “Mena”, el nuevo cornudo) se había programado una embarcación de pesca hasta el domingo por la mañana
Como todas las mañanas de verano (aunque de vacaciones) papá se iba a trabajar muy temprano, eran entonces cuando yo me pasaba a la cama de mi madre, quién muchas veces me esperaba con su cuerpo en llamas, o cuando no la encontraba masturbándose sobre sus tangas, acariciando y mordisqueando sus
Como cada mañana nos levantábamos y luego de desayunar nos preparábamos para irnos a la playa, mientras tomábamos el desayuno, mi padre y Marcos preparando el auto; mientras que “Mena” y mi madre “Xochi” (la diosa Quetzal) preparaban los bártulos de playa. Mingo (el amante oficial de mi madre y por
Nos habíamos quedado solos en la casa de mi abuelo cerca de Cabo Frío, mi abuelo había salido esa noche hacia Río de Janeiro y no volvería debido a sus asuntos de embajada hasta una semana después; el personal doméstico se había retirado, mamá y yo nos quedamos después de cenar en la galería frente