En la bodega del trabajo
Me apresuré a bajarle los jeans y mientras yo estaba sentado, se me montó dándome la espalda. Estaba tan apretadita, que sentía delicioso cómo sus paredes me recibían mojaditas y calientes. Se movía muy rico y comenzó a darme unos ricos sentones. Esta morra sí que sabía cómo coger rico. Terminé dentro de ella, tras lo cual se ...