Mi cuñada y yo

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T. Lectura: 8 min.

El mes de enero seguía su curso, y mis hijos y yo también, un día mi hijo, mayor me dijo:

-Mama, llevamos un tiempo hablando de convertir a la tía y al primo en incestuosos, pero no hemos hecho nada, creo que un primer paso podría ser que tú te lo hicieras con tu cuñada.

Caramba con mi hijo, me había inducido al lesbianismo y ahora lo aprovechaba para llevar a su tía, con la que llevaba desde el verano anterior follando, al incesto con su hijo, mi sobrino, con el que yo follaba de vez en cuando. La verdad era que la idea no me pareció mal.

La oportunidad vino cuando mi cuñada me comentó que había comprado un programa de ordenador con ejercicios para mantenerse en forma, le dije que me encantaría hacerlo con ella, a ella la idea le pareció bien y quedamos en su casa, una mañana cuando estuviéramos las dos solas para, en palabras de mi uñada, nadie nos viera hacer el ridículo.

De esa manera una mañana, yo comienzo a trabajar al medio día, me dirigí a casa de mi cuñada, habíamos acordado ponerlos las dos un pantalón deportivo muy apretado, y una especie de sujetador deportivo, cuando llevé mi cuñada me invitó a pasar, y después me llevó a su cuarto para cambiarme, me vestí y nos fuimos al salón, mi cuñada había retirado todos los muebles, para que tuviéramos un espacio más amplio, y comenzamos la tabla de ejercicios.

Aprovechando que en estos ejercicios había un cierto contacto aproveche para acariciar el brazo de mi cuñada, que reaccionó sorprendida, pero no molesta, seguimos con los ejercicios, en otro de ellos en que ella adoptaba una postura de caballito, yo restregué, de una manera de manera más descarada, mi coño contra su culo, reaccionando como si fuera broma ella me pregunto:

-¿Oye cuñada me quieres violar?

Las dos nos reímos como si fuera una broma, pero yo tuve por seguro que para ella no lo era, y continuamos con los ejercicios, pero por supuesto n estaba dispuesta a dejar que la cosa se quedara ahí, en otro de los ejercicios aproveche para acariciarla el coño por encima de su pantalón que era muy ajustado y marcaba todo su cuerpo. Otra vez su reacción me reafirmó que ella estaba dispuesta para algo más.

Y cuando en otro de los ejercicios nuestros cuerpos quedaron uno frete al otro, sentadas en el suelo, con sus piernas encima de las mías, puse mis manos sobre su culo y se lo comencé a acariciar sin ningún disimulo, viendo que ella no protestaba, ni demostraba signos de desagrado, decidí no esperar más y con mis manos la bajé el sujetador dejando al descubierto un par de tetas impresionantes, no me extraña que tanto mi hermano, su marido, ni mi hijo el mayor se sintieran muy atraídos por ella. En ese momento acerqué mi cabeza hasta ellas y metiendo uno de sus pezones en mi boca me puse a chupárselo, ella de una forma muy festiva dijo:

-¿Pero cuñadita, que haces sobrándole el culo y chupándole las tetas a la mujer de tu hermano?

Me dieron ganas de decirle que sabía lo que ella hacia con mi hijo, pero no me pareció el momento, así que sin considerar sus palabras seguí con mi actividad amatoria, mientras ella con sus gemidos me demostraba todo lo que estaba gozando, y así estuve un rato haciendo de macho activo, mientras ella se dejaba hacer hasta que me dijo:

-Oye cuñis yo estoy aquí con mis tetas al aire y tu completamente vestida, creo que deberíamos ponernos en igualdad de condiciones.

Entendí a que se refería y me puse de pie, ella se puso de rodillas y mientras yo me quitaba la prenda de arriba ella llevó sus manos a mi cintura, cuando dejé mis tetas al aire mi cuñada dijo:

-Menudo par de tetas tienes, cuñada, ¿Sabes que a veces pienso que mi hijo te las mira mucho?, creo que si no fueras su tía se haría pajas pensando en ti.

No me pareció el momento adecuado para decirle que su hijo y yo llevábamos varios meses follando, en ese momento la pedí que se tumbara, ella lo hizo y yo me pude de rodillas a su lado, en ese momento introduje una de mis manos por debajo de sus pantalones, y la llevé hasta su coño, y se lo acaricié, mientras la pregunté:

-Dime una cosa cuñadita ¿Mi hermano te acaricia mucho el coño?

Me contestó que desde hacía un tiempo sus relaciones eran esporádicas, que solo lo hacían de vez en cuando y cuando le interrogué sobre si tenía posibles amantes me respondió que lo hacía de vez en cuando con un chico joven, la muy zorra me estaba ocultando que se chico era mi hijo mayor.

En ese momento yo le dije que me apetecía quitarla el pantalón, que sentía curiosidad por verla desnuda, ella con una sonrisa me autorizó, se tumbó en el suelo con las piernas hacia arriba, yo me levanté y me puse de pie y con mis manos tirando de cada una de las partes de sus pantalones se los fui sacando por a poco hasta dejarla completamente desnuda, las dos habíamos acordado el día anterior que, para estar más cómodas no íbamos a llevar bragas.

Ante mi quedó una visión divina de su coño, pero no tuve tiempo de deleitarme, ella se había puesto de rodillas ante mí y me dijo:

-Ahora te toca a ti.

Y de un golpe me bajo los pantalones, de esta manera nos encontramos las dos desnudas, yo estaba excitadísima, así que me arrodille cerca de mi cuñada y nuestras bocas se encontraron y nos dimos un beso muy caliente, en esos momentos oímos como en el ordenador hablaban de un ejercicio que consistía en ponerse en el suelo con una pierna levantada; las dos lo hicimos, de esta manera nuestras piernas y una parte de nuestros culos entraron en contacto, mientras nuestros coños se encontraban a escasos centímetros el uno del otro.

De forma intuitiva bajamos la pierna levantada y tanto esta como la otra se entrelazaron y ahora si nuestros coños se rozaron y comenzaron a experimentar un placer grandísimo, mi cuñada, soltó la típica cuñadez, de las pocas que decía:

-Oye cuñada, no pienses que yo lesbiana.

Pero el tono de su voz me demostraba que estaba gozando con una mujer, o sea yo seguimos frotándonos los coños, era algo completamente delicioso, hasta que sentimos cada una como nos corríamos las dos y como se corría la otra, y fue en ese momento cuando la pregunté:

-Dime cuñada, ¿le has comido el coño alguna vez a una mujer?

-No, me respondió, es la primera vez que hago cositas como estas con una mujer.

-No te preocupes cariño, yo te enseñaré, le respondí.

-¿Y no te importa que sea la mujer de tu hermano?, peguntó ella.

Mientras él no se enteré, no hay problema, le respondí.

La pedí que se tumbará en el suelo, ella obedeció, y luego me puse de rodillas, encima de su coño y la pedí que introdujera su lengua dentro de mi coño, y se dejara guiar por su instinto, era su primera vez, y como supongo que me sucedió a mí, al principio fue algo patosa, pero se le notaban las ganas de aprender y su lengua lo hacía a cada instante mejor que la anterior, debo reconocer que me estaba dando muchísimo gusto, y así se lo dije, ella, parando su comida de coño un momento me dijo:

-Cuñadita, jamás pensé que comer un coño fuera algo tan delicioso, estoy gozando muchísimo.

No era solo ella, yo noté como un gran orgasmo invadía mi coño, ella de manera instintiva se lo comió todo, en ese momento decidí que se merecía un premio, y me agaché de manera que su coño quedó al alcance de mi boca, y abriendo mi boca puse mi lengua dentro de mi coño, ella seguía con la suya dentro del mío, y al sentirla dijo:

-Cuñada me estas dando más gusto que tu hermano.

-De eso se trata cariño, le dije yo, de que gocemos todo lo que podamos.

Los gemidos que comenzaron a salir de boca parecían demostrar que este objetivo estaba siendo logrado, por lo que las dos nos enzarzamos en una especie de competición a ver quién hacia correrse a la otra primero. Aunque yo tenía más experiencia creo que las ganas que ella tenía de lograrlo consiguieron que me corriera yo primero, afortunadamente estaba encima, y no pensaba en bajarme hasta lograr que mi cuñada se corriera también, y lo tarde en lograrlo, cuando me baje ella me dijo:

-Gracias cuñada, nunca me hubiera podido imaginar que dos mujeres pudieran gozar tanto.

-Me alegro de haberte hecho feliz cuñada, tenemos que experimentar cosas juntas, le respondí tras besarla en la boca, y añadí, tengo que enseñarte algo.

Ella parecía sorprendida, en cierta manera de eso se trataba, fui hasta el lugar donde se encontraba mi bolso, y saqué de él un condón doble, para que pudiéramos tenerle las dos a la vez en nuestros coños, la verdad es que lo había comprado un poco antes, cuando iba camino de su casa, quería que mi cuñada sintiera cosas muy especiales y sentirlas yo también.

Lo cogí entre mis manos y fui donde ella estaba, al darse cuenta de lo que era dijo:

-Pero cuñada, ¿Eso que es?

-Es nuestro amante común, ¿Es más grande que tu jovencito?

Ella se mostró incomoda con la pregunta, parecía que tenía miedo de revelar que ese jovencito era mi hijo, jajaja, finalmente me dijo:

-Tienen un tamaño muy parecido.

-Pues a ver si te doy más o menos placer que él, le dije.

Ella se tumbó en el sofá con las piernas bien abiertas, y yo le introduje el aparato en su interior, ella al sentirlo comenzó a gemir, mientras decía:

-Cuñada siento que me estoy volviendo loca de gusto, esto es fantástico y lo sabes usar muy bien.

Después me introduje yo la otra mitad, de esta manera, las dos gozábamos del mismo consolador, ella seguía gimiendo mientras decía cosas como:

-Mi amor sigue follandome, vuélveme loca de placer.

Aunque el consolador era doble, era yo quien en cierta manera hacia de macho y llevaba el ritmo, mientras ella me demostraba como estaba gozando, yo recordando como montan los tíos seguí marcándola un ritmo que consideraba muy placentero para ella y lo resultados no se hicieron esperar ella se corrió rápidamente, yo aguanté un poco más, mientras, seguía utilizando el consolador, pero terminé por correrme, cuando lo hice, cada una se puso a chupar la parte del consolador que había estado dentro del coño de la otra, nuevamente mi cuñada se mostró agradecida y me dijo:

-Muchas gracias cuñada, me estas descubriendo un mundo que no sospechaba que existía.

De esta manera descansamos un poco y fui yo quien le dije:

-Cariño, quiero comerte el coño.

-Si a ti te apetece cuñadita, respondió ella.

Se sentó en el sofá y se abrió bien las piernas, yo introduje mi lengua en su interior, ella al sentirla, nuevamente se puso a gemir mientras decía:

-Cuñada esto es delicioso, nunca me imaginé que pudiera gozar tanto con una lengua es increíble.

Y estuvimos un rato, hasta que sentí que ella se corría, con mi lengua absorbí sus deliciosos jugos, en ese momento fue ella quien me pidió:

-Cuñada, ¿me dejas que ahora sea yo quien te haga feliz?

Al escuchar su propuesta no lo dude, esta vez fui yo la que se sentó sobre el sofá y se abrió bien de piernas, y yo nuevamente arrodillada introduje mi lengua dentro de ese delicioso coño, que me moría de ganas de lamer, mi lengua se puso a lamer cada centímetro de su coño, que esperaba abrir a nuevas sensaciones, sus gemidos, una vez más, parecían demostrarme que estaba acertando, con cada una de mis lamidas los gemidos de mi cuñada se intensificaban, hasta el punto de que temí que se fuera a volver loca, finalmente sentí, como una vez más ella se corría.

En ese momento mi imaginación se disparó y la pregunté:

-¿Te gustaría imaginar lo que siente tu marido cuando follais?

Ella se quedó sorprendida, yo la pedí que se abriera de piernas e introduje el consolador dentro de su coño, como si fuera su polla, ella al sentirlo dijo:

-Que delicioso es tener una polla.

En ese momento yo llevé mi boca hacia la polla artificial y abriéndola me la metí en la boca mientras procuraba moverla en el interior de su coño.

-Posiblemente tu marido cuando se la chupas siente lo mismo que tu estas sintiendo ahora, le dije

-No sabes lo excitante que es ver como te maman la polla, me dijo, aunque sea una artificial

-Pues ahora tu macho voy a ser yo, la respondí.

La pedí que se arrodillara en el suelo, yo me senté y llevando mi boca hacia sus tetas me puse a chupárselas, ella al sentir mi lengua sobre ellas, se puso a gemir.

-Cuñada lo haces mejor que tu hermano, me decía.

Ver la expresión de su cara era algo divino, se la notaba que estaba disfrutando a tope y eso me hacía disfrutar a mi también, luego llevé una de mis manos hasta su coño y le introduje uno de mis dedos, sus gemidos se intensificaron y me dijo:

-Me la meneas divinamente tus dedos me dan más placer que la polla de tu hermano

Seguí masturbándola durante un rato, y después la hice tumbarse en el suelo y abrirse de piernas, su coño bien abierto estaba ante mi vista, me subí encima de ella e hice que nuestros coños se rozaran mutuamente, ella al sentirlo se puso a gemir de una manera más intensa, mientras me decía:

-Cuñada esto es increíble, nunca había gozado tanto.

Mantuve nuestros coños en contacto, rozar otro coño con el mío era absolutamente delicioso, en ese momento solo pensaba en gozar y lograr que mi cuñada también gozara. Nuestros gemidos se intensificaron, cuando sentí que se corrió, yo intensifiqué mis frotamientos para correrme yo también, hasta correrme, en ese momento una nueva idea vino a mi cabeza y la pregunté:

-¿Mi hermano te la mete por el culo?

Ella pareció sorprenderse con mi pregunta y me respondió:

-Hace mucho que no me lo hace, ¿Y a ti tu marido?

La respondí que mi marido no pero que yo también tenía mis jovencitos, aunque, por supuesto sin revelarle que entre estos jovencitos estaba su hijo, y también los míos. La pedí que se pusiera a cuatro patas, ella lo hizo y colocándome detrás de ella, la introduje el consolador en el culo, una vez más, volvió a gemir, yo manejado el aparato como su fuese un chico y esta mi polla comencé a moverle, quería que mi cuñada volverá a sentir mucho placer en su culo, y sus gemidos me indicaban que así era.

-Cuñis, lo mueves muy bien, me dijo, e incluso mejor que mi jovencito,

Era la primera vez que me sentía rival de mi hijo mayor, así que continué moviendo el aparato en el interior de su culo, hasta que sentí como se corría en ese momento se lo saqué, ella me dijo:

-Cuñada lo he pasado mejor que nunca en mi vida.

Para mí suponía un gran halago, pero no podíamos prolongar mucho más nuestro encuentro, aunque acordamos vernos de vez en cuando, hacer gimnasia juntas había sido una experiencia muy gratificante que debía de repetirse, y bueno era un paso más para conducir a mi cuñada por el camino del incesto.

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2 COMENTARIOS

  1. Mi hermana tiene relaciones de incesto conmigo y mi esposa al igual que mi esposa las tiene con su hermana. Y a mí me gusta gozar viéndolas cuando hacen sus tijeras ·las tres. Buen relato me gustó

    • Eso es riquísimos, me encanta ver dos chicas coger y yo unirme y ser tres chicas comiendo los coños una tras otra, rico!

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