El gringo me pagó

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Contaba con 19 años de edad, mi cuerpo había tomado un matiz muy sensual, a pesar de ser bajita de estatura mis medidas son buenas, 85-59-94, por lo que verán tengo un buen trasero, y me gusta enseñarlo con mis tangas diminutas que se transparenten en mi vestido, pues verán fui con mi novio de vacaciones a una playa hermosa y no pensando nada en solo disfrutar los mejores momentos en la playa.

Llegamos un viernes, y nos fuimos a la cama, mi novio era un gran amante y digo era porque ya no es mi novio, me hacía hacerlo en todas las posiciones imaginables y como a mí me gusta variar no ponía objeción.

Pues resulta, que el sábado en la noche fuimos a un bar, más bien era un antro que estaba lleno de turistas de todas partes, y ambos la estábamos pasando bien, de repente me di cuenta que en una mesa un grupo de turistas al parecer norteamericanos, no cesaban de verme mi trasero y ellos se encontraban tomando bastante.

Entonces después de un rato fui al baño, y como estaba lleno tuve que esperar un largo rato, al regresar me percaté que uno de los viejos gringos se encontraba platicando con mi novio, y cuando me vieron dejaron de platicar, al acercarme ambos me veían, y le pregunté a mi novio que pasaba, él me respondió que le ofrecían 100 dólares por manosearme mi trasero, a lo cual yo quedé sorprendida que él me dijera esto porque era sumamente celoso, pero después de unos tragos y con tal de ganarme algo extra, dije que sí, pero con la única condición de que mi novio me acompañara para estar segura de que nada me iba a pasar.

Entonces el gringo llamó al cantinero y le dijo algo, después el cantinero nos llevó a un privado que más parecía una mini cantina, mi novio se sentó en la barra, y entonces el gringo le dijo que me abrazara, entonces yo de pie y él sentado en un banco alto, entonces me pidió el gringo que alzara mi trasero, y lo hice entonces el lentamente me fue subiendo mis faldas hasta arriba de mi cintura, me percaté del tamaño de las manos del gringo eran impresionantes y sus dedos súper gordísimos.

El vio mis nalgas y las acarició y luego suavemente me bajó mi tanga, yo estaba descubierta de mi trasero y seguía abrazando a mi novio, el gringo se ensalivó uno de sus enormes dedos y empezó a tocarme, con la otra mano abrió los labios de mi vagina dejando al descubierto mi clítoris, entonces él hábilmente me lo pellizcó y me lo jaló de arriba hacia abajo, yo en ese momento sentí riquísimo y no pude más empecé a suspirar de lo rico que estaba sintiendo.

Después, el tipo se agachó y sin dejarme de masajear de arriba a abajo mi vagina, puso su lengua en mi ano y lo empezó a lamer, muy suavemente, en ese momento tuve un orgasmo tremendo, y después de tanto rato vi a la cara de mi novio, sus ojos brillaban de una manera lujuriosa y bajé mi mano y sentí su bulto, entonces el gringo percatándose de esto, me dijo que por que no se la sacaba a mi novio y que se la mamara, pero con la condición de que el gringo me iba a decir como hacerlo.

Yo saqué la tranca de mi novio, y cuando la tomé me percaté que estaba demasiado mojada escurrían sus líquidos por los lados de su tranca y esta brillaba de lo dura y tiesa que estaba, entonces el gringo dejó de manosearme y se sentó junto a mi novio a dirigirme para hacerle una buena mamada a mi novio.

Él me dijo que recogiera con mi boca todos los líquidos que habían salido de la tranca de mi novio, la empecé a limpiar lentamente hasta dejarla sin rastro de algún líquido, luego me dijo que mientras me comía la tranca de mi novio que la ensalivara toda hasta mojarla, así lo hice. Mi novio empezó a suspirar.

Después me indicó que me la comiera toda, no sé si fue la excitación, pero a pesar de que su tranca era grande me la logré tragar toda hasta que mi barbilla hizo contacto con sus testículos, en ese momento me dieron ganas de vomitar ya que estaba muy dentro de mi boca y el movimiento de asco produjo en mi novio una reacción descomunal de placer, entonces lo seguí haciendo así hasta evitar que yo vomitara

Luego de un rato mi novio empezó a eyacular y yo que a veces sentía un especial desagrado por probar el semen, no hice ni un gesto de repudio, empezó a tirarme grandes chorros los cuales con rapidez me los tragué disfrutando cada momento, pero como se vino tanto el semen escapaba de mi boca rodando por los costados de aquella maravillosa tranca, después de que termino me dispuse a limpiarlo de semen que había escurrido por su tranca, con mi lengua lo limpié todo no dejando ni un solo rastro del semen que había salido.

Al voltear al ver al gringo vi que tenía su tranca en la mano, también de tamaño tremendo, entonces como toda una puta me abalancé hacia ella y me la empecé a comer. Después de un momento él sacó un condón de sabor, y yo con gran habilidad se lo coloqué con mi boca, entonces me alzó y como una muñeca de trapo me clavó con su enorme tranca el solo hecho de sentir que me llegaba al fondo hizo que tuviera un gran orgasmo.

Después él se recostó sobre una mesa, y yo me senté arriba de él, me meneaba de arriba hacia abajo parecía una perra en celo, deseosa de más, él con una de sus manos me tomó del clítoris, yo sentía riquísimo, y de una manera fuerte me apretó el clítoris y me alzo lo más que pudo, yo sentía un dolor tremendo.

Con su otra mano y sin soltarme dirigió su enorme tranca a mi ano, entonces me incrustó la punta, lo cual me dolió bastante, y después de momento me soltó mi clítoris y yo bajé ensartándome por el ano con su tranca, yo vi hasta estrellitas y él empezó a hacerme girar mis caderas de un modo cadencioso, hasta que le dije que por favor me dolía mucho que me la sacara, cada embate era como un calambre que recorría toda mi espalda, después de un rato de suplicarle, él me la sacó, pero me dijo que yo le ayudara a terminar.

Entonces él se sentó con las piernas abiertas y yo me hinqué entre ellas, me dijo “escúpemela”, yo le escupí su tranca y la tomé con mi mano y lo empecé a masturbar, después de unos instantes me dijo que pusiera la punta de mi lengua sobre la cabeza de la tranca, con cada movimiento que hacía yo mi lengua rozaba su tranca, entonces se empezó a poner durísima su tranca, sabía lo que me esperaba y entonces empezó a eyacular con unos chorros de gran potencia que me llegaron hasta mis cabellos, y lo demás me lo comí, nunca había estado tan sedienta de probar semen, pero creo que si esa noche hubiera habido más tipos me comería el semen de cada uno de ellos.

Ya de noche y sin decir palabras regresamos al hotel, tomé una ducha, y me acosté a dormir tranquilamente, soñando y recordando cada momento que había pasado en ese bar y preguntándome que si lo haría de nuevo, por cierto el gringo me regaló 200 dólares, después de todo no me fue mal y pude disfrutar mis vacaciones sin tantos aprietos económicos.

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