Economista y prosti: Fiesta con camioneros

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T. Lectura: 7 min.

¡Hola! ¡Retomando reportes luego del regreso desde Paris y de hacer los reportes correspondientes a tan hermosa, rentable y sexy aventura! Gracias Ricardo por invitarnos y gracias, mil gracias amor de mi vida por acompañarme a disfrutar como lo disfruté.

Respecto al relato de hoy, debo confesar que quedé totalmente obsesionada con la visita a la parte “buena” del Bois de Boulogne. Esas damas de sociedad haciéndose coger por choferes de camión o de U… o entregándose por 100 simbólicos euros a automovilistas que pasaban, todo bajo la mirada de sus maridos y de los choferes de sus autos de alta gama, me dejaron hiperventilando, deseando hacer yo misma algo así.

Se lo dije a Tommy, quien me comprendió y sin dudarlo me dijo que estaba de acuerdo en hacerlo.

Tocaba elegir lugar y circunstancias. Lo primero fue pensar lugares.

Parque Rivera en zona Carrasco, muy desolado y un tanto peligroso. Zona de médanos y arbustos en playa Carrasco, ya lo tienen casi en exclusiva, personas de otra orientación sexual haciendo cruising. Parque Batlle o De Los Aliados”, cerca del Estadio Centenario, posible, pero también más bien frecuentado por otras orientaciones sexuales.

Y entonces se nos ocurrió hacer un paseo por la zona de la ruta de entrada al Puerto de Montevideo. Suelen estacionarse durante toda la noche camiones que hacen fila para entrar en la mañana a descargar o a recoger mercaderías o contenedores en el Puerto de Montevideo.

Y allá fuimos una noche a explorar, aunque ya sabíamos cómo es la zona de día, pasamos por allí siempre que volvemos de la casa de campo. La ruta de entrada al Puerto da de un lado al Río de la Plata, Bahía de Montevideo, y del otro lado hay automotoras, tabacaleras, estaciones de servicio, plantas de almacenaje de arroz, etc.; no es zona residencial.

Parecía zona adecuada, y fuimos a ver de noche como es.

Fila interminable de camiones, sobre la senda que da a la Bahía, a veces puede haber más de uno o dos kilómetros de camiones, siempre hay al menos de 500 metros a un kilómetro, o sea nunca menos de 30 o 40 camiones, y a veces hasta 150 o 200. Siempre, para estar la más cerca posible de la entrada al Puerto, estacionan muy cercanos uno de otro a 4 o 5 metros.

Nos estacionamos a eso de las 11 pm sobre la otra senda, la de los comercios e industrias, y miramos un rato la actividad. A esa hora muy pocos coches, ningún peatón (no hay aún edificios de viviendas en la zona, aunque hay dos en plena construcción). Los camioneros se veían conversar, tomar mate o comer algo liviano, antes de dormir en sus cabinas (la mayoría de los camiones, equipados con cama).

Bajamos del coche, cruzamos la calle, y caminamos a lo largo de la fila de camiones. Nos miraban con curiosidad, nadie suele caminar allí, y obviamente les llamaba la atención mi short de Juan, super ajustado y mi camisa suelta, sin corpiño que sujetara mis tetas.

Todo tranquilo, mes de febrero, súper caluroso, nadie nos dijo nada, aunque me miraron mucho, y llegamos a oír “que culo”. Ninguna presencia policial, pues obviamente los camioneros se protegen unos a otros.

Y por nuestra parte, no tuvimos dudas, era “el lugar” para que me sacara las ganas.

Mientras retirábamos, tranquilos, a preparar nuestra (mi) aventura, dejé caer un papel que llevábamos preparado: “Dentro de dos noches, volvemos y habrá acción”.

Cruzamos la calle y rápidamente nos fuimos a casa, “on firme”, y cogimos como desesperados.

Lo siguiente, además de mi trabajo normal y atender puticlientes, fue preparar los detalles, sobre todo el outfit a lucir. Respecto a mi trabajo en la Asesoría Económica, al regresar, la amenaza de mi jefe se diluyó y retomé mi trabajo normalmente.

Decidimos llevar, obviamente, buena provisión de condones, pues todo contacto, si había, sería con protección por razones obvias. También decidimos, ya que Carnaval estaba muy muy próximo, llevar máscaras “venecianas” que nos cubrieran absolutamente toda la cara, casi totalmente en mi caso, pues elegimos una que deja libre una zona alrededor de la boca, ja ja. No podíamos arriesgar que alguien tomara una foto.

Dudamos y cambiamos varias veces de idea; ¿babydoll escandaloso? ¿Micro bikini de playa? ¿fina lencería sexy? ¿bata transparente y desnuda debajo, o con algo debajo? ¿totalmente desnuda ya desde bajar del coche?

Finalmente, optamos por una larga bata de red, traída de París, y desnuda debajo. El efecto era de verme desnuda, pero la bata de red subiría el morbo.

Además, de alguna manera, los que hubieran estado la primera noche, sabían que habría acción, y los quería bien calientes. Obviamente, era de esperar que los teléfonos hubieran hecho su trabajo y algunos que no habían estado en la primera noche igual ya sabrían lo que iba a pasar.

Por supuesto, con Tom también coordinamos el tipo de acción que sugeriríamos.

Me “vestí” y para ir desde casa hasta la zona de acción, me puse una trench sobre los hombros. A último momento decidí agregar un toque de color dorado, poniéndome un cubre concha en forma de “cascada” de hilos dorados, que caían desde un cinturón de hilo, también dorado. No era tipo tanga, sino simplemente algo que daba color y me cubría la concha y los pelitos.

Partimos eso de las 11 pm y al salir nos cruzamos con el señor que suele pasear su perro, y de quien supe a través de una carta que les mencioné en otro relato. Nos miró con atención e inclinó la cabeza a modo de saludo. Saludo que retribuimos.

En algo menos de media hora estábamos llegando al lugar de la acción. Era día de semana, con lo cual la actividad diurna del puerto al día siguiente sería intensa, y había al menos 50 o 60 camiones en fila.

Paramos el coche en el mismo lugar de la vez anterior, nos bajamos y en un momento que no vimos coches en la ruta, dejé mi trench en nuestro coche y cruzamos corriendo la amplia calle, cuidando de no caerme con los altísimos tacos que llevaba.

Llegamos a la fila de camiones, muchos tomaban mate o simplemente disfrutaban la brisa en la acera, alguno seguramente dormía, pero el efecto de mi aparición (modestamente) fue espectacular.

Todos en alerta, miraban, formaron una especie de cordón a lo largo de los primeros camiones, los que nos veían. La brisa nocturna, aunque cálida, era suficiente para hacer volar mi bata en algunos momentos, en otros no.

Esta vez, nuestras intenciones no dejaban lugar a dudas, y aunque con pocas variaciones las exclamaciones se hacían oír: “qué culo” “ qué orto espectacular” “esas tetas valen oro” “le entro como el iceberg al Titanic” “debe tener una concha divina”… caminé unos 100 metros, algunos vinieron de más lejos, corriendo, para ver qué pasaba. Cuando me pareció adecuado, giré, me detuve y dejé caer al suelo la bata, que Tommy prestamente recogió.

Ahí hubo un aplauso y silbidos. Lentamente, retomé la caminata, luciéndome ya desnuda salvo el tapa concha, caminando con paso de modelo, poniendo cada pie por delante del otro. Prácticamente varios vinieron siguiéndome mirándome de atrás, otros nos adelantaban para verme las tetas. Las tetas, en full exposición, les encantaban. Hice todo el camino de regreso, giré y caminé nuevamente hasta detenerme aproximadamente al centro del recorrido.

Pregunté si alguien tenía una colchoneta en su cama del camión, y al instante alguien hizo aparecer una.

Entonces les hablé, con toda claridad, sin tapujos: “Chicos, gracias por las muestras de admiración, se dan cuenta de que aquí y siendo tantos para mí, no puedo coger con ustedes, pero gustosa les dejaré verme un poco más y les pido por favor que se masturben y acaben sobre mi cuerpo, ¡me encantará recibir leche de muchos de ustedes!”

Entonces, me quité lentamente el tapa concha, que entregué a Tommy, y quedaron mis pelitos y concha a la vista.

Algunos ya se comenzaron a masturbar, mientras otros iban sacando el miembro.

Me acerqué a algunos de ellos para que me admiraran bien de cerca, alguno fue beneficiado dejando que me acariciara las tetas.

Me recosté en la colchoneta boca arriba y abrí las piernas para que vieran mi concha un poco mojadita. Una linterna de uno de los camioneros la iluminó, y aplaudieron.

Me viré para quedar boca abajo y me puse en cuatro, la linterna me iluminó el culo, ¡más aplausos! Fue entonces que Tommy se agachó y me lamió el culo y la concha, lo cual siguió calentando a los que se masturbaban, no menos de 14 o 15.

Tommy sacó de un bolso, un trozo grande de polietileno que habíamos llevado para cubrir la colchoneta que alguien prestara, para no ensuciarla.

Me puse boca arriba, me volvió a lamer la concha y luego yo me puse a masturbarme intensamente. Hasta que el primer lechazo se estrelló en mis tetas.

Caliente y abundante, me llegó desde alguien pardo a mi lado. Y se fueron sucediendo una acabada tras otra. Unos acababan parados, otros se arrodillaban a mi lado, unos apuntando a las tetas, otros a la concha, algunos a la cara, impactando en la careta o cerca de mi boca.

Cuando vi que faltaban tres por acabar, me di vuelta y me abrí los cachetes del culo, para que pudieran apuntar al esfínter y se corriera hacia los labios de la concha. Todo ese proceso fue una experiencia nueva y un deleite.

Cuando terminaron, Tommy me cogió en cuatro delante de ellos, acabó en un minuto ja ja… y les mostró cómo escurría su leche desde mi concha.

Mi cuerpo era un mar de leche, en ese entonces ya se me había desparramado por piernas y todo el tórax, las tetas totalmente bañadas.

Uno de los camioneros ofreció bañarme con una espacie de duchero que algunos tienen, con un tanque de agua, una manguera y una regadera. Acepté encantado y él aprovechó a manosearme totalmente “para limpiarte bien” por supuesto me secó con una toalla.

Pero no quería yo que las cosas quedaran así… habíamos llevado 20 números escritos en pequeños papeles, que repartimos al azar. Dije: “El número 9 me coge”… y el aludido saltó, eufórico.

De pija dura, lo dejé acariciarme un poco y chuparme las tetas. Tommy le entregó un condón y él se lo colocó.

Yo, enloquecida recordando lo visto en Boris de Boulogne, improvisé y le dije que me cogiera parado, contra un camión.

Nos arrimamos a uno, me apoyé en el camión y puse mis piernas un poco hacia atrás y bien abiertas. Tom me confirmó que la concha se veía hermosa y disponible.

Sin prolegómenos el camionero me refregó la pija encapuchada en los labios vaginales y me la metió sin miramientos, eufórico, ¡y eufórico me comenzó a dar como si le fuera la vida!

¡Por suerte pude gozar algo (aunque muy poco por usar condón) y en tres o cuatro minutos acabó, de lo cual me enteré porque me la sacó! Un desastre el uso de condón, seguiré a pelo tomando las precauciones del caso.

Un poco insatisfecha, o mejor dicho aún caliente, dije “Al número 14 se la chupo” los que quedaban buscaron en sus bolsillos o en el piso los papeles que ya creían inútiles, no apareció el 14 pero sí el 17 al que llamé a continuación.

Me encantó la pija, vino casi dura y tiene una cabeza más que respetable. Le pusimos el condón, y me dediqué a acariciarla y chuparla. Otra vez, un fracaso, cero satisfacción, cero sensación para mí, como chupar un consolador. Aceleré, lo masturbé y logré hacerlo acabar.

Él quedó muy contento, pero yo decepcionada, lo mío es la leche y sentir piel con piel.

Mientras tanto, Tommy recolectó los números de teléfono de algunos que nos parecieron más serios, con la finalidad de hacer que a futuro se analicen y podamos, quizás, hacerlo al natural.

Volví a exhibirme frente a ellos, desnuda, el cabello húmedo, recibí piropos y algunas caricias, y nos despedimos.

Desnuda, todo lo mío en el bolso de Tommy, cruzamos la calle y subimos al coche. Tommy avanzó hasta un cruce y allí hizo un giro en “U”, retomando la misma calle hacia el centro. Bajé el vidrio de la lado, y saludé, desnuda, a algunos de los camioneros que me habían acabado encima (esa parte sí que me gustó, pero no el sexo con condón que definitivamente, ¡lo detesto!).

Mientras avanzamos a lo largo de la larga fila de camiones, sugerí: “¿Y si les desfilo a los que estaban muy lejos?”… ya que definitivamente algunos ni se habrían enterado de lo sucedido.

Mi amor nunca me defrauda, avanzó hasta en primero de los camiones de la fila, y detuvo el coche.

Nos bajamos, me puse la bata de red, pero no el tapaconcha. Comenzamos a caminar delante de los que no nos habían visto. De nuevo silbidos y aplausos, gritos y pedidos de que me desnudara del todo.

Lo hice y me dejé tocar. Besé a algunos (ya sin careta), con Tommy vigilando que no hubiera fotos. Luego de que me manosearan bastante, nos fuimos, no sin antes recolectar algún número de teléfono más, “just in case”.

Así terminó esta aventura, inédita para mí, muy muy satisfactoria cuando me acabaron encima, un placer, y no tanto, cuando me cogieron y chupé con látex, un fiasco que tomaré en cuanta para no repetir.

Volvimos a casa conmigo desnuda, y por el camino recibimos algún saludo de automovilistas que nos adelantaban.

¡Hasta la próxima y buen sexo! Besos.

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24 COMENTARIOS

  1. Hola sofi y chicos. Ruben fue un chico q nonoci en una boda de la prima de mi esposo. Solo estube 2 veses con el. El estaba de novio y fue solo a la boda. Luego de unos meses se caso y volbio con su señora y me vicitito claro el solo. Y niko es un vecino con el cuel tan bien. Tube relacion. Luego bino lo del camion y otros mas. Te cuento q apesar q me prostitutyeron . Nunca cobre. El q lo asia fue mi .

    • Despues de ese viaje en camion. Pasaron mas cosas. Entre ellas lo de 2 amantes.q me prostituyeron. Pero no per mi necesidad..pero aun sigo siendo infiel. Ya no como prostituta…

  2. Julia Rosa, cuéntaapme quienes son Nico y Rubén, aunque lo supongo, y me imagino lo del camión! De todos modos, ojalá tu marido disminuya la bebida y mejore el sexo, e incluso lleve a comprender tus necesidades de otros hombres.
    Siempre te lo digo: a las órdenes para lo que sea!
    Beso enorme.
    Tu amiga Sofi.

  3. Sofi. Gracias. Por ofrecerme tu amistad. La cual tomo. Y por entenderme. Ya q las dos. Pasmos por lo mismo. Aunque tu. Con la ventaja del apollo de tu marido.

    • Síí, por suerte, Tomjy es un genio y me apoya en todo, en TODO, Tal cual lo lees en mis relatos. Incluso él tuvo la idea de lo de mi papá.
      Un besito, amiga.

      • Sofi. Con respecto al viaje en camion. Si. Paso. Fue lo q me cambio . El descubrio. Lo q mi marido, niko y ruben. No pudieron. Amiga. Lo escribi pero no se publico.

  4. Sofi. Tengo mucho para contarte . Ojala mi marido fuera como el tuyo. El mio no solo es mal amante . Es bueno tomando . Aunque es buen padre y hombre. Tengo 1 solo hijo. Y aun sigo siendo putita de algunos amantes. Q tengo…

    • Hola Julia! Que lástima que tu marido sea bueno tomando ( es mi opinión personal ). Pero sí, mi marido, único novio además, es un ángel. Desde que decidí emputecerme y hacer de prosti fina hace apenas más de un año, siempre fue con su permiso, con su veneplácito, y ambos lo disfrutamos.
      Mi vida ha cambiado realizarme te, soy otra, más divertida, aún más feliz ( ya lo era y ahora más ), y disfruto de mis clientes enormemente. Además como soy muy exigente con el tema análisis de salud previos gozo tremendamente cada penetración y cada vez que me acaban. Pero no decaigas, tienes a tu hijo y a tus amantes, y quien sabe si tu marido cambia de opinión si le trabajas la mente de a poco, quizás lo convenzas.
      Me encantaría que me sigas contando cositas y estoy a la orden si quieres consultar algo. Cuéntame de tus amantes Nunca te han hecho “regalos”?
      A tus órdenes…un beso intenso y un poquito húmedo.
      Sofía. (Tu amiga que te comprende).

  5. Hola chicos. Disculpen. Entrometerme. Soy casada. Y tube la suerte de viajar en camion. A casa de mis padres. Desde mi ciudadad a su pueblo a unos 230 kms. Hoy tengo 47 años. Esto paso cuando tenia 29. Y mi bb. De 8 meses.. esto cambio mi vida.

    • Hola Julia! Convengamos que los camioneros son diferentes! Nuestra experiencia fue sensacional ( salvo el sexo con condón, preceptivo en ese caso, pero que no me gustó nada ). La,próxima vez seleccionaremos a varios con anticipación, pues van y vienen en circuitos de dos o tres días, y les pagaremos análisis, para disfrutar libremente.
      De todas maneras, desfilarles desnuda me encantó , y también a mi marido verme desfilando.
      Me encanta que dejes comentarios.
      Un beso bien intenso.
      Sofía.

    • Julia: en mi respuesta anterior olvidé preguntarte, pasó algo en ese viaje en camión? Quiero saber!!!
      Otro beso
      Sofi.

  6. Hola Dessert3, buenas tardes, cuando fui camionero, sucedieron muchas locuras como ir conduciendo y una mujer haciéndome un oral entre muchas más ñ, como hacer el amor en la ruta en público, te diré algo, la verdad te considero porque a mí el condón tampoco me va es como si no sintiera nada en el sexo. Dessert3 soy cubano, y poseo buena herramienta 🔨 pero si yo tengo todos mis análisis al día. Saludos feliz domingo, esperaré más relatos.

    • Ya vendrán más relatos Wisin…y el reto sobre ti, muy interesante…quizás a futuro…
      Besos
      Sofía.

      • Muchas gracias por el cumplido, esperaré con ansias más relatos suyos. Saludos

  7. Execelente experiencia Sofia, a esta altura deberías dejar alguna fotito de perfil para que tus seguidores podamos conocerte.

      • Hola Sofía, tus relatos son muy exitantes y saber el cuerpo que te manejas sería muy placentero a la hora de leer tus experiencias, a la espera de que subas otro relato… Besos.

  8. Hola! Wisin! Un gusto que volvieras a escribirme. Realmente, la experiencia fue sensacional, salvo coger y chupar con condón. No tenía alternativa, pero no me gustó para nada.
    Pero la cara de los camioneros mientras les desfilaba, y cuando me acabaron encima, eso fue glorioso. Me encantó ese ambiente, tan parecido y a la vez tan diferente te de lo del Bois de Boulogne en Paris.
    Espero que sigamos en contacto. Eres muy dotado? Tienes análisis al día?

    Un beso… Sofía.

  9. Hola, cómo siempre muy bien relato, si la verdad que en el puerto hacen filas muchos camiones, cuando yo era chófer de camiones estaba a cada tanto ahí, lastima no estuviese ese día ahí, saludos de un cubano desde Uruguay.

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