Lore mi fantasía

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T. Lectura: 4 min.

Tengo un amigo de muchos años, después de que se casó cada uno comenzamos a juntarnos en pareja, siempre la pasamos muy bien y por varios años, nuestra relación fue muy sana, hasta que un día empecé a ver diferente a su esposa Lorena, muy agradable, tiene gran conversación, muy elegante y distinguida, pero empecé a notar algunos de sus atributos físicos.

En una ocasión llevaba un short blanco y estábamos sentados en el jardín de mi casa, y sentía como un imán sus piernas, no podía dejar de verlas, las sillas de jardín eran bajas, y eso hacía que cuando se sentaba en ellas, el short se subía demasiado dejando ver todos sus muslos.

Toda esa tarde me sentí muy nervioso, tenía la sensación de que se iba a dar cuenta de que no podía dejar de ver como cruzaba sus piernas.

Me paraba y me sentaba nervioso, iba a la cocina por cosas y cuando regresaba tenía toda la caminata para ir viendo sus piernas, que, como decía, se subía tanto el short que casi dejaba al descubierto el inicio inferior de sus nalgas.

Comencé a imaginar que ponía mi mano en su pierna y mi verga se puso dura.

Mi erección no cedía solo con ver sus muslos blancos, hermosos, los cuales solo tenía que extender mi brazo y poner toda mi mano, el interior de ellos se veía tan suave la piel.

Paso ese día y los posteriores cada que mi esposa mencionaba el nombre de Lorena me venía a la mente sus piernas blancas hermosas y deliciosas.

Volvimos a hacer plan con ellos, ahora en su casa y la noche anterior soñé que acariciaba sus piernas y jalaba el short para arriba hasta dejar parte de sus nalgas al descubierto pasando mis manos por completo sobre ellas.

Ese día llegamos, nos abrió la puerta de su casa mi amigo y yo me sentía con él corazón en la garganta latiendo, esperando que volviera a tener otro atuendo en donde viera sus piernas, la veo bajar escaleras y traía unos leggings negros, nada mal, ya que se le veían las nalgas deliciosas, y en mi obsesión de ver piel, la verdad estuve viendo sus pies, los cuales están hermosos, uñas pintaditas y se ve que se los arregla frecuentemente, ahora la obsesión era con sus pies y piernas.

La noche iba tranquila, a mí me latía mi corazón pero no como aquella vez en mi casa, pero cuál fue mi suerte, la cual no sé si buena o mala, que cuando baja una de sus hijas de la planta alta, le pedimos que nos tomara una foto, los hombres atrás y mi esposa y Lore adelante, se quita sus lentes y se los ponen en su blusa, la cual tenía cuello v, se acomodó de tal forma que los lentes hicieron que se colgara su blusa y viera sus pechos, pero la posición hizo que su sostén se separara y se pudiera ver su pezón, el cual se veía rosita, paradito y como ella es bajita, igual que mi mujer, podía apreciarlo perfectamente.

Durante la noche no puede dejar de pensar en ese pezón, veía sus pies, sus nalgas, me imaginaba que con mis dedos tocaba ese pezón, hermoso rosita, durito, me mantuve con la verga dura toda la noche.

Por si fuera poco, mi amigo cuando nos íbamos, en la puerta con una mano acariciaba las nalgas de Lore y con sus dedos recorría el triángulo de su tanga.

Llegando a la casa me tuve que jalar la verga imaginando que era yo quien disfrutaba manoseando a Lore.

La pasamos tan bien y yo estaba tan deseoso de ver a Lore que tan pronto mi esposa me preguntó si hacíamos plan con ellos y dije que sí ahora de nuevo en mi casa.

Se llega el día y yo con una sensación entre emoción y deseo, que se sentía como un hormigueo en toda mi zona genital y vientre, impaciente de deleitarme admirando las cositas bien puestas que tenía Lore, pensando que estaba haciendo un poco de calor y podría traer algo ligero.

Llegan y salgo a recibirlos, abro la puerta de la camioneta del lado donde venía Lore y veo que trae un vestido corto y sandalias de tacón, sus piernas y pies se ven esquistos.

Para bajarse abre la pierna y alcanzo a ver su tanguita blanca de encaje, se notaban sus labios y sentí que se me salía el corazón, Lore se dio cuenta de lo que vi y como los dos somos muy blancos se nos subió el color a la cara, la abracé y disfruté mucho el olor de su pelo que es con luces rubias.

Mi amigo dio vuelta a la camioneta y por el nervio me equivoqué al saludar tartamudeado.

Pasamos un momento a la casa y sin sentarnos mi esposa dijo “vayan a comprar tacos para cenar, como ven”.

Mi amigo dice si y digo “vamos en mi carro tú y yo, ellas que se queden platicando”. Vamos conversando de nuestras hijas y mi amigo me pregunta: “¿eres celoso?”.

Yo le comento que si, más con mis hijas y le hago la misma pregunta, él respondió que no, vuelvo a preguntar “¿y con Lore?”.

Y me contesta:

-No sé si son celos, a veces me doy cuenta que alguien la ve con deseo y me da como un nervio, no es coraje, es una sensación extraña que me excita, de hecho yo le digo que tiene permiso de fajar con quien le guste, le digo “solo que te manoseen” luego ella dice, que chiste, mi panochita va a quedar toda mojada deseosa, y le digo, bueno solo que te roce la panochita con la punta de la verga y me dice, así le voy a decir pero dudo que me haga caso, seguro al poco tiempo me la va meter toda y no voy a poder sacármela.

La verdad se pasó mi amigo, me sudaba la verga y no encontraba el momento de decirle que yo quería que me diera chanza de hacerle la lucha.

Solo recordando como se le marcaba su panochita en la tanga, me volvía loco, ahora con la idea de que podía mi amigo disfrutar del sexo de su sensual esposa Lore, me latía la punta de la verga.

Continúa en segunda parte.

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