Cuando mi esposa se iba de rumba

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Buenas a todos los lectores de esta página.

Hoy les voy a contar una de las tantas historias que me han pasado en el transcurso de mi vida, las que he disfrutado gracias a las circunstancias de la vida que se me han presentado.

Resulta que era viernes y ya estaba en un pequeño problema con una cuenta bancaria al punto de que podría perder mi trabajo si no resolvía el asunto, así que no tenía idea de qué hacer excepto buscar una solución.

La jornada laboral estaba terminando y ese día no quería salir a tomar unos tragos con mis compañeros de oficina, así que me fui a casa, con la esperanza de comer, tomarme unas pastillas para poder dormir y descansar toda la noche.

Cuando llegué a casa, mi esposa también había llegado y estaba en la habitación. Encendí el estéreo y puse un disco de salsa romántica, saqué una cerveza de la nevera y me senté a escucharla y pensar en una solución a mi problema, hice dos llamadas a unos amigos para pedir ayuda. En ese momento baja mi esposa por las escaleras, la vi venir vestida con un vestido negro de minifalda y aberturas a los costados desde la cadera, zapatos de tiras altas. Escucho su voz sorprendida de verme en casa temprano un viernes.

-Oye papi, que milagro que hoy hayas llegado temprano.

Nos saludamos con un beso y le pregunté si iba a salir cuando la vi toda arreglada y maquillada.

Ella responde.

-Sí, mi amor, voy a ir al departamento de una de mis compañeras de la oficina.

Se acerca al espejo de la entrada y saca un labial de su pequeño bolso, que se aplica en los labios. De pronto suena la bocina de un auto y ella me mira diciendo.

-Bueno papi, ya están aquí por mí.

Se acerca a mí, me da un beso y le pregunto.

-Vas a tardar un rato.

Ella responde.

-Oye papi, no tengo idea, es mejor que te duermas porque seguramente llegaré tarde.

A lo que le comenté.

-No es muy probable que me tome una pastilla para dormir.

A lo que ella responde.

-Perfecto papi, tómala para que puedas dormir y descansar toda la noche. Bueno adiós.

Teresa camina hacia la puerta, me siento en el sofá y la veo caminar, meneando su cuerpo. Puedo ver la curva de sus nalgas y pienso

Wow, menos mal que se va a casa de sus amigas. Se fue cerrando la puerta dejándome sola. Fui a la cocina a preparar algo de comer y luego subí al cuarto a tomarme la pastilla, ponerme la pijama y acostarme a ver la tele.

Me quedé profundamente dormida y al día siguiente me desperté y Teresa estaba acostada a mi lado. Me levanté para hacer un café para las dos, volví al cuarto con los cafés, la desperté diciendo.

-Buenos días mi amor, como estas despertando, bebiste mucho.

A lo que ella responde.

-No papi, en realidad no, pero me la pasé muy bien y quedamos en repetirlo

A lo que yo respondí.

-Bueno mami me alegro que te diviertas con tus amigas.

A lo que ella me responde con una sonrisa pícara.

-Si mis amigas locas.

Pasaron los años y me enteré que esa noche Teresa no fue con sus amigas, esa noche Teresa fue al departamento de uno de los granjeros que la visita en su oficina, quien fue quien la fue a buscar, al llegar a su departamento se besaron apasionadamente desvistiendo sus cuerpos para tener sexo por más de seis horas. Ella me contó los detalles de esas seis horas paso a paso, sorprendiéndome con su forma de decirme lo mucho que lo disfrutó, tanto que se volvieron a ver muchas veces y hasta en mi propia cama disfrutaron del cuerpo del otro.

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1 COMENTARIO

  1. Hola Dieguillo, no si escribes por catarsis o simplemente por fastidio y sin ánimos de ofenderte, pero no crees que parte de la idea liberadora es darle al lector un poco más de detalles, es decir, ya revelaste el hecho de que te fue infiel, ahora puedes inriquecer un poco más la historia dándole el contexto que se merece, escribe con detalles lo que te dijo, como te hizo sentir, como se veía ella al confesarte esos detalles

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