Economista y prosti: Escapada y vacaciones

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T. Lectura: 7 min.

Hola lectores:

Encantada de regresar de mis vacaciones, para tratar de contarles mucho de lo ocurrido en un mes, y todo lo que, espero, seguirá ocurriendo.

Como les dije en el fin del relato anterior, al comenzar las vacaciones, ese domingo “nos escapamos” con Sam, (con autorización obvia de Tommy). Fue novedoso y divino, éramos como amantes escapados, sólo que adultos muy conscientes de lo que hacemos.

En el viaje hacia nuestra ciudad de destino donde se sumaría Tommy el lunes de comienzo de nuestras “vacaciones de trabajo”, parábamos frecuentemente, nos besábamos, descansábamos de la conducción continua y nos íbamos excitando.

Es increíble como dos personas pueden sentirse cercanas sabiendo que nuestras situaciones familiares son por separado. Fuimos a la ciudad sede del nuevo distribuidor del norte del Río Negro.

Llegamos, habiendo almorzado y tomado nuestro tiempo, al hotel elegido. Dos habitaciones separadas, la mía doble, para cuando llegara Tommy.

De tardecita caminamos del brazo y hasta de la mano, reímos, cenamos liviano y temprano estábamos en el hotel. Cada uno a su habitación, y le dije a Sam que en cuanto estuviera lista lo llamaría.

Me preparé totalmente, ducha etc., etc., estaba lista para todo. Como siempre dudaba acerca de si ponerme algo y en caso afirmativo, que ponerme.

Finalmente, opté por algo bien clásico, tanga de encaje, negra, babydoll también de encaje negro y zapatos de charol negro de tacón bien alto. El cabello recogido bien tirante. Mi landing strip primorosamente recortada prolija y perfumada apenas.

Llamé a Sam que en dos minutos estuvo en mi habitación. Nos besamos como novios, largo rato, me dijo que estaba especialmente linda (caballero total) y pidió pasar al baño a desvestirse.

Y entonces fue cuando comenzó una de mis mejores noches…(lo escribo porque lo sabe Tommy, y lo saben mi papá y mi suegro).

Sam se me acercó y mientras se acercaba yo miraba embelesada esa verga a medio camino entre caída y parada, esas bolas bien colgantes… algo que me encanta, saber que ya viene casi listo.

Llegó a mi, me desvistió lentamente sin dejar de decirme cosas lindas y a veces picantes (que linda putita, o que linda novia tengo, o que afortunado soy que Tom me deja tenerte a solas).

Más besos y nos acostamos, frente a frente, caricias, besos en las tetas, besos de lengua. Yo no paraba de ver aquel cuerpo de hombre ya casi totalmente excitado por mi. La verga casi dura, los huevos cayendo sobre su muslo izquierdo, con él recostado frente a mi.

Me moví y se la lamí un poco, algo se la chupé también, sin acelerar las cosas, estábamos solos y teníamos toda la noche. Luego fue él quien me dio besos en la concha y volvimos a estar acostados de frente.

Me acariciaba la cara y trenzábamos las lenguas. Sus dedos a veces jugaban en mi culo o en mi cuca y yo le respondía con suaves caricias a su pija.

Él estaba sobre su costado derecho. Tomó mi pierna izquierda y la puso sobre su cuerpo. Mi concha quedó a merced de él.

Mojó de saliva sus dedos y me los refregó en la concha.

–Hoy va a ser diferente, dijo.

–¿Si? ¿Y por qué? ¿Qué vamos a hacer?

–Ya lo verás. Quiero que lo pasemos como nunca, que me cuentes cosas, que disfrutemos toda la noche, y también que sepas cosas de mí.

Y siguió: –Me gustas mucho, quiero seguir teniéndote siempre, ésta situación de que eres casada y compartida me encanta.

–Para siempre me tendrás mientras me desees, eres tan gentil y amoroso, me encantan estas salidas. Además me colmas de regalos, debo agradecerte la transferencia del viernes, no lo merezco.

–Lo hago con gusto, te quiero como diosa, tú y Tommy son geniales.

Y en ese momento un pequeño movimiento hizo que la cabeza de su verga enfrentará mi concha y entrará apenas.

–Hoy cogemos sin límites dijo.

–Nunca tenemos límites.

–Hoy lo siento especial.

Y otro movimiento terminó de meterme la cabeza en mi cuevita de amor.

Más besos, mordiscos a los pezones y:

–Siempre me han dicho que puedo disponer de ti como si fueras esposa o novia y mi putita.

–Así es, lo sabes. Puedes disponer totalmente de mi.

Un leve empujón y otro centímetro de verga entró en mi cuerpo. Un suave vaivén duró unos segundos y se detuvo.

–Quiero estar seguro de que Tommy aprueba lo nuestro, nuestros jueves de tarde cogiendo, los almuerzos de a tres. O que yo a futuro pueda entregarte.

–Puedes estar seguro, te lo juro. Y a mí me encanta ser tu novia, y todo lo que me das. Otro empujón, otro centímetro de verga entró y el vaivén me amoldó a eso.

–Puedes hacer de mí lo que quieras.

–Tengo ideas que ya sabrás en el futuro, incluso con mi esposa. (Es casado en segundas nupcias, su señora está en los 45 años). Se va a hacer las tetas y a poner un poco de labios. Dice que lo quiere hacer porque me nota más activo… y es tu mérito aunque ella no sabe.

Y si queda más linda con esos cambios quiero emputecerla y que me ayudes.

–¡Que pícaro! Claro que te ayudaríamos, cuenta con nosotros. Habrá tiempo pues estamos considerando postergar mi fecundación, estamos muy bien así.

Otro centímetro de verga entro en mi y más vaivén siguió calentándome, aunque paraba de moverse después de pocos segundos.

–¿Son felices en su nueva vida? ¿Se han adaptado?

–Muy felices, los dos. Además de lo económico, estoy asegurando todo nuestro futuro, descubrí que nunca tengo demasiado sexo, que me encanta. Conocemos gente muy de bien, y te hemos conocido a ti. No sé, me siento especial contigo… y en ese momento un envión metió el resto de pija en mi.

–Me gustas, quiero que sigamos así, es hermoso.

–Me vuelves loca, aunque amo a Tommy, estar contigo me encanta.

Ahí comenzó a bombearme y su boca selló la mía con besos, me llenó de saliva, y un dedo se insinuó en mi culo.

De nuevo se detuvo y se dedicó a mis tetas, yo volaba de calentura.

–Siempre te haré todo lo que te guste y te daré lo que desees.

–Quiero acabar, le dije.

Sus movimientos se aceleraron, yo me sentí morir, mi cuerpo temblaba y el orgasmo fue como una liberación, y yo también comencé a acompañar sus movimientos.

–¡Me acabo! Gritó, y sentí que su esperma se desparramada dentro de mi cueva de amor. Fue una acabada caliente, larga y disfrutable, que me dejó bien adentro, con la pija a fondo en mi.

Quedamos quietos y jadeando unos momentos.

–Quiero algo especial dije.

–Lo que sea amor (lo dejamos que me diga amor o cariño, como prueba de mutuo afecto, y Tommy lo disfruta, pues ve que su esposa es deseada).

Me salí de él, apretando las piernas subí hasta su cara y puse mi concha sobre sus labios.

–Quiero que chupes y luego me pasas todo en un beso.

Vaya si lo hizo, mientras me acariciaba las tetas, chupaba mi concha en la cual yo sentía escurrir el semen y los jugos de mi orgasmo.

Una leve toque de una mano en mi espalda, indicó que estaba listo. Saqué mi concha de su cara, me acosté frente a él, que acercó su cara y cuando yo abrí mi boca, me dejó caer desde la suya todo lo que había chupado de mi intimidad.

No puedo concebir momento de más gozo e intimidad. No le limpié la pija ni me volvió a chupar la concha.

Tragué todo y seguimos besándonos a más no poder. Las caricias no tenían límite ni fin.

Y nuevamente surgió el diálogo.

–¿Sabes? Siempre he querido saber cómo sedujiste a tu padre, como se dio eso tan íntimo.

–Fue una idea de Tommy. Ya había seducido a su padre, que siempre me había mirado con cierto interés. Y Tommy pensó en hacerlo con mi padre, me costó aceptarlo, y mucho más seducirlo.

–Cuéntame todo, quiero saberlo.

Entre besos y caricias, sucios de semen de la reciente cogida, le dije:

–¿Y si te leo el relato que hice de la seducción?

–Sííí, ¡me encantaría!

Tomé la tableta que siempre me acompaña, busqué el relato y comencé a leerlo, casi que teatralizando la situación. Sam me besaba, me acariciaba e intercalaba comentarios.

Pero hubo un momento tremendo, cuando relaté como al ir a acostarnos, todos por separado y sin que papá cediera, decidimos tomar una foto y enviársela.

Noté que la verga de Sam comenzaba a endurecerse.

–Quiero ver esa foto, dijo.

–No la tengo conmigo, ¿se la pido a Tommy?

–Sí,sí, por favor, y me dio un beso de lengua de unos dos minutos .

Lo llamé, era cerca de medianoche. Puse la cámara, nos vio acostados, sucios de semen, besándonos.

Le expliqué el motivo del pedido, y también como me había cogido y que quería que él me hiciera lo mismo.

Buscó la foto, me mostró su verga erecta y se despidió con un beso, hasta vernos al día siguiente. Recibida la foto, aproveché el cañón despidió imágenes del cual ya no me separo al viajar, y proyecté la imagen en la pared.

Seguramente lo recuerdan (y si no lean el relato de cómo seduje a mi papá), yo desnuda sobre sábanas de raso, de espaldas a la cámara, de costado y con un codo apoyado en la cama levantando un poco el torso.

El culo, modestamente espectacular, las piernas se lucían, bien largas y torneadas.

Al ver esa imagen, Sam dejó escapar un ¡Ahhh! Y me besó.

Miré hacia abajo, su pija ya a full. Pero decidí seguir con la historia, hasta terminar de leerle el relato de ese debut con mi padre.

–¿Y a partir de entonces lo hacen siempre que pueden?

–Sí, prácticamente cada semana. Es increíble la sensación de penetrar a la hija y la de ser penetrada por mi padre, recibir su leche, pensar que esa pija y esa leche me engendraron. Darle satisfacción a quien me dio todo.

–Eres única amor, divina, sensible y puta, por eso te prefiero.

Cada vez los juegos y las caricias se intensificaban más, le lamí toda la espalda, me lo retribuyó y me lamió y chupó el esfínter y la cuca.

Estuvo largo rato frotando su miembro en los pelitos de mi landing strip, diciéndome lo linda que me queda.

Al hacerlo rozaba a veces su pija en mi clítoris y me fue poniendo “on fire”. Le hice un largo beso negro, con golpecitos de lengua y metidas de dedo incluídos.

Y finalmente, lo puse boca arriba y me lo monté. Sostuvo su palo enhiesto frente a mi concha mientras yo lentamente me lo ensartaba hasta los huevos.

Y entonces fue mi turno, lo volví loco con cambios de ritmo al subir y bajas mientras él me apretaba las tetas y me pellizcaba los pezones. A veces me doblaba para besarlo y seguía a más ritmo.

Al momento de mi orgasmo, grité como desesperada, casi convulsionando, y él me respondió con unos hermosos chorros de licor de amor. Al instante repetí lo de correrme hasta estar sobre su cara, chupó todo e hicimos un hermoso beso blanco.

–Estoy agotado, dijo, pero después de que descansemos te voy a hacer un pedido muy muy muy especial.

–Quiero saberlo ya, dije.

Arrimó su boca a mi oído como si alguien pudiera oírnos ja ja, y susurró su pedido.

Al instante recordé la fantasía ya cumplida de Mary, y le,propuse:

–¡Es algo muy especial! ¿Quieres que lo hagamos participar a Tommy?

–En realidad me gustaría ser el primero, y luego sí, hacerlo con él si quieres.

–Pues lo haremos solitos tú y yo entonces. Mmm espero que me guste. Una amiga lo hace y le encanta.

Nos dormimos abrazados como enamorados.

Nos despertamos más o menos al mismo tiempo, habremos dormido una tres horas. Yo imaginaba lo que vendría y acerté. Me hizo una monumental chupada de culo, me lo dilató con un dedo, yo gozando e imaginando que ocurriría lo que me había propuesto.

Me puse en cuatro, el ojito bien hacia arriba. Y no hubo nada de metérmela de a poco ni de bombear lento.

No me dejó caer saliva, me escupió el ano desde arriba, se ensalivó la poronga y la enfrentó a mi orificio. La apoyó levemente buscando centrarla, y empujó, vaya si empujó. Sentí que entraba toda y sus huevos golpeaban mi concha.

El bombeo fue frenético. Se prendía de mis tetas, me tiraba el pelo y dale y dale.

Me di cuenta rápidamente que quería acabar cuanto antes.

–Quédate quieta cariño, me dijo.

Sacó la verga, dejó unos segundos, para que mi culito se cerrará bien, y masturbándose acabó en el fin de mi espalda y en la raya del culo.

–Vamos, dijo y tomados de la mano corrimos a la ducha.

Ya en la ducha, me arrodillé en el piso y momentos después sentí como una chorro tibio y fuerte limpiaba el semen de mi espalda. Y la sensación fue aún mejor cuando limpio mi orificio. Estaba hecho… y me había encantado.

Nos duchamos juntos, lo hablamos con total confianza, hablamos de hacerlo con Tommy. Y yo no pude dejar de pensar en hacerlo con papá y el padre de Tommy.

–Me gustó, se siente tibio, y me encantó sentirlo entre las nalgas y en el agujero.

–Te quiero agradecer especialmente que me dejaras ser el primero. Ya verás como te lo agradeceré, pero deberá ser en Punta del Este o Montevideo.

–Mmm nada que agradecer, ¡me gustó de verdad!

Un beso, largo húmedo y cálido sello ese nuevo momento de complicidad.

Desayunamos en el salón del hotel, vestidos, obvio, ja ja. Y dos horas después llegó Tommy. Había salido de Montevideo, muy temprano, desesperado por llegar.

En el próximo relato les seguiré contando acerca de mis (nuestras) vacaciones mezcladas con trabajo.

Besitos.

Sofía.

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5 COMENTARIOS

  1. Ayyyy gracias MVD! De verdad agradezco tus comentarios. Y cada vez disfruto más y de más cosas. Te mando besitos, muchos.
    Sofía.

  2. Hola amiga, cómo siempre un exitante relato, mezclado con delirios y locuras signos de una diosa del amor ❤️ , me encanta ese sexo desenfrenado sádico con ternura a la vez , y ese suspicaz deseo de lo real y placentero de estar en el cielo y vivir en tu cama junto a los brazos de una diosa como tú.
    Saludos para ti y Tommy.

    • Hola Wisin! Sabes que me encantan tus elogios! Y nunca olvides que lo que relato es estrictamente real, salvo los nombres o ciertas circunstancias quemoermitirían identificar a mis amigos/clientes. Cada vez disfrutamos más con Tommy, que te retribuye los saludos.
      Un beso enorme, amigo.
      Sofi

  3. Volviste y contigo el calor bebé… pero las nubes se quieren descargar como así como te llueve semen o como chorreas flujo buscando aliviar, buscando el sosiego. Un placer acogerte nuevamente entre nosotros, mucha lefa en la cara para ti 😘🔥

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