Despertó la antigua Paulina
Raquel sonreía hincada en el suelo con su boca escurriendo de semen, sin que mi esposa nos viera me hinqué y la besé, probando mi propia leche, después nos levantamos y caminamos hacia donde estaba Luis y Paulina que todavía estaba exprimiendo las últimas gotas de semen de la verga de Luis, que sorprendentemente todavía estaba bast...