Probando el mundo del ero cosplay y BDSM

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T. Lectura: 8 min.

Hace poco, Santiago y yo estábamos conversando en su departamento y me propuso una idea bastante loca que a cualquier otra persona le hubiera rechazado, pero con él me hizo sentido. Me propuso hacer ero cosplay y participar en un evento con otras artistas de ero cosplay. Yo mencioné que nunca en mi vida había hecho algo similar; lo más cercano a esto fue un par de ocasiones con mis anteriores ex, donde me vestí sexy con mallas y corset, pero en un lugar privado solo con ellos. Esto ya era otro nivel. El usó las palabras adecuadas para convencerme a la vez de excitarme.

Un día nos reunimos en su casa para pensar en cómo lo haríamos realidad. Buscamos muchas referencias en Instagram y TikTok de estas artistas, y la verdad es que adentrarse en este mundo es fascinante. Al final, nos decidimos por algo sencillo pero extremadamente sexy. En ese momento, luego de estar viendo a tantas chicas haciendo ero cosplay y buscando ropa sexy, la verdad es que ambos nos prendimos y sin perder tiempo nos desnudamos mutuamente. Nos empezamos a besar apasionadamente, ambos estábamos ya muy mojados. Antes de ir a la penetración, hicimos un delicioso 69.

Santiago se recostó y yo me senté sobre él, su lengua exploraba cada rincón de mi vagina, haciéndome gemir y retorcerme de placer. Al mismo tiempo, yo me dediqué a chupar su verga con intensidad, saboreando cada centímetro, moviéndome arriba y abajo con una ferocidad que lo volvía loco. Santiago, con sus manos en mis caderas, me guiaba en un ritmo frenético, haciendo que nuestros gemidos se entrelazaran. Sentí cómo su verga se hinchaba más en mi boca, y supe que estaba cerca.

Con un gemido gutural, Santiago se vino en mi boca, llenándome con su semen caliente el cual me tragué. Yo, sin dejar de moverme, levante mi cuerpo y me senté de lleno en su cara, haciendo que su lengua continuara explorando mi clítoris mientras me corría en su boca, casi asfixiándolo con mis movimientos.

Luego de limpiar un poco el desastre, continuamos besándonos y manoseándonos mutuamente, cuando sentí lista su verga nuevamente, me monté sobre él, estábamos tan mojados que ingreso sin oponer ninguna resistencia, cogimos con tanta intensidad. Me movía arriba y abajo, apretando mis músculos vaginales para sentirlo aún más profundo. Santiago, con sus manos en mis senos, los apretaba y masajeaba, haciendo que mis gemidos se volvieran más intensos.

Me di cuenta de que no habíamos usado condón ya que sentí cómo terminaba dentro de mí, sentí ese calor de su semen llenándome. Le reclamé inmediatamente, y él me dijo que en la excitación del momento se le olvidó, pero me indicó su cajón con varios condones. Le dije que no lo olvidara para la próxima, por lo que esa tarde, al salir de allí, compré una pastilla.

Unos días después, nos encontramos en una tienda de juegos sexuales para buscar las prendas de mi cosplay. Aunque nos notamos muy nerviosos, la chica que nos atendió fue muy linda y amable para ayudarnos. Le mostramos las prendas que queríamos y prácticamente encontramos todo allí. Nos dijo que había que tener mucho cuidado con la limpieza ya que algunos artículos eran de cuero. Santiago aprovechó para comprar unos condones especiales que tenían disponibles y que jamás habíamos visto.

Ya en mi casa, decidí que tenía que probarme todo en caso de que no me quedara para cambiarlo de inmediato. Lo primero que hice fue ducharme. En eso, mientras me duchaba, Santiago entró al baño desnudo, sorprendiéndome. Aprovechó que tenía jabón encima para manosearme completamente. Hacía mucho tiempo que no me bañaba con nadie y casi había olvidado la sensación de que alguien te enjabone. Yo procedí a enjabonarlo también, y aprovechando que tenía la verga a punto de estallar, empecé a masturbarlo.

Me prendí mucho así que me hinqué en el suelo y le hice una mamada con tanta intensidad que nuevamente hice que terminara en mi boca. Me levanté y, mientras lo besaba, le devolví su semen. Fue gracioso ver su reacción ya que se asustó y lo escupió. Yo hice lo mismo y nos reímos mucho. Terminamos de ducharnos y procedí a probarme las prendas.

Tenía una tanga negra que cubría bien al frente y en la parte de atrás desaparecía prácticamente, unas medias negras hasta sobre la rodilla, unas mallas que “cubrían” las partes faltantes de mis piernas y nalgas, un corset que llegaba hasta la base de mi pecho, es decir, no cubría nada más que mi estómago. Finalmente en el pecho, una especie de arnés que estaba a los lados de mis senos y se sujetaba de mi cuello. Para cubrirme los pezones, teníamos una cinta que parecía de cuero con la que me hice una cruz en cada pezón.

Todo lo demás se veía muy claramente. Para cubrirme el cuerpo, compramos una tela un poco transparente. El maquillaje fue algo que también me gustó; usé bastante negro y colores que por lo general no uso, pero me encantaron. Finalmente, los tacos negros. Por suerte, todo me quedó muy bien. En el proceso, pude notar cómo Santiago traía la verga parada y eso me prendía, pero me contuve ya que podía dañar el atuendo y no quería volver a la tienda, ya que eran artículos costosos y aparte seguía con vergüenza.

Santiago me dijo que había que tomar fotos para enviar a los organizadores del evento para ingresar. Le dije que estaba bien, y él me dirigió cual experto fotógrafo con las poses y expresiones. Me sentía toda una modelo. Al final, vimos las fotos y quedaron geniales. Procedí a quitarme el disfraz con la ayuda de Santiago, y apenas me quité las prendas más delicadas, me lanzó sobre la cama, poniéndome en cuatro. Un segundo antes de penetrarme, le dije: “¡Ey! Usa condón.” Se puso los nuevos condones que compró y procedió a cogerme intensamente. Me hizo gritar desde la primera penetración. Gemía y gritaba: “¡Sí!… ¡dios!… ¡Más!”. Terminamos rendidos en la cama. Me tuve que volver a duchar.

Pasaron algunos días antes del evento. Cuando Santiago me mandó por Instagram una foto de mi confirmación para el evento, Santiago había enviado como mi nombre de ero cosplay “Lucy”, quizás fue porque le comenté que el anime Elfen Lied me encantó y era de los pocos que había visto completo. Me emocioné muchísimo a la vez que sentí un miedo indescriptible, ya no había marcha atrás.

Llegó el día del evento. No debía estar muchas horas y según yo, solo tenía que posar para fotos y quizás subir a una tarima. Así que fui tranquila. No había investigado nada del evento. Santiago llego temprano en la mañana a mi casa, me vestí, me maquillé, me había cortado el cabello y me planché el cabello. Y para salir de casa, me puse un abrigo enorme que me cubría completamente. Fuimos en el carro de Santiago, y cuando llegué al evento, me di cuenta de que era más grande de lo que esperaba. Había muchísima gente, tuve una sensación de ansiedad increíble, por lo que me fui al baño. Santiago y otro chico a cargo de la producción del evento se dedicaron a calmarme.

Dijeron que no pasaba nada, que todo era seguro, que no revelarían nada que yo no quisiera. Tardé unos minutos en calmarme y en asumir que ya no había marcha atrás realmente, así que me preparé y salí a un lugar donde estaban más chicas. Había chicas realmente sexys y con atuendos igual o más reveladores que el mío, así que entré más en confianza. Siempre sentí la mirada de todos que se dirigían a mi pecho, realmente aquí se notaba lo grande que era.

Los chicos se acercaban a pedir fotos; la mayoría eran chicos muy jóvenes que tenían más miedo que yo. Poco a poco fui ganando más confianza y comencé a posar mejor, y a adentrarme en el papel aún más. También se acercaban chicos más grandes y con más confianza, me pedían fotos abrazándome y cargándome. Uno que otro tocaba más de lo debido, pero más que enojarme, me comenzaba a excitar.

Había pasado como una hora cuando llamaron a la tarima principal. Iban a hacer una subasta. Yo no tenía idea de a qué se referían hasta que el presentador explicó que se iban a subastar a varias ero cosplayers, y podían tener una cita de 1 hora con ellas. Eso me tomó desprevenida, y antes de encontrar a Santiago para preguntarle qué estaba pasando, me llamaron a la tarima para ser subastada. Estuve a punto de irme hasta que vi a Santiago y me explicó que no era para nada sexual, solo era una cita normal, por lo que me tranquilicé y subí junto con las demás ero cosplayers. De una en una fueron subastadas, y había muchos chicos que ponían bastante dinero.

El que más puso fue 100 dólares. Llegó mi turno y me mantuve serena dentro de mi personaje. Me quité la tela que me cubría, dejando completamente al descubierto mi atuendo, recibí muchos silbidos y gritos. Y cuando empezó la subasta, los valores comenzaron a crecer rápidamente, sobrepasando por mucho el valor más alto anterior. Se quedó en 210 dólares y el chico que gano era bastante alto y guapo, que llevaba un cosplay de la death note según me explicó después. Cuando me saludó, se notaba nervioso y tímido, y luego procedimos a firmar el contrato, donde establecía los límites de la interacción, lo cual me tranquilizó más.

Salimos del lugar del evento y me llevó a un restaurante cercano donde me invitó la comida. Conversamos de aficiones, de cosplay, de familia, de trabajo, incluso. Me preguntó si tenía novio, le dije que no realmente, pero que si estaba saliendo con alguien. Intercambiamos números, y volvimos al evento. Al final, le di un tierno beso cerca de los labios, nos tomamos más fotos y volví con Santiago, que me estaba esperando. Me preguntó que tal me fue, le conté que todo muy bien, que al final del día me iría a casa de aquel chico. Lo dije para ver su reacción. Luego de ver su cara de celoso, le dije que era broma.

Continuamos tomándonos fotos, visitamos algunos stands, compramos algunas cosas, entramos a un stand cerrado donde había muchas cosas de BDSM y te ofrecían una experiencia con castigo y dominación. Primero, Santiago entró como sumiso, y me dieron los objetos para “castigarlo”. Usé látigos, fusta de cuero y pinzas. Lo castigué por unos minutos, desquitando todas mis ganas. Al final, él dijo que también quería hacerlo, así que intercambiamos.

Él me amarró las manos y los pies y me colgó frente a la pared de espaldas y procedió a castigarme con los mismos objetos. Me excitó mucho, tanto que empecé a mojarme, por lo que le dije que parara. Salimos de allí y me dirigí al baño para limpiarme ya que todavía faltaba para que terminara el evento y no quería arruinar el atuendo.

Me tranquilicé y volví a salir. Continuaron las fotos, videos, algunos más lanzados me pedían set de fotos, algo que vi que otras chicas si ofrecían, incluso llegué a ver como otras chicas vendían sus fotos casi sin ropa, pero yo siempre me negué. Al finalizar el evento, hicieron un concurso para ver quién había tenido el mejor ero cosplay. Subimos a la tarima, modelamos un poco, todas las chicas estaban muy sexys. La decisión final me dejó como segundo lugar, y la chica que ganó estaba impecablemente vestida y siempre personificaba a su personaje, por lo que la decisión me pareció muy justa.

Al final, me dieron un premio en efectivo y además una parte de lo que el chico había pagado en la subasta. Finalmente, el evento terminó, me despedí de varias chicas cosplayers y varios chicos que conocí ese día. Fue una experiencia única que probablemente repita. El chico que me ganó en la subasta se acercó a conversar y preguntarme si quería ir con él, le dije que por hoy no, que quizás en otra ocasión. Todo esto fue frente a Santiago, lo cual me pareció gracioso. Subimos al vehículo, y le conté a Santiago que cuando estuvimos en la habitación con los castigos me había excitado muchísimo y que me había mojado, que por eso le pedí que parara, pero que llegando a casa no le iba a pedir que parara.

Esto nos hizo excitar a los dos, y empezamos a hacerlo en el vehículo. Yo besaba sus orejas y cuello, mientras con mi mano tocaba su pene por encima de la ropa. Saqué muy lentamente su verga del pantalón y lo masturbé suavemente; tampoco quería provocar un accidente. Cuando llegamos a la casa, salimos del vehículo. Él me tomó en sus brazos y me llevó directamente a la habitación, donde no me quitó nada del atuendo, solamente las cintas de los pezones y los zapatos, y procedió a besarme por todo el cuerpo, principalmente en los senos. No aguantamos más la excitación, y tomé uno de los condones de su cajón. Mientras él se lo ponía, yo me quité la tanga y me monté sobre su verga.

Estaba tomando mi ritmo cuando de pronto él me tomó de la cadera, se acomodó bien en la cama y comenzó a darme con todo. Tuve que sujetarme fuerte de las sábanas y aguantar todas sus embestidas. Nuevamente me encontraba gritando de placer: “¡Sí!… sí!… sí!… dios!… ¡No pares!”.

Santiago aprovechando que le conté sobre los castigos y que me habían gustado aprovecho para darme nalgadas más fuertes de las que recuerdo haber recibido nunca y también por un momento apretó el arnés que tenía en el cuello, provocando que me asfixiara un poco, al cabo de unos minutos no pude soportar más y tuvo un fuerte orgasmo con lo que moje la cama, partes del disfraz y por supuesto a Santiago que para terminar se sacó el condón y se masturbo fuertemente conmigo encima. cuando terminó sentí como su semen se derramo sobre mi trasero, continuó besándome el pecho hasta que no pudo más, y ambos caímos rendidos en la cama, quedándonos dormidos.

Al cabo de unas horas, me levanté por la incomodidad del disfraz, me lo quité notando que algunas prendas se habían destruido casi en su totalidad, me fui directo a la ducha, donde por fin tuve un momento para pensar en todo lo que pasó ese día. Aunque al principio tuve mucho miedo, al final lo disfruté muchísimo y me sentí deseada por todos. Incluso pudo pasar algo más con el chico de la subasta. Me di cuenta de que los juegos de castigo y dominación me gustan, y había tenido sexo increíble ese día.

¿Te atreverías a vivir una experiencia tan intensa y excitante como esta? ¿Te gustaría adentrarte en el mundo del ero cosplay y explorar tus deseos más profundos? ¿Alguna vez has participado en un evento similar o tienes alguna fantasía que te gustaría cumplir? Comparte tus pensamientos y experiencias en los comentarios.

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