El día de mi boda

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Creo que todo el mundo considera el día de su boca como un día muy especial, también existe el mito de la noche de bodas, ahora no tanto porque esta suele celebrarse mucho antes de la boda, en mi caso lo sería, pero de una manera diferente a la de la mayoría.

Debo aclarar que me casé por la iglesia, y de blanco, aunque a muchos jóvenes de hoy les sorprenda hubo un tiempo en que casarse por la iglesia era la única opción, después el matrimonio civil comenzó a aparecer, pero cuando yo me case, aún era una cosa rara, que, a nuestros parientes, por ambos lados, les hubiera gustado digerir, por eso como y he dicho, me case por la iglesia.

Pero ya antes de la boca ocurrió un hecho que hizo que para mí ese día fuera diferente, en mi casa había mucha gente, de invitados llegados de fuera de la ciudad, así que un tío mío nos ofreció su casa, para que me vistiera en ella, y después la limusina que vendría a buscarme, me llevaría hasta mi casa a recoger a mi padre, que iba a ser mi padrino, su mujer se ofreció a ayudarme a vestirme, cosa que aceptamos.

Yo estaba en ropa interior cuando mi tía, la mujer de mi tío entró, llevaba puesto un vestido azul oscuro muy elegante, yo estaba aún en ropa interior, muy sexy, ella al verme, ella al verme, sentí que me miraba con ganas, mientras me acariciaba la cara, me dijo:

-Dime Isabel ¿Estas nerviosa? Si quieres podemos hacer unos ejercicios para que te relajes, tenemos tiempo de sobra, además una novia siempre debe de llegar tarde a su boda.

Sin esperar mi respuesta se colocó detrás de mi respuesta se puso detrás de mí, y para mi sorpresa, aunque en realidad no mucha, llevo una de sus manos hasta me coño, lo metió por debajo de mi tanga y comenzó a masturbarme, cuando comencé a gemir me dijo:

-¿A qué te sientes más relajada?

La verdad era que sí, sus dedos se ocupaban de mi coño de una manera magistral, dándome un gran placer, así estuvo un raro, pero yo quería una cosa muy especial, le pedí que se sentará a mi lado, y cuando lo hizo llevé mis manos hasta sus tetas y me puse a acariciárselas, sacándoselas del vestido, mientras le decía:

-Tía me encantan tus tetas.

-Vámonos mejor a la cama, allí estaremos más relajadas, me dijo.

Y me llevo cogida de la mano hasta la cama de la habitación, allí me tumbó sobre la cama, se puso encima de mí, y volvió a meter sus dedos dentro de mi coño, mientras me decía:

-Esto es para que tu coño aguante, hasta que tu marido te meta su polla aquí esta noche, ya veras lo bien que lo vais a pasar.

Sus dedos me estaban volviendo loca de placer, Y terminó por provocarme un orgasmo, en ese momento fui yo quien le dije:

-Tía, ahora quiero ser yo quien te relaje a ti, quiero comerte el coño.

Ella se puso boca abajo, con su cabeza sobre la cama y dobló sus rodillas, de esta manera tenía su coño completamente expuesto ante mí, me pareció algo muy erótico, ese coño estaba diciendo cómeme, así que eso fue lo que hice, llevé mi lengua hacia el coño de mi tía y sacando mi lengua de su boca se lo comí, me encantó su sabor, ella al sentr mi lengua dijo:

-Cariño que bien lo haces.

Estuve un rato comiéndoselo, después ella se giró, poniéndose boca arriba, sus tetas seguían fuera del vestido, lo cual me excitó mucho, abrió bien las piernas, y yo seguí comiéndole el coño, y terminé por provocarle un orgasmo a ella, cuando reto sucedió mi tía miró al reloj y dijo:

-Aún tenemos tiempo de relajarnos otro poco,

Ella seguía tumbada sobre la cama, yo me puse de rodillas encima de ella, y le volví a ofrecer mi coño, ella dijo:

-Cariño, me da que ese chochete hoy va a disfrutar como nunca

Y sacando su lengua comenzó a comérmele nuevamente, su lengua hacia maravillas dentro de mi coño, muchas más de las que seguramente me iba a hacer mi futuro marido, y me hizo volver a correrme, cuando esto ocurrió mi tía dijo:

-Me parece que ya estas bien relajadita, creo que es hora de que nos vistamos y vayamos camino de la iglesia.

Mi tía avisó a la limusina, mientras nos vestimos como si nada hubiera pasado, cuando esta llegó las dos estábamos preparadas, como una tía y una novia normales, jajaja, recogimos a mi padre y emprendimos camino de la iglesia.

Mi boda y el posterior banquete de boda fueron bastante normalitos, la diferencia vino después, mi marido ese día bebió sin control, de esta manera cuando el banquete terminó y la mayoría de los invitados se habían ido, se encontraba completamente borracho, fue en esta situación que dos de sus amigos, Fran y Marcos se ofrecieron a ayudarme a llevarle hasta el hotel donde íbamos a pasar la noche.

Como yo sola no iba a poder, acepté la puerta y entre los dos le sacaron fuera y en el coche de Fran le llevamos hasta el hotel, una vez allí, le subimos hasta la habitación nupcial y desnudándole le dejamos en la cama, fue en ese momento cuando Marcos dijo:

-Me parece Isabel que esta noche te quedas sin noche de bodas, y añadió en tono irónico, aunque si quieres nosotros podemos sustituir al novio, y creo que sales ganando.

Y tras decir esto se bajó los pantalones y el short dejando al aire una polla de un buen tamaño, esto me puso muy caliente, me arrodillé y se la acaricié con la mano, mientras el decía:

-¿Te gusta mi regalo de bodas?

Yo me puse a acariciársela, pero en ese momento Marcos dijo:

-Os estáis olvidando de mí.

Me di cuenta de que tenía razón, y me puse de pie, ñero sin dejar de acariciar la polla de Fran, Marcos me puso una mano sobre el culo y llevó la otra hasta mi coño, acariciándomelo por encima del vestido, mientras llevaba su boca hasta mi cuello y se ponía a besármelo, seguimos así un rato, hasta que pensando en cómo sería la polla de Marcos, me arrodillé y le desabroché el pantalón, después saqué su polla, no es que fuera tan grande como la de Fran, pero tenía un buen tamaño. Creí que se merecía una buena bienvenida y me puse a chupársela.

A Marcos le encantó y se puso a gemir, en ese momento Fran se tumbó en el suelo, puso su polla cerca de mí, me alzó el vestido, y apartó mis bragas dejando mi coño al descubierto, al ver mi coño depilado me preguntó:

-¿Te habías puesto así para tu marido?

-Si dije yo, pero bueno ya que para él no puede ser aprovecharlo vosotros.

Y Fran se puso a restregar su polla por los alrededores de mi coño, en ese momento Marcos dijo:

-Isa, creo que estarías más cómoda si te quitas el vestido, bueno nosotros lo haremos.

Me puse de pie, dando la espalda a Marcos y de freta con Fran, no tarde mucho en sentir como la cremallera de mi vestido se bajaba, dejándome en ropa interior, Fran dijo:

-Veo que te habías puesto de blanco virginal para tu nuevo marido, jajaja.

Era verdad, pero no iba a ser mi marido quien estrenara a su nueva esposa, sino sus amigos, jajaja, después de quitarme el vestido, me pusieron a cuatro patas, Fran se agachó y llevó su lengua hasta mi culo y comenzó a lamérmele, mientras con sus manos jugaba con mi coño, definitivamente mi noche de bodas iba a ser distinta. Me ordenaron ponerme a cuatro patas, haciendo honor a la zorra que estaba demostrando ser, llevé mi boca hacia la polla de Fran y me la metí en la boca, Mientras Marcos, desde atrás me la metió en el coño, los tres nos pusimos a gemir y en ese momento Marcos dijo;

-La que se está perdiendo nuestro amigo por borracho.

La verdad es que yo en ese momento no me acordaba que era recién casada, ni de que mi marido estaba en la cama, cerca de nosotros, me sentía una hembra lujuriosa que estaba complaciendo a dos machos, la polla de Fran era deliciosa, me encantaba su sabor, mientras marcos me follaba de una manera salvaje, ni en mis mejores sueños podía imaginar una noche de bocas así.

Marcos me movió un poco se tiró al suelo y me sentó sobre su polla, mientras yo no paraba de chupar la polla de Fran, de vez en cuando la sacaba de mi boca y le daba lengüetazos a lo largo de su tronco, e incluso le pasaba mi lengua por sus testículos, los tres gemíamos y Fran dijo:

-Esto ha sido casualidad, pero debemos hacerlo de vez en cuando, emborrachar al cornudo, para follarnos a su mujer, jajaja

Me decidí por un cambio de postura, Marcos continuó tumbado en el suelo bocarriba, con su polla bien dura, pero yo me arrodillé y desde esta postura me puse a cabalgarle, este al sentirme encima de él dijo:

-Que zorra eres tía, lo haces maravillosamente bien.

Mientras le hice indicaciones a Fran para que se acercará y cuando lo hizo me puse a chupársela, y les dije:

-Joder, menudas pollas tenéis, más grandes que la de mi marido, me estáis haciendo un buen regalo de bodas.

-Lo sabemos, jajaja, dijo Fran algunas veces los del grupo nos enseñábamos las pollas y la de tu marido no era de las más grandes.

Esta conversación hizo que me pusiera más caliente, así que seguí dándoles placer con mi boca y mi coño, y ellos con sus gemidos me daban las gracias haciéndome sentir divinamente hasta que Fran dijo:

-Tía llevo un rato contemplando tu culo y no puedo aguantarme las ganas, quiero metértela por ahí,

Y diciendo esto me sacó su polla de mi boca, después se dio la vuelta y me di cuenta de que se ponía detrás de mí, se agachó noté como acercaba su polla a mi culo, llegaba hasta mi entrada y de un golpe me la metió.

No era virgen del culo, pero era la primera vez que tenía dos pollas a la vez una en cada agujero, y lo que sentí sí que era un verdadero regalo de bodas, tener dos pollas dentro de mí, tan cerca la una de la otra, me parecía muy morboso, parecía que iba a tocarse, mi boca había quedado libre y pude gemir sin problemas mientras les decía:

-Tíos, me vais a romper.

Los muy cerdos me provocaron un orgasmo de campeonato, muy superior al que me hubiera provocado nunca mi recién estrenado marido, y seguían moviéndose dentro de mis agujeros, hasta que noté que estaban muy próximos a correrse, y les dije:

-Quiero tragarme vuestra leche.

Fran se quitó de encima de mí, y se puso de pie, yo me quité de encima de Marcos y me arrodillé a su lado, este último también se levantó, yo estaba de rodillas entre los dos, cogí una polla con cada mano y las meneé procurando que los dos se corrieran a la vez, cuando esto estuvo próximo abrí mi boca y los dos terminaron, casi a la vez llevando mi boca con su semen.

-Nos tumbamos a descansar un momento, y Marcos me preguntó:

-Dime Isabel ¿Echas de menos a tu recién estrenado marido?

-Prefiero vuestras pollas, chicos, le respondí

Los comencé a acariciar sus pollas, y estas no tardaron en recuperarse, fue en ese momento cuando Gran dijo:

-Aún no he probado tu chocolate Isabel.

-Pues eso no te lo voy a negar, le respondí.

Fran continuaba tumbado, así que me apresuré, a levantarme un poco, lo justo para ponerme encima de él y comencé a cabalgarle, marcos estaba cerca de nosotros, yo acerqué mi boca hasta su polla, y comencé a chupársela, este al sentir mi boca sobre su miembro dijo:

-Que bien la chupas tía, das tanto o más placer con tu boca que con tu coño.

Que un tío me dijera eso, al menos a mí, me ponía bastante cachonda, así que seguí dando placer a mis machitos por sus dos agujeros, y los dos gemían de una manera desesperada, y yo también, jajaja. Hasta que Marcos dijo:

-Estoy pensando que yo no he catado tu culo todavía.

No espero mi respuesta, se puso de pie, y de un golpe introdujo su polla dentro de mi culo. Luego comenzó a moverse de una manera frenética, por segunda vez, en esa noche tenía dos pollas, cercanas la una a la otra, dentro de mis agujeros, moviéndose a un ritmo que me volvía loca. Estuvimos así un rato, yo tuve varios orgasmos, adoraba esas dos pollas, pero Marcos dijo:

-Ahora quiero ser yo quien se tumbé en el suelo.

Se salió de mí, yo me senté encima de él, hasta hacer que su polla volviera a entrar dentro de mi culo y continué moviéndome, en ese momento fue Fran quien, poniéndose de pie, en esta postura tan rara hizo que su polla entrara dentro de mi coño.

Este cambio no evitó que los tres siguiéramos gozando a tope. Era algo increíblemente delicioso, volví a tener varios orgasmos, había perdido la cuenta, ellos por su parte siguán dándome caña, era adorable, Marcos fue el primero en correrse, tras un gemido muy intenso, su leche inundó mi culo, poniéndole perdido de semen, mientras Fran se corrió al poco llenándome el coño con la suya.

Volvimos a descansar un poco, Marcos dijo:

-¿Seguirá el cornudo dormido?

Pese a lo que pudiera pasar, los tres nos dirigimos, seguíamos desnudos, hasta la cama donde mi marido seguía durmiendo la mona, en ese momento Fran dijo:

-Me da pena, nosotros aquí gozando, y él sin enterase de nada, Isabel dale un poc de placer.

Le habíamos acostado vestido, decidimos desnudarle, Fran me volvió a echar un a mirada cómplice, así que decidí hacer lo que me había insinuado, llevé mi mano hacia la polla de mi marido, marcos dijo:

-No es por presumir, pero creo que las nuestras son mucho más grandes.

Y llevaba razón, pero en cierta manera me daba morbo lo que iba a hacer, cogí con una de mis manos la polla de mi marido y me puse a acariciársela, él, afortunadamente, sin despertarse, comenzó a gemir, mientras sus amigos miraban, yo seguí masturbándole hasta que mi marido se corrió y su leche mancho las sabanas de la cama, como corresponde a un buen novio, jajaja.

A sus amigos ver el espectáculo les había puesto, nuevamente sus pollas duras, así que Marcos dijo:

-¿Echamos, por hoy, el último, Isabel?

Por supuesto acepté su oferta y nuevamente, tumbados sobre el suelo, los dos procedieron a introducirme sus pollas por todos mis agujeros, hasta que nuevamente se corrieron encima de mi echaron su leche sobre mi vientre, después de esto, se vistieron y se fueron, yo estaba muy cansada del ajetreo, así que completamente desnuda me fui a dormir, con mi marido, los dos estábamos completamente desnudos, como si hubiéramos pasado y una noche de bodas muy ardiente, yo me dormí profundamente, cuando a la mañana siguiente mi marido se despertó no recordaba como había ido a parar hasta allí, yo le pregunté:

-¿No recuerdas la noche que me has hecho pasar? Me has follado hasta dejarme agorada.

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