Conociendo a Johanna

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T. Lectura: 3 min.

Recibir un simple mail con asunto “Hola” de Johanna me pone la pija como un fierro, desabrocho el jean y se asoma el glande mirándome con su cara tuerta, vaya uno a saber qué extraña reacción química provoca la imagen que retumba en mi cabeza como si el pensamiento de mi verga resonara en mi cerebro.

“Solo tienes que usar tu inteligencia, no necesitas dinero para que yo pueda conocer el interior de esa belleza”

Su único ojo ubicado en la punta del glande sigue mirándome, vi a mi pija palpitar, crecer, tomar dimensiones que jamás hubiera soñado, mantenerse dura por horas, expulsar fluidos que crearon lagos entre enormes tetas, acabar y seguir cogiendo para volver a llenar una concha hambrienta e insaciable.

Baje mis jeans y bóxer hasta la altura de mis rodillas, con el falo descubierto y recostándome sobre el respaldo de mi sillón de gerente contemplé la prominente erección.

En mi interior siguen mis pensamientos.

“Vi sus labios en las fotos de Telegram, fueron fotos de ver una sola vez, pero pude distinguir su boca pequeña con ganas de hacer el esfuerzo por abarcarme, enfunda en jeans también vi el lugar donde me gustaría permanece por mucho tiempo, pero antes de eso quisiera que le pidas que me recorra todo el tronco ida y vuelta. También recuerdo la foto en la que estaba vestida con un body marcando sus pechos, ahí también quiero quedarme un rato pero no olvides de besarla, recuerda que si estás sentado en el borde de la cama y ella se arrodilla en el piso yo quedo justo entre sus dos montañas y podes moverte de arriba abajo haciendo que recorra sus pechos, no abuses de su boca también quiero que me bese a mí, voy a llamar su atención acercándome a su mentón.”

En el mail Johanna, no tenía ninguna intención de calmar mi pija sino todo lo contrario, me escribe – Te perdiste mi despedida la última vez que hablamos, estaba medio calentona jajaja.

Observe en ese momento la vena que cruza la extensión de mi verga, se hizo más notoria bajo la piel, inmediatamente el tronco tomo un grosor mayor y su cabeza asomo en su totalidad hachándose más todavía. La corona del glande ya tiene un tinte lila y la cabeza en punta como bala de cañón es rosada, terminando en una uretra roja como un pequeño labio listo para besar.

Un nuevo mail inesperado decía -. ¿Quieres que juguemos a enviarnos fotos? Te paso mi Telegram.

Abro el Telegram y leo -Hola empiezo yo.

Inmediatamente aparece la imagen como brillantina, toco para abrir la foto y… la imagen perfecta de una mujer de espaldas frente a un espejo, un sillón de oficina que estaba detrás de ella como si lo hubiera girado y una vez de pie se haya liberado de sus ropas luego retuve la imagen con mi dedo firme en la pantalla.

Comencé a recorrerla, mis ojos apuntaron directamente a su orto excelentemente formado, adornado con un triángulo negro sobre el coxis y un hilo dental imaginado desaparecía por el centro de sus nalgas, su espalda arqueada mostraba un moño negro que apenas era rozado por una melena rubia que en posición natural llegaría a la altura de sus hombros. Sus piernas perfectas, la izquierda apenas flexionada.

No pudiendo soltar el dedo de la pantalla para que no desaparezca la imagen hago una nueva recorrida. En ese instante mi pija comienza a expulsar un terrible chorro de semen que haciendo una parábola perfecta impacta en la barra espaciadora de teclado, el segundo con más fuerza pega casi en el borde del monitor y para no machar el pantalón suelto la imagen y puedo contener la tercera expulsión de líquido en mi mano apretando la cabeza de mi poronga hinchada y palpitando.

Levanto el teléfono nuevamente y veo un nuevo mensaje – Así voy al gimnasio.

Otra imagen de brillantina aparece.

Conteniendo con la mano derecha la cabeza del pene para que el líquido que sigue escurriendo quede en mi mano, con gran habilidad toco en la imagen con el dedo pulgar para que aparezca la toma de un culo deglutiendo con voracidad una fina calza celeste, no pude fijar la imagen tuve que elegir entre sostener mi verga para no ensuciar todo o recorrerla nuevamente.

Apenas estaba comenzando a respirar cuando recibo un nuevo mensaje. – Ahora te toca a vos envíame una foto de tu pija.

Con la mano derecha agarre mi verga por la que escurrían algunas gotas de líquido, apunte la cámara del celular sosteniéndolo con la mano izquierda, enfoqué para tomar la instantánea, la vena zigzagueante en forma irregular cruza el tronco de norte a sur, mis dedos no llegan a cubrir el grosor y la cabeza que todavía asoma con la piel retraída, la cámara enfoca, disparo, y guardo la foto en mi carpeta segura.

No pude enviar la foto, soy un caballero.

Johanna, en nuestro próximo contacto podrá ver lo que provocan sus fotos y a vos, querida lectora, ahora te toca usar tus dedos.

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