Después del día en el que Susana me dejó bien follada en su despacho no pude dejar de masturbarme pensando en como me metía los dedos, en sus enormes tetas sobre mi o en como me hablaba, como si fuese su esclava sexual. A partir de ese día ella siempre salía al recreo, cosa que no solía hacer, y veía que no apartaba la mirada en mi, cosa que yo también hacía. Siempre salía con un café acompañada del profesor de música interesado en camelársela, ya que se rumoreaba que ese profesor, que estaba casado, le gustaba mucho la directora, sin saber que su jefa se folló a una alumna sumisa.
Durante días hablábamos por whatsapp de forma muy guarra y a la vez cariñosa, tras una semana decidimos pasar una noche juntas en su casa un sábado. Iba a ser perfecto ya que podría quedarme a dormir con ella sin la preocupación de mis padres.
Cuando llegó el sábado me quise poner muy sexy. De ropa interior solo me iba a poner un tanga negro de hilo que apretaba mis labios vaginales y que dejaba ver mi ano, no me quise poner sujetador ya que iba a vestir un corset también de color negro y una minifalda blanca que apenas me tapaba el culo. Era una minifalda que no me ponía hace años, ahora con un cuerpo más maduro y curvilíneo que antes, aunque sigo siendo una petite, la faldita me tapaba la mitad del culo. Si corría o me sentaba la falda se levantaba con mucha facilidad pero no me importaba.
Para terminar me puse unos tacones, me perfumé y fui directa a su casa. Tenía que coger un bus, el tren y otro bus que me dejaría en su calle. Durante todo el rato que estuve fuera entre transporte y transporte no dejé de notar miradas hacia mi cuerpo, sobre todo hacia mi culo: hombres con sus novias, madres asqueadas, ancianos y ancianas pasmados y grupos de pubertos que cuchicheaban entre ellos.
-Oye, ¿cual es tu Instagram?. -Me dijo un chaval con ropa entera de Nike y unas pintas de porreta…
-No tengo.
-¿Cómo no vas a tener Instagram? -Su aliento apestaba…
-Para ti no lo tengo. -Al decir eso sus amigos empezaron a reirse de él.
-Vaya puta… seguro que le abres las piernas a cualquiera.
-Si, a todos menos a ti imbécil, ahora dejame en paz.
Sus amigos no pararon de reirse durante todo el trayecto. Tomé el último bus, una amable señora me ofreció asiento porque veía que casi me caía por los tacones y porque el autobusero conducía como el culo, lo tuve que rechazar porque como me sentase se me subía la falda a la cintura. Por fin llegué a su calle, caminé unas manzanas y llegué a su portal, llamé a su timbre, me abrió, fui subiendo, oí como una puerta se abría y al llegar a su puerta ahí estaba ella esperándome en sujetador y unos shorts de andar por casa.
Nos quedamos mirando un rato impresionadas una por la otra, ella de mi vestido y yo por su cuerpazo, se abalanzó sobre mi y comenzó a besarme delante de la puerta de su piso mientras me agarraba del culo totalmente al aire, solté unos gemidos que resonaron por todo el pasillo. Tras varios besos largos y húmedos entramos a su casa, me hizo un tour y comenzamos a cenar mientras hablábamos de nuestras vidas, concretamente de anécdotas sexuales y relaciones fallidas, al parecer ella tenía un exmarido que la dejó porque la pilló siéndole infiel con otra mujer, me enseñó una foto de su ex y otra de la mujer con la que fue infiel y honestamente, la entiendo a la perfección, yo también le habría sido infiel con ese pibonazo. Tras un buen rato terminamos de cenar.
-Espera aquí cielo. -Me dijo ella mientras se levantaba y se dirigía a su habitación.
Supuse que se iba a cambiar, esperé y cuando escuché un “date la vuelta” vi su cuerpazo de milf en lencería negra de encaje. Sus tetas estaban sujetadas por un sosten transparente que dejaban ver sus pezones, su coño estaba tapado por un tanga que estaba abierto por la mitad para dejar a la vista su coño y su ano. También se puso unas medias altas negras sujetadas por un liguero que rodeaba su cintura. Cuando la vi sentí que mi coño se mojaba. Se acercó a mi con pasos que hacían que sus tetas rebotasen exageradamente, yo seguía sentada, se inclinó, levantó mi barbilla con uno de sus dedos y empezó a besarme ligeramente.
-¿Te gusta el sexo duro Lara?
-Me encanta.
-¿Quieres que juguemos a algo?
-Si por favor.
-Yo seré tu profesora y tú mi alumna, te has comportado fatal y tengo que castigarte, ¿te gusta la idea?
La besé de nuevo y solté un “Sí”. Ella sonrió, volvió a su habitación diciéndome que la esperase, yo me quité el corset la minifalda y los tacones, quedándome solamente en tanga el cual estaba mojado por mis fluidos. Ella volvió, se quedó embobada con mi look y tras varios besos me puso un collar de cuero que tenía anclado una fina cadena de metal.
-Me vas a hacer caso en todo lo que te diga ¿Si?
-Si. -Dije gimiendo.
-Harás todo lo que te pida y no te vas a quejar, ¿entendido?
-Entendido.
-Quiero que me digas mami.
-Lo haré mami.
Me dió una bofetada suave acompañada de un profundo beso. Me empujó del hombro hacia abajo para que me pusiese a cuatro patas, me fue tirando con la cadena y como si fuese una perra fui siguiéndola obediente e inocentemente allá donde iba. Tras seguir su culo llegamos al salón, ella se sentó en el sofá, me dijo de tumbarme boca abajo sobre su regazo, quedando mi culo sobre ella, posición perfecta para que me azotase.
-Me he enterado de que te has estado comportando muy mal niña. -Me dio un azote en una de mis nalgas que me hizo gemir de dolor y placer-.
-Si mami.
-¿Y te parece correcto hacer las cosas que haces?. -Me dio otro azote en la otra nalga aún más fuerte-.
-No mami.
-¿Entonces por qué las haces? Te mereces ser castigada.
Fue azotándome el culo cada vez más fuerte acompañando dichos golpes con frases como “eres una puta”, “eres demasiado joven como para guarrear”, “tus padres deberían saber lo que haces”, “te mereces ser tratada como la guarra que eres” y así y más humillaciones que me ponían cachondísima perdida.
-Mira como te estás mojando el coño, ¿Te gusta que te peguen? ¿Es eso? ¿A la niña le gusta que la peguen en el culo?
-Si mami, me gusta que me pegues.
-Mira que eres una puta de mierda, me has mojado los muslos.
-Perdón mami, merezco ser castigada. -Menee mi culo para que me lo azotase de nuevo-.
-Claro que te voy a castigar.
Empezó a dar azotes aún más duros que antes, esta vez sentía más dolor que placer y mis glúteos quemaban. Tras la ronda de azotes ella removió el hilo de mi tanga hacia un lado, introdujo tres dedos en mi mojadísimo coño y empezó a follarme violentamente. Yo respondí gimiendo y gritando entre sudores y temblores mientras mis piernas no paraban de moverse por la excitación que sentía. A la vez empezó a azotarme en las mismas zonas de antes las cuales estaban rojísimas. No lo pude soportar y tuve un orgasmo que me hizo temblar muchísimo sobre su regazo. Mientras se me iban quitando los temblores ella me fue acariciando la cabeza y los glúteos cariñosamente.
-La niña se ha comportado muy bien esta vez.
-Gracias mami. -Dije con voz agotada y alegre-.
-Pero aún te mereces ser castigada.
Me dio un azote que me pilló por sorpresa haciendo que suelte un grito agudo con un sobresalto. Se levantó y de nuevo me fue tirando de la cadena hasta llegar a su dormitorio donde me quitó el tanga tirándolo sobre su mesilla de noche. Ella me tumbó con mis extremidades abiertas, me esposó a la cama y me puso un antifaz. Sin ver nada me besó los labios y me susurró al oido “esto te va a encantar”. Parecía que mi cuerpo empezó a sentir más los olores y el tacto. Fui notando roces suaves cerca de mi vagina, por el tacto supuse que eran las uñas de Susana, jugueteaban en círculos sobre mi piel e iban de arriba a abajo y viceversa entre mis labios.
Tras ese jugueteo ella puso algo redondo con textura elástica que empezó a vibrar sobre mi clítoris, era un vibrador. Cuando lo puso a funcionar sobre mí empecé a temblar y más aún cuando empezó a comerse mi coño con su lengua. No paré de mover mis piernas y mis brazos esposados, no pude contenerme los gemidos y mis gritos, comencé a convulsionar de placer ya que tuve un orgasmo pero ella no paró de jugar con mi coño ahora aún más sensible, era una tortura orgásmica. Mis gritos eran tan fuertes que ella me tapó la boca y presionó aún más el vibrador contra mi coño haciendo que lo sintiese más intensamente.
Tras un rato de tortura me dejó en paz, estuve temblando y suspirando tratando de recuperar energías, ella me quitó el antifaz, mi visión borrosa iba aclarándose mientras ella me besaba en mi boca a la vez que jugueteaba con mi lengua.
-¿Te ha gustado?
-Si… -Dije cansada-.
-¿Te gustaría seguir?
-Si por favor.
Me desesposó y quitó el collar, se abrió de piernas mientras apoyaba su cabeza sobre una de las almohadas y me pidió que le comiera el coño. Yo, obviamente, acepté gratamente. Me tumbé delante de su vagina y empecé a juguetear con sus labios vaginales rozándolos con la punta de mi lengua. Su vulva estaba mojadísima, se nota que le encantó torturarme, comencé a lamerle el coño y el ano a la vez mojándolos aún más y haciendo que ella comenzase a retorcerse de placer y a gemir mientras me agarraba de la cabeza y me empujaba aún más contra su coño.
Fui soltando gemidos a la vez que le comía el coño y ella me apretó la cabeza con sus muslos, de reojo podía ver sus tetas rebotar sin parar y su rostro enrojecido de mujer siendo satisfecha sexualmente que pedía con la mirada que no parase. Ella llegó al orgasmo, yo recibí un squirt que casi me ahoga y terminé bañada en su líquido. Me subí sobre ella y empecé a besarla mientras nuestros pezones se juntaban. Su piel era suave y su cuerpo estaba muy caliente. La abracé, mis besos eran profundos y calmados. Compartimos miradas de enamoradas.
-¿Alguna vez te han empotrado con un arnés Lara?
-Que va, no me jodas que tienes uno.
-Si, vamos a probarlo.
Ella fue a su armario a buscar en unos de los cajones el arnés y un dildo. Hace semanas estaba en clase aburrida y ahora estoy en el dormitorio de mi directora a punto de ser empotrada por ella… quien lo diría. Ella se puso el arnés de cuero negro y acompló un dildo de 18 cm. Se sentó en el borde de la cama, yo me arrodillé en el suelo delante de ella y comencé a mamar su dildo como si fuese una actriz porno. Me metía el juguete hasta el fondo de la garganta ahogándome, lo escupía, lo hundía en saliva, lo masturbaba y lo volvía a mamar como una puta desesperada y hambrienta.
Tras mojar su dildo ella me tumbó sobre su cama boca arriba y con las piernas abiertas y empezó a follarme en misionero intensamente mientras me agarraba del cuello. Su mirada estaba clavada en mi rostro enrojecido y sudado de puta jovenzuela siendo follada brutalmente. Todo mi cuerpo se movía con cada empujó que esa milf me daba, mi coño recibía cada penetración con mucho placer y mis ojos se desviaban solos hacia arriba, todo eso mientras estaba siendo ahogada.
Terminamos con un orgasmo que me dejó totalmente abatida. Fui recuperando la respiración mientras ella me besaba suavemente mi joven cuerpo. Me abrazó por detrás y estuvimos en cuchara mientras ella me peinaba y besaba mi cuello. Yo estaba muy cansada, tanto que me terminé durmiendo directamente.
A la mañana siguiente noté como unos dedos recorrían mi coño, sentía las tetas de Susana a mi espalda y como sus dedos se metían poco a poco en mi vagina, desperté gimiendo por el dedeo que ella me estaba haciendo mientras me agarraba del cuello para que nl escapase de ella. Tuve un orgasmo que acabó en risas por lo inesperado y gratificante que fue eso.
-Así que así se te despierta eh. -Dijo Susana a mi oido-.
Me di la vuelta y empecé a besarla mientras agarraba una de sus tetas y ella manoseaba mi culo. Después bajé a mamar sus tetas como si fuese su bebé, ella como la anterior vez puso su mano sobre mi cabeza y me amamantó con cariño. Pasamos el rato abrazadas y encariñadas, hablándonos románticamente y planteando qué era nuestra relación.
-Me lo paso muy bien contigo Lara.
-Yo también Susana, espero que podamos repetir esto.
-Tantas veces como quieras. Pero tenemos que hablar de lo que somos.
-¿De lo que somos?
-Sí, de la relación que tenemos ¿somos follamigas?
-Bueno… no me importaría ser algo más…
-¿Pareja? ¿Novias?
-Si… pero claro, como nos pillen se montará una buena.
-Si… es una pena, pero disfrutemos de lo que tenemos ahora y quizás en el futuro sepamos lo que somos.
-Me parece bien… aunque podríamos escaparnos y vivir juntas.
-Anda anda…
-Que si, imagínate, nos vamos a un pueblo pequeño y bonito como de Grecia, decimos que somos madre e hija y me follas todas las noches como ahora.
-Eres… una puta loca.
Nos empezamos a reir y no tardamos en besarnos de nuevo, terminando la mañana en una ducha cálida en pareja.
![]()
Qué rica la parte con el arnés
Bua me ha encantado, muy redondo el relato y súper excitante parecía que las estaba viendo al lado…