Inicié a mi catequista y se enamoró de mi (4)

0
11774
16
T. Lectura: 9 min.

Regreso a casa luego de dejar a Maryori, en mí habitación todavía se podía sentir su aroma, esa noche recuerdo que me sentía todo un ganador, un campeón. No podía conciliar el sueño de la alegría de lo vivido ese día, había tenido sexo con la chica que me gustaba y encima había tenido el placer de estrenarla de ser el primer hombre en su vida. Créanme, no hay nada más gratificante que hacer debutar a una mujer.

Mientras recordaba echado sobre mi almohada lo maravilloso de ese día suena mi celular, si efectivamente era Maryori enviándome un SMS de buenas noches el mensaje decía: “Que la luna ilumine tu noche y su luz cobije tu ser… Le pido a Dios que cuide de ti hasta el amanecer. Que tengas buenas noches”

No tengo palabras para describir lo que me hizo sentir ese mensaje, son esas sensaciones que a uno lo hace sentir especial. Al día siguiente por la tarde me encontraba descansando jugando con mi Game Boy Advance cuando me llama mi madre, tenía visita bajo y estaba Maryori sentada en la sala. Pensé que venía a hacer algún trabajo en la computadora, pero no solo quería estar conmigo, se acerca a mi oído y me dice en voz baja: “Quiero que me hagas el amor” esta vez no podría ser en mi habitación, ya que estaba mi madre y hermana en casa. Así que no me quedó de otra que llevarla a un hotel, felizmente ambos éramos mayores de edad.

Recuerdo que en la habitación del costado, en el equipo de sonido habían puesto un CD del cantante mexicano Luis Miguel, al sonido de su música y con el tema Sabor a mi comenzamos a besarnos y a desnudarnos, volver a acariciar y tocar su hermoso cuerpo era una delicia, su vagina recibió mi miembro ahora con más facilidad al igual que su ano y el oral era fantástico, la forma en como succionaba mi miembro con su boca y ver su cuerpo convulsionar al tener un orgasmo, Guau son recuerdos que guardo en la memoria.

Obviamente no voy a relatar todas las veces en que a Maryori la hice mi mujer porque fueron cientos de veces y serian muchos relatos. Pero si quiero recordar los momentos que considero especiales.

Como cuando eran más de las 11 de la noche, estaba ya durmiendo y me despierta el sonido del celular. Era Maryori diciéndome que estaba afuera en la puerta de mi casa. Pensé que le había pasado algo, salgo a abrirle y cuando le pregunto, que había pasado. Me responde que esa noche quería pasarla conmigo.

Esa noche fue espectacular porque fue la primera que dormimos desnudos con mi miembro en su interior y su cuerpo a mi entera disposición, mientras teníamos sexo tuve que amordazarla para reducir el ruido de sus gemidos y no despertar a mi familia. Le encanto tanto que las demás veces me pedía que la amordazara, también le encantaba estar amarrada con los ojos vendados, Maryori se había convertido en mi juguete sexual donde ambos disfrutábamos.

Note también un cambio en ella en su personalidad ahora era un poco más abierta, más sociable poco a poco iba perdiendo su timidez, una tarde luego de hacer el delicioso unos amigos de mi universidad me invitaron a ir a una discoteca, como sabía que irían con sus parejas la invite si me quería acompañar y acepto. Le dijo a sus padres que se quedaría en una pijamada con una de sus amigas, bailamos toda esa noche luego de regreso a casa y con unos tragos encima, tuvo el valor de decirme lo que yo ya presentía.

Maryori: Me gustas

Yo: Tú también me gustas – Dándole un beso en la frente

Maryori: Eso quiere decir que ya no somos ¿solo amigos?

Yo: A que te refieres – haciéndome el tonto

Maryori: A un compromiso

Yo: ¿Quieres un compromiso?

Maryori: Claro, es que no sé cómo funciona eso. Tenemos relaciones sexuales de manera frecuente. Desde ese día en tu habitación comencé a sentir algo especial por ti, no sé si es amor. Pero me siento feliz cuando estoy a tu lado, mi corazón se acelera cuando sé que voy a verte, te quiero como nunca pensé querer a alguien, en mi diario tengo escrito todas las veces que hacemos el amor desde la primera vez que me estrenaste, eres mi primer pensamiento al despertar y el ultimo a dormir.

Yo: Aguanta, escribes en tu diario todas las veces que hacemos el delicioso

Maryori solo sonríe.

Yo: Solo espero que tus padres nunca encuentren tu diario.

Maryori se comience a reír.

Maryori: Tranquilo lo guardo en un cajón con llave, pero a lo que voy es que contigo me siento bien en confianza, eres muy divertido y me encanta pasar tiempo contigo. Pensé, ya que eres el primer hombre al que me entregue y el único que me ha tocado, también me gustaría que fueras mi primer enamorado, ¿Qué dices?

Maryori se me estaba declarando, no sabía que responder. En mi país la tradición es que el hombre sea que se le declare a la mujer, en este caso Maryori sabía que yo no lo iba hacer o no pensaba hacerlo en ese tiempo, yo me sentía bien con la relación de follamigos sin que exista compromiso, nunca me han gustado las relaciones de pareja porque es renunciar al sexo con otras mujeres.

Yo: Mira Maryori, yo también me la paso bien contigo en este tiempo te has vuelto muy especial en mi vida y no quiero que arruinemos nuestra amistad. Los compromisos conmigo siempre terminan mal y no quiero hacerte daño, creo que como estamos con esta relación de grandes amigos estamos bien.

El rostro de Maryori cambio completamente no era la respuesta que esperaba, era un rostro de desilusión de tristeza. Si bien llevaba algunos vasos de licor en el cuerpo era consciente de lo que le decía.

Maryori: Ósea que solo soy tu polvo, tu pasatiempo. Como me puedes decir eso después de todo lo que hemos hecho, te entregue mi cuerpo, te acabo te entregar mi corazón y tú me sales con esto.

Yo: Pero no eres cualquier polvo, eres un polvo muy especial – Yo si estaba pasado de copas

Maryori: Eres un imbécil, mi madre tenía razón – se marcha

Yo: Espera tiramos más tarde

Maryori se voltea y con su mano derecha me saca el dedo medio. Sabía que la había cagado, las semanas siguientes no hubo comunicación de su parte y tampoco de mi parte estaba en duda si escribirle o no, ya no había mensajes ni de buenas noches ni buenos días, no voy a mentirles en verdad la extrañaba. Así, que no se me ocurrió mejor idea que pedirle un consejo a la persona más sabía que conozco, mi abuelo.

Yo: Abuelo, necesito un consejo

Abuelo: Que sea rápido hijo, ya me tengo que ir al billar con unos amigos.

Yo: Como hago para dejar de extrañar a una mujer.

Abuelo: Eso es muy fácil hijo, búscate otras mujeres. Un clavo saca a otro clavo lo peor que puedes hacer es quedarte todo el día pensándola.

Yo: Es que no es solo eso, sé que esta mujer me ama ella mismo me lo ha dicho, teníamos una bonita amistad y todo iba bien pero ahora quiere un compromiso. Y no sé si sea correcto ya que sería renunciar a otras mujeres.

Abuelo: A ver hijo, nunca se pone toda la carne en el asador en una relación hasta que no se halla degustado el producto ¿tú ya degustaste el producto?

Yo: Si

Abuelo: ¿Y te gusto?

Yo: Si, creo que es lo que más extraño de ella – sonrió

Abuelo: ¿Y estarías dispuesto a consumir solo ese producto por el resto de tu vida?

Yo: Mmm… si bien su producto es muy bueno y me gusta, también en la universidad hay productos que quiero degustar.

Abuelo: Muy bien hay tienes la respuesta – me da un golpe en el hombro y se marcha

Llame a unas escorts y agende una cita con ellas, necesitaba votar el producto lácteo. A pesar de lo rico y bien que la pase con ellas, después del servicio me sentía vacío. Seguía extrañando a Maryori, extraña su aroma, su piel suave, su sonrisa, su sumisión. Antes de llegar a casa decido caminar por la ciudad, me encuentro con Luis un amigo de la parroquia y nos pusimos a conversar.

Luis: ¿Oye, sabes que paso con Maryori?

Yo: No porque le ha sucedido algo.

Luis: Maryori ahora es la catequista de mi hermano menor y me conto que estas últimas semanas la ha notado como apagada, triste. Completamente diferente a las semanas anteriores que estaba llena de alegría y con una sonrisa. Es más el otro día la vi sentada sola en la banca de un parque, se lo notaba desolada como si se le hubiera muerto alguien, pensé que tu sabrías algo.

Yo: ¿Y yo porque tendría que saber que le pasa?

Luis: No te hagas el otro vi los saliendo del hotel, justo estaba con Valeria mi enamorada íbamos a entrar y apenas los vimos nos escondimos para que no nos vieran, que me vas a decir que solo fueron para ver la TV y dormir. ¿Te la estas tirando?

Suspire.

Yo: En realidad no llegamos a buenos términos y las cosas no se dieron.

Luis: Bromeas, Maryori es una muy buena chica deberías de volver a intentarlo, sería la pareja ideal para cualquier hombre, no es fiestera, se viste de manera decente, es intelectual e inteligente algo difícil de encontrar en una mujer hoy en día, aparte no es fea.

Esas palabras de Luis me hicieron reflexionar sobre lo que debía hacer y si lo que me conto es verdad ella también está sufriendo. Fui a su universidad a la hora que sabía que terminaban sus clases, al salir se quedó paralizada al verme como si hubiese visto un fantasma, me acerco donde ella.

Yo: Maryori tenemos que hablar

Maryori: Ya me diste a entender lo que soy para ti déjame en paz

Yo: Ese día estaba con tragos encima

Maryori: Los borrachos siempre dicen la verdad, además ahora estoy saliendo con alguien

Yo: Así ¿con quién? Para decirle que tú eres mía

Maryori: eso a ti no importa

Yo: No eres buena mintiendo, lo sabes. Vamos a conversar a otro lado.

Maryori: ¿A dónde? Seguro a un hotel es al único sitio que me has llevado

Yo: Y disfrutabas como te hacia mujer, vienes conmigo a las buenas o a las malas.

Maryori: Púdrete – se gira dándose media vuelta

Yo: Bueno tú lo quisiste así

La agarro del brazo la volteo y me inclino un poco la abrazo de la cintura subiéndola a mi hombro derecho procediendo a cargarla.

Maryori: ¡Oye suéltame! todo el mundo nos está viendo.

Yo: Tú lo quisiste así

Universitarios, profesores, agentes de seguridad y personas que transitaban en ese momento nos quedaron viendo con una sonrisa en su rostro.

Maryori: ¡Qué vergüenza! ¡Ya bájame!

Yo: Vez las cosas me haces hacer por no hacer caso.

Camine por lo menos 10 manzanas con Maryori sobre mis hombros, hasta que llegamos al Parque del Amor en Miraflores, un parque famoso por la escultura de “El Beso entre dos personas” y sus vistas al océano, ahí me detuve y la baje.

Maryori: Eres un idiota, un baboso, un perro…

Espere que Maryori termine de insultarme

Yo: Si soy todo eso, pero también soy la persona a la que amas

Sus ojos se comenzaron a poner sollozos.

Maryori: Por desgracia si

Yo: Y también eres la persona a la que amo

Maryori comienza a mirarme de frente, sorprendida por lo que acabo de decir, la agarro desde sus mejillas.

Yo: Sabes estas semanas que no tuvimos comunicación me di cuenta la falta que me haces y lo importante que te has convertido en mi vida, te extrañe como no tienes idea, soy feliz cuando estoy a tu lado por eso Maryori quiero decirte si ¿deseas ser mi enamorada?

Maryori sonríe su rostro muestra alegría, sus ojos comienzan a brillar.

Maryori: Estas semanas no sabes cuánto te he extraño te amo, te quiero y claro que quiero ser tu enamorada.

Nuestros rostros se acercaron con lentitud. Nuestras respiraciones se entremezclaron. Y entonces, nuestros labios se encontraron. Nos besamos con pasión como si quisiéramos devorarnos, como extrañaba sus labios suaves y dulces como la miel. Duramos varios minutos hasta que nos separamos con una sonrisa en nuestros rostros. En eso un flash de una cámara fotográfica nos ilumina, volteamos y era una pareja de ancianos de origen extranjero que estaban de visita en el país.

Nos saludaron en inglés, tanto Maryori como yo teníamos un B2 en ese idioma y pudimos entablar una conversación con ellos. Se sorprendieron cuando descubrieron que también podíamos comunicarnos en su idioma. Nos contaron que cumplían 40 años de casados y que vinieron a celébralo conociendo un nuevo país, de cómo nosotros le recordábamos cuando ellos eran jóvenes y más cosas.

Esa tarde noche la pasamos juntos recorriendo la ciudad agarrados de la mano ahora oficialmente como enamorados. Fuimos al cine a ver una película de comedia romántica,

Maryori se recostaba en mi hombro y no paraba de reírse con las escenas de las películas comiendo sus palomitas de maíz. Saliendo del cine encontramos un Sex Shop entramos y compre un Kit Sado Bondage Bdsm para parejas que traía cuerda, mordaza, venda antifaz, esposas para tobillos y muñecas, collar, pinzas, plumero, hebilla cruzada y un plug anal cola de zorra.

Maryori: Podemos hablar en privado

Salimos del sex shop.

Yo: Dime que sucede.

Maryori: Pensaras que estoy loca, pero tú crees que puedas comprar también un látigo.

Yo: ¿Un látigo?

Maryori: Si, es que estas semanas que no estuvimos, estaba con ganas y vi videos en internet y vi una pareja y como el hombre azotaba a la mujer con un látigo, me excito y no se si pudieras hacer lo mismo conmigo.

Yo: Maryori ¿estabas viendo porno? ¿Quieres que te azote? Que perversa me salisteis, quien lo diría.

Maryori: Ya no te rías ¿puedes o no?

Yo: Por supuesto voy a disfrutar darle duro a ese culito.

Nos dirigimos al hotel, al entrar a la habitación le pedí que se desnudara, lo hizo de manera inmediata y procedí a hacer lo mismo, le dije en 4 en la cama colocándose en posición, procedí a colocarle el plug anal cola de zorra por el ano y note como su vagina se encontraba ya mojada.

Yo: Señorita Maryori veo que usted está aguantada

Maryori: Hace semanas que no tengo sexo, intente satisfacerme conmigo misma pero fue inútil, necesito tu verga.

Luego procedí a colocarle su collar y con la cuerda la amarro al collar como un collar para pasear perros.

Yo: Arrodíllate sobre la cama – Procedí a colocar las pinzas en sus senos. Ahora baja al suelo que te voy a pasear por esta habitación en 4 patas como una perra, porque eres mi perra.

Maryori sin decir palabra alguna obedeció con el plug anal cola de zorra en su ano, las pinzas en sus senos y el collar en su cuello, le di varias vueltas dentro de la habitación, ella caminando en 4, lo disfrutaba.

Yo: Muy buena perra, te mereces tu premio – Agarre una almohada y la coloque en el suelo. Arrodíllate sobre esta almohada.

Me obedeció y procedí a colocarle mi miembro en su boca, Maryori comenzó a lamerlo extrayendo el líquido pre-seminal. Luego se lo introdujo follandóme con su boca, arqueo un poco el cuerpo para agarrarla con mis manos su cabeza. Estuvimos así por varios minutos hasta que ya no aguante más y procedo a venirme dentro de su boca, Maryori lo muerde y se queda quieta esperando que termine de eyacular para luego tragarse mi semen y con su lengua comienza a limpiar mi miembro.

Yo: Muy bien perrita, ahorra sube a la cama te lo has ganado.

Le quito las pinzas y le coloco boca arriba en posición horizontal, le coloco las esposas en sus tobillos y en sus muñecas, alzo sus brazos y la amarro las esposas con la cabecera de la cama, le coloco la venda antifaz, como extrañaba tenerla así. Con el plumero recorría cada parte de su cuerpo provocándole gemidos.

Maryori: Ya no aguanto más penétrame

Me coloco encima de ella comenzamos a besarnos, en posición de misionero procedo a penetrarla. Maryori estalla de placer al sentir mi miembro entrar en su interior y comienzo a bombearla, primero despacio y después voy acelerando el ritmo hasta llegar al clímax. Procedo a venirme en su interior lo que le provoca a Maryori un orgasmo, llegando ella también al clímax, embarrándome con su producto lácteo.

Maryori: Te amo, no sabes cuánto te necesitaba

Yo: Mi pequeña ninfómana

Sonríe.

Comienzo a jugar con sus cachetes, puedo oler su rico aroma en toda la habitación.

Loading

DEJA UN COMENTARIO

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí