Un día mi esposa dejó su correo electrónico abierto, y este relato lo encontré en el correo de Luz Stella mi esposita zorra; allí pude ver todos los mails sexuales que le había enviado Fernando (inquilino) y las respuestas cachondas de mi esposita putita, hoy les comparto este relato, son vivencias de mi zorrita.
“Señora Luz, quiero relatar en este documento los hechos sucedidos en su apartamento donde tuve la oportunidad de vivir en una habitación, porque son vivencias de los dos y quiero que las recuerde siempre señora Luz.
Una noche llegué tomado con un amigo y hubo una discusión, con gran alboroto, usted subió las escaleras y nos regañó, mi amigo se fue usted bajo, y volvió a subir a mi habitación a seguir con la cantaleta, se sentó a los pies de la cama yo acostado vestido, usted estaba con una pijama muy vaporosa, y al regañarme se inclinaba y yo visualizaba sus senitos hermosos y comencé a excitarme, cuando terminó de cantaletearme usted se levantó a irse pero perdió el equilibrio y cayó sobre mí y una de sus manos sobre mi polla erecta.
Usted la comenzó a sobar y palpar por encima del pantalón y dijo: “la tiene usted parada y muy dura”, yo me baje el pantalón y mi polla salto muy parada, usted la cogió de nuevo y comentó: “que rica polla, dura, hermosa, gruesa y más grande que la de mi marido” y siguió acariciándomela y comenzó a bajar y subir su mano a lo largo de ella, haciéndome una paja.
Siguió pajeándome y de pronto se agacho y se la metió a la boca comenzando a hacerme la mejor mamada de mi vida, señora Luz, que rico recordar como usted subía y bajaba su cabeza mamándome mi polla, y comentaba: “nunca se la he mamado así a mi marido, que rica polla tiene pendejo”, mientras mamaba mi verga y escuchar sus comentarios me excitaron más y de pronto me derrame en su boca y usted doña Luz con mi leche en su boca y en su cara decía: “que rica leche, ni la de mi marido me la he comido” y se comió toda mi corrida y chupaba la punta de mi polla sacándome hasta la última gota.
Como me la chupo sacándome toda la lechita, yo seguía con mi polla parada y dura, entonces usted dijo: “nunca me he comido otra polla que la de mi marido, pero esta no la voy a desperdiciar”, enseguida se levantó se quitó su pijama, usted estaba sin calzones, se le veía una chocha hermosa y me bajó totalmente mis pantalones y se me subió encima metiéndose mi polla en esa chocha rica que tiene usted doña Luz, una chocha apretadita, y comenzó a darse sentadas sobre mi verga, subía y bajaba a lo largo de mi palo, metiéndosela hasta el fondo de su chocha, mientras me cabalgaba usted decía: “que rico, que rica verga tiene este pendejo”, usted solita se follaba.
Mientras usted se culeaba cabalgando sobre mi polla, usted doña Luz se corrió varias veces y seguía follándome, hasta que yo me derrame llenándole su chocho de semen, finalmente se bajó de mi verga, cogió el pijama se la puso y entró al baño del piso de arriba y luego bajo las escaleras con cuidado, a dormir al lado de su esposo, quien mientras dormía la esposita follaba con el inquilino en el piso de arriba.
El domingo siguiente usted doña Luz me invitó a desayunar, que desayuno, me imaginé que en agradecimiento por el sexo que le había proporcionado mi verga, y efectivamente, porque así me lo comentó usted misma días después.
A la semana siguiente, el martes llegué temprano al apartamento, como a las cinco de la tarde, baje las escaleras y usted doña Luz estaba en la sala sentada en el sofá hablando por teléfono, me hizo señas de callarme, cuando termino de hablar simplemente nos besamos, nos desvestimos y yo me metí entre sus piernas y comencé a chupar su chocho, usted doña Luz gemía y me cogía de la cabeza y me hundía en su entrepierna y yo le chupaba el botoncito y usted decía: “que rico chupas pendejo, chupa, chupa más duro, hágame correr, mi marido no la chupa tan rico como usted”.
Luego comenzamos a culear en la sala, y usted dijo: “vamos a mi cama que es más cómodo”, y culeamos en su cama, en la cama donde dormía y culeaba con su marido, recuerdo de esa tarde y de otras tardes que tuvimos sexo que hacíamos todo tipo de posiciones, usted debajo de mí, usted boca abajo y levantaba su culito, también le gusta follar de medio lado.
Pero la posición que más le gustaba a doña Luz era en cuatro o de perrito, la coloqué en cuatro y se la metí por su chocho, usted gemía, gritaba y decía: “me gusta de perrito porque me la puede meter hasta el fondo, dame duro, más más… duro… duro”. De esta posición de perrito me gustaba ver como se dilataba su culito mientras yo le daba clavo por su chocha hambrienta de verga, una de esas tardes, yo le metí un dedo en su culo comencé a moverlo dentro de su culo y usted dijo: “me gusta, hágame más, que rico..”.
Entonces yo le metí dos dedos y dilaté más su culo, seguidamente le metí tres dedos y usted pedía más de lo excitada que estaba, decía: “mi marido nunca me ha dado por el culo, nunca me la ha metido por el culo, pero quiero su verga, métemela por el culo, rómpame el culo”, y yo pues obedecí, y le metí mi verga por su culo que estaba más apretadito que la hermosa chocha que tiene usted doña Luz, su chocha es linda, con los pelitos recortados. Mientras le clavaba mi verga en su culo y usted gozaba de mis embestidas hasta que le llené de lechita los intestinos.
Recuerdas que estuve viviendo dos meses más, dos meses donde follamos casi todos los días señora Luz, pues me trasladaron de ciudad y tuve que irme, la tarde que me despedí fue una tarde de sexo intenso y apoteósico, como le recuerdo a la señora Luz, sobre todo sus ansiosas mamadas que le daba a mi verga y la forma de comerse mi semen, la forma como se corría en mi boca cuando le comía su chochita, la forma como me cabalgaba cuando se subía en mi verga, y como gritaba y se retorcía cuando le culeaba su culo. Siempre le recordare con amor, me enamoré de lo fogosa y caliente en el sexo.”
![]()