Muchos creen que ser una actriz porno es un trabajo sencillo, pues consideran dicho trabajo consiste en, simplemente, grabarse teniendo relaciones delante de una cámara, pero nada más lejos de la verdad. Al igual que pasa con cualquier profesión, ser actriz porno requiere de cierto grado de sacrificio, pues las mujeres que forman parte de la industria del entretenimiento adulto deben someterse a intensos regímenes de entrenamiento, seguir dietas estrictas, saber al derecho y al revés todas las técnicas del Kama Sutra, entre muchas otras cosas.
Sin embargo ¿Saben que es más difícil que ser una actriz porno? Ser una actriz porno que, además, es madre soltera, y de eso tratara este relato: de una mujer que logro sobrellevar las dificultades de su vida laboral y convertirse, a su manera, en una gran madre para sus hijos.
Antes de empezar con nuestro relato, les voy a presentar a los protagonistas del mismo, los cuales son:
Anna (44 años): es una milf pelirroja de ojos celestes. Es una mujer alta, musculosa, femenina, de muslos gruesos, tetas enormes, e inmenso trasero. Es una actriz porno muy famosa y respetada en la industria del entretenimiento para adultos y, pese a todo el trabajo que ellos implica, siempre tuvo tiempo para criar correctamente a sus hijos.
Jen (21 años): es la hija mayor de Anna. Es una chica rubia con varios mechones teñidos de violeta y, al igual que su madre, tiene un cuerpo musculoso con grandes atributos femeninos (aunque no tan grandes como los de Anna). Ella admira mucho a su madre, y sueña en convertirse en una gran actriz porno como ella.
Alfredo (18 años): es el hijo menor de Anna y el hermano menor de Jen. Es un joven rubio de baja estatura, poca masa muscular, y con un rostro muy hermoso. A diferencia de su hermana, a él no le gusta que su madre se dediqué a la industria para adultos y, aunque la ama, tiene una relación medio conflictiva con ella debido a esa cuestión.
Nuestro historia comienza en la casa de Anna, en el que ella y su hija se estaban arreglando para ir a una reunión en el estudio de grabación para el que la miof culona trabaja. Aquella reunión era muy importante para Jen porque, en la misma, el director del estudio decidiría si la contrataba como actriz porno o no.
“¡Ay, madre!” exclamó Jen, con entusiasmo “¡No puedo creer que por fin ha llegado el día! ¡El día en el que iniciaré mi camino para ser una gran actriz porno como lo eres tú!”
“¡Uy, si, que gran orgullo!” exclamó Alfredo, de forma sarcástica y despectiva “¡Qué gran orgullo debe ser que te graven mientras un afroamericano te rompe el culo! ¡Sin duda alguna, las personas que se mataron estudiando una carrera se deben estar muriendo de envidia! ¡te felicito, Jen!”
“¡No le hagas caso al aguafiestas de tu hermano, hija!” exclamó Anna “¡Mientras no lastimes a nadie, siempre debes estar orgullosa de hacer lo que apasiona, sin importar que sea! ¡Ahora vámonos, que se nos hace tarde!”
“¡Adiós, hermano!” exclamó Jen “¡Que te diviertas pajeándote mientras no estemos!”
“¡Cállate!” grito Alfredo, molesto.
Ambas mujeres salen de su casa, se suben al auto, y Anna conduce hasta el estudio de grabación. Una vez allí, madre e hija se presentan ante la secretaria, y está les pide amablemente que tomen asiente y esperen a que el director las reciba.
“¡ay, madre, que nervios!” exclamó Jen, preocupada “¿Tu realmente crees que tú jefe me quiera contratar?”
“Sería un tanto si no lo hiciera, pues estaría perdiendo a la puta más pervertida de toda la ciudad, la cual fue entrenada por la mejor actriz porno que existe” dijo Anna, con firmeza.
“¡No le des falsas esperanza a la pobre chica!” exclamó una mujer afroamericana, la cual usaba un corte abro, y tenía un cuerpo y una altura muy similar al de Anna “¡Si fue entrenada por ti, no tiene futuro alguno en la industria pornográfica!”
“¿No tienes algo mejor que hacer que venir a molestarnos, Victoria?” preguntó Anna, enojada.
“¿Así que tú eres Victoria, la gran rival de mi madre?” preguntó Jen “Mi madre me hizo ver varias de tus películas porno”
“¿De verdad?” preguntó la afroamericana, sorprendida.
“¡Si, para que aprenda todo lo que no se debe hacer!” exclamó la pelirroja.
“¡Mira quién habla!” exclamo Victoria, enojada “¡Tu, más que dedicarte a hacer porno, deberías dedicarte a la industria de los medicamentos para el sueño, pues eso es lo que me provoca ver tus películas!”
“¡Son palabras muy grandes para una mujer con un culo tan pequeño!” exclamó Anna, molesta, mientras se ponía de pie.
“¡Parece que alguien ha bebido de mss. y anda con la percepción de la realidad completamente alterada!” exclamó la milf de piel oscura, mientras ella y Anna presionaban sus enormes tetas una contra la otra.
“¡Anna, Jen, el director dice que ya está disponible, y que pasen a su despacho!” exclamó la secretaria.
“¡Terminaremos esto más tarde porque, por ahora, tengo cosas más importantes que hacer que perder mi tiempo contigo!” exclamó la milf pelirroja, mientras ella y su hija se iban.
Luego, madre e hija entraron en la oficina del director, y se sientan enfrente del escritorio de este.
“¡Bienvenidas, señoritas!” exclamó el hombre muy cordialmente “Ahora, si no les molesta, iré directamente al grano: luego de haber analizado muy minuciosamente los videos porno casero que Jen me mandó, y luego de consultarlo con unos expertos, he decidido que la chica merece una oportunidad de trabajar con nosotros”
“¡Que genial!” exclamó Anna, muy contenta.
“¡Es realmente fantástico!” exclamó Jen, mientras abrazaba a su madre “¡Se lo agradezco mucho, señor! ¡Le prometo que no se arrepentirá de su decisión!”
“¡No tienes nada que agradecer, te lo has ganado! Además, siendo la hija de Anna, confío plenamente en que te convertirás en una actriz muy cotizada” exclamó el director, mientras él y Jem se daban un apretón de manos “Además, siendo la hija de Anna, estoy seguro de que te convertirás en una actriz porno muy lucrativa para mí estudió”
Tras firmar un par de contratos, Jen se retira de la oficina junto con su madre, y las dos se suben al auto y se van del estadio.
“¡No sabes lo orgullosa que estoy de ti!” exclamó Anna, mientras manejaba “¡Yo sabía que lo ibas a lograr!”
“¡Y todo te lo debo a ti, mamá!” exclamó Jen, con gran alegría “De no ser por todos los consejos que me diste y por todos los ejercicios que me hiciste hacer, nunca hubieran podido ser contratada, y te estoy muy agradecida por ello ¡Ahora volvamos a casa, que tengo ganas de celebrar!”
“De hecho, te prepare una sorpresa especial para festejar el gran paso que has dado en el inicio de tu carrera”
“¿De verdad?” preguntó Jen, con gran interés “¿Qué es?”
“Lo verás cuando lleguemos allá” dijo Anna, con una sonrisa pervertida.
Tras conducir por unos minutos, la milf estaciono su auto en la entra de un motel llamado “Corazón de Fuego”.
“Espera, yo he oído hablar de este lugar ¿Este no es el motel en el que papá y tú nos concibieron a Alfredo y a mí?” Preguntó Jen.
“¡Así es, y es en este mismo lugar en el que te quiero hacer una propuesta indecente!” exclamó la milf, mientras le acariciaba la pierna a su hija “He notado como me miras con ojos de deseo y, la verdad, yo también hago lo mismo ¡Es por eso que quiero proponerte que celebremos tu ingresó en la industria pornográfica teniendo sexo lésbico e incestuoso en la misma habitación en la que tu padre me dejó embarazada de ti!”
“¿Sabes?… eso suena… ¡Excitante!” exclamó Jen, y luego beso a su madre “La verdad, tenía planeado proponerte algo parecido en algún momento, pero creo que es mejor hacerlo ahora”
Ambas mujeres bajan del auto y, agarradas de las nalgas, ingresan al motel, caminan hasta la recepción, y Anna le pide al empleado que quería rentar la habitación número 17. Para fortuna de la milf y de su hija, dicha habitación se encontraba disponible y, al entrar en ella, se desvistieron rápidamente.
“¡Te veo nerviosa!” exclamó Anna, mientras abrazaba a su hija “¿Qué pasa? ¿Te has arrepentido?”
“¡No, para nada, es solo que jamás he tenido sexo lésbico!” exclamó Jen, preocupada.
“¡Tranquila, mami te guiará en todo!” exclamó la milf, mientras besaba apasionadamente a su hija.
Las lenguas de ambas mujeres se entrelazaron con fuerza, al tiempo que las dos se manoseaban mutuamente.
“¡Siempre he envidiado el inmenso culo que tienes!” exclamó Jen, mientras le agarraba las nalgas a su madre.
“¡No te preocupes porque, si sigues mi rutina de entrenamiento al pie de la letra, tu tendrás un culazo como el mío e, inclusive, hasta más grande y redondo!” exclamó Anna, y luego le empezó a chupar las tetas a su hija, al tiempo que le manoseaba el coño.
Jen gimió de con gran fuerza al sentir la boca y las manos de su madre dándole placer. Luego, Jen hizo que Anna se acostara boca arriba sobre la cama, metió su cabeza entre las piernas de esta, y le empezó a chupar el coño.
“¡Se ve que has prestado mucha atención en las clases de sexo oral que te he dado!” exclamó Anna, mientras disfrutaba el sexo oral que su hija le hacía “Pero no es justo que solo yo disfrute ¡Colócate sobre mi para que puedas sentir la lengua de mami!”
La joven acato la orden de Anna, se colocó encima de esta, y las dos se dieron placer mutuo al hacer el 69.
Luego de mucho Sexo oral, madre e hija entrelazaron sus piernas, y comenzaron a frotar sus coños uno contra el otro.
“¡Puta madre!” grito Anna de placer, mientras se movía con fuerza “¿Estás segura de que nunca antes tuviste sexo lésbico? Porque te mueves como toda una experta”
“¡Eso es un gran halago para mí, viniendo de la puta más hermosa que conozco!” exclamó Jen, mientras besaba apasionadamente a su madre.
Tras frotar sus coños por varios minutos, las mujeres se separaron, y Jen le dió una nalgada a su madre.
“¡Pero que atrevida eres al nalguear a tu madre, putita!” exclamó Anna, con sarcasmo y excitación, mientras agarraba a su hija del pelo y metía la cara de está entre sus nalgas “¡Mereces un castigó para ver quien es la que manda en esta relación!”
Sin que su madre le ordenará que lo hiciera, Jen metió su lengua dentro del culo de Anna, y está pego un grito de placer.
“¡Mete tu lengua tan adentro como puedas, sucia perra de mierda!” grito apasionadamente Anna, mientras agitaba con fuerza sus nalgas, al tiempo que Jen metía su lengua tan adentro del ano de su madre como le fuese posible.
Al finalizar con el apasionado beso negro entre madre e hija, Anna saco de su bolso una cinturonga, la cual poseía un gran consolar, y se la puso.
“¿Lista para que mami te coja, zorrita?” preguntó Anna, mientras agitaba su consolador.
“¡Si, quiero, pero no con esa cinturonga!” exclamó Jen, mientras sacaba del bolso una cinturonga con un consolador mucho más grande “¡Quiero que uses esta conmigo!”
“¿Segura? No creo que estés lista para soportar algo tan grande”
“¡Te lo suplico, úsalo conmigo!” exclamó Jen, mientras se inclinaba ante su madre, y le lamía la pierna derecha “No me tengas piedad por ser tu hija ¡Cogerme como coges a tus compañeras de trabajo!”
“¡Si eso quieres, eso tendrás, mi amor!” exclamó Anna, mientras se ponía la cinturonga que Jen le dio.
Luego, Jen se acostó boca arriba sobre la cama, Anna se colocó sobre ella y, de un solo movimiento la milf penetro el pequeño coño de su hija con el enorme consolador de su cinturonga.
“¡Puta madre!” grito Jen, entre gemidos de placer, mientras Anna se la cogía tan fuerte como podía.
“¡Eso es, puta de mierda!” grito la milf, al tiempo que penetraba, estrangulaba, y le escupía en la boca a su hija “¡Grita para mí! ¡A mami le encanta ver a las zorras retorciéndose de dolor y de placer!”
Tras follar el coño de su hija hasta el hartazgo, Anna hizo que Jen se pusiera en cuatro, y se dispuso a penetrarle el culo.
“¡Mama, espera!” exclamó Jen, preocupada “¡Por el culo no, me lo vos a romper!”
“¡Lo lamento, hija, pero saber que mami es incapaz de contenerse cuando está exita!” exclamó Anna quien, de un solo movimiento penetro el culo de Jen “¡Ahora solo cállate y disfruta!”
“¡Mierda!” grito la joven quien, pese al inmenso dolor que sentía, gimió de placer “¡Piedad, mami, piedad!”
“¡Nada de piedad!” grito la milf y, mientras cogía con fuerza el culo de su hija, la agarraba del pelo y la nalgueaba “¡Si quieres ser una actriz porno, será mejor a qué te acostumbré al sexo duró y salvaje! Ahora dime ¿Quién es mi zorrita?”
“¡Soy yo, mami!” exclamó Jen, mientras agitaba sus nalgas “¡Culeame hasta que mi culo se rompa! ¡Enséñame como domina una verdadera actriz porno para que aprenda a hacerlo!”
Finalmente, y tras haber tenido mucho sexo salvaje, ambas mujeres tuvieron un gran orgasmo, y ambas mujeres se desplomaron en la cama una al lado de la otra.
“¡Mañana no voy a poder caminar bien, pero valió completamente la pena!” exclamó Jen, mientras le agarraba una nalga a Anna.
“¡Esa es la actitud de una verdadera actriz porno, querida!” exclamó Anna, y luego beso apasionadamente a su hija.
“Dime ¿Crees que, algún día, podré ser tan buena actriz porno como tu?”
“¡No!… ¡Vas a ser mucho mejor de lo que yo fui!” exclamó Anna, mientras abrazaba cariñosamente a Jen “La verdad, me encanto lo que hemos hecho, y desearía poder hacer lo mismo con tu hermano, pero no creo que a él le guste”
“¡Le va a encartar, mamá! Ningún hombre se puede resistir a tu cuerpo y, si se niega, es porque es gay. El problema es que eres demasiado comprensiva con él y le has permitido que te falte el respeto varias veces ¡Deberías agarrar de los pelos ese odioso saberlo todo y convertirlo en tu consolador viviente, para que se le quite lo antipático!”
“Es una tentadora idea… pero no sé si me animaría a hacer eso, ni yo soy tan puta”
“¡En fin, dejemos de hablar de Alfredo y, mejor, sigamos cogiendo!” exclamó Jen, mientras le pasaba la lengua por el cuello a Anna “¡Aún estoy caliente!”
“¡No existe madre que tenga una mejor hija que yo!” exclamó Anna, mientras se colocaba encima de su hija para seguir teniendo sexo.
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