Me despertó la alarma de mi teléfono, tarde un momento en reaccionar de un momento a otro las sensaciones de la noche pasada habían regresado, volviendo a sentir la incomodad de la jaula recordando que ahora le pertenezco a ella, comencé a llorar, pero no por mucho tiempo debido a que se abrió la puerta de la habitación.
C: Vaya veo que la señorita ya se despertó, dime cómo te sientes con la jaula de castidad.
D: Buenos días mi señora, la verdad es que es muy incómoda y me duele cuando tengo una erección.
C: Perfecto es justo lo que quería, si te portas mal o me desobedeces buscare una jaula más pequeña para que te duela tu amiguito todo el tiempo.
D: No señora por favor no, me portare bien y la obedeceré en todo.
C: Me encanta esa actitud, pero ya casi es hora de ir a trabajar, así que arréglate.
D: Cierto señora me bañare para vestirme y preparar el desayuno.
C: Suena bien tu plan, pero solo prepararas desayuno para mí, tu desayuno dependerá de cómo te portes esta mañana.
Escuchar que no desayunaría me causo cierto temor, no sé qué tendría que hacer para poder comer algo.
Sin darle más vueltas al asunto me metí a bañar y sin más remedio tuve que utilizar todos los productos femeninos que había en el baño, estaba por terminar de bañarme cuando escuché a la señora Cecilia.
C: Daniii te deje la ropa interior que usaras en tu cama, la tendrás que usar bajo tu ropa de hombre.
D: Claro señora, hare lo que usted me ordene.
C: Igualmente revisa tu depilación, si veo que tienes los bellos crecidos te tendré que castigar.
Aun no sabía que ropa había dejado en la cama, pero me estaba preocupando el cómo usaría esa ropa interior todo el día sin que nadie se diera cuenta, así que me apure a secarme y revisar mi depilación.
Salí del baño y mis temores se confirmaron, había un conjunto de lencería completo brasier, tanga, medias y liguero, todas en color rosa Barbie, no podría usar cualquier camisa por que se vería el color, así que decidí que hoy usaría ropa negra y andaría con una chamarra todo el día.
Sin más comencé a colocarme la lencería, por un momento olvide mis temores debido a lo delicioso que se sentía esa ropa sobre mi cuerpo, era una sensación que me estaba comenzado a encantar, me tome mi tiempo y termine de vestirme.
Revise que no se viera nada bajo mi ropa de hombre y salir hacia la cocina a prepare el desayuno a la señora Cecilia.
Una vez listo el desayuno procedí a esperarla, no sabía si me podía sentar a esperarla así que decidí esperarla arrodillada a un lado de la puerta.
C: Wow que rápido aprendes, así me gusta verte de rodillas.
D: Ese es mi lugar delante de usted mi señora.
C: Cállate y bájate el pantalón, quiero ver cómo te queda la tanga.
Procedí a bajarme el pantalón frente a ella, no era la primera vez, pero aun así se sentía igual de humillante.
C: Se te ven hermosas esas nalgas con el hilo de la tanga en medio, cualquier macho no dudaría que es un buen culo.
D: Gracias señora, solo espero que nadie más me vea así.
C: Tu no esperas ni deseas nada, pasara lo que tenga que pasar y lo que yo quiera que pase.
Me quedé sin palabras y solo subí mi pantalón casi automáticamente y salimos hacia la oficina.
Al llegar a la oficina estaba muy nervioso, sentía que todos me miraban y sabían lo que llevaba bajo mi ropa, casi entre corriendo directo a mi despacho y Cecilia se fue directo al suyo.
No quería salir para nada de mi despacho, pero me fue imposible, Cecilia durante todo el día me hizo subir a pasarle cosas a su oficina, tenía que pasar delante de todos y al estar en la cocina preparando su café ocurrió lo inevitable. Me agaché a buscar la taza de la señora Cecilia y no me di cuenta que al agacharme la tanga se veía.
Joaquín el encargado de mantenimiento un hombre maduro, se acercó a ayudarme a buscar la taza y me dijo.
J: Vaya Dani no sabía que tenías esos gustos, pero esta bonita esa tanga rosa.
D: No sé de qué hablas es un bóxer, yo no uso tanga.
Después de contestarle eso me pare e intente salir de la cocina, pero Joaquín me detuvo abrazándome.
J: Efectivamente no solo usas tanga, sino que también brasier y a ver se siente raro tu pantalón.
D: Suéltame o grito.
J: Uy también noto unas medias, sí que eres una zorrita que viene con su conjunto de lencería al trabajo, y si quieres gritar grita, que todos se enteren de como vienes vestido al trabajo o perdón “vestida”
D: No es lo que piensas, solo perdí una apuesta.
Joaquín me comenzó a sobar todo el cuerpo y no podía gritar ni hacer nada, hasta que se escucharon unos pasos y alguien entro a la cocina, pensé que era mi salvación, pero no fue así.
C: Disculpen que tenemos aquí, porque están tan pegados.
J: No pasa nada jefa, solo le estaba dando un abrazo a mi compañero.
C: Ya veo, entonces no están haciendo nada malo, pero ya quiero mi café así que Dani apúrate y sube con mi café.
D: Si señora ya estaba por llevárselo.
Cecilia salió de la cocina y por fin Joaquín se separó de mí.
J: Zorrita te salvo la campana, pero más tarde te veré, así que no te quites esa linda ropa interior.
D: Olvídalo yo no te veré mas tarde.
Joaquín salió y yo subí a llevarle su café a la señora Cecilia.
C: Veo que la señorita ya tiene un fan, no creas que no me di cuenta lo pegado que tenías a Joaquín
D: Señora no fue a propósito, el vio mi tanga y se me pego, no pude hacer nada.
C: Ya que alguien más conoce tu secreto, tendremos que tomar las medidas necesarias para que Joaquín no hable.
D: Si señora por favor haga algo, despídalo o amenácelo.
C: Jajaja yo no hace nada, tu será la que haga todo, pero antes pasa a mi baño en lo que hablo con él.
Me metí al baño, en el baño había unas bolsas, la señora Cecilia aun tenía más bolsas con sorpresas para mí, muy dentro de mi quería abrir esas bolsas
y ver que contenían, pero antes de hacerlo escuché a la señora hablándole a Joaquín.
C: Joaquín sube a mi oficina por favor.
J: Claro que si jefa, que necesita de mí.
C: Por favor cierra bien la puerta.
J: Ok jefa no sé qué pase, pero lo hare.
C: No te emociones, yo no quiero nada contigo, pero me entere que descubriste algo de tu compañero Dani
J: No sé de qué hable jefa, la verdad no somos cercanos, no se a que se refiera.
C: Déjate de tonterías, ya sé que descubriste sus gustos por la ropa de mujer.
J: Usted como sabe eso.
C: Eso no es de tu incumbencia, solo tienes que saber que él hace todo lo que yo le ordene.
J: Eso es algo nuevo para mí, la verdad es que al descubrirlo con esa tanga encendió algo en mí.
C: No te preocupes, yo no te juzgo, pero no quiero que nadie más se entere. Esto solo quedara entre nosotros.
J: Entiendo Jefa, no le diré nada a nadie.
C: Gracias, eso me agrada y sé que tu silencio merece un pago, así que te propongo ser el primer hombre en penetrar a esa zorrita.
J: Jefa en verdad no es necesario, no me gustan los hombres.
C: Él no es un hombre, es una zorrita y por lo que me dices las zorritas si te gustan, así que será toda tuya en tres días.
J: Gracias, creo que aceptare su pago por mi silencio.
No lo podía creer, la señora Cecilia había usado mi virginidad como una moneda de cambio, no sabía qué hacer y solo me puse a llorar, no sé cuánto tiempo paso hasta que escuche que Joaquín salió de la oficina y mi señora me hablo.
C: Daniii ya puedes salir del baño, supongo que escuchaste todo.
D: Señora por favor reconsidérelo, no puedo estar con un hombre, no soy gay.
C: Tu estarás con quien yo diga que vas a estar, así que cállate y límpiate esas lagrimas
D: Por favor señora no lo…
No logre terminar de hablar debido a que me dio una bofetada, sus bofetadas no eran muy dolorosas, pero si cumplían con su función, demostrar que ella estaba por encima de mí.
C: Ya me tienes harta con tus suplicas y llantos, me debes estar agradecida, sabes por qué pacte tu cita en tres días.
D: No señora, ¿Por qué?
C: Porque tendrás tres días para preparar tu anito virgen, te conseguí tiempo para que lo acostumbres a ser penetrado, para esto usaras lo que deje en el baño. Así que trae las bolsas.
Volví a entrar al baño y le lleve las bolsas que me pidió, de dichas bolsas saco una peluca pelirroja, unos tacones raros porque tenían unos candados y una caja alargada.
C: Mira esta peluca la usaras para tu gran noche de estreno, al igual que estos tacones y para que te prepares usaras esto.
De la caja alargada saco un dildo, no era muy ancho, pero si era alargado.
C: Este dildo será tu mejor amigo estos días, quiero que te lo metas antes de dormir y al despertarte, te lo meterás en tu ano y tú lo moverás, entre más practica tengas evitara que Joaquín te destroce tu ano.
D: Pero nunca me he metido nada en mi ano, lo único que ha entrado es su dedo.
C: Pues ahora este amiguito será lo segundo en entrar a tu ano, sécate esas lágrimas y vete a trabajar.
Baje había mi despacho, por suerte durante todo lo que quedo del día no vi a Joaquín y la señora Cecilia no me llamo a su oficina, todo en paz hasta que llegó la hora de irnos, como siempre la señora y yo éramos los últimos en irnos.
C: Zorrita vámonos que hoy es tu primer día de preparación para tu macho.
Ya no sabía qué hacer, al levantarme de mi silla volví a sentir el roce de toda la lencería que llevaba puesta, se seguía sintiendo delicioso pero cada paso que daba me recordaba lo que tendría que pasar estos tres días.
Aquí termina la tercera parte de esta serie, espero sea de su agrado.
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