Hace unos años tuve algunos días libres de trabajo y decidí ir a las playas de Oaxaca.
Como la chica que era mi novia en ese entonces no tenía días libres entonces me fui solo a la aventura.
Llegué a Puerto Escondido y renté un auto.
Llegando al hostal me atendió una chica muy linda, muy joven, de unos 22 años, llenita, de unas tetas gigantescas y cara hermosa.
Estuve paseando por los alrededores, fui a Zipolite. Una playa nudista, con mucho morbo. Me quité todo y estuve mostrando mi verga de 20 cm.
No había muchas chicas, una gringa me hizo la seña de “ven” pero a mí no me gustó y solo la dejé que viera mi verga un poco más de cerca.
Al día siguiente me encontré a la chica de la recepción, en el bar del hostal. Platicamos brevemente de a donde había ido y la cara se le llenó de morbo.
Me contó que tenía poco que había llegado al puerto y que aún no se animaba a desnudarse por completo. La chica tenía que irse pero me dijo que al día siguiente descansaba y que le gustaría ir de paseo, acordamos una hora.
Al día siguiente nos vimos temprano en la recepción, ella llevaba un sostén tejido que dejaba ver impresionantemente sus tetas gigantes y deliciosas.
En el camino platicamos, hablamos de sexo, de la vida, de cómo le iba trabajando en el hostal.
Llegamos a la playa nudista, primero a un restaurante. Ella estaba tímida.
Había poca gente y en el restaurante había un grupo como de 10 jóvenes que estaban esperando a verle las tetas.
Tomamos, comimos y la chica agarró valor, se quitó todo, me pidió que me quitara el short y me invitó a meternos al mar.
Ya en el mar se le quitó un poco el pudor, aunque tenía las tetas al aire, su pucha se cubría con el agua.
Estuvimos jugando en el agua a aventarnos, cualquier pretexto era bueno para acercarme y poder tocar un poco.
Sus tetas me volvían loco, me las quería comer.
Así pasamos la tarde.
Por la pena y el agua, ella no vio con atención mi verga.
En el auto de regreso a puerto escondido hablamos de eso y le mostré una foto con mi verga totalmente erecta.
Y me confesó que se el antojaba mucho.
Nos dimos un beso y tocó mi verga por encima del short.
Llegamos a puerto y decidimos ir de fiesta, tomamos, bailamos, nos besamos.
Ella me había dicho desde el auto que aunque se le antojaba mi verga, no estaba dispuesta a coger.
Seguimos la fiesta y yo le dije que la quería ver masturbándose y esa idea le encantó.
Y me dijo que quería yo me masturbara viéndola.
No podíamos ir al hotel donde ella trabajaba porque sería muy evidente que entraba conmigo así que fuimos a un hotel modesto de la zona.
Entramos y nos quitamos la ropa. Ella comenzó a masturbarse yo con la verga durísima, después de todo el día saboreándome esas tetas y esa pucha.
Iba a media masturbada cuando me dijo que quería que le chupara las tetas, acepté gustoso.
Una cosa llevo a la otra y ya nos estábamos masticando mutuamente, después le empecé a comer la vagina y eso nos llevó a un 69.
La calentura estaba llevando a la chica a hacer lo que le dijo que no quería.
Disfrutaba y comía mi verga con muchísimo gusto.
De repente lanzó una frase que no podía creer.
-Consigue un condón que quiero que me penetres el ano.
Llamé a recepción pedí condones y en cuanto llegaron me puse en acción, sin lubricante ni nada comencé con un dedo y vi que la chica aunque era joven era una experta en anal.
Relajó el esfínter y mi dedo fue insuficiente, así metí 2, 3 y siguió relajando hasta que me cabía media mano.
Yo estaba excitadísimo y ella pedía más, yo había oído del fisting, pero no creía que fuera posible, su culo cada vez abría más y cabía más mi mano.
Con algo de esfuerzo pude cerrar la mano para que fuera mi puño lo que entraba, era muy excitante tenerla en 4 con el culo abierto y yo metiendo mi puño.
Me pidió que ya la penetrara así que me puse el condon y la penetré. Al inicio estaba muy abierto, pero su año se contrajo y se empezó a sentir más rico.
Se sentía delicioso la dejaba ir los 20 centímetros completos sin piedad y hasta adentro, la chica estaba vuelta loca.
Sus tetas gigantes colgaban de una forma deliciosa mientras yo la cogía desde atrás.
Como había tomado mucho, no me podía venir, mi verga estaba durísima y yo le daba hasta el fondo, su culo estaba abiertísimo y gritaba como loca.
Lo que me ponía más caliente, aunque no podía venirme.
Estuvimos así fácil 40 minutos hasta que ella rendida me pidió parar.
Para venirme me la chupó y con algo de ayuda manual pude venirme.
Nos acostamos y dormimos.
Al día siguiente nos fuimos al hostal como si nada hubiera pasado y no le hubiera metido mi puño y la verga en el culo hasta dejarla exhausta.
buen relato,me gusta el sexo anal ,lo siento pero me gusta a pelo y sentir como se corren dentro.
Me encantó tu relato. Un rico anal es algo especial de sentir. Soy adicta al sexo anal pero gozo hasta tres dedos y vergas. Los orgasmos anales son lo máximo. Suertudo !!!
Muy buen relato