Hoy me citó en una comunidad un poco retirada de donde vivo, pero camino a donde él reside. Todo el camino fue un constante nervio pensando qué pasaría, qué haríamos hoy. Al llegar a la cita aún no había llegado, lo cual me puso un poco más nerviosa, de pronto se estacionó frente de mí mi corazón empezó a latir rápidamente.
Se bajó del auto y se dirigió hacia mí, solo indicó que lo siguiera así lo hice, llegamos al lago, entramos, rentamos una lancha de pedales, estuvimos un rato pedaleando, pero no avanzamos mucho, además que yo llevaba puesto vestido lo que me impedía pedalear, así que decidimos regresar a tierra firme, apenados y divertidos nos fuimos al carro brindamos con un poco de tequila y refresco después nos dirigimos rumbo a la carretera, yo lo seguía, de pronto se dirigió a una zona boscosa y me indicó donde estacionarme tratando de que los autos no fueran visibles, me indicó que fuera a su carro, así lo hice.
Indicó que subiera a la parte trasera del carro, sutilmente colocó su mano en mi pierna y la acarició, suavemente comenzó a subir al sentir mi pantaleta, la hizo a un lado y tocó suavemente mi zona íntima, me dijo al oído “quita esto” mientras su mano bajaba mi pantaleta, ohh, la adrenalina empezó a recorrer mi cuerpo.
Se escuchaba a lo lejos el ruido del pasar de los autos en la carretera, empezó a acariciar suavemente mi clítoris, despacio haciendo pequeños toquecitos, después lo rodeo con los dedos, empezaba a lubricar, siguió explorando mi vulva, mi vagina, introdujo sus dedos, wow, comencé a gemir de placer, ohh, comenzó a salir agüita, sentía recorrer sus dedos de mi clítoris a mi vagina una y otra vez.
De repente se puso de rodillas abrió mis piernas y sin decir una palabra acercó su cara a mi parte intima, ahora era su lengua la que estimulaba mi clítoris, wow, deliciosa sensación, también recorría mi vulva, sentía como succionaba mi clítoris, lo apretaba y soltaba y cada vez que lo hacía salía más y más agüita, yo me contorsionaba.
Eran muchas sensaciones en mi cuerpo, gemía, gritaba, le pedía “más, no pares” fue delicioso, su cara estaba mojada, el asiento del auto también, seguimos así por un momento más, ya no pude aguantar más, wow tuve un glorioso orgasmo, lleno de squirts, cada que expulsaba chorritos de agua, él pedía más, se notaba que él también lo disfrutaba, fue maravilloso.
Terminamos cansados y extasiados, felices, nos aseamos, tratamos de limpiar el asiento del carro.
Poco después caminamos un poco por el bosque, aún sentía debilidad en las piernas, mi clítoris estaba muy sensible, mis pechos duros y mis pezones erectos, ya más tranquila nos despedimos, cada quien tomó su rumbo, todo el camino a casa venía recordando el delicioso momento en el bosque, un lugar que nunca olvidaré.
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