Deliciosa lechita

0
5621
7
T. Lectura: 2 min.

Esa mañana desde el momento que hicimos el plan para vernos, todo mi cuerpo empezó a estremecerse, al ir de camino al trabajo ya sentía mi vulva húmeda, cosquillas alrededor de mis pezones, los sentía erectos, duros; el hecho de pensar que más tarde estaríamos juntos ya era un estimulante a mis hormonas.

Ese día tuve reunión se me hizo muy larga, era la hora de la cita yo seguía en la reunión, empecé a desesperarme, a querer salir de ahí rápido a tu encuentro, me llamaste por teléfono preguntando si aún tardaría a lo que dije “no ya estoy por llegar”

Entramos a casa de mi mamá, ahí sería nuestro encuentro (estaba al cuidado de su casa, ya que ella salió de vacaciones) te sentí nervioso, empezaste a recorrer sala al comedor no sé qué buscabas precisamente, mientras tanto me dirigí a la recámara, me cambié y me puse un baby doll de encaje, muy sugerente, una tanga y un poco de perfume.

Cuando escuché tus pasos en el pasillo empecé a lubricar más, mi vagina se sentía mojada, ansiosa, te esperé sentada en la orilla de la cama, tu mirada era ansiosa llena de deseo en cuanto estuviste cerca de mí tomaste mis pechos fuerte y comenzaste a masajearlos a estimularlos me besaste de una forma tan rica que no pude evitar que la piel se me estremeciera.

Tomaste mis hombros e hiciste que me recostara poco a poco sobre la cama, besaste mi cuello, mis pechos, los disfrutaste los tomaste entre tus manos los apretaste, los lamiste, los apretaste con fuerza; poco a poco fuiste bajando pasaste por mi ombligo con una sutileza tan deliciosa que cuando sentí, había llegado a mi vulva separaste mis piernas delicadamente, empezaste a estimular con esos dedotes deliciosos mi clítoris, poco a poco pequeños chorritos brotaban de mi vagina, ahhh gemí de placer, te pedía más.

Tu mirada reflejaba placer también lo estabas disfrutando, estabas excitado y extasiado, te pedí que te quitaras la ropa, rápidamente empecé a jalar la camisa, desesperadamente baje tu pantalón, meti tu verga a mi boca empecé a succionar delicadamente esa deliciosa cabezota de tu pene, lo lamí de arriba a abajo, se sentía grueso, gigante, a simple vista era antojable, lo mame por un rato, lo mordí delicadamente, llegabas hasta el fondo de mi boca, yo tocaba al mismo tiempo tus huevotes, eso te excitaba más, siii, te contoneabas, gemias, lo estabas disfrutando.

De repente me tomaste de los hombros recostandome en la cama, te recostaste sobre mí poniendo en mi boca tu enorme verga y accediendo a mi vulva, iniciamos un delicioso 69, poco a poco la intensidad iba incrementando, fue delicioso, sentir tu lengua explorando mi vulva, con la lengua abriste mis labios mayores metias la lengua y la sacabas como si me penetraras con ella, eso me excitó aún más, sentía salir agüita de mi vagina, fue increíble, intenso, magnífico lo que nos provoco un orgasmo simultáneo, terminaste en mi boca, me dejaste saborear tú delicioso semen yo me moje en exceso, salia y salia agua me retorcia de placer, gritaba y busqué tu mirada estabas feliz, satisfecho y agotado.

Hubiéramos querido recostarnos en la cama pero estaba empapada no había un lugar seco, nos aseamos, vestimos y fuimos a comer algo, una vez más fue un encuentro sorprendente y delicioso.

Loading

DEJA UN COMENTARIO

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí