Cómo dije, el gorila faltaba ocasionalmente al futbol y se pasaba a mi departamento a darme lo mío, sabía que tarde o temprano mi novio se daría cuenta y así fue como sucedió:
Ese domingo les tocó el primer juego del día, a las 8 am, yo ya esperaba al gorila como me lo pidió, con una minifalda que apenas me cubre el culo, pantimedias sin ropa interior, tacones altos que le encantan y blusita de tirantes.
El gorila llegó a esa hora con su uniforme de futbol puesto como se lo pedí, no sé por qué me excita verlo así, incluso le digo que se deje los tachones para coger.
Entra a mi departamento y en cuánto pude me lancé a su cuerpo envolviendo su cintura con mis piernas y su cuello con mis brazos, sin esfuerzo el me atrapó sujetándome por las nalgas y me empezó a besar metiéndome la lengua hasta la garganta, mientras yo chupaba su lengua podía sentir en mi pelvis como su verga iba creciendo.
Así me cargó hasta mi recámara, de una patada cerró la puerta y me lanzó a mi cama, al caer quedé con las piernas abiertas, el se quedó mirando mi puchita húmeda y viscosa que se transparentaba por las pantimedias, se quitó los shorts y la ropa interior y se dejó el resto del uniforme como el sabe que me gusta.
Se subió a la cama de rodillas y mientras con una mano me abría la pierna con la otra frotaba y golpeaba su verga en mi vagina, después bajo mis piernas para pasar sobre mí y poniendo su culo sobre mi pecho llevó su pene hasta mi cara, fiel a su costumbre, jaló mi cabeza por el cabello de la nuca e hizo que me tragara su trozo sin darme tregua hasta que me faltara el aire.
Así me estuvo amamantando hasta que se hartó, se levantó para girarse y crear un perfecto sesenta y nueve, le chupaba y me tragaba sus huevos bien depiladitos mientras el rompía las pantimedias para tener acceso a mi puchita y devorarse mi clítoris con esa desesperación que lo caracteriza, sentía un placer tan intenso que no podía contener los gemidos y los espasmos que daba mi cuerpo, trate de quitarlo pero el con usar un poco de su fuerza se aferró a mi panocha hasta que me hizo temblar de un orgasmo.
Se levantó y me puso en cuatro con mis rodillas al borde de la cama, me tomo por la cadera y de una me clavo esa gran verga que tiene, no pude evitar los gemidos a cada momento que me la metía, a pesar de que el chango me ha cogido ya algunas veces, mi vagina no se acostumbra al ancho de aquella bestia.
Después de un rato, estire mis brazos para dejar caer mi pecho en la cama y dejar mi culo bien parado ante mi macho, el al ver esto subió una de sus piernas y con sus tachones presionó mi cuello contra la cama mientras con sus manos jalaba un costado de mi culo para hacer sus estocadas lo más profundas que pudiera.
Fue aquí donde sucedió, a pesar del ruido de mis gemidos y del golpeteo de su pelvis con mi culo, pude distinguir el sonido de que abrían la puerta de la entrada, sin duda era mi novio, es el único que tiene llaves aparte de mi, cuando note que entraba empecé a gritar más fuerte, quería que se diera cuenta de que estaba pasando algo dentro del cuarto.
Una vez más deseé que entrara y viera como un verdadero macho me coge sin compasión, pero no se atrevió, vi sus zapatos entre la rendija del piso y la puerta, comencé a gemir aún más fuerte, se quedó ahí parado escuchando un rato y se fue.
Ya para terminar, el gorila me tumbó boca abajo, puso un cojín bajo mi pelvis para levantar mi culito, me abrió las nalgas y dejo ir todo su trozo en mi puchita, me jalaba del cabello mientras me bombeaba lo más duro que podía, yo quedé inerte solo recibiendo sus embestidas hasta que sentí su lechita dentro de mí.
Ya se que siempre le gusta venirse adentro, por eso me ya me cuido y no son necesarias las patillas del día siguiente, nos bañamos, nos vestimos y el gorila se fue, entonces fui a revisar mi celular, tenía mensajes de mi novio donde me decía que sabía lo que estaba pasando y con quien, que no tenía rencor pero que no podía continuar así, que el sabía que cometió algunos errores y me había descuidado. Yo le dije que no era una mala persona pero que yo necesitaba ser atendida de manera constante y que tristemente él se había ausentado y que ya no sentía nada cuando lo hacía con él.
Ya después me enteré que el equipo rival vs el que jugaría mi exnovio no se completó y no jugaron, a él se le hizo buena idea pasar a hacer el mañanero a mi casa, pero para su mala fortuna mi puchita ya estaba ocupada.
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