Sometida por la profesora de mi hijo
Sentí como la punta del consolador rozó mi clítoris y solté un gemido profundo junto a una convulsión de mis caderas, los dedos de Isabel me abrieron los labios y me metió el consolador profundamente y lo dejo clavado, yo deje escapar un suspiro mientras mi pecho se contraía y s expandía al soltar y coger aire. -Vas a ver...