La vecina, su hija trans y yo

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T. Lectura: 6 min.

Había renunciado al trabajo después de haberle dado una trompada a mi jefe y seguramente iba a hacer una denuncia policial, así que estaba esperando a la policía, aunque él sabía que yo tenía info que lo comprometía en la empresa.

Así que estaba desempleado, con deudas y posiblemente con un juicio en ciernes.

Me di una ducha y me puse cómodo, el WhatsApp estaba hirviendo de mensajes, pero no le iba a contestar a ninguno de los alcahuetes que me escribían preguntando qué era lo que había sucedido.

Puse el teléfono en silencio, serví una copa de vino, puse algo de música para relajarme y ding dong, ding dong. La politziaaa pensé.

Pero no, era Jime la vecina de al lado.

En el edificio hay 2 apartamentos por piso y al lado vive un matrimonio con sus hijos, el marido era gerente de sucursal de una empresa de electrodomésticos, pero está preso por unas maniobras con tarjetas de crédito a través de lo que se habían hecho de Usd 500k y estaban buscando otro apartamento para invertir.

En estas semanas que hace que el marido está guardado he estado cerca de Jime ya que ella era super dependiente del marido para todo.

Jime tenía un problema con una ventana que no le cerraba y precisaba mi ayuda, pero se ve que mi cara era de no muy buenos amigos, porque me preguntó que me sucedía y al contarle me dijo que si precisaba abogado, que ellos tenían al que estaba defendiendo al marido y que me podían ayudar.

Lo de la ventana era una tontería que en 2 minutos lo resolví, me disponía a retornar a mi hogar Jime se larga a llorar porque se siente muy sola y está con los hijos y que con el tema del hijo mayor no sabía como seguir adelante sin el apoyo del marido.

¿Hijo mayor? pensé para mis adentros, ¿si es una hija de 22 años y un hijo de 19?

Me miró mientras lloraba y vio mi cara de asombro, a lo que me contó que Carla en realidad había nacido como Carlos (mismo nombre del padre), pero que a los 9 años había empezado a pedir que lo vistieran con ropa de nena y que quería tener el pelo largo como mamá para hacer 2 trenzas y que de grande quería tener novio, pero que no le habían dado trascendencia porque tiene una prima que en ese entonces tenía 14 años y tenía novio, así que pensaban que era por eso, pero al hacerse adolescente siguió con los mismo planteos, así que luego de ver varios doctores y tener la autorización de los padres había comenzado con el proceso de hormonización y a los 18 años había cambiado su nombre a Carla.

Yo estaba totalmente descolocado, pero puse cara de comprender la situación y seguimos hablando le comenté que acababa de abrir una botella de vino, que si le apetecía una copa, así que traje la botella y 2 copas y nos pusimos a hablar de nuestras vidas, de por que ya no vivía con mi novia (me había separado hacía poco más de un mes). como ella llevaba la situación de no estar con el marido, que era un gran sostén para las decisiones y que lo extrañaba mucho, en todos los sentidos, “en todos, ¿me entiendes?”.

Tenía unos 45 años, pero estaba tallada por el gimnasio y el cirujano que le había dejado unas muy lindas tetas sin ser exageradas y ahora que lo pensaba, eran muy parecidas a las de su hija.

Me acerqué un poco a ella, ella se acercó a mí y comenzamos a besarnos como dos tortolitos, ella seguía llorando y yo la consolaba, nos abrazamos y seguimos besándonos, ella decía que no estaba bien lo que hacíamos pero que necesitaba sentirse deseada porque su marido hacía tiempo que no la tocaba. Le día un beso profundo, ella suspiró, le toqué una teta, ella gimió y me toco el pene por encima del pantalón y me masturbaba con la ropa puesta, a lo que le propuse ir a mi casa, pero como los hijos demoran en llegar nos quedamos allí.

Yo seguí amasando esos hermosos pechos, ella liberó mi pene y se fue derecho a chupar, se centraba en la cabeza, ya que soy muy cabezón y estoy circuncidado, parecía que estaba saboreando un helado de una bocha al mismo tiempo que le había levantado el vestido y le hacía un dedo en su muy mojada conchita.

Se abre la puerta y era Carla (Carla Carlos Carla), se nos quedó mirando, Jime no se percató de la situación, Carla no decía nada, veía a su madre chupando una pija, con el culo en pompa, gimiendo y recibiendo a esa altura 2 dedos.

Dejó su bolso, se descalzó, se puso detrás de su madre, le abrió las nalgas y le hizo un beso negro, Jime ni se inmutó, carla se desvistió y quedó solo en una bombacha tipo short y vino a besarme y me decía que hacía tiempo que fantaseaban las dos en estar con un hombre pero que no le iba a perdonar a su madre no haberle avisado y volvió a besarme, fui con mi mano a su entrepierna y ella se quiso zafar, pero le dije que conmigo no había secretos, a lo que se relajó y pude tocar su pene que ya estaba erecto.

A todo esto su madre seguía chupándomela y estaba metiéndose mis bolas en la boca mientras me masturbaba, su hija fu e a ayudarla y empezaron un oral a dos bocas sensacional, yo sentado en el medio del sofá y cada una de ellas culito para arriba dedicándole una atención a mi pene.

Tenía mis dos manos ocupadas dedeando a madre e hija, la madre con un dedo en cada agujero y la hija con dos dedos en el culo, fue la madre la que primero se subió encima de mi pene cerrando los ojos mientras yo gozaba centímetro a centímetro la penetración, era una conchita cálida y jugosa, de esas que son peligrosas porque te podés acabar rápido si te dejás llevar.

Jime empezó con el sube y baja, mientras Carla me besaba, yo estaba como en el cielo, Carla se para en el sillón y nos convida con su pene, que era de unas muy buenas dimensiones, si bien no tan largo, pero ancho. “yo siempre digo que si fueras hombre tendrías a todas las hembras satisfechas con ese pedazo”, Carla ser rio y se lo mandó hasta al fondo en la boca de la madre que seguía subiendo y bajando sobre mí, yo de curioso quería probar esa verga, así que le hice señas a Carla que lo sacó de la boca de su madre y me lo acercó a mi boca, era de esos que tiene forma de bala, no como el mío que empieza con una cabeza del tipo champiñón.

Yo tenía la verga de la hija y a la madre cabalgando casi en éxtasis, la hija se bajó del sofá, su madre sonrió y se quedó quieta por un momento a los que sentí cierta presión, ya que Carla estaba metiendo su verga en el culo de su madre que ya estaba acostumbrada a las dobles penetraciones porque se movía como una amazona con las dos vergas dentro, gimiendo a más no parar “Aaay que lindo tener dos vergas para una que es bien puta”, yo como podía me movía debajo de ella disfrutando de la situación “Hija, tenés que probar esta varga, está muy rica, vení sentate y gozá”.

La madre se levantó y vino la hija de frente a mi y se auto enculó “ufff esa cabecita se siente al entrar”, se la clavó hasta el fondo y me empezó a besar “mientras no esté mi padre, vos vas a ser el macho de este par de putas” dijo mientras se movía con la verga clavada hasta el fondo y refregaba la suya en mi abdomen.

La agarré de las nalgas, la acosté en la alfombra y empecé a bombearle el culo sin prisa y sin pausa, ella gemía y yo bufaba y la madre que se tocaba mirándonos se acercó y le puso la concha a la altura de la boca, yo me le cogía el culo a la hija que le chupaba la concha a la madre, mientras la masturbaba y me besaba, a partir de hoy vas a ser Carlos segundo, vas a ser nuestro macho y le vas a enseñar a Martincito como complacer mujeres, que el pobre no sabe demasiado.

Entre las dos me hicieron acostar en el piso se pusieron a chuparla a dúo, la madre se puso en posición de 69. la hija me levantó las piernas y empezó a hacerme un Rimjob con todas las letras, lamía, me metía la lengua en el culo, me chupaba los huevos, Jime me abrió las nalgas y Carla empezó a meterme su verga en el culo despacito “con cuidado como a papi, ¿si?” “Si mami, este está más apretado” bombeaba primero despacio y luego agarró ritmo y me iba cogiendo mientras la madre me la chupaba y yo dedeaba a la madre por la concha y el culo “No aguanto más no aguanto más” gritaba Carla y me llenó el recto de juguito caliente, era la primera vez que me acababan en mi culo.

“no la saques, no la saques” gritó Jime que se incorporó, abrió sus nalgas y se sentó en mi pija, si el culo de la hija era una delicia, el de la madre lo era más, yo estaba enculando a la madre, mientras la hija me tenía enculado a mí con el culo lleno de semen, pero no se le bajaba y empezaba a bombearme de nuevo, haciendo presión en mi próstata, yo tenía los huevos llenos de leche así que agarré fuerte de las caderas a Jime y desde abajó empecé a penetrarla mientras la hija de penetraba a mí y le llene su culo de lechita calentita, Jime siguió moviéndose hasta que llegó al clímax y se derrumbó de espaldas sobre mi sin sacarse la verga del culo. “uff necesitaba esto”.

La verga de Carla recuperó su tamaño normal, salió de mi culo y me empezó a chorrear, Jime se incorporó, sirvió más vino y se acostó a mi lado. “te querés quedar?”

Se sentía el timbre de mi apartamento, era la policía, como pude, me limpié, me vestí y salí a recibir a los agentes.

Fui a la comisaría junto con el abogado de mis vecinos, declaré alegando que mi jefe me maltrataba psicológicamente y que fue una reacción desmedida de la que estaba arrepentido, me fui a mi casa a descansar.

Al día siguiente me llamaron a una audiencia de mediación en la que pedí disculpas a mi jefe frente al juez, firmé un acuerdo de confidencialidad para no divulgar información sensible y me compensaron con un monto considerable, con el que podía vivir casi un año, le sub arrendé el apartamento a un conocido y me mudé a los de los vecinos para ser Carlos Segundo, cogí con la madre y la hija y le enseñé al hijo como brindar placer, ya que este se estaba empomando al abogado y el pobre Carlos se pasó un tiempo de más en la cárcel si bien lo llevaron a una chacra, mientras su familia estaba toma y daca con el vecino y su abogado.

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