Entre amigas

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T. Lectura: 3 min.

Luego de mudarme de departamento, y la mala experiencia con Claudio, en el relato anterior “Comienzo y final”, opté por dedicarme a mí y a mi departamento, realmente no quería saber nada con los hombres, por algún tiempo, no sé cuánto iba a durar, pues me encanta el sexo, pero bueno, es algo que ya tenía decidido.

Comencé a arreglar el departamento, me dediqué a realizar manualidades para decorarlo, ordenar los muebles, colocar cortinas, acomodar mis ropas, las que no utilizaría la puse en bolsa. Todo esto en diferentes días, manteniéndome ocupada no dejaba que mi cabeza piense bobadas o sentarme a llorar, escuchaba música así que me la pasaba entretenida. A las noches terminaba muerta, me daba una duchita, cena y a dormir, llegó un momento que no tenía mucho por hacer, así que salí a buscar un gimnasio.

Encontré uno cerca de casa, arreglé para todos los días, para no volverme loca, y terminar agotada jaja. Al otro día de anotarme arranqué con la primer clase, uufff después de tanto tiempo terminé cansada. Solamente quería llegar a casa, ducharme y descansar, procedí a ducharme, repasé la depilación, mientras lo hacía me dieron ganitas, me masturbé con ganas, necesita descargar; cené algo rápido y a dormir.

Al día siguiente, hice algunas compras, acomodé y cuando se hizo la hora me fui al gimnasio, dejé el bolso en el casillero, y una mujer me saluda

-“Hola ¿eres nueva?”

-“Si” le respondo.

-“Perdón, me dice, mi nombre es Gabriela”.

-“El mío Andrea. ¿Hace mucho que vienes?” Le pregunto.

-“Hace un año” me responde.

-“Ah okey, yo empecé ayer y me duele todo”.

-“Si es normal” me responde. A ver, tenemos un rato antes de la clase, ¿puedo hacerte un masaje?

-“¿Acá?” Le digo.

-“Si así como estás”

Me masajea la espalda, los brazos, los glúteos, wow sabía lo que hacía.

-“Gracias”.

-“No hay de qué, vamos a clase.

En un corte de clase fuimos a tomar agua, le pregunto:

-“¿Tu vives por la zona?”.

-“Si -me responde Gabriela- a tres cuadras”.

-“Yo también a tres cuadras, pero en direcciones diferentes”.

Así pasaron los días, con Gabriela nos hicimos amigas, yo ya le digo Gaby y ella me dice Andre, hablamos y nos reímos de distintas cosas, hasta que un día me dice:

-“¿Que tienes que hacer el viernes?”

-“Nada ¿por?”

-·Porque podríamos salir si quieres”

-“Eeeh, mira estoy saliendo de una situación horrible, así que no estoy saliendo, por las noches y todo eso, durante el día me distraigo para no volverme loca ni ser una vieja encerrada, ¿me enriendes?”.

-“Si entiendo perfecto” -me responde.

-“Si quieres vienes a mi departamento y nos conocemos un poco más y charlamos, si lo deseas”.

-“Si genial” me dice.

Luego de una semana intensa en el gimnasio llegó el viernes, y quedamos con Gaby en juntarnos ese día, ya intercambiamos nuestros números de celular, y tipo 20:30 llegó ella.

Una blusa, y una falda negra, la miré eres una bella mujer, a lo que me correspondió, yo tenía un vestido de tirantes con botones en el frente, comimos unas pizzas, y tomamos cerveza.

En un momento de la noche le conté lo que había sucedido con Claudio, no lo podía creer, me vio que estaba a punto de las lágrimas, y me dijo “ven, no digas más”, me abrazó, me acarició el pelo, “eres encantadora, lamento lo que sucedió” y me dio un beso al costado de mi boca, no lo tomé mal.

Ella trabaja en una empresa de seguros como administrativa y me dijo que iba a ver de buscarme una vacante, abrimos otra cerveza, y ya las burbujas estaban haciendo efecto. Nos echamos en el sillón, reíamos de cualquier cosa, y en eso pasa su brazo por detrás de mi cuello, y me besa en la boca, me toma por sorpresa y le correspondo el beso, nos quedamos mirando, y esta vez yo acerco mi boca a la suya, y damos rienda suelta a nuestras lenguas, ella acaricia mis piernas, subiendo hasta el muslo, mientras le desabrocho la blusa y le acaricio las tetas, las dos necesitábamos sexo.

La tomo de la mano y la llevo al dormitorio, me desabrocho el vestido, y me quito el soutien, rodeo mis bazos el cuello de Gaby y nos ahogamos con las lenguas, ella termina de quitarse la ropa, ambas desnudas nos besamos en la cama, acaricio su cuerpo, ella me acaricia la vagina húmeda, mis labios hinchadísimos, deseosos de ser chupados, me besa las tetas, me devora mis pezones, y baja, con la lengua rodea mi ombligo, y besa mi clítoris, haciéndome gemir y arquear la espalda, me separa bien las piernas y me mete dos dedos, los cuales disfruto.

Ambas tenemos un hermoso orgasmo, y abrazadas nos dormimos. Al día siguiente, me dice:

-“Buen día dormilona”

-“¿Qué pasó?”.

-“Eso digo yo ¿qué pasó?” -y se ríe.

-“Estamos desnudas” le digo.

-“Si Andre”.

-“¿Cómo la pasaste? Yo bien -y le doy un beso.

-“Y tú, también” -me responde Gaby y me besa.

-“¿Vamos a ducharnos quieres?”

-“Si, te voy a comer la conchita” -me dice.

-“No te atrevas”.

En la ducha damos rienda suelta a nuestros bajos instintos, y le digo:

-“Oye, quiero que esto quede entre nosotras, y que no nos obligue a un compromiso”.

-“No te preocupes está más que claro” -y nos besamos.

Espero les haya gustado.

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3 COMENTARIOS

  1. Uffff que relato más rico de verdad me gusta encantó, es tan exquisita tu forma.de ir relatando e ir escribiendo que a quien lee lo pones a mil con tus vivencias.

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