Los trabajos de Mirtha (2)

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Habían pasado unos días desde que habíamos visto a Sonia, la mujer de mi suegro, con mi marido, en la cocina de la casa de mi suegro, cuando mi suegro nos convocó a una reunión on line, cuando todas estuvimos conectadas apareció él en la imagen, se encontraba en el despacho de su chale, y comenzó a hablarnos:

-Mis queridas putitas quiero comunicaros que desde que vosotras estáis al servicio de nuestra empresa va mucho mejor, vosotras con vuestro sacrificio, jajaja, habéis ayudado a que algunos de nuestros clientes estén más satisfechos, e incluso los cornudos de vuestros maridos desde que se creen corneadores rinden más y mejor, jajaja

Tras una pausa añadió:

-Pero tenemos un problema, con Cristino, ¿Le recuerdas Mirtha?, Tu hiciste que sus relaciones con nosotros mejoraran, pero ahí un problema, en sus negocios tiene cada día más importancia su hija Leyla, nos convendría tenerla de nuestra parte, conocemos su punto débil, le encantan los coños, ¿Mirtha te animas a ser su amiga?

-Suegro, contestó Mirtha, ya sabes que yo por la empresa hago lo que haga falta.

-Muy bien zorrita, lo dejó en tus manos, dijo mi suegro

Y con esto dio por terminada la conferencia, dos días después volvía a recibir la orden de conectarme al sistema, y apareció el salón de la casa de Mirtha, y allí estaba ella con otra chica más o menos de su edad, estatura y tamaño de tetas, pero con el pelo rubio, era preciosa, Mirtha le preguntó:

-¿Esto te parece bien Leyla?

-Me lo tengo que pensar contestó la aludida.

Se levantó del sofá donde las dos estaba sentadas, parecía tener intención de marcharse, en ese momento Mirtha la rodeo con sus brazos, y llevando su boca hasta la boca de su interlocutora, ambas se fundieron en un beso apasionado, en ese momento Mirtha aprovechó para desabrochar el vestido de Leyla, y esta se quedó con una tanga blanca diminuto, no llevaba sujetador y sus tetas parecían las de una mujer más de nuestro clan, de mediano tamaño.

Leyla llevó sus manos a la blusa de Mirtha y le bajó las hombreras, las tetas de mi cuñada se quedaron al aire, pero su compañera no se conformó, sino que la hizo quitarse los pantalones, dejándola, igualmente con una tanguita blanco, en ese momento Leyla dijo:

-Tienes un cuerpo precioso Mirtha.

Mientras la aludida con sus manos bajo la tanga de Leyla dejándola completamente desnuda, pero ella no iba a ser menos, poniéndose en la espalda de Mirtha, se arrodilló y le quitó su tanga, de esta manera las dos se quedaron completamente desnudas, en ese momento Mirtha dijo:

-Que buenorra estas, si te pilla así mi marido, te echa un buen polvo.

-Quizá algún día te lo pida, dijo Leyla, pero en este momento el cuerpo que me interesa es el tuyo.

Las dos se fundieron en un beso apasionado.

-Cuando le quieras es tuyo, dijo Mirtha, pero ahora eres mi invitada, y por cierto me encanta tu culo.

Y se puso a acariciar el precioso trasero de su compañera.

-Túmbate en el sofá, le pidió Mirtha, eres mi invitada y quiero darte una bienvenida como te mereces.

Leyla lo hizo con las piernas bien abiertas y Mirtha se puso a cuatro patas a sus pies llevando su cabeza hasta el coño de su invitada, y luego abriendo su boca sacó su lengua y la introdujo en el coño de su invitada que desde el primer momento dio muestras de sentir un placer muy intenso, y dijo:

-Cariño menuda lengua tienes, me lo estás haciendo pasar muy bien, no te imaginaba yo siendo lesbiana.

Mirtha dejo, por un momento, de comerle el coño y le respondió:

-Hombres o mujeres ¿Qué más da? El asunto es dar y recibir placer

Después volvió a su actividad amatoria, o lametoria, jajaja, se notaba que Leyla cada vez sentía más placer, su cara y sus gemidos así lo demostraban y sin duda, y no pudo aguantar el ataque de Mirtha sin correrse, cuando Mirtha, lo sintió la lamio el coño y luego se apartó, Leyla le dijo:

-Si me vas a comer siempre así el coño, espero que seamos amigas y que vivamos muchas experiencias juntas, aunque no creo que a tu marido le haga gracia.

-No te preocupes por mi marido, respondió Mirtha, mientras nuestras dos familias hagan negocios, a él le va a parecer bien, aunque si no se entera de los que hacemos mejor, y ahora deja de pensar en otras cosas y concentrémonos en darnos placer, cariño.

Se levantó fue hasta donde estaba un bolso, lo abrió y sacó de él un consolador de ciertas dimensiones, y después volvió hacia el sofá donde Leyla seguía tendida, y se lo introdujo dentro del coño, ella volvió a gemir de manera muy intensa, lo que animaba a Mirtha a seguir follandosela con el aparato, Leyla volvió a gemir de una manera intensa, mientras Mirtha parecía también disfrutar de su papel de macho artificial, lo movía dentro de coño de su invitada, que no dejaba de decir:

-Esto es fantástico mi amor, follas mejor que cualquier tío, prometerme que me lo harás más veces y yo haré todo lo que tú quieras.

Mirtha ajena a las palabras de Leyla seguía moviendo el consolador dentro del coño de su amiga, se la notaba como el gozo de la invitada provocaba placer en su anfitriona, nuevamente Leyla se corrió:

-Joder tía, hacia mucho que no tenía dos orgasmos tan seguidos, te adoro, y se volvieron a besar en la boca apasionadamente.

Cuando terminaron el beso fue Leyla la que dijo:

-Ahora me toca a mi hacer de macho, túmbate tu aquí.

Se levantó del sofá para que su compañera de juegos se tumbara en él, y cuando esta lo hizo Leyla repitió lo que le había visto hacer a su anfitriona, primero la hizo tumbarse boca arriba con las piernas bien abiertas, y ella se puso a cuatro patas e introdujo su lengua en el coño de Mirtha. Esta al sentirla comenzó a gemir de una manera muy intensa.

-Tía lo comes divinamente, dijo.

Pero Leyla estaba saboreando el coño de su compañera de una manera tan intensa que no escuchó sus palabras. Mientras la cara de Mirtha era un poema, lo estaba pasando divinamente con su compañera de juegos, en un momento dado apretó la cabeza de su acompañante contra su coño, como deseando que sus lamidas fueran más intensas, no dudo evitar decirle:

-Tía comes el coño maravillosamente, esto lo tenemos que repetir más veces.

-Es que tienes un coño delicioso, dijo Leyla

Y siguió comiendo el coño de su socia de placer, los gemidos de esta demostraban que estaba llegando al clímax y se corrió de una manera muy estruendosa, se notaba que Leyla la había vuelto loca. Esta acercó su boca a la de Mia y las dos se fundieron en un beso extremadamente placentero, tras ello Leyla dijo:

-Cariño antes tú has sido el macho de la relación, ahora me toca a mí.

Busco con su mirada el juguetito que Mirtha le había aplicado hacia un rato en su coño y la dijo:

-Mi amor ahora me toca a mí ser tu marido.

Y dado que mi cuñada tenía las piernas bien abiertas le fue facilísimo, llevar el consolador hasta la entrada de su coño e introducírselo de un golpe en su interior; Mirtha se puso a gemir como una loca, mientras decía:

-Mi amor eres fantástica, con este cacharro me lo haces mucho mejor que mi marido.

-Si estos chismes, dijo Leyla, son mejores que las pollas de los tíos y nunca fallan, jajaja.

Y siguió jugando con el aparato dentro del coño de Mirtha, dándole muchísimo placer en el coño de esta que no aguantó mucho tiempo sin correrse, por un momento las dos parecía agotadas, Mirtha aprovechó el ambiente para hacer una propuesta a Leyla:

-Supongo que debes tener cuidado con tu padre y no podrás hacerlo en tu casa, así que cuando quieras.

-Lo tendré en cuenta, dijo Leyla, pero en estos momentos lo que más deseo es meterte el consolador por el culo.

Ante esta propuesta Mirtha no se lo pensó en un rápido movimiento se puso a cuatro patas y con su preciosa sonrisa le dijo a su compañera:

-Aquí me tienes querida para hacer conmigo lo que te apetezca.

Leyla parecía saber muy bien lo que quería y de un movimiento introdujo el consolador dentro del culo de su amiga, Mirtha al sentir como se movía este dentro de su culo, sus gemidos eran muy intensos y dijo:

-Mi amor nadie me la ha metido en el culo tan bien como tú te adoro.

Leyla decidió seguir con su táctica y siguió moviendo el consolador dentro del culo de Mirtha que parecía poseída, lo que animaba a su compañera a seguir el tratamiento, se notaba que mi cuñada estaba llegando al clímax sus gestos demostraban que se estaba corriendo, cosa que finalmente sucedió. En ese momento la conexión se cortó, Mirtha había disfrutado, pero además si Leyla aceptaba su oferta tendríamos su vida sexual a nuestro alcance.

Pocos días después volví a recibir otro aviso de conexión, cuando me conecté apareció ante mi uno de los baños de la casa de mi suegro, Violeta, la criada de la casa limpiaba, cuando al poco tiempo de la ducha salió Mirtha completamente desnuda, al verla Violeta se quedó sorprendida y un poco ruborizada dijo:

-Perdone la señora, no sabía que estaba duchándose, la Señora Sonia me ha dicho que no hay problema en que limpie mientras ella se ducha.

-No te preocupes Violeta, dijo Mirtha, tú eres como de la familia, así que no importa que me veas desnuda.

Pero mientras decía esto acercó su boca a la de la sirvienta y las dos se dieron un beso muy apasionado, antes de que Violeta se pudiera dar cuenta Mirtha le había quitado el vestido, dejándola únicamente con un tanga negro de tamaño diminuto, entonces mi cuñada se arrodilló ante la sirviente, de espaldas a esta y poco a poco le fue bajando el tanga, y en ese momento dijo:

-Así estamos las dos iguales.

A continuación, le pidió que se apoyara en el lavabo con una pierna levantada, cuando lo hizo Mirtha le introdujo tres de sus dedos en el coño, mientras le preguntaba:

-¿Nadie de la casa te hace esto?

La criada cayó y Mirtha le dijo:

-Si te lo hacen que sea porque te apetezca, tú haces muy bien tu labor y nadie debe aprovecharse de ti.

Y siguió un rato masturbándola mientras le preguntaba:

-¿Te gusta?

La criada no decía nada, pero en la expresión de su cara se veía la respuesta, Mirtha siguió con su interrogatorio, mientras la masturbaba:

-¿Te lo haces con alguien de la casa?

Violeta volvió a responder con su silencio, solo roto por sus gemidos, Mirtha la continuó masturbando hasta que la hizo correrse, en ese momento sacó sus dedos del coño de la criada y se los llevó hasta sus labios y saboreo los jugos de la criada, después fue hasta la ducha, y salió de ella con un consolador, luego dijo:

-Supongo que tampoco sabes de quien es esto, miro a la criada, que una vez más no la respondió, se rio y añadió, supongo que, de la zorra de mi suegra, pero el asunto es que nosotras vamos a jugar con él.

Se tumbaron las dos en el suelo y Mirtha introdujo el aparato dentro del coño de Violeta, que nuevamente se puso a gemir, mientras le decía:

-Cariño disfruta del juguete de la dueña de la casa, aunque imagino que ese coño lo habrán disfrutado varios de los miembros de la familia, quizá incluso mi marido.

Y se rio mientras con el aparato no paraba de entrar y salir del coño de Violeta cuyos gemidos se intensificaron hasta que se corrió, tres ello fue la criada la que dijo:

-Ahora me toca a mi dar placer a la señora.

Le pidió a Mirtha que se pusiera de pie y ella se arrodilló, y desde esta postura Violeta introdujo tres de sus dedos dentro del coño de la nuera de su jefe, esta al sentirlos comenzó a gemir mientras decía:

-Tía masturbas deliciosamente, ¿Quién te ha enseñado a hacerlo así, la zorra de mi suegra?

Pero la criada guardó silencio mientras con sus dedos seguía jugando con el coño de Mirtha, a la cual se la notaba que lo estaba pasando divinamente, Violeta al comprobarlo seguía complaciéndola, hasta que en un momento dado sacó los dedos del coño de mi cuñada y arrimando su cabeza al mismo se puso a lamérselo. Los gemidos de Mirtha se intensificaron aún más y dijo:

-Tienes una lengua que habla poco, pero como los coños de una manera increíble, me estas volviendo loca de gusto.

Y Violeta haciendo realidad las palabras de Mirtha guardó silencio, pero su lengua seguía atacando el coño de Mirtha de una manera muy intensa, las convulsiones de esta eran cada vez más fuertes, tras ello no pudo evitar tumbarse en el suelo para recuperar fuerzas.

En ese momento la criada dijo:

-Hasta ahora he sido la mujer de la señora, pero ahora voy a ser su marido.

Y haciendo que Mirtha se pusiera a cuatro patas, se colocó detrás de ella y le introdujo el consolador en el coño. Nuevamente los gemidos de mi cuñada se intensificaron, Violeta le preguntó:

-¿Te folla tu marido así?

-No para nada, tu manejas tu aparato mejor que él su herramienta, dijo Mirtha, aunque posiblemente ya lo sepas.

-Si la señora quiere, dijo Violeta, yo de vez en cuando, si no hay nadie en casa la puedo complacer, ya ve que soy muy discreta.

Mirtha se rio, pero sus risas se mezclaban con sus gemidos de placer, había caído en las redes de Violeta, esta seguía moviendo el consolador de una manera que a su compañera de juegos le estaba resultando particularmente placentero, y así estuvo hasta que Mirtha dijo:

-Me viene.

En ese momento la criada sacó su instrumento del coño de su señora, está la pidió que se acercara a ella y cuando lo hizo las dos se enzarzaron en un nuevo beso muy intenso, Mirtha dijo:

-Muchas gracias, mi amor, el hecho de que me hayas follado con un consolador, mientras yo estaba en el suelo a cuatro patas, como una perra me ha resultado extremadamente excitante, lo repetiremos, si tu quieres.

Violeta se volvió a acercar a su señora y de nuevo se besaron apasionadamente y en ese momento se cortó la conexión.

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2 COMENTARIOS

  1. Siempre es un placer leer este relato me tiene atrapado con sus excitantes historias
    Sigue asi amiga lorena

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