Doble penetración a mi esposa

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Mi esposa siguió mamando mi verga después de que mi hermano se la culeó y la enculó, lo vi a diez centímetros como la verga de mi hermano entraba y salía de su chocho y después de su ano, mi esposa quería más y siguió chupándome la verga, diciendo: “mi amor adoro tus 23 centímetros de verga y su sabor pero quiero sentirla dentro de mi coño, aunque mi cuñado también tiene una buena verga, yo quiero la tuya”.

Una vez la tuve como a ella le gusta, se subió y se ensartó la verga en su coño y comenzó un sube y baja lento y profundo, mi hermano el ver ese culo que subía y bajaba, se le paró de nuevo y colocándose detrás de mí esposa de nuevo se la metió por el culo.

Mi esposa gemía y gritaba diciendo: par de cabrones háganme gozar con sus vergas, rómpanme el culo y el chocho, quiero más denme duro como a lo que soy una puta. Mi hermano y yo aumentamos el ritmo de la culiada, con mucha sincronía entrábamos y salíamos de su culo y chocho, de pronto los tres explotamos yo le llame de semen su coño y mi hermano por segunda vez le lleno de semen sus intestinos, nos recostamos ella entre nosotros, mi hermano le metía un par de dedos en el coño y yo hurgaba su ano, y nos quedamos dormidos.

De pronto me desperté y la zorra de mi esposa me empujaba con su culo porque estaba pegada a la verga de mi hermano y mamaba como loca, y mi hermano la pajeaba con sus dedos el coño de mi esposa, yo me excite viendo el cuadro de mi esposa mamando verga, le levante el trasero y le penetré por el coño dándole una culiada fuerte, la abracé y la puse sobre mí de espalda, luego quedó con su coño lleno de verga que mi hermano miraba súper cachondo, él ahora veía en primer plano como me follaba su cuñada, se acercó y puso la cabeza de su verga a la entrada del chocho de mi mujer.

Yo hice una pausa y mi hermano apretaba hasta que su verga entró, no podía creer que mi esposa aguantara dos vergas en su coño, todos gemíamos de lo cachondos que estábamos, mi mujer gritaba, aullaba como una verdadera zorra, diciendo: “quiero más, no paren, fóllenme duro quiero sus vergas en el fondo de mi chocho, cabrones pártanme la panocha, denme más… más… duro quiero otra verga para mi culo y para mi boca”, y los tres llegamos simultáneamente y le llenamos su chocho de semen, nos tiramos a su lado a descansar, a mi mujer le salía de su chocho semen y sus propios flujos, mi hermano la besaba, era una lucha de lenguas y yo le metí un par de dedos por el culo a mi mujer y al parecer el sueño de nuevo nos venció.

Al día siguiente nos levantamos conocimos a Jorge el mayordomo un joven rubio, alto y atlético de 28 años y su esposa María de 24 años, baja de estatura, con unas tetas y un culo de ensueño, mi esposa tiene 27 años, alta de 1,75 metros con unas piernas largas torneadas, un par de tetas firmes y un culo de campeonato, mi hermano tiene 32 y yo 30, a mi hermano y a mí la biología nos doto de un verga de 23 centímetros y de una cuerpo sólido y musculado sin ser de gym.

Por la tarde fuimos los cinco a la piscina, mi hermano se morreaba a María, Jorge y yo morreábamos a mi esposa que nos desnudó y acariciaba nuestras pollas, joder decía: “Jorge tiene una verga de 17 centímetros pero como una lata de cerveza de gruesa, la quiero en mi chocho, después de ayer cualquier verga me cabe en mi chocho”, y comenzó a mamarnos la polla alternadamente, tumbo a Jorge de espalda y se empaló en su verga, haciendo un sube y baja frenético y con mucha fuerza, yo le metí par de dedos en su culo y se lo lamía, ella solo gemía pidiendo más, puse la cabeza de mi verga en su ano y comencé a apretar hasta que entró, se la fui metiendo suavemente hasta la totalidad.

Comenzamos con un mete y saca profundo, sincrónico y frenético con mucha fuerza, el morbo y la lujuria mandaba sobre nuestros sentidos, follamos su chocho y su culo como 20 minutos, ella gritaba, aullaba pidiendo verga, mi hermano ya se había follado a María y se nos acercó con su verga erecta y se la metió a mi mujer en su boca para callarla, y follábamos con vehemencia los cuatro, explotamos en un clímax apoteósico.

Jorge le lleno el chocho de semen a mi mujer, ella se corrió y le baño la verga y los huevos a Jorge, yo descargue mis huevos en sus intestinos y mi hermano exploto en su boca tragándose ella su corrida, nos tumbamos a descansar, pero mi esposa tenía ahora tres vergas para chupar, entonces María se unió a mamar verga también, pidiendo una penetración similar a la que le acabamos de dar a Stella mi esposa.

Esa semana fue de sexo desenfrenado entre mi esposa, mi hermano, Jorge María y yo, cumplimos nuestras fantasías, hicimos doble penetración a María y a Stella de nuevo, los tres nos rotábamos por esos tres huecos de esas mujeres hambrientas de verga.

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