Tengo que contarte algo que te va recalentar
Le clavé mi poronga en cuanto ella quedó en cuatro patas con sus rodillas apoyadas en la cama, yo con una pierna en el piso y otra flexionada en la cama y ella mordiendo el acolchado que apenas lo soltaba para seguir relatando como Alegra la había masturbado con ese gran consolador. Ambos oímos el clásico ¡Track! -¡Se rompió el...