Instrucciones para un macho obediente

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T. Lectura: 2 min.

Hoy quiero tu leche – toda, espesa, dulce. La que solo yo sé sacarte en abundancia.

Lastimosamente no tengo esa verga deliciosa aquí conmigo… pero tú sí. Manoséate. Empieza por encima del pantalón, papi. ¿Sientes cómo se hincha bajo tu mano? Uy, qué carpita más dura… ¿Verdad que soy tu puta favorita? Dímelo. Que tu voz temblorosa me confirme lo que ya sé.

Soy la dueña de tus pajas, estoy segura. Mira cómo me vuelves loquita.

¿Estás muy desesperadito papasito? ¡Seguro tienes esa lechita acumulada desde hace días!

Me encantaría saber ¿cuándo fue la última vez que te masturbaste?

Ahora, saca ese monstruo del short. Despacito. Míralo: palpitante, rojo de ira, como la espada de un samurái listo para la batalla. Escúpelo. Humedécelo con tu saliva y deslízate la mano de arriba a abajo, lento al principio… como si fuera mi lengua envolviéndote.

Imagina esto:

Yo, de rodillas, tragándome cada centímetro. El sonido de mi garganta ahogándose con tu grosor.

Tú, detrás de mí, metiéndomelo por el culo mientras tus bolas golpean mi coño.

¡Apriétalo! Como si estuvieras dentro de mi culito estrecho. Más rápido… ¡así!… y ahora para. Mira cómo late, desesperado.

¿Sabes que quiero que hagas? … si no te molesta, ¿claro? … quiero que sientas mucho placer en tu punto H. Seguro tienes ese culito todo apretadito, quiero que te excites bien rico mientras te haces la paja.

Nueva orden:

  1. Llena tu dedo de saliva.
  2. Toca tu ano suavecito, acaríciatelo alrededor.
  3. Mételo poquito a poco – sé que estás apretadito, mi amor, pero te prometo que vas a estallar de placer cuando encuentres ese punto escondido.

Así me funciona a mí, cada vez que siento algo en el culo me vengo muy rápido. Uf, ¡Cómo quisiera estar yo allí, lamiéndotelo, sintiendo ese culito delicioso!

¡Qué rico, papi!

Mientras, con la otra mano:

Jálatela esa polla.

Pero no te corras… todavía.

Quiero que te saques el dedo del culo, ¿será hora de un castigo?… porque sé que tienes esa lechita a flor de piel.

Confesión: Me vuelve loca tu obediencia. Que seas mi juguete, mi macho sumiso. Cada gemido tuyo es mi victoria.

Me gustaría chuparte esa deliciosa verga un poquito, tragarme toda esa leche, te lo juro y atragantarme con tus fluidos. Seguro esa leche está toda calientita y acumulada desde hace días, ¿verdad?… ¿me la merezco? Piensa que me estás penetrando. ¡Cómo quisiera tener toda tu verga adentro!

¿Estas listo para correrte mi amor? Voy a hacer una cuenta regresiva y cuando llegue a cero acabas, ¿vale?

¡Prepárate!:

5 – ¿Listo, papito?

4 – Tus bolas tensas…

3 – Tu respiración agitada…

2 – ¡Casi, ya falta poquito!

1 – ¡Córrete!

0 – ¡Dame esa leche espesa, toda, en mi boca!

Mmm… ¿Ves? Nadie te saca esto como yo.

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