Soy un hombre maduro, casado con una extraordinaria mujer, bella, hermosa, deliciosa, es maravillosa, sin ser una modelo, tiene sus cositas bien puestas lo que a mí me encanta; es inteligente y culta; es recatada mas no mojigata, viste conservadora como ejecutiva que es y esconde al profano toda la sensualidad que solo yo sé es capaz de irradiar. Suele tratar de complacerme y procura disfrutar su sexualidad, inhibida en general pero desinhibida en la intimidad, ello desde luego me resulta excitante y extasiante. Jamás he conocido a una, pero sin duda puedo afirmar que si digo que cuando está caliente es una puta, me quedo corto, es realmente putísima, una putotota.
Tengo la fortuna y privilegio de ser el único hombre que la ha tocado, el único que la ha acariciado, el único que ha recibidos sus caricias y el único que la ha gozado. Tiene unos labios hermosos, carnosos, suaves. Besa de una manera placentera, excitante, y ha aprendido a mamar la verga de una manera deliciosa, realmente lo hace fantásticamente, tanto que no concibo el sexo sin considerar una buena mamada de su boca. También poco a poco ha permitido incorporemos a nuestra intimidad acciones y eventos que han incrementado nuestros placeres.
La amo mucho, muchísimo, menos de lo que merece pero tanto como me gusta, tanto como la deseo, tanto como ambiciono que ella disfrute de su sexualidad, no solo aspiro que conozca otros hombres, sino que tenga escarceos con ellos; reciba sus caricias, sus besos; conozca, pruebe y goce en su cuerpo de sensaciones distintas y tal vez más placenteras que las que yo le brindo; deseo se regocije en su sexualidad.
Quiero que la disfruten, que gocen de sus labios en la verga y gocen con sus mamadas; que sienta dentro de sí a alguien más y distinto a mí; que la hagan gemir, pujar, venirse, y lo mejor y más excitante, mi deseo más grande, estar yo ahí para mirarle, mirarla mamando y mirarla cogiendo, ver como se ensarta y como la ensartan, verla montada y verla enculada, verla empinada y siendo embestida; mirar como la bañan con leche, con otro o con otros, no perderla de vista mientras exprime otras vergas, mirarla portarse como una puta y gozando y claro, también disfrutar yo viéndola disfrutar.
¿Seré cornudo?, no, no lo soy, pero sinceramente ¡Quiero serlo! Tal vez solo vea, tal vez no intervenga, pero probablemente si lo haga… para también cogérmela.
Quiero hacerlo, quiero verlo, quiero vivirlo, quiero lo vivas, por favor mamacita, por favor mi putita hermosa, regálame el placer de mirarte verte gozando, mamando, cogiendo, comiéndote otra verga.
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Que rico todo lo que deseas para tu mujer, me encantaría tener el placer de ayudarles. A ella a disfrutar de una cogida inolvidable y a ti a demostrarle ese amor que le tienes presenciando el placer tan inmenso que sé que le puedo provocar.