Con la Hostess

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T. Lectura: 6 min.

Conversando con un amigo recordé cuando me acosté con su hermana, es bien sabido que con la posición de músico uno tiene muchos privilegios. Entre ellos está el conocer al personal de los eventos, entre ballet Parking, meseros, más músicos, hostes etc. Mi amigo era el encargado del estacionamiento y llevo a una de sus hermanas que básicamente no hacía mucho de su vida. La niña era particularmente hermosa, 19 años, no era flaca como acostumbraba pero tampoco obesa. Era de mediana estatura y caderas bastante deseables. Si trasero era si mejor atributo y sus pechos, pequeños pero redondos acordé a su edad. Piel blanca como la nieve, labios rosas naturales al igual que su vagina y pezones café claro. Un poco llenita pero sin verse gorda. Salimos un par de veces, me moria por meterme en su cama y es que en nuestras múltiples salidas, solía besarme apasionadamente. Habitualmente ebrios. La primera ocasión ocurrió en su casa. Llegamos de tomar y nos quedamos solos en su sala. De párpados caídos; como si siempre estuviera ebria y ojos con ojeras como si nunca durmiera se acercó a mi. Platicamos y nos confesábamos que nos gustábamos.

-si tanto te gusto porque no me besas?

La tome de la cintura y la acerque un poco a mi, roce mis labios con los de ella y comencé a besarla sutilmente. Mi pene aún lo recuerda, pues cada que viene a mi mente ese beso se pone justo como ese día. El sabor entre alcohol, tabaco si saliva y la mía se mezclaban, tome con mi mano derecha su cabeza y con la izquierda su cadera para pegarla a mi pelvis. Ella me abrazo por el cuello mientras el beso era más intenso. Nuestras lenguas se juntaban y mi pené sobresalía del pantalón para rozarse con el suyo. Las lenguas jugueteaban mientras ella comenzaba a sentir mi pene, entonces bajo su mano lentamente por mi pecho, pasó por el estómago y llego a mi pene.

”¿tanto te gusto?”

Yo seguí besándola, pase de la boca a sus orejas y de allí al cuello mientras ella me acariciaba el pene por encima del pantalón. Mis labios llegaron hasta sus pecho, con mi mano derecha fui abriéndome pasó entre el bra y la blusa y comencé a bajar la lengua por su pecho derecho, sentí su pezon como comenzaba a levantarse mientras con mi mano izquierda tallaba suavemente su vagina por encima de su pantalón. Estaba excitado pero no tanto cuando simplemente me aparto de ella.

-Es todo, nos vemos luego.

Salí de su casa algo sorprendido, era increíble como una niña tan hermosa pudiera ser así. Limitar sus sentimientos y emociones y simplemente salir como si nada y decir es todo!

Salimos un par de veces más; yo quería establecerme. Ya sabes! Dejar esa vida de ir de cama en cama y quedarme con ella, pero parecía que ella tenía otros planes más elaborados en su vida como beber y salir y conocer muchas personas. Una de las ocasiones llamó a mi teléfono, estaba reunida con los compañeros de trabajo y bebiendo. Parecía que se había aburrido y me llamo solo para demostrarles que iría por ella sin importar que fueran las 3 de la mañana. Así lo hice, parecía que estaba loco y embrujado por ella, su piel blanca, labios rosas y hermoso cuerpo me hacían salir corriendo cuando ella dispusiera de mi. La recogí, pasamos unas cervezas y algo de vino y botanas y terminamos en mi alcoba. Comenzamos a jugar Xbox mientras platicábamos, no podía entender porque estaba conmigo esa noche pero no quería dejarla ir. Dejamos de jugar y le pedí que nos besáramos, ella no quería. Comencé con la vieja técnica de sexo por compasión y en una pequeña discusión ella se puso de pie, yo estaba sentado en una silla. Se paró frente a mi y me dijo.

-¡ya, no te enojes!

Me puse de pie y comencé a besarla, llevaba un pantalón de vestir negro, una blusa blanca y su bra color blanco también. Puse mi mano en su cintura y la pegué a mi, desabroche su pantalón el cual calló inmediatamente al piso, sus pantaletas negras hacían juego la blusa. Desabotone poco a poco su blusa mientras la besaba para después alejarme un poco y poder abrirla. Por fin podía ver sus hermosos pechos cubiertos por el bra. Me acérquese nuevo, bese su hombro derecho y comencé a lamer su cuello, ella cerraba sus ojos mientras yo pegaba mi pantalón a sus pantaletas. Ella solo me abrazaba mientras lamía su cuello y desabrochaba el bra. Cuando lo logre, lo levante del lado derecho para poder quitarlo. No quería mirar y excitarme más.

-¡si no tienes condón, no lo haremos!

Tenía un condón, lo busque, lo saque y me quite la ropa lo más rápido posible. Mi pene estaba listo, cuando volteé ella estaba ya recostada en la cama, cerveza en mano pechos desnudos y las piernas una haciendo un triángulo y la otra recta completamente.

Me acerqué y retiré su pantaleta, iba a comenzar a hacerle un oral cuando me dijo:

-no me gusta que me hagan orales, y si me lo haces no me besas otra vez.

Era evidente que tenía que obedecer, su vagina era cafe, afeitada y parecía que ella había planeado eso. Acerque mi pene a su vagina, lo roce contra ella esperando que estuviera húmeda. Ella estaba más que húmeda y dispuesta. Metí mi pene y comencé a cogerla. Me acerqué para besarla, comencé a hacerlo suavemente, mordisqueando sus labios rosas mientras ella salivaba y yo me bebía su saliva.

Después de eso, comencé a besar su oreja, jugaba con ella y ella simplemente en cada ocasión que me movía para besar otra parte seguía bebiendo. Fue cuestión de bajar a sus pechos. Comencé a morder sus pezones y lamerlos. Eran redondos, perfectos. Color café en los pezones y blancos como la nieve. Apreté uno con una mano, mientras arremetía contra ella. En ese momento, ella tiró la botella de cerveza y comenzó a gemir. La jale de su cadera un poco más abajo de la cama y levante sus piernas hasta sus hombros. Saque mi pene de su vagina y la escupí. Limpié mi saliva con el pene y lo volví a introducir. Ya había captado su atención y sus emociones. Comencé a cogerla duro, mientras la besaba. Sus piernas en mis hombros y yo mordiendo sus labios mientras arremetía contra ella. Me incorpore nuevamente para seguir cogiendola cada vez más fuerte. Mientras sus pechos iban y venían a tiempo que los mordía y les pegaba. Ella tomó una de sus manos y comentó a masturbarme mientras agarraba con la otra una de mis nalgas y me golpeaba. Estábamos tan excitados que sentí como se vino por primera vez. Pero yo seguía cogiendola. No pasó mucho para que me preguntara si iba a tardar en venirme. Yo quería disfrutarlo porque sabía que no habría una segunda vez y sobre todo porque me noria de ganas de no solo decir “me la chingue” sino que le gusto. Baje la intensidad y comencé a cogerla más despacio. Su rostro nuevamente se puso rojo y volví a cogerla duro sentía como se mojaba de nuevo y me escurría hasta los testiculos. De nuevo puso su mano en su vaina y comenzó a masturbarse. Esta vez dejo que yo terminara con ella mientras puso su mano en mi espalda y comenzó a arañarme, estaba roja, muy roja, si piel era básicamente una tela que cubría su sangre mientras yo simplemente seguía besándola. Me nalgueo de nuevo y sentí como iba a venirse. Era mi oportunidad así que le puse su mano en mi pecho. Ella arroyo mi tetilla, mientras yo seguía arremetiendo más duro con su otra mano me nalgueaba mientras me metía más y más hasta que por fin! Termino! Justo en ese momento metí tanto mi pene que al sentir cómo rociaba por dentro mi pene no aguante más y explote incluso el condón estuvo a punto de romperse, era semen que salí y salía mientras su mano arañó mi pecho y la otra apretaba mi nalga con tal fuerza que dejó su marca por un par de días. La bese nuevamente y ella se recostó. Apague la luz y dormimos lo que restaba de la noche.

A la mañana siguiente, desperté con su trasero desnudó rozando mi pene, estaba sumamente mojada pero también muy dormida. Metí mi mano para sentirlo. Sabía que sería la última vez. Pero no tenía más condones. Limpié su vagina con mis dedos. Y lamí lo que saque. Era delicioso a pesar del sabor a látex. Acomode mi pene en su vagina húmeda y comencé a rozarla. Pensé que estaba despierta pero no. Después de tanto rozarla sentí su orificio vaginal y puse mi pene en la entrada. Metía poco, solo la punta hasta que ella por instinto se hizo hacia atrás y lo introduje por completo. Estaba dentro de ella, dormida y húmeda comenzó a cogerme ella sola. Yo no hice mucho esfuerzo hasta que se detuvo. Parece que se había despertado. Sorprendida, supongo de sentir que ya me la estaba cogiendo, dejo de moverse. Era muy tarde yo ya estaba dentro y muy excitado así que fui yo quien continuó.

Miraba su trasero blanco, mientras ella en posición fetal se dejaba hacer lo que yo quisiera. Con una mano acariciaba y apretaba su pecho mientras con la acariciaba su suave trasero blanco. Arremetí contra ella un par de veces hasta que sentí como iba a venirse, me encaraba la sensación de no tener el condon porque sentía como por dentro apretaba para aguantar mientras yo apretaba mi pene para ponerlo muy muy duro sentí como se corrio por dentro y justo en ese momento me vine yo también. Fue tan mágico! Mi semen expulsando mientras sentía como ella también se venía. Dejamos de movernos mi pene estaba asta adentro de ella y cerré mis ojos y me dormir.

Debieron pasar 20 minutos cuando se despertó, sentí como su trasero se despegaba de mi y se volteó. Me miro y me pregunto

-Te viniste dentro?

Que más da ahora respondí!

Se puso encima de mi, tomo mis muñecas con sus manos, sus pechos redondos caían y tenerme sometido de esa manera comenzó a excitarme.

-Te pregunté que si te viniste dentro!

Mi pene ya estaba duro y ella al sentirlo me dijo

-Tanto te gusto?

Rozó un poco su vagina con mi pene, pensé que estaría reseco y no podría entrar pero ella ya estaba húmeda. Se introdujo mi pene y comenzó a cogerme. Lo hizo despacio al principio.

-Te pregunte si…

Decía meso y gemía, poco a poco soltó mis manos y me acercaba sus pequeños pechos para que los mordiera y así lo hice. Comenzó a cogerme más rápido mientras seguía repitiendo

-Te estoy preguntando si…

Dejo de preguntar y solo gemía mientras apretaba mi pecho y me cogia cada vez más rápido. Yo la levante un poco para comenzar a cogermela yo mientras ella estaba detenida. Sentí como se vendría y puse el pene tan duro. Ella se mojaba y escurría su miel hasta mis testiculos cuando sentí como apretó sus piernas, araño mi pecho y lo apretó fuertemente. Yo metí mi pené hasta el fondo, de hecho la levante un poco y sentí como termino al mismo tiempo que yo explotaba. Dejo de gemir pero apretó su labio como queriendo gritar. Su cuerpo de ser blanco ahora era completamente rojo y su labio parecía explotar. De pronto comenzó a moverse y a sacar mi pene de dentro de ella. Cuando estaba por salir por completo, frunció el ceño tristemente y se salió. Tomó su teléfono, pidió un taxi y antes de irse me dijo.

-Sabes que no habrá nada como esto otra vez y lo cumplió, jamás la volví a ver.

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