El nuevo día trajo nuevos desafíos, ella había encargado nuevos juguetes, con la intensión de sumarlos a la colección. En el set de grabación habíamos armado un nuevo rincón, una estantería con toda la colección de dildos que se viera como fondo en las grabaciones que hiciéramos. La estantería quedó armada en la noche anterior y ella comenzó a ordenar los distintos dildos por tamaños y texturas, los iba lavando y secando a medida que los agrupaba en estantes, había lugar para muchos más, pero los que había los distribuyó.
En el estante inferior los más grandes, inclusive el nuevo recién llegado extra grande y en el segundo estante los medianos y chicos y en los superiores algunos plugs y lubricantes y aceites. Tenía puertas corredizas con doble cerradura de seguridad, algo muy importante.
El día transcurrió sin novedades, yo me había pasado el día abriendo nuevos usuarios en las distintas plataformas para adultos donde subir los videos, ansioso por salir del trabajo ese día salí antes de la oficina, eran como las dos de la tarde, en el viaje a casa no paraba de pensar cómo encarar la primera grabación de contenido para el primer video editado que subiríamos a las plataformas.
Al llegar a casa me estaban esperando y no solo de brazos abiertos.
Entré en la casa, todo en silencio, habitación de grabación limpia y ordenada, cocina limpia y ordenada, dormitorio limpio y ordenado, baño vacío limpio y ordenado, cuando miro para el jardín la veo agachada junto a unas flores y en la mesa del patio un pomo de lubricante y en los camastros de al lado de la piscina una toalla.
-Hola, no me imaginé que vinieras tan temprano, dijo.
Caminó hacia mí de piernas apretadas y le pregunté entre risas si me ocultaba algo. Ella entre risas reveló que se estaba preparando para la filmación y que creía estar lista ya.
Abrió ligeramente las piernas y dejó caer una berenjena chica de unos seis centímetros de diámetro al suelo, debidamente lubricada.
-Se empeña en salirse- dijo
-Prueba a ver cómo me sientes, dijo
Me senté en el camastro, deslicé la mano por sus muslos, ella parada frente a mí, y así sin dificultad metí tres dedos en su vagina primero y cuatro después, apreté sus pezones que estaban duros.
-Hice compras de verduras, me dijo
-En la tienda me sentí rara porque nunca había elegido verduras pensando en si entrarían en mi vagina o no. Berenjenas, zucchinis y pepinos…
Una nueva experiencia, agregué.
-Grabemos acá en el jardín, está lindo. Dije.
-No nos exponemos mucho? Dijo.
Me desvestí rápidamente, yo estaba ya con una erección, ella me agarró el miembro y me dio un apretón mientras yo me sacaba la camisa, rápidamente colgué la toalla en el único lugar por donde algún vecino podía ver entre la vegetación.
-Hagamos un video corto hoy, dije y pactamos lo que ella iba a hacer.
-¿Solo verduras hacemos hoy? dijo
-Pero ¿por qué preguntas? Dije
-Llegó el nuevo dildo, dijo
-Muéstramelo, le dije mientras salimos corriendo como dos chiquillos hacia la habitación de los dildos.
-Es enorme dijo, mientras lo sostenía con las dos manos, me va a reventar, lo medí acá abajo y tiene más de nueve centímetros de diámetro. Dijo
-Me parece que deberíamos empezar por otra cosa y darle una oportunidad más adelante, ¿no?
-Si, si, dijo sacudiendo la cabeza. Convenciéndose de que era un desafió el solo hecho de sentarse sobre él.
Ella se colocó un antifaz que le cubría media cara, en el cuello un colgante nuevo que nadie conoce, en las piernas y brazos unas medias y mangas que simulan tatuajes y el video comenzó con ella caminando desde una parte neutra del jardín abrazada con la canasta con verduras con un vestido amplio y sin nada debajo, en la siguiente toma repetimos lo anterior pero iba desnuda, cuando ella se agachó a dejar la canasta sobre el camastro, yo la enfoqué de atrás y se alcanzó a ver en su entrepierna una berenjena, que en ese momento se salió y cayó al piso dejando unos rosados labios dilatados.
Ella la recogió del suelo, la limpió con su vestido y se la volvió a meter en su vagina, pero acto seguido, se volvió a caer.
-¿La puedes poner bien? dijo
Entregándomela en la mano izquierda, yo tenía en mi derecha otra berenjena, más grande, debidamente lubricada, entró con un poco de fuerza y le provocó un pequeño grito y quejido, fue sorpresa y no estaba preparada para el tamaño aún, pero ya habíamos pactado que así sería, era parte del juego, la toma quedó bien, no la tuvimos que repetir.
-La metiste sin avisarme, me siento muy grande allí abajo, dijo.
Pero luego de unos segundos se habituó al tamaño de lo que tenía dentro.
-¿Te dolió? dije
-Apenas cuando la metiste sin aviso, pero ahora me gusta, me dijo, mientras me hacía una seña con las manos de que se sentía llena.
Intentó expulsarla un par de veces mientras yo filmaba, pero no pudo, o no quiso, porque en el fondo le gustaba, le pedí que caminara desnuda hacia el jardín, con la cola hacia atrás para ver cómo se movía la berenjena con cada paso que ella daba, y estas escenas quedaron muy buenas.
Casi cuarenta y cinco minutos después del inicio de la grabación teníamos suficiente material para armar el primer video.
-¿Me dejas meter mi pene en ese gigante agujero, cuando te la saque? Le dije
-Si, si eso quieres, dijo inmediatamente.
Se inclino hacia adelante en el camastro e hizo fuerza, otra vez y no salió, a la tercera saltó como un tapón, sus gruesos y dilatados labios dejaban ver el interior de la vagina, permanecían abiertos y había una abertura como para meter tres penes como el mío, comencé a meter y sacar, ella gemía y le dije:
-¿Te duele?
Y estalló en una carcajada, apenas sentía mi pene, era como si metiera un dedo, continué el mete y saca frenético, pero demoré un buen rato en eyacular, estábamos a punto de acalambrarnos cuando eyaculé. Inmediatamente chorreó todo por su pierna incluso antes de sacar mi pene, el tamaño del agujero que tenía no le permitía retener nada, aunque se esforzara.
-Me debes un orgasmo, yo no pude llegar hoy, me dijo.
Muy buen relato.