Inicié a mi catequista y se enamoró de mí (5 – final)

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Yo: ¿Estas segura que quieres que te azote?

Asistente moviendo la cabeza de forma afirmativa.

Maryori: Si, te olvidaste de amordazarme

Procedo a colocarle la mordaza, luego le doy vuelta colocándola boca abajo, agarro una almohada y se la coloco a la altura de su vientre alzando su colita. Le quito el plug anal cola de zorra de su ano, Se veía elástico y abierto listo para la penetración, procedo a echarle lubricante en toda la zona.

Maryori amordazada me da a entender que quiere que la azote primero. Agarre el látigo con mi mano derecha, salgo de la cama y me coloco a su lado izquierdo.

Yo: ¿Estas lista?

Maryori mueve la cabeza confirmando que sí y procedo.

Le acaricio el trasero suavemente, pasando mi mano caliente por ambas nalgas hasta el principio de los muslos. Alzo mi brazo derecho con el látigo y comienzo a bajar llegando con fuerza, en todo su trasero, Maryori intenta gritar pero no puede la mordaza se lo impide.

Vuelvo alzar el brazo para el segundo azote le vuelvo a pegar y el dolor resuena pulsátil por toda la marca del látigo. Preparo el tercero, el látigo se clava de nuevo en su carne. El cuarto le vuelvo a pegar el látigo se vuelve a clavar en sus nalgas. El quinto, sexto y séptimo vienen consecutivamente, veo que con sus manos agarra fuertemente la cabecera de la cama le estaba doliendo, le lanzo el octavo azote Maryori retuerce su cuerpo como tratando de aguantar el golpe, en el noveno empiezo a notar como unas lágrimas caían por su rostro y preparo el décimo y ultimo azote dejándole sus nalgas marcadas.

Suelto el látigo dejándolo caer en el piso y me subo a la cama, la agarro de la cintura y con mi miembro completamente erecto nuevamente procedo a penetrarle por el ano. Maryori alza su cabeza en señal de dolor al recibir al inquilino dentro de su cuerpo, aprovecho y con mi mano derecha la agarro del cabello y envuelvo mi mano comenzado a tirar de él. Alzando la cabeza de Maryori hacia atrás mientras estaba bombeándola por el ano. Estuve llevando ese ritmo por un par de minutos hasta que me di cuenta que su ano ya recibía con normalidad a mi miembro, se había adaptado tanto en su tamaño y forma que podía sacarlo y meterlo con total facilidad, ya no apretaba como antes estaba completamente abierto.

Decidí acelerar metiéndole más presión, cuando siento que ya estoy por venirme introduzco mi miembro en su interior hasta el fondo como dándole una estocada, donde finalmente consigo correrme, Maryori también llega al orgasmo corriéndose sobre la almohada que había colocado debajo de su vientre. Suelto su cabellera con mi mano haciéndole caer rendida sobre la cama, retiro mi miembro de su ano y me quedo viendo un rato su colita que se encontraba totalmente destrozada, con marcas rojizas debido a los azotes dado, y su ano completamente abierto como una donuts, donde se podía apreciar mi leche depositada en su interior.

Le quito la mordaza y la venda antifaz quería saber cómo estaba, sus ojos se encontraban rojizos de tanto lagrimear le limpio las lágrimas de los ojos con el dorso de mis manos, echándome a su costado.

Yo: Mi amor, ¿Estas bien?

Era la primera vez que la llamaba mi amor y ya no por su nombre. Maryori voltea a mirarme y me regala una sonrisa y con una voz calmada y suave comienza a hablar.

Maryori: Si estoy bien, aunque creo que esta vez se nos pasó la mano, mi colita me arde y me duele, ¿Te viniste adentro no?

Yo: Si me vine adentro

Maryori: Si puedo sentir tu lechita en mi interior.

Sonrió.

Maryori: Por hacerle caso a mi corazón y ahora tengo el culo dolorido.

Yo: Tranquila

La abrazo con ternura hundiendo mi nariz en su cabello, Maryori me besa el cuello. Después de un rato la suelto.

Yo: He traído ibuprofeno y una pomada de árnica

Maryori apoya su cabeza en su brazo, le alcanzo un vaso con agua y procede a tomarse el ibuprofeno, mientras yo le voy echando la pomada árnica en todas sus nalgas. Dejo la pomada en la mesita de noche que está al lado de la cama, Maryori me llama con su mano para que me acueste con ella, me meto a la cama, Maryori trata de moverse con sus brazos tratando de no mover mucho su trasero que se encontraba sensible y adolorido. Maryori me abraza envolviéndose con fuerza en mí, nos acurrucamos colocando su cabeza sobre mi pecho utilizándolo como almohada. Sus ojos seguían sollozando sobre mi pecho.

Yo: ¿Estas bien? Tus ojos siguen sollozando

Maryori: Es por el ardor en mi colita o quizás son lágrimas de felicidad, sabes siempre soñé con tener una relación amorosa, llegar a amar a alguien y que esa persona también me ame y me quiera. Desde el colegio veía a todas mis compañeras con sus enamorados y yo deseaba vivir también esa experiencia, lograr tener un compañero en mi vida.

Comienzo a darle besos a su cabeza con ternura.

Maryori: Te quiero como no tienes idea, creo que hasta daría mi vida por ti.

Yo: Mi amor, no digas eso

Maryori: Enserio, si te llegara a pasar algo no sé qué haría, me volvería loca. Prométeme que esto será para siempre que nunca me engañaras porque seguro me moriría.

Yo: Ya deja de pensar en eso y descansa.

Pasamos esa noche abrazados, acurrucados y profundamente dormidos hasta que amanece y la luz suave del alba se hace más intensa y nosotros seguíamos tumbados, descansando.

Al momento de despertar mi miembro se encontraba totalmente erecto, pero esta vez no podía ser por su colita todavía se encontraba destrozada y necesitaba recuperarse, intentamos de cucharita introduzco mi miembro en su vagina, pero al momento de bombear golpea su cola y le producía dolor.

Maryori: Sabes que mejor déjame ordeñarte, dicen que siempre es bueno tomar leche en las mañanas.

Y así fue Maryori comenzó lamiéndolo con su lengua desde el tronco hasta la punta, como una paleta. Cuando ya estaba bien duro, metió la mitad de mi miembro a su boca, jugaba con su lengua con mi miembro dentro y con una mano me hacia una paja a la otra mitad se estaba fuera. Duro así unos minutos hasta que se introdujo toda mi verga y procedió a follarme con su boca. Le agarraba detrás de su cabeza y empujaba con fuerza, sentía como mi miembro llegaba a su garganta, duramos así por varios minutos hasta que no pude más y me vine, eyaculando dentro de su boca.

Maryori contuvo mi miembro dentro de su boca y alzo la mirada para verme y saber si ya había terminado de eyacular. Suelta mi miembro ya flácido y abre su boquita mostrándome todo mi semen dentro, donde comienza a pasárselo por la garganta.

Luego nos vestimos y salimos del hotel, a Maryori todavía le costaba un poco la movilidad.

Las semanas siguientes fueron iguales full sexo, salidas al cine o comer un restaurant, la lleve una vez a los juegos mecánicos Montaña rusa, Sillas voladoras recuerdo como me abrazaba con fuerza del miedo y salíamos completamente mareados, Toro mecánico, Carros chocones como nos divertíamos, se le veía alegre con una sonrisa de oreja a oreja disfrutando cada momento, también como regalo de cumpleaños hicimos un full Day a Paracas, navegamos por las islas ballestas, explorarnos las increíbles dunas, hicimos sandboarding deslizándonos por las dunas y contemplamos el atardecer encima de un buggy, fue un día espectacular.

Para mi cumpleaños Maryori se compró un traje de lencería negro y pagando una habitación de hotel temático que contaba con un pole dance, luces de discoteca. Coloco una luz roja y en el pole dance me comenzó a bailar de una manera muy sensual. Además contaba con una pared amoblada con esposas, látigo y antifaz, frigobar, sillón del amor, juego de espejos y una cruz de san Andrés con reposapiés, donde obviamente la tuve como mi prisionera.

Fueron bellos momentos que viví con Maryori, pero como todo en la vida hay un final.

Un tiempo después, estaba en clase de sistemas operativos con Linux cuando me llega un mensaje de Maryori: “Ha pasado algo necesito verte, es urgente” lo primero que pensé, ya la embaracé, lo cual sería normal porque varias veces lo hicimos sin protección. Estaba a mitad de carrera y pensaba ahora que voy a hacer tendré que dejar el estudio y dedicarme a criar a mi hijo.

Nos reunimos en un café esa tarde, al llegar vi a Maryori sentada a lo lejos con un vaso de cappuccino en la mano estaba con una cara de preocupación y pensativa.

Yo: Hola mi amor

Maryori: Hola corazón, al fin llegaste tengo algo muy importante que decirte, algo que seguramente nos cambiara nuestras vidas.

Cuando dijo eso, en mi mente pensé ¡Noo! La preñe, giraba la cabeza de un lado a otro para ver si había un Oxxo cerca y decirle que iba a comprar cigarrillos.

Maryori: Hoy día recibí una noticia muy importante y quiero me ayudes a tomar una decisión.

Afrontar lo que viene.

Yo: Amor, tranquila que ha pasado, cuéntame.

Viene la bomba.

Maryori: Mi universidad tiene un programa de intercambio estudiantil donde permite que estudiantes cursen semestres en una universidad extranjera, por lo general el programa tiene una duración de un año. El programa se llama Erasmus+, es un programa educativo de la Comisión Europea concebido para promover y financiar la movilidad académica de los estudiantes y yo he sido seleccionada para participar en dicho programa y quisiera saber tu opinión.

Me volvió el alma al cuerpo.

Yo: A era eso – suspire

Maryori pensativa.

Maryori: si porque ¿que pensabas?

Yo: No nada olvídalo, mira me parece que es una gran oportunidad para que puedas crecer profesionalmente. Conocer y vivir en otro país sería una gran experiencia.

Maryori: Pero ya no estaríamos juntos, pensé que me dirías que lo dejara. O es que ya ¿no me quieres?

Yo: No digas eso tontita claro que te quiero y porque te quiero siempre quiero lo mejor para ti esta es una gran oportunidad en tu vida y en tu carrera, seria egoísta de mi parte decirte que no vayas y estancarte.

Maryori se quedó pensativa un buen rato.

Maryori: Vente conmigo, vámonos juntos.

Yo: Eso no sería posible, el programa es solo para ti yo tendría que cubrir mis gastos, aparte que estoy a mitad de carrera no lo puedo abandonar e invertido dinero, tiempo y esfuerzo sería tonto abandonarla.

Maryori: Si creo que tienes razón

Yo: Anda y hazme sentir el enamorado más orgulloso

Maryori: Te voy a extrañar como no tienes idea, te amo.

El intercambio se realizaría el próximo ciclo, así que teníamos todavía un par de meses para disfrutar el uno del otro. Esos últimos meses fueron de full sexo, tratábamos de disfrutar cada día como si fuera el último hasta que se acercara el día del viaje. Sus compañeros catequistas de la parroquia le organizaron un compartir de despedida, Maryori se puso triste por dejarlos hubo muestras de agradecimiento por haber sido una buena compañera, casi todos lagrimearon deseándole suerte y éxitos.

Maryori no iba a viajar sola su madre la acompañaría, aunque nunca le caí bien a su madre en cierta forma saber que no se iba sola me tranquilizo un poco, la iba extrañar. El ultimo día, después de hacer el amor Maryori me abrazo fuerte y se puso llorar, que hasta me conmovió. Pensaba abandonar y mejor no ir, pero aunque me doliera sabía que era lo mejor para ella y la volví a convencer. Salimos del hotel y en medio de la calle había un hippie sentado en el suelo sobre una tela vendía artículos de bisutería, Maryori se dirige hacia él y lo queda viendo, le compra un collar para pareja en forma de corazón, que se parte a la mitad llevando cada uno una parte. Maryori parte el corazón a la mitad y me da una parte de él.

Maryori: Para que me recuerdes

Nos abrazamos y lloramos, no pude con ese gesto que hizo. Siempre trate de mantenerme firme y fuerte pero esta vez me rompió. Ese era el último día que estaríamos juntos y queríamos que fuera eterno, su vuelo estado programado de madrugada, llego muy bien al país de destino donde continuaría sus estudios, las primeras semanas nos parábamos comunicando por Skype. Me mandaba fotos al correo mostrándome hermosos lugares diciéndome que le encantaría que yo estuviera allí con ella. Pero la diferencia horaria de Sudamérica con Europa hizo que nuestras comunicaciones se han cada vez menos frecuentes.

Ya no había contacto físico y así fue como la relación se fue acabando. A los pocos meses su padre también viajo para reunirse con Maryori y su madre. Si bien el programa de intercambio estudiantil era solo de un año al final decidieron que lo mejor era quedarse residiendo en ese país europeo. Y si era la mejor decisión hay tendrían más oportunidades de progresar. Su casa la ocuparon familiares de su madre.

Fue una de las mejores relaciones de pareja que tuve en mi adolescencia, lástima que duro tan poco pero como todo en la vida existe un principio y un final. Solo me queda continuar y seguir adelante, escribo este relato porque hace poco me llamo mi madre para informarme que ya había conseguido inquilinos que habitaran la que era nuestra antigua casa, que recogiera unas cajas que había dejado en mi antigua habitación, al revisar una de las cajas encontré el collar de mitad de corazón que Maryori me dio el ultimo día que estuvimos juntos, por lo que sabía que tenía que escribir nuestra historia.

Al estar en esta habitación me trae muchos recuerdos aquí pase mi infancia, niñez y adolescencia, aquí fue donde tuve a Maryori por primera vez como a cientos de chicas en relatos que iré contando más adelante. Estas paredes tienen muchas historias, cierro la puerta de mi antigua habitación llevándome las cajas, abandono mi antigua casa cerrando con llave, sabiendo que quizás sea la última que haya entrado en ella ya que la otra semana tendrá nuevos inquilinos, una etapa de vida que se cierra llegando a su final.

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1 COMENTARIO

  1. Sin duda un relato digno de un libro. Los titulos sobran ademas de tener como protagonista a una persona que cambio tu vida en tu adolecencia. Un relato con diferentes cuadros. Erotismo, sensualidad,sexualidad, desencanto y amor…. Saludos. Deverias relatarnos que paso con tu enamorada Maryori…😃

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