Fui infiel a mi esposo con su tío

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Soy de la selva, casada con hijos, conocí a mi esposo en una fiesta, con quien me casé a los 18 años y resulta que al año de vivir juntos llegó su tío de la ciudad de Tarapoto a visitarnos; era un hombre cuarentón, apuesto, alto y fuerte que se veía joven.

Mi esposo lo recibió muy bien y lo instaló en la sala de nuestra casa ya que solo teníamos un cuarto, donde dormíamos con mi esposo y mi bebé de meses, el tío aceptó quedarse hasta que mi esposo regrese pues se lo había pedido ya que tenía que ir a trabajar a 5 horas de la ciudad y prefirió quedarse por una semana hasta que mi esposo regrese del trabajo.

Esa noche a eso de la medianoche, salí al baño a orinar y lo vi masturbándose sentado en la ducha ya que el baño estaba junto a la ducha; vi su gran polla gruesa y grande, la verdad nunca había visto algo así, porque la de mi esposo era delgada y pequeña.

Mi mente voló en ese instante por la excitación que me había causado y tenía curiosidad de probar algo así, lo vi salir a la sala donde estaba su cama. Mientras yo volvía a mi cuarto a buscar una toalla para ir a ducharme; pues buscaba provocarlo al pasar por su lado, lo vi avergonzado, hice soltar la toalla ya que me di cuenta que me miraba y me agaché mostrando todo mi culo provocativo, levanté la toalla y fui desnuda al baño.

Dejé la puerta abierta por si venia, me metí a ducharme; mientras mi mente volaba a 100, mi mente sucia quería probar algo semejante, estaba muy caliente, cuando de pronto me doy la vuelta y lo veo desnudo con la verga dura detrás de mí, me dijo si no me molestaba bañarse conmigo, también porque hacía calor; le respondí que ¡no! mientras le miraba su gran polla.

Se acercó y me besó en los labios, al cual accedí mientras tocaba con mis manos su gran verga venosa y dura que a duras penas lo podía agarrar; me enjuagó el cuerpo que estaba con jabón y me envolvió con la toalla para cargarme a su cama en el piso levantándome en brazos y me llevó a su cama; un colchón en el piso de la sala, me echó, me abrió de piernas y me metió su verga que entró a duras penas que me hizo suspirar de pasión, haciéndome gemir de placer y me cachó con unas ganas enormes de pasión.

Me preguntó si me estaba cuidando, le dije que si, con la T de cobre, eyaculó dentro mío hasta sentir que la leche escapaba entre mis piernas y mi culo, me dio la vuelta e intentó penetrarme por el culo, le dije que no porque mi esposo lo había hecho, pero su verga no era tan grande como la de él y paró diciéndome que le tenía ganas a mi bonito culo.

Esa noche cachamos hasta decir basta; luego me puse a dormir en su cama, viendo en el como un perrito aguantado y se echó detrás mío y en todo momento rozaba su verga a mi culo ya que estaba yo desnuda, me excitaba los pezones y me chupaba el culo, besando mi cuello y espalda, sentía el roce de su verga en la puerta de mi ano diciéndome que si entraba.

Me di la vuelta y le dije que no; a lo que él me dijo: “entonces mámalo”, me agaché y lo mamé, pero no eyaculaba y mis labios no aguantaban, le dije que duerma y me rogó de nuevo “por favor quiero tu culo” hasta que le dije que lo haríamos por el culo; pero que yo me sentaría para ver si resistía esa verga grande.

Se echó boca arriba; mientras yo me sentaba en su verga, sintiendo como me abría de a poco el ano, yo gemía del dolor, pues era grande mientras me chupaba los senos, hasta que de pronto se empezó a mover con fuerza que me abría más el culo y me hacía gemir que me daba ganas de llorar. Mientras me decía: “aguanta perrita rica y apretada”; hasta la fuerza del golpe de sus piernas con la mía sonaba con fuerza que al final se vino dentro de mi culo.

Fue fuerte lo que me pasó; tenía el culo destrozado y lleno de leche que al final se echó detrás de mi sintiendo su verga flácida; mientras me decía: “que rico culo me he comido sobrinita hermosa”.

Al día siguiente como al mediodía llegó mi esposo con la noticia que no se concretó el trabajo y mi tío que pensó quedarse más días; se tuvo que ir a su pueblo; quedándome con las ganas locas de su verga enorme.

Esa noche mi esposo me metió por el culo, pero no se dio cuenta a pesar que me ardía todo intenté aguantar mientras me decía “que rico culo tienes mi amor”.

Esa fue la primera infidelidad a mi esposo, aunque mi conciencia estaba sucia yo me decía que lo gozado no me lo quitaban.

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3 COMENTARIOS

  1. Que ergota te comiste con el culo y boca al tío de tu esposo, algo rico, como tu culito qué te lo dejaron lleno de leche, aun puedes volver a cojer a tu tío buscalo con tu esposo y sigue contando
    Porque te has de ver bien puta clavada con tamaña vegota en tu culito

  2. Me encanto tu relato. Aunque haya sido una sola vez has disfrutado totalmente
    la verga de tu tío. Soy adicta al sexo anal y lo que describes es lo que he sentido
    haciendo sentadillas sobre gruesos penes. Belu

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