Economista y prosti: Parte final de mis vacaciones

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T. Lectura: 5 min.

Cuando llegó Tommy al hotel donde estábamos Sam y yo, lo esperé en mi habitación, sola, deseosa de contarle todo lo de la noche anterior, y por supuesto, cogimos gozosamente.

A pedido mío me la metió muy de a poco, como había hecho Sam. Sorprendido cuando le conté del pedido “especial” se asombró de que lo dejé hacer eso.

-¡Que lindo! me dijo, quiero hacerlo junto a varios, quizás Sam y tu papá y el mío, que los va a sorprender muchísimo.

-Gracias por comprenderme amor, lo hice como recompensa por lo mucho y bien que me había cogido, y hasta me ha prometido un regalito extra en Montevideo o Punta del Este, se ve que será algo especial.

-Amor, me encanta que cumplas con todos tus deseos, y quisiera que cuando vuelvas a la estancia del amigo de Mary junto a ella, me dejes ver como cumplen nuevamente el desafío del dueño, que ya cumplieron en la primera visita. Ver eso me encantaría, es una de las pocas cosas que aún no te he visto hacer.

Y se hizo la hora de que con Sam visitarán al Distribuidor Norte, para evaluar la marcha de la nueva operación.

Yo ya sabía que los resultados son muy buenos, y ya está muy cerca de alcanzar el aumento de ventas que Sam puso como objetivo para que pueda estar conmigo. Seguramente se dará en uno o dos meses más.

Regresamos a Montevideo, yo con Sam para agradecerle la manera en que me trató y lo bien que me cogió.

Ya entrando a la ciudad, paró frente a una conocida casa de cambio situada afuera de un Shopping Center, y en diez minutos volvió con “ un regalo muy personal, que quiero que guardes siempre”. Una preciosa moneda de oro de 1/2 onza. Una belleza con su brillo, su diseño de un antílope, etc., ya me entienden. Dijo que no importaba su valor, (que igual no es poco) sino que quería que siempre lo tuviera presente, y que no olvidara que él fue el primero con el color dorado ja ja.

Un dulce nuestro amigo.

Dos días estuve en Montevideo, atendí algunos de los clientes más cercanos, y por última vez a papá y a Tomás, el padre de Tommy, antes de irme de viaje con mi esposo.

Con papá, acordamos todo lo atinente a que me cojan en su presencia y sin que pueda intervenir. Recuerdan que este encuentro con Bob, mi nuevo cliente está acordado y pendiente (reporte 3 de mi última estadía en Bs As).

Le pregunté si realmente se prestaría a hacerlo, si no se sentiría mal. Y por suerte me respondió que lo ha asumido, y que realmente está dispuesto a hacerlo y disfrutarlo como novedad y demostración de mi “putez excelsa” nada menos, ¡ja ja!

Al día siguiente, jueves, fui a Punta del Este, para un par de días de desenganche total, sola. Aproveché a pasear sola de shorts y camiseta (aún no hace calor) en Chihuahua, la playa naturista, el busca de alguno de los vendedores de ropa que suelen hacer sus ventas. En la tarde del segundo día, me encontré con uno, justo lo que buscaba, le compré dos mínimos, vestidos playeros muy livianos y cortos. Y lo observé descaradamente.

Unos 40 años, de un país de África occidental, excelente físico. Y tomé nota.

El viernes de noche Tommy fue a Punta, hicimos el amor muy ricamente, y el sábado volvimos a Montevideo para salir de viaje el domingo, a Madrid.

Le expliqué lo del africano y pasamos por esa playa, en la ruta a Montevideo, a ver si estaba.

Lo encontramos, los presenté y volví al vehículo para dejar a Tommy hacer su trabajo.

Tommy le explicó que yo suelo tener sexo fuera del matrimonio y que buscamos alguien como él. Y que lo buscamos muy dotado. Por supuesto le explicó que sería para el fin de primavera o verano y que debería hacerse análisis pagos por nosotros.

El vendedor dijo que si queríamos podría mostrar su dotación pero conmigo presente y que estaba de acuerdo en todo, que algunas mujeres que van a esa playa en verano se lo piden. Se acercaron a los médanos, Tommy me llamó por teléfono y fui.

Cuando el señor extrajo lo suyo, quedamos impresionados por buena longitud, ¡excelente grosor… y cabeza enorme!

¡Ojalá siga por allí en verano!

El domingo partimos hacia Madrid para la mejor parte de las vacaciones. Simplemente cinco días de disfrute y compras (precios bajísimos en ropa), aprovechando para ampliar guardarropa. Además aproveché dos o tres casas, en calle cercana a Sol, que venden ropa digamos muy atrevida a precios insignificantes.

Nos entretuvimos comprando esas cositas lindas para vestir con clientes reales o para presentarme en futuros desfiles de seducción de nuevos clientes.

Visitamos los mejores Museos, lindos restaurantes no de lujo pues allí se come bien en todos lados, y seguimos viaje a Paris.

Por razones de que estoy con mucho trabajo y para ponerme al día cuanto antes con los relatos, les contaré brevemente lo de París.

Fuimos por otros cinco días, invitados por Paul y Sra. para divertirnos haciendo algunas cosas que habían quedado pendientes. Tuvieron el gesto de alojarnos en su hermoso y enorme departamento.

Lo primero, a la segunda noche (en la primera, haciendo gala de su voyerismo nos vieron coger), fue mi debut en el Bois de Boulogne, a donde ya nos había llevado su chofer a ver en la primera visita. Aún el clima era aceptable en comienzos de octubre, y llevé un abrigo liviano y nada más.

Recordarán que hay una zona donde señores de fortuna exhiben y ven coger a sus esposas o amantes, en general de Europa Oriental, auténticas bellezas.

Suelen entregarlas a choferes de camiones o coches de alquiler que se estacionan allí, en la acera de enfrente a donde ellas se exhiben en general en abrigos abiertos y lencería.

Yo opté por diferenciarme con abrigo abierto y ¡nada más! Tetas y landing strip a la vista.

Paul, su esposa Jeanne, el chofer Charles y Tommy me mirarían en acción.

Me paré al lado del coche de nuestros anfitriones, abrí my abrigo y me mostré tal cual soy, desnuda totalmente, mis tetas al aire, mi vello púbico en landing strip a la vista, y logré algo muy excitante: algunos de los choferes que estaban del otro lado de la avenida, me señalaron, como mostrándome a sus colegas. Quizás por gustarles, o simplemente porque vieron una “nueva”.

Miré detenidamente, seleccioné uno que me resultó atractivo, les dije a mis acompañantes que cruzaría a buscarlo y que ellos bajaran del coche a verme.

Así lo hice, me traje al que me interesó y entramos a la zona de árboles y arbustos a que me cogiera.

Me despojé del abrigo que entregué a Tommy, le entregué al hombre un condón (había que usar condón sí o sí, obviamente) y él se bajó los pantalones y el slip, ya de verga dura.

Se puso el condón, le chupé la pija mientras Tommy me lamía la concha (es aceptable que el marido colabore) y doblé la cintura abriendo un poco las piernas, ofreciéndome al afortunado desconocido.

Me cogió sin pena ni gloria, con condón no me gusta, pero todos disfrutaron de verme. Nos fuimos, habiendo cumplido con algo que deseaba, pero que no me atrae especialmente repetir. Casi diría que preferiría ir a mirar ja ja.

Dos días siguientes fueron de sexo en el apartamento de nuestros amigos, y compras y más compras ja ja. Lencería fina, lencería purés a, vestidos elegantes, vestidos atrevidos, zapatos…

Y la última noche, algo pendiente. He estado en grupo, hasta con cuatro hombres, pero nunca en una orgía.

Y fuimos tres matrimonios, más los anfitriones, un caballero invitado y Charles, el chofer.

Las reglas, eran de orgía (yo encantada de hacer algo nuevo): no se pide permiso, todos tienen acceso a sexo con todos. En este caso, no se habilitaban relaciones entre caballeros. Por lo demás, libertad total. Y como todos teníamos salud comprobada, al fin podría hacerlo sin condón.

Ustedes pueden imaginar. Aquellas diosas rubias altísimas, la dueña de casa ya mayor, y yo, recibimos todo tipo de fornicaciones, de sexo oral, les dimos sexo oral a hombres y mujeres.

A veces la leche volaba a una cara o rumbo a unos senos, otras veces se escuría desde una concha o entre unos labios.

En lo personal, fui muy muy bien atendida (cogida) por ser “la desconocida” y no tener implantes de ningún tipo.

Una experiencia que espero repetir en Uruguay o en Buenos Aires (si alguien me invita).

Cuenta al presente, 41 hombres y 2 mujeres (cuerpo a cuerpo), cuatro mujeres más en la orgía.

Regresamos a Uruguay vía Madrid, y me tomé dos días de descanso y luego sí, ¡a ponerme al día atendiendo a todos mis queridos clientes locales! (Y a papi y suegrito, también).

Discretamente, le informé a Tibu que estaba de regreso, quien, sabiendo todo me dijo que seguramente Bob debería viajar a Montevideo por trabajo en el proyecto del nuevo laboratorio de su compañía… él entendió mi mensaje y yo el suyo ja ja.

¿Al otro día, ya recibí llamada de Bob… podríamos hacer lo planeado?

Por supuesto que lo hicimos, y será el objeto de mi próximo relato.

¡Hasta la próxima! Prometo seguir poniéndome al día.

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6 COMENTARIOS

    • Hola MVD. Creo que la preñez se demora al menos hasta marzo, no quiero enlentecer el negocio por ahora. Aunque hay quien me ofrece cantidades increíbles por darme hasta el séptimo mes.

  1. Ya se te extraña amiga sofi como siempre es un placer seguir leyendo esta excitantes relatos y lo que estan por venir
    No te olvides de visitar playita del carmen saludos y besos en esa rica panocha

    • Hola Antonio! Debes estar atento, hoy miércoles envié un nuevo relato, en el cual mi amigo Bob de hace suya delante de mí oapá y mi marido, que acordaron no intervenir.
      Y desde que volví de las vacaciones, tengo más para relatar.
      Espero que me sigas leyendo.
      Beso grande para ti.
      Sofi.

    • Hola Wisin, adelante, quiero saber de qué se trata! Ya estoy elaborando el relato en donde mi oaoá y Tommy me ven con el argentino Bob, sin intervenir.

      Un beso!
      Sofía.

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