De la sala a la recámara
Mi amigo se retiró y se sentó en una silla de la recamara, yo ya estaba desnudo y excitado, solo puse nuevamente a mi esposa boca arriba, le abrí nuevamente sus ricos muslos y así, me metí, su humedad estaba a tope, seguía muy excitada y no tardó nuevamente en tener o...