Como muchas veces pasa, el sexo se vuelve aburrido cuando tú pareja es seria y mujer de hogar. Catalina y yo éramos novios, ella era muy linda, cabello castaño, piel blanca, ojos negros no tenía grandes tetas pero amaba sus pezones rosas, es la panocha más bonita que he visto, me encanta el bello castaño que se deja, y sus piernas perfectas me volvían loco. Como lo han notado soy amante del sexo, no me puedo contener y me encanta experimentar cosas nuevas.
Al cabo de un tiempo me comencé a aburrir, era siempre tener relaciones de misionero, nos acostábamos, comenzábamos con besos apasionados, la penetraba y ella gemía riquísimo, esa voz de mujer sensual al gemir me encantaba, con cada embestida podía sentir la humedad de su panocha, y como les comenté, era una panocha deliciosa. Muchas veces le insistí tener relaciones en otra posición pero nunca aceptó. A pesar de que me encantaban sus besos y me encantaba meterle la verga opté por terminar la relación con ella, yo necesitaba más, necesitaba a una mujer seria en la calle pero una puta en la cama.
Naturalmente, lo primero que hice fue contactar a una mujer que le encantara el sexo. Recordé a una exalumna que múltiples ocasiones se me insinuó diciendo abiertamente que le encantaba el sexo. La llamé de inmediato “hola, ¿cómo estás? Oye por fin aceptaré tu invitación por una cerveza si sigue en pie” de inmediato me contestó “ven a este bar, estoy con unas amigas”.
Llegué a tan rápido como pude y para cuando menos acorde sus amigas se habían ido, la invité a mi casa e hice lo propio; mientras la besaba le saqué las enormes tetas que tenía y ella acariciaba mi verga, de inmediato comenzó a mamarla “Uff si eres bien puta, ya me habías dicho pero no pensé que tanto” recorría mi verga con su lengua con una alegría que podía notar “ya te traía ganas, quiero que me cojan tú y tu amigo” me dijo mientras yo acariciaba su panocha, la empiné y comencé a cabalgarla, y evidentemente la hice tragar hasta la última gota de mi semen, como buena puta se quedó en mi casa hasta el otro día, tiempo en el que me cogí como quise.
Ella sabía que eso haría, estaba dispuesta que solo la usara como yo quisiera pero ya más adelante les contaré con detalles de ella.
Pasaron unos días y Catalina me volvió a buscar “te extraño” francamente yo quería volver a sentir su panocha así que la invité a un viaje que tenía planeado, era solo el fin de semana así que aprovecharía para cogérmela y convencerla de ser más abierta. Apenas llegamos al hotel, le quité la ropa, y comencé a cogérmela, me encantaba meterle la verga y acariciar sus tetas, como les comenté no eran enormes pero sus pezones me volvían loco, me vine adentro de ella, y aproveché para meterle un dedo y hacerla probar mi semen.
Ella accedió y para mi sorpresa no se inmutó. Más tarde la invité a bañarnos juntos antes de salir a un evento, le pedí que se pusiera de rodillas y me mamara la verga, ella accedió, sabía que era la única forma en la que volvería con ella ya que muchas veces se lo había pedido. Me di cuenta que no tenía experiencia así que le dije como hacerlo, yo estaba muy caliente y con la verga bien parada por la experiencia, sabía que a ella le encantaba mi verga y para tenerla adentro tenía que mamármela primero, me pidió penetrarla y así lo hice.
Cogimos durante un buen rato y salimos al evento. Al regresar le pedí que me la mamara nuevamente y así lo hizo, yo la puse en 4 y mientras la penetraba la nalgueaba como, ella fuera de molestarse se éxito y aproveché para cogérmela más duro. Terminé en su espalda y esa sensación a ella le gustó. Poco a poco le fui enseñando más posiciones y desperté en ella curiosidades, algunas veces mientras me la mamaba yo le metía un dedo en el culo, comencé a cachetearla mientas me la cogía o la ahorcaba, a ella le empezó a gustar eso. Lo último que le enseñé fue a comerse mi semen, lamentablemente por sus celos terminamos nuevamente pero es aquí donde comienza lo verdaderamente excitante.
Un par de años después me la encontré en un evento, se veía riquísima y pude notar que ya no era la inocente que conocí, nos saludamos e intercambiamos números de teléfono. La busqué a los pocos días “hola Catalina, estoy en un bar por tu casa, quieres un trago?” Ella accedió y llegó al poco tiempo, durante el tiempo que estuvimos ahí nos besamos y acordamos vernos más seguido, yo la invité a mi casa pero me dijo que no tenía tiempo. Me dejó con la verga bien parada.
Pensé que era una especie de venganza pero repentinamente empiezo a recibir fotos y videos de ella masturbándose “te encanta mi panocha peludita, ¿verdad? Quiero que te la comas” me dijo en un mensaje, me pidió fotos de mi verga y yo ya la traía bien parada comencé a enviárselas “quiero tenerla adentro, quiero que me cojas” me decía en uno de sus mensajes, yo estaba fuera de la ciudad y acordamos que el fin de semana que llegara nos veríamos.
Así pasó, llegué a la ciudad y la llamé, me dijo que pasara por ella, como ya les dije antes, amaba sus piernas y le pedí que llevara un short corto y sexy, así lo hizo. Al subirse a mi coche me recibió con un beso bastante caliente, apenas llegamos a mi casa y ya estaba encima de mi, me pidió hacer un 69, yo encantado accedí, pude notar que su técnica de mamarla había mejorado la chupaba como una verdadera puta “ya métemela, no aguanto más” así lo hice, puse sus piernas en mis hombros y comencé a penetrarla, la cacheteaba y ella gemía como perra, cuando comencé a ahorcarla pude ver sus ojos llenos de placer “soy tu puta, papi” gritaba una y otra vez, la puse en 4 y ella sola se abrió las nalgas.
Cuando se la metí estaba goteando de lo mojada que estaba “pégame” me dijo, yo le daba con mucha fuerza las nalgadas y ella gemía, después la puse de cucharita y mientras se la metía le apretaba las tetas, le toque la panocha mojada y después llevé mis dedos a su boca para probar sus jugos, eso le encantó, la cacheteaba una y otra vez y le decía que era puta, y que como buena puta solo yo podía cogérmela “eres mi dueño” me dijo, le pedí que me la mamara nuevamente para venirme en su boca y obedeció, se comió hasta la última gota de mi semen. Mientas reposábamos me confesó que había probado muchas vergas y por eso ahora estaba dispuesta a todo conmigo, quería recuperarme.
Yo estaba listo para volver a la acción y le pedí que me la mamara antes de penetrarla, está vez ella me la estaba mamando delicioso cuando comienzo a sentir un masaje delicioso en mis huevos con sus dedos y poco a poco bajo con su lengua hasta mi ano y comenzó a lamerlo, nunca había experimentado algo así pero me excitó, mientras me masturbaba con su mano lamía mi ano, y después volvió a mamarme la verga, que rica sensación. Yo la tenía durísima y estaba feliz recibiendo su mamada.
Me pidió penetrarla, se puso en 4 y se la metí, la estaba bombeando tan duro que terminó por acostarse completamente boca abajo y yo seguía cogiéndomela, note de inmediato que ya era toda una puta, me encantó escuchar las vergas que había probado y que la mía era la que más le había gustado así que se la metí con más fuerza “vente adentro” me pidió.
Así lo hice, igual que la primera vez que la enseñé, con mi dedo saqué semen de su panocha y le pedí que se lo comiera, así lo hizo, no dejaba de chupar mi dedo y yo aún tenía la erección así con ella costada me subí en su cara y le metí la verga en la boca, observaba como me limpiaba el semen y le repetía que era una puta, ella asentía y yo no dejaba de acariciar sus tetas y su panocha.
Después de un rato nos levantamos a tomar un trago. Al calor de las copas me la volví a coger pero esta vez solo de misionero, la energía ya no era la misma. Acordamos ser solo amigos sexuales, ella me pidió exclusividad pero por obvias razones yo no cumplí ese trato.
Espero les haya gustado este relato. Si quieren alguna segunda parte de los relatos anteriores, me avisan.
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Muy buen relato, que bueno que después de dos años cambio totalmente su forma de hacer el amor.