Tengo 28 años, vivo sola con mi hijo y a pesar de estar soltera siempre he sido de temperamento muy caliente.
Desde que me divorcié he estado con muchos hombres y solo por placer.
He tratado de ser lo más discreta posible por el tema del niño, puesto que está pequeño y no quiero que vea algo mal, siempre que hago algo es de noche cuando él ya duerme.
Hace exactamente hoy un mes pasó lo más extremo que he vivido en mi vida.
Jamás lo vi venir.
Mi hermano mayor (35 años) tuvo problemas con su esposa y no tenía dónde quedarse, por lo cual le ofrecí quedarse en mi casa.
Aceptó, se trajo solo un poco de ropa y se aisló en mi hogar.
El primer día me sentía rara, pues tenía años sin que un hombre conviviera en mi casa, pero lo más raro fue a la hora de dormir.
Pues mi hijo y yo dormíamos en la única cama que tengo .Y él se quiso acostar en la sala, pero el calor era insoportable por lo que lo invité a dormir a la cama, ahí mismo dormimos los tres.
La primera noche normal acostumbrándome a sentir alguien cerca.
El segundo día traía en mi mente muchas cosas acerca del cómo me había sentido yo por la noche mientras dormía.
Pues estaba acostumbrada a todas las noches masturbarme cuando no tenía sexo.
La segunda noche no pude evitarlo y ya que estaba dormido mi hermano y mi hijo lo hice. Me masturbé lo más disimuladamente que pude.
Y así lo estuve haciendo por 3 noches consecutivas, hasta que en la tercera noche mientras me tocaba suavemente él me coloca su mano en mi parte y me dice “te gusta masturbarte”.
Mi corazón se detuvo, yo pensé que estaba dormido.
Mi reacción fue solo decirle que sí que no estaba dormido.
-Todas las noches he sentido cuando te tocas, además amanece mojada la cama.
Mientras me decía eso frotaba mi parte con su mano y mi excitación aumentaba.
-No quieres sentir algo más que solo un masaje sobre tu parte.
-Que cosa?
Me toma mi mano y me la coloca sobre su pene, el cual estaba hirviendo. Mi corazón casi se salía de la adrenalina que sentía.
Él se mueve un poco y lo coloca en la entrada de mi boca.
-Chúpamela, me dice.
Sin pensarla la metí a mi boca y comencé.
Fueron alrededor de 3 minutos que parecía loca mamando.
Hasta que él la saca para hacérmelo a mí, comenzó a usar su boca en mi parte y a calentarme más al grado que me dice.
-Te estás cuidado con algo?
-Si con el diu.
-Ok, dice él.
Y se acomoda para comenzar a meterla.
Cada vez que iba entrando sentía el morbo de lo prohibido.
Mi vagina pulsaba de la excitación y el comenzaba a darme a un ritmo acelerado.
Mi hermano igual de acelerado su ritmo, teníamos 5 minutos haciéndolo y disfrutándolo al máximo.
Cuando me dice que ya se vendría.
Al mismo tiempo quise llegar a mi orgasmo por lo cual me preparé.
En cuanto sentí sus chorros dentro de mi, mi placer aumentaba y me tocaba súper rico hasta llegar a mi orgasmo.
Mientras yo me movía ya el detenido.
-eres sumamente caliente jeje no conocía eso de ti. –me dice.
Me sentía relajada por el orgasmo que había alcanzado.
Dormimos y en la mañana él quería repetir lo sucedido de anoche.
No pude evitarlo mi hijo entretenido con caricaturas y comiendo cereal sería el momento exacto.
Le dije a mi hermano que se metiera a duchar en un rato más lo alcanzaba.
Me puse mi bata y escogí mi ropa que ponerme me metí al baño, él me esperaba con la verga parada por fin pude verla bien, era gruesa y venosa de un promedio de 15 cm.
Me arrodillé para tragármela toda bajo el agua de la regadera.
Mientras acariciaba sus nalgas sin decir ni una palabra, pero la atracción por lo prohibido la excitación era al máximo.
Me jalaba del pelo hacia él su verga hasta mi garganta.
Le encantaba mientras le pasaba yo los dedos por su chiquito sabía que le gustaba por que abría sus piernas.
Él me dijo:
-ay hermanita no sabía que te gustaba todo esto.
-Síguele mi amor
Mi dedo cada vez más hundido en su recto él le empezaba soltar bastante líquido que disfrutaba comérmelo.
Él estaba a punto de correrse, me jalaba de los pelos más hacia él, dándome unas fuertes embestidas, le cerró a la regadera, cuando siento el chorro de semen caliente en mi boca después la sacó y acabó llenándome la cara de semen.
Me levante, nos besamos, dándole de probar de él mismo.
-carajo hermana no cabe duda que eres igual de perver que yo
-Teníamos que ser hermanos no??
-Jajaja
Nos acabamos de duchar el talló mi cuerpo y yo el de él.
Nos vestimos en el mismo baño.
Solía ponerme mi tanga y un top, cuando me agarra por la cintura y me dice:
-hermana gracias por ser darme hospedaje en tu casa y por ser tan caliente como yo
-Jajaja -reí por qué sentía su verga crecer entre mis nalgas agarrándome los pechos frente al espejo, una escena que no podré olvidar ver mi cara de placer, de un placer prohibido.
Besó mi espalda hasta llegar a mis nalgas.
Bajó mi tanguita a mis rodillas.
Abrió mis nalgas y empezó a hacerme un rico oral lo disfrutaba tanto ver me al espejo mi carita de placer.
Se levantó y me puso reclinada dejando disponible mi culito.
Pedía…
-ya dame por favor quería sentir su verga dentro de mí
Me la dejó ir por mi vagina, él me jalaba de mi cintura, yo empujaba hacia él…
-que rico sigue
-dónde quieres tú lechita
-No sé dónde tú quieras
Bajó otra vez a chuparme mi chiquito, metía su lengua hasta donde podía entre mis fluidos y su saliva entraba muy fácil.
Mi anito quería sentir la verga de mi hermano.
Se levantó y poco a poco fue empujando.
Que rico sentía ser la puta de mi hermano y sentir si verga en mi interior, no tardó mucho en decirme que se corría empecé a sentir las pulsaciones de su verga en mi interior.
Momento exacto para desahogarme con un rico orgasmo mi puchita estaba chorreando de líquido y babita.
Él sacó su verga al darse cuenta que mi vagina estaba chorreando, bajó a lamer todo hasta dejarla limpia.