Confesiones de una mujer casada (7)

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T. Lectura: 11 min.

Hola, muy buenas a todos los lectores que visitan mi relatos, para el día de hoy vamos a contarles otra de sus infidelidades que mi amada esposa me contó.

Ya estando en la casa y después de haber pasado un fin de semana excitante mi esposa llega a la comodidad de su hogar en donde yo la espero, con ansias de verla y comérmela a besos y caricias, esperando y me cuente cómo se siente y terminar en nuestra cama haciendo el amor.

Desafortunadamente para mí ella lo que menos quería era eso. Si recibió todo mi cariño pero me rechazó estaba diría yo un poco hastiada de tanto sexo, después de haber tenido sexo con seis hombres por cerca de seis horas en el yate.

Me dejó claro que no quería que la tocará, le hice caso esperando el momento de poder disfrutar de su cuerpo así como aquellos hombres lo hicieron sin compasión.

Fue hasta el miércoles que tuvimos ese momento en donde los dos nos fundimos en un intenso momento de placer y excitación al escucharla, contándome todo lo que había disfrutado de su encuentro sexual con 6 hombres y acompañada de dos mujeres que habían contratado en la ciudad que al igual que mi esposa eran casadas.

El jueves volvimos a hacer el amor con una pasión extrema, enloquecidos y excitados. El viernes ya un poco más calmados mi esposa me quiso contar cómo ella me puso los cuernos y yo ni por enterado me di estando de paseo.

Pues resulta que a mí me gusta el deporte y lo practico. El fútbol, el patinaje, el ciclismo, los bolos, el basquetbol y otra cosa que me encanta el juego de cartas.

Tengo una vida muy social. Para esta vez habíamos viajado a la ciudad de Villeta y mi esposa me empieza a contar cómo coqueteando empieza su aventura sexual así.

-¿Papi te acuerdas cuando fuimos a Villeta y tú participaste en una competencia los tres días que estuvimos allá?

-Si claro que sí como olvidar esa competencia si hasta me caí y casi no la termino.

Me quedé pensando y le preguntó.

-¿Por qué, paso algo en esos días?

Ella me responde.

-¡Si!

A lo que le preguntó.

-Si ¿y se puede saber que fue?

Lucia se me queda mirando y sonriendo me la suelta.

-Pues mientras tú competías mi amor este pechito te ponía los cuernos con cuatro tipos que estaban en la casa donde nos quedamos.

La mire sorprendido y con la mano le indique los cuatro dedos.

-¿Guau tuviste sexo con cuatro hombres, tu sola con cuatro tipos y quiénes fueron?

Me contesta.

-Hay papi tú sabes muy bien quienes fueron, si los viste salir del cuarto y te creíste lo que te dije.

A lo que le contesté.

-Si me acuerdo muy bien de ese día y el día anterior también estuviste teniendo sexo con los mismos.

A lo que me responde.

-Si y por eso no fui a la aburrida carrera quedándome para disfrutar de dos sementales que me follaron toda la tarde en compañía de doña Isabel quien también le puso los cuernos a su marido.

Isabel era la esposa de uno de los organizadores del evento una mujer atractiva de 50 años, mona teñida, pelo largo, de ojos color miel, de 1.70 de alta, de contextura gruesa. No gorda.

Entonces la Lucia continúa.

-Y la historia empieza así. Resulta que el sábado estuvimos viendo la carrera pues era en el pueblo y que gracias a que don Julio nos dejó en compañía de dos de sus peones de la finca Ramiro un moreno buena persona, divertido, calvo, de ojos negros saltones de 1.70 de alto y David un mestizo de abundante pelo de 1.80 de estatura nada feo ambos con sus sombreros de vaquero y sus botas texanas me atrajeron y como se quedaron a acompañarnos durante la carrera haciéndole barra cuando pasaban coquetee con ambos siendo más cariñosa con Ramiro ya que me dejaba que sus manos me acariciara la cintura sintiendo sus manos sobre mi piel.

Ese día tenía puesto un top negro y jeans descaderados a la vez que también lo abrazaba y metía mis manos entre su franela y camisa abierta acariciándole la espalda, lo que el aprovecho para acariciarme en varias oportunidades el trasero, a la primera le sonreí y le pique el ojo.

Empezamos a caminar hacia la meta ya que estaba por acabar la carrera y hubo un momento en que quedamos solos la gente voltio la esquina y nos detuvimos antes de voltear quedando yo contra la pared lo abrace acercándolo a mi cuerpo y sin decirnos nada nos besamos por más de cinco minutos, hasta cuándo sentimos que pasaron los ciclistas por la vía yo me imagino que tú pasaste en ese momento y al parecer ni me viste besándome con Ramiro, pues estábamos detrás de la gente del pueblo que salió a ver la carrera.

Terminaron de pasar todo el grupo y la gente empezó a caminar hacia la meta, Ramiro quería seguir hay lo complací por otros diez minutos volvimos a besarnos, la gente seguía caminando, seguimos al grupo y abrazados llegamos a dónde estaban premiando al ganador de la etapa, llegamos a dónde estaban tus amigos y yo seguía abrazada de Ramiro, la verdad me tenía excitada y me valió huevo que la gente pensará mal, de al fin y al cabo no los conocía.

El grupo de ciclista se aproxima para quitarse las zapatillas y colocarse sandalias y tenis refrescarse echándose agua y tomando té recibí la cicla mientras te hidratabas hay alistamos las ciclas sobre los carros en donde nos separamos de Ramiro, pero cada vez que nuestras miradas se cruzaban yo le mandaba un beso o le picaba un ojo, hasta ahí paso el comienzo arrancamos para la finca de don Julio una casa grande, con piscina, una cancha de basquetbol, un kiosco con bar y asador y rodeada de árboles altísimos. Ya eran las doce del día almorzamos y no volví a ver a los muchachos.

Yo comí demasiado y quedé llena, me fui a dormir la siesta me desperté a las cuatro pm. Estaba que sudaba me desvestí y me metí a la ducha a refrescarme vestirme y salir a la sala dónde estaban todos escuchando a uno de los invitados, contar chistes. Mire a ver si veía a Ramiro y no estaba ninguno de los peones. Llego don Julio y nos avisó que íbamos a ir al pueblo a mover el esqueleto así es que nos alistamos y yo había llevado un bodi gris transparente con figuritas que poco cubrían mis pechos no use sostén, de manga larga unas medias veladas grises brillantes, una culifalda y una chaqueta de tela también brillante.

Detuve a mi esposa comentando.

-A si me acuerdo de la pinta, fuiste la sensación de la noche, por eso paso lo que pasó cuando llegamos a la pieza.

-Yo también papi si llegaste bien arrechito.

Lucia siguió contando la historia y yo empecé a besarla por el cuello y acariciar su cuerpo desnudo.

Eran las ocho de la noche y salimos para el pueblo. Sandra, doña Isabel y su marido iba con nosotros. El esposo de Sandra iba en el platón de la camioneta de don Julio, dónde varios se montaron para no llevar sus carros. Esa noche fue como si nos hubiéramos puesto de acuerdo las mujeres y fuimos todas muy sexys, minifaldas, escotes bastante generosos que dejaban ver más de la cuenta.

Llegamos al sitio, entramos y lo llenamos pidieron aguardiente y cervezas para las mujeres ya que los ciclistas pues apenas tomaron dos tragos pues había que competir al otro día, la música retumbaba en el bar, y las parejas bailaban, tenía la esperanza de que Ramiro y David vinieran hasta que los veo entrar con otros tres peones, quienes se instalaron en el mesón del bar pues todas las mesas estaban ocupadas, estábamos en ese momento bailando los dos y veo que Ramiro nos veía bailar y le envié un beso, no sé si te acuerdes y termino el disco y me fui a saludarlos y sacar a bailar Ramiro un vallenato romántico que sonó lo que nos dio pie a restregarnos nuestros cuerpos.

La oscuridad de la pista fue cómplice de tal acción y así baile con el varios discos de salsa, bailables, merengues y más vallenatos seguidos, hasta que sonó uno de música electrónica desocupando la pista y en donde los jóvenes y alguna de las damas salieron a bailar entre ellas yo, doña Isabel, Adriana y la otra niña que no me acuerdo de su nombre ya que Ramiro se sentó con sus compañeros tomando cerveza. Baile enfrente de el moviendo la cintura la Isabel me pregunta.

-Bueno mamita ¿y tú qué te traes con el Ramiro?

A lo que le respondí.

Me encanta y que cuando a mi me gusta un hombre no veo el problema de pasar un buen rato.

A lo que Isabel me responde.

-Quien ve a la chiquita y lo bandida que sale. Lo lamento por tu amado esposo. Debe de tener una cornamenta bastante grande.

Nos reímos seguimos bailando en frente de los peones, ya iba terminando el disco y le envié varios besos al Ramiro, termino el disco y me le acerque con Isabel y Adriana quienes se pararon tapándome sin querer y aproveché para meterme entre las piernas de Ramiro y abrazarlo y darnos varios besos. Sonó un merengue y saque a David a bailar y Isabel saco a Ramiro, Adriana otro de los muchachos, la otra chica venía del baño y saco a otro de los peones. El disco termino y las cuatros cambiamos de pareja mientras que tú con tus amigos bailaban con otras damas y otros seguían en las mesas hablando y riendo.

Y como si nos hubiéramos puesto de acuerdo las cuatro nos acercamos a bailar con sus esposos hay si te acuerdas bailamos un buen rato, con don Julio y varios de los ciclistas me dieron ganas de salir a fumarme un cigarrillo y me acerque a Ramiro abrazándolo le dije.

-ven papi me acompañas a fumar.

Salimos abrazados lo que el aprovecho para acariciarme las nalgas y apretármelas, en la calle había varias mesas ocupadas con gente del pueblo que no formaban parte del grupo y aprovechando nos alejamos unos metros en un punto medio escondido y oscuro y ahí nos besamos apasionadamente, me acaricio las nalgas, y yo su espalda me agarra mis tetas sobre el bodi, besándome el cuello y mi mano derecha bajo a tocarle el pantalón a la altura de su verga sintiendo su grosor

Hay papi te juro que nunca me imaginé llegar a algo así y menos en plena calle pero al sentir ese bulto en sus pantalones no me aguante las ganas de saborearla de sentirla en mi boca. Voltee a mirar hacia los lados y no había nadie cerca, lo miraba directo a sus ojos y riéndome

Le solté el cinturón el botón le baje la cremallera y metí mi mano derecha entre su bóxer y le saque la gruesa y larga verga la que me quedé asombrada lo bien dotado que estaba, mire hacia los lados para cerciorarme de que nadie nos viera, enseguida me la metí a la boca y se la mame por varios minutos diciéndole lo rica que estaba su verga y que me fascinan los hombres bien dotados el termino de bajarse los pantalones a las rodillas lo que me dejó chuparle hasta las huevas y lamberle todo el grueso tronco.

Volví a mirar hacia los lados y nadie se veía, me sonreí mirándolo a los ojos, seguí mamándosela y masturbarlo, me la restregué por la cara en medio de gemidos y seguía mamándosela tratando de hacerle una garganta profunda, pero por lo gruesa me dificultaba hacerlo, volvía a mirar hacia el bar y veía a la gente en el sitio y seguí mamándosela y masturbarlo, hay fueron más 30 minutos, hasta que se me vino en mi boca tomándome todo su semen con algunas gotas que alcanzaron a salir de mi boca mientras terminaba de venirse cayendo sobre el bodi quedando como evidencia de ese momento tan excitante.

Terminé de tomarme todo su semen el se colocó su pantalón y nos volvimos a besar y le conté que me fascinó mamársela lo rico que me hizo sentir con su deliciosa verga en mi boca. Hay prendí el cigarrillo y mientras me lo fumaba Ramiro me agarró por la espalda acariciándome la Cuquita sintió lo mojado que el bodi estaba en mi cuquita. Terminé de fumar y entramos al bar y acercándome a dónde la Isabel me pregunta.

-¿dónde estaba mamita?

Y haciendo el ademán de enrollar la mano acercando a la boca indicándole que estaba mamándole la verga a Ramiro. A lo que sorprendida y riéndose me dice.

-Hay no te lo puedo creer

Y al colocar su mano sobre mi hombro vio una de las gotas del semen y se acercó a olerlo y me mira diciéndome.

-Eres una desvergonzada mamita guau que loca eres.

A lo que le contesté.

-nunca había hecho eso en plena calle pero después de haberle acariciado el pantalón y sentir tremendo paquete no me aguante las ganas de hacerlo.

Y Isabel me pregunta.

-¿Y es que es muy grande?

Con mis manos le indique lo larga y lo gruesa.

Me mira y con cara de picardía enrollando sus labios en círculo me dice.

-Me encantan también, me encantan los hombres bien dotados. Creo que el David está también buen dotado, cuando baile con el sentí algo bien grande.

A lo que le respondí.

-Hay si yo también se la sentí sobre todo cuando baile un reguetón y le restregué mi trasero en su pantalón.

Adriana nos escuchaba atenta y se sonríe diciéndonos.

-He ave María al parecer a todas nos gustan los hombres bien dotados.

A lo que Isabel dice.

-Sin dudarlo ni un poquito y tengo varios amigos que me complacen con sus bien dotadas vergas.

A lo que les digo.

-yo he sido también afortunada la gran mayoría son bien dotados.

A lo que Isabel dice.

-Tu eres un pedacito de mujer físicamente perfecta buenos pechos a pesar de tu altura y un trasero redondo bien formado.

-hay me tienes.

Me paro en frente de ambas y doy una vuelta entera mostrándoles mi cuerpo y le digo.

-Pues chicas este cuerpecito me ha servido para conquistar a más de uno que me han hecho disfrutar de excitantes momentos.

A lo que la Adrián dice.

-Bueno lo siento mucho por tu marido.

Y las tres en coro dijimos.

-Pooobrecito…

Y nos reímos. Seguimos bailando con nuestros esposos hasta la una de la mañana que salimos con dirección a la finca y al llegar y entrar al cuarto tu te convertiste en una fiera sexual he hicimos el amor como locos desenfrenados. Yo me desperté al otro día y tú no estabas ya habías salido a revisar las bicicletas. Me levanto y en la piscina ya había varias de las damas que habían venido acompañando a sus maridos ciclistas y también había otras parejas

Que jugaban domino otras parques y un grupo que hablaban y reían, me puse un vestido de baño de dos piezas un hilo dental que dejaba ver mi trasero y el sostén apenas tapaba los pezones salí a la piscina con una batica abierta y doña Isabel hacían corrillo con Adriana y tres peladas que exhibían sus cuerpos en diminutos vestidos de baño. Me les acerque saludándolas.

-Hola chicas ¿cómo están?

Y doña Isabel me saluda.

-Buenos días mi pequeña y traviesa amiga.

A todas les di piquitos en la mejilla. El sol estaba en pleno despejado. Saque mi bloqueador y me lo unte mientras hablábamos de lo del bar y salió a colación lo de mi sexo oral con el Ramiro con todo y una animada demostración de lo hecho y la burla que desperté por tal hazaña haciéndome sentir realizada y dándome un toque de heroína ante todas.

Al rato de estar hablando le gente poco a poco fue saliendo de la piscina pues se acercaba la hora de la carrera y de pronto Ramiro lo vemos que entraba a la zona de la piscina con una toalla en la mano en un vestido de baño y unas arrastraderas las cinco estábamos acostadas en sillas de sol y con lentes de sol. Isabel al verlo nos dice.

-A ver mis niñas si gustan dirigir su mirada a la izquierda verán al Ramiro que viene hacia nosotras con su caminar y vean pues viene con una pequeña pantaloneta ceñida a su cuerpo no, no, no que descarado, viene a provocarnos. Todas volteamos a verlo y nos reímos.

A lo que una de las chicas dice.

-Guau miren ese monumento de hombre si está como quiere.

A lo que otra de las chicas dice.

-Lucia, valla en serio tuviste sexo oral con ese semental. Soy fan tuya ese hombre está que provoca una buena cogida.

Todas nos reímos.

A lo que también Adriana opina.

-Me encantaría meterme a la cama con él.

Me pare y sonriendo me le acerque saludándolo con un prolongado beso en la boca.

-Papacito buenos días.

-hola mamita ¿como amaneces?

-con ganas de haber amanecido contigo.

Después de una noche larga de sexo.

Volvimos a besarnos y me dice.

-Ha eso pensé está mañana al despertarme que rico sería.

Ramiro coloca su toalla extendida sobre una de las sillas de sol y un nevera de icopor que traía con cerveza en el suelo, en los parlantes sonaba pura música clásica y a los minutos cambio a un poco más bailable. Ramiro saludo a las otras chicas dándole a cada una besito en la mejilla en pleno coqueteo de las chicas, quienes en forma jocosa le dieron a saber de nuestra experiencia sexual de la noche anterior, hasta la misma Isabel comento el bulto que se le veía al vestido de baño muy visible.

El Ramiro se sintió un poco apenado pero al final duro un buen rato de pie dejando ver ese exquisito bulto en su vestido de baño y yo a su lado abrazada por la espalda dándonos besitos, hablábamos con las chicas, dos de las chicas se fueron pues sus esposos las habían llamado. Ramiro les ofreció cerveza fría que traía en la nevera.

Me senté en el borde de la piscina y el Ramiro se mandó de cabeza nadando un poco a lo que yo también me metí a nadar un poco ejercitándome por varios minutos, el tiempo fue trascurriendo y la gente se iba ya yendo a vestirse para ir a la carrera ya quedando unas pocas mujeres entre ellas el grupo de doña Isabel.

Lo que me dio la libertad de estar al lado de Ramiro y abrazarlo con mis piernas y besarnos por prolongados minutos diciéndonos bobadas, empezó a besarme el cuello y a acariciarme el trasero y como había pocas personas me solté el sostén del vestido de baño quedando en toples lo que me aplaudieron las chicas y que también poco a poco se alistaron para irse dejándonos solos y así darle rienda suelta a mis instintos sexuales, le baje la pantaloneta quitándose la toda y mientras nos besábamos le acaricie la verga y las guevas.

Nos salimos de la piscina Ramiro saco dos cervezas tomamos varios sorbos y se sienta en una de las sillas y yo me le arrodillo en frente de él colocando una toalla en el piso y le agarro la verga y empiezo a mamársela, se la lambí, me la restregué por la cara, le chupe las huevas, ya llevaba cosa de 5 minutos cuando te veo que pasas directo a la casa muy seguramente buscándome sin dejar de mamarle la verga a Ramiro me sonrió mirando al Ramiro y continúo en mi exquisita acción. Veo que entras a la casa y se la lambo y dándole un besito en el glande le digo a Ramiro.

-Ya vengo mi amor, espérame y me deshago de mi esposo.

-Listo mamita acá te espero.

Le pegue tres mamadas y vi a David que venía hacia nosotros observándome me mira tapándose los ojos con su mano derecha, me sonrió y pegándole la última mamada, a lo que e el David pregunta.

-¿Y ustedes no se han arreglado no van a ir a la carrera?

Le contesté.

-Nooo… Yo no tengo ganas de ir creo pasarla mejor acá con Ramiro.

A lo que Ramiro también dijo.

-Tan huevón usted, que cree que tenemos ganas de ir a esa bendita carrera.

Nos responde David.

-pues si se ve de lejos las ganas que tienen

Me sonreí y volví a mamarle la verga a Ramiro y le dije.

-Como vez no tengo ni cinco de ganas de ir.

Me pare y acercándomele le pregunté.

-y tú si vas a ir, no te gustaría más bien quedarte y entre Ramiro y tú me hace pasar un buen rato.

Lo abrace y le acaricie el bulto de la verga sobre su pantalón con mi mano derecha y con la mano izquierda toque su quijada y acercándolo a mi cara lo bese en la boca y me dice.

-Quien se puede oponer a tal invitación, claro que me quedo mamacita.

Volvimos a besarnos y metí mi mano derecha entre su pantalón buscando agarrarle la verga y acariciarla. Y le dije.

-Listo entonces desviste que ya vuelvo me deshago de mi amado esposo y regreso.

A lo que me responde.

-a listó mamita de una.

Y me fui a buscarte menos mal ya bajabas la escalera recuerdas que al verme en toples volteaste a mirar para todos lados que no hubiera nadie que me pudiera ver.

-Si me acuerdo.

Le respondí y fue cuando te pregunté porque no te habías vestido. Y me respondiste que no ibas a ir. Ajá y me contestaste que ibas a aprovechar que no había mucha gente.

Si y me dijiste que me iba a quedar sola y fue cuando te conté que en la piscina estaban Ramiro y David que me iba a quedar con ellos.

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