Mi cuñada se ofreció a cuidarme y ayudarme en todo al estar convaleciente por un accidente de coche.
Mi nombre es Pablo, tenía cuando me sucedió lo que os voy a contar 42 años. 1,81/2 cm de estatura, 87 kilos, cuerpo atlético debido al deporte que practico.
Casado con una maravillosa mujer de Ana 39 años y dos hijos de 15 y 14 años.
Nuestra vida sexual ha sido siempre más que intensa y satisfactoria, siempre hemos sido una pareja bastante liberal, siempre desde el respeto mutuo y sin mentiras, así lo decidimos el día que nos dimos el si quiero.
Quiero contarles varias historias, comenzaré por contarles lo que me sucedió durante un verano cuando sufrí un grave accidente de coche mientras me dirigía a mi trabajo, del que afortunadamente, aunque la recuperación fue larga y dolorosa me recuperé y no me quedaron secuelas, estuve ingresado en el hospital casi tres meses antes de que Los médicos me dieron el alta hospitalaria y poder marchar a casa a seguir la recuperación. La recuperación fue larga debido a la debilidad y perdida de musculatura tras sufrir graves roturas de huesos en los brazos y una pierna y haber estado escayolado e inmóvil durante tanto tiempo seguido de varias operaciones.
Afortunadamente Ana, mi esposa pudo tomarse un permiso largo en su trabajo para cuidarme, pero ese tiempo tiene un limite y se acaba y debió volver a su trabajo.
Mi situación las primeras semanas en casa fueron bastante complicada, no podía estar de pie mucho tiempo, pasaba de la cama al sofá o a una butaca y de allí, con ayuda de Ana, mi esposa y con un andador lo que ahora llaman un taka taka en plan de burla para llegar al cuarto de baño en donde tenía que estar siempre acompañado y supervisado hasta en las necesidades más básicas e íntimas por mi esposa o alguno de los cuidadores que como decía venían cada dos días. Me encontraba bastante debilitado, así que durante esas semanas yo que había sido siempre muy activo sexualmente me encontraba mas que debilitado, y mi vida sexual durante los últimos seis meses había sido nula.
Cuando pasaron las seis semanas de permiso que mi esposa por ley le per tocaban tuvo que volver a su trabajo durante los últimos dos meses venia a casa una cuidadora privada para que mi esposa pudiera ir a su trabajo, pero un día Ana, mi esposa llegó del trabajo sofocada y de mal humor y me dice muy disgustada que se tenia que marchar unos días fuera de la península a supervisar el trabajo de la apertura de una nueva sucursal de su empresa en las Islas Canarias, concretamente a Tenerife y no podia negarse al ser ella la jefa y responsable de eso eventos, y debía estar allí presente coordinando y gestionando la nueva oficina en representación de la empresa, que solo serian unos días, días aunque luego se convirtieron en casi dos semanas viniendo solo el fin de semana a verme y se volvía a marchar, pero decía que me dejaba en buenas manos.
Esp: Pablo, he estado intentando buscar una cuidadora para que este contigo mientras yo este fuera, pero como es verano hay pocas disponibles y las que he entrevistado no me ofrecen confianza. No sé qué puedo hacer.
Justo en ese momento suena el teléfono de mi esposa, se trataba de Laura su hermana.
Esp: Hola Laura, no me coges en buen momento.
Cuñ: Ahhh ¿Y eso porque, que pasa?
Esp: Menudo disgusto tengo, estoy intentando encontrar una cuidadora para que se quede con pablo mientras estoy fuera por motivos de trabajo, me tengo que marchar mañana por la tarde hasta el viernes próximo y no encuentro una cuidadora de confianza y no sé cómo solucionarlo.
Cuñ: Ana, te llamaba para preguntar por Pablo, para preguntarte si está en condiciones de recibir visitas, precisamente tengo fiesta toda la semana.
Esp: No me digas, ¿no te importaría cuidarle tú y atenderle en todo mientras estoy fuera?
Cuñ: Claro que sí tonta, sabes que hice unos cursillos hace años en la cruz roja de auxilia, además si es por hacerte un favor a ti y a mi cuñado sabes que siempre puedes contar conmigo.
Esp: Eres mi salvación hermana, si te parece te vienes mañana antes de que yo me vaya y te explico las rutinas, tráete ropa para pasar estos días aquí.
Cuñ: Ok, mañana nos vemos Ana, tranquila, un beso para Pablo.
Laura es tres años mayor que Ana, mi esposa entonces tendría 43 años, un buen físico, muy guapa, aunque un poco más bajita que Ana, mi esposa siempre le ha envidiado el par de tetas, (pechos) que lucía siempre erguidas y duras. Laura tenía, tenía y tiene aún unas tetas perfectas, con un tamaño 90-100 pero muy firmes.
La relación de Laura con nosotros siempre ha sido muy buena, Ana dice en plan de broma que si algún día por lo que fuera dejamos de estar juntos y nos separamos estaría encantada de que hiciera pareja con su hermana, y siempre he creído que a Laura también le encantaría, nunca habíamos pasado de simples bromas, pero los dos sentíamos que no nos importaría tener algo más que amistad y si no lo habíamos intentado era por respeto, ella a su hermana y yo a mi esposa, pero el deseo existía.
Al día siguiente se presentó Laura en casa. Mi esposa ya lo tenía todo el material preparado para marcharse y antes pasaron a verme las dos a la habitación, yo estaba ya en la cama individual, como era verano tapado con una sábana que me cubría lo indispensable, no usaba pijama ni ropa interior por las rozaduras que aún me provocaban las costuras y además en agosto en Cataluña hacia bastante calor.
Cuñ: Hola Pablo, que bien te veo, y que fresquito, jejeje. Se acercó, se inclinó a mí y me dio dos besos, la visión por su escote era maravillosa.
Cuñ: ¿Como te encuentras?
Yo: Todavía bastante débil, pero con bastante ánimo y gracias a la ayuda de Ana voy avanzando poco a poco, bueno a partir de ahora con tu ayuda también.
Esp: Sera como si estuviera yo, ¿verdad Laura?
Dijo mi esposa con una amplia sonrisa, Laura estará para ayudarte en todo lo que necesites, igual o hasta mejor que lo haría yo, porque ella ha hecho un cursillo de primeros auxilios.
Cuñ: Desde luego, así será, absolutamente todo, no tienes de que preocuparte.
Le dijo Laura a su hermana.
Esp: Os llamaré desde allí todos los días, espero acabar el trabajo lo antes posible y volver amor mío.
Mi esposa me dio un besazo enorme en los labios.
Cuando termino de darle las indicaciones, la estaba esperando el taxi en la puerta para llevarla al aeropuerto y mi esposa se marchó dejándonos a Laura y a mis solos.
Laura, aunque tenía el equipaje en la habitación principal prefirió dormir en la otra cama individual de mi habitación, así no tendría que gritarle si necesitaba algo por la noche. Ella se desvestía en el baño y la vi llegar a la habitación con un camisón cortito holgado que según que movimientos hacía se le veía la ropa interior (bragas). Cuando llego la hora de la primera cena Laura puso la bandeja sobre la mesita auxiliar y me ayudo a incorporarme para que pudiera llegar bien a coger la comida del plato.
Cuñ: Ana me ha dicho que te manejas bien, que puedes comer tu solo, pero si necesitas algo solo tienes que decírmelo.
Yo: Gracias, de momento creo que estoy bien, gracias Laura, ve tu a cenar tranquila.
Según salía de la habitación directamente me fije en su trasero (culo). Las bragas eran sencillas de algodón, nada sexys, pero como tiene un buen culo se les ajustaban bien a las nalgas.
Cuando terminé de cenar la llamé para que me alcanzara la botella, (cuña) para orinar que me había facilitado en el hospital, así podría hacerlo desde la cama sin tener que levantarme.
Yo: Laura, puedes venir un momento a alcánzame la botella esa para orinar por favor.
Al instante entró en la habitación y me la acercó
Cuñ: Si necesitas que te ayude, puedo hacerlo, no es necesario que hagas esfuerzos.
Yo: No, gracias no hace falta, esto puedo hacerlo yo solo, cuando acabe te aviso.
Cuñ: Vale, pero si no te importa prefiero quedarme aquí vigilando como lo haces no se te vaya a tumbar la botella mientras recojo la bandeja de la comida, tu como si yo no estuviera delante.
Al principio reconozco que me costó que el pipi saliera, sentía un poco, más que de vergüenza apuro, pero enseguida pude orinar sin problemas.
Yo: Laura ya he terminado.
Cuñ: Muy bien, pues ahora a planchar la oreja (dormir), que suerte tienes de poder estar así fresquito sin el pijama, tan fresquito, tendría que haberme traído algo más ligero para dormir.
Yo: Mira en el armario de Ana, a lo mejor tiene algo que te valga.
Le dije señalándole el armario donde mi esposa guardaba su ropa íntima.
Cuñ: Tranquilo cuñado si tengo calor me lo quito y me tapo con la sabana.
Yo: Vale, tu misma, hasta mañana Laura, que descanses.
Cuñ: Hasta mañana cuñado, y no dudes en avisarme y necesitas, ¿me has oído?
Yo: Que siiií, que estoy bien, que pesadas sois, estoy fastidiado, pero no inútil, échate a dormir, buenas noches.
Al día siguiente, cuando desperté Laura ya se había levantado. Al poco entró en la habitación llevando el camisón que llevaba por la noche.
Cuñ: Buenos días, ¿cómo está hoy mi paciente?, aquí te dejo esto (la cuña) para hacer pis mientras te voy preparando el baño.
Laura se marchó a la otra habitación y a terminar de preparar el baño y cuando la avisé regresó.
Cuñ: Vamos para allá.
Sin pensárselo dos veces retiro la sabana que me cubría y me dejó como Dios me trajo al mundo, en porretas, completamente desnudo y tras unos segundos de vacilación mientras me observaba se dispuso a ayudarme a bajar de la cama para llevarme al baño
Cuñ: Cuñado, te has quedado muy flaquito, menos mal, porque no se si como estabas antes podría cargar contigo.
Yo: Seguro que sí, no te preocupes, intentaremos ir poco a poco, despacio.
Con bastante seguridad me sujetó de las axilas mientras yo me apoyaba en sus hombros y me ayudó a llegar hasta el baño y me metió en la ducha. La ducha era bastante amplia, dentro había un pequeño taburete para sentarme que mi esposa se había encargado de comprar, mientras ella abría los grifos y esperaba a la temperatura ideal pensé en cómo se las iba a componer para ducharme sin mojarse, ya que Laura estaba también dentro de la ducha conmigo.
Cuñ: Ana me dijo que para evitar que te pudieras caer y sujetarte mejor se metía contigo en la ducha, ¿te importa si yo también lo hago, o prefieres hacerlo tu solo? Supongo que con los años que hace que nos conocemos no te importara ver cuerpo con la ropa mojada, así estarás también más seguro. ¿cómo lo ves?
Yo: Supongo que bien como siempre te he visto.
Le respondí con una sonrisa que dejaba entrever una doble intención en mis palabras.
Laura se colocó por detrás de mí mientras yo me sujetaba a un agarrador que tenía la pared del baño para la ocasión, ella me mojaba con la manguera de la ducha y suavemente empezó a enjabonarme el cuerpo a falta de enjabonar los genitales, culo, testículos y el pene.
Cuñ: Pablo tendrás que ponerte de pie para poder lavarte bien tus partes, agárrate bien mientras yo te sujeto por detrás.
Me agarró por las axilas y me puse en pie sujeto al agarrador.
Laura paso a ponerse por delante de mí, en ese momento vi como tenía el camisón empapado y se le transparentaban las tetas cuyos pezones se marcaban en la tela al estar la tela mojada. No pude evitar mantener la mirada sobre sus pechos.
Ella se dio cuenta enseguida.
Cuñ: Lo siento Pablo, tenía que haberme puesto otra cosa, pero no tenía previsto que se me mojara la ropa ni ducharme contigo.
Dijo soltando una risita nerviosa y picara.
Cuñ: Tal vez otro día busque en el armario algún bikini de mi hermana que me pueda poner.
Yo: Como quieras, a mí no me importa puedes ponerte lo que quieras.
Como estaba tan débil y no me aguantaba Laura decidido coger la esponja y comenzar a pasarla por mis partes, pasaba lentamente la esponja sobre mis genitales, pene y los testículos.
Cuñ: Lo siento, tengo que limpiarte bien esta zona, tu mantente bien sujeto al agarrador, si te hago daño me lo dices.
Yo: Tú tranquila Laura, tú haz lo que tengas que hacer.
Con mucha delicadeza, agachada tomó mi polla con los dedos de la mano derecha bajó el prepucio dejando el glande, (capullo) al descubierto lo enjabono con suavidad. Yo tenía una perspectiva espectacular, Laura agachada frente a mí con la camiseta empapada transparentándose sus estupendas tetas, (pechos) mientras manejaba mi pene y testículos con delicadeza y de vez en cuando levantaba la mirada y me miraba sonriente. Comencé a notar que mi miembro, (pene) se comenzaba a despertar de su letargo, pero fue una falsa alarma. Laura se volvió a situar por detrás de mí y me rodeaba con un brazo pegando su cuerpo al mío.
Notaba sus pechos duros en mi espalda al tiempo que la otra mano la introducía entre las nalgas, haciendo círculos con los dedos alrededor del ano, incluso llegando a restregar los dedos en el ano haciendo que se escapara de mi garganta un quejido, más que de dolor de placer por la sorpresa.
Cuñ: Lo siento, perdona ¿te he arañado, te ha hecho daño? Perdona, pero es importante limpiar esa zona bien.
Yo: No pasa nada cuñada, ha sido la sorpresa, lo estás haciendo muy bien.
Después pasó a aclararme entero ya sentado en el taburete. Cerró los grifos y me secó suavemente con la toalla y después me ayudo a ponerme el albornoz.
Cuñ: Jajaja, me he empapado toda, voy a secarme porque no quiero mojar toda la casa.
Salió de la ducha y de espaldas a mí se quitó el camisón empapado y las bragas quedando desnuda, cogió una toalla y después de secarse se la anudó por encima de los senos antes de girarse para ayudarme a salir del cuarto de baño.
Cuñ: Ya estamos, ahora vamos para la habitación.
Se acerco a mí y me ayudo a levantarme del taburete donde estaba sentado observando como ella se secaba y colocaba la toalla alrededor de su cuerpo y justo cuando estábamos saliendo por la puerta del cuarto de baño no pudo evitar que se le desprendiera la toalla, cayendo lentamente al suelo ya que si me soltaba seguramente yo iría detrás de la toalla. No pude evitar detener mi mirada a observar cada parte de su cuerpo, provocando en mi un acaloramiento que seguro que ella apreció.
Después de unos segundos de estar observando todas las partes de su cuerpo me sujete con las dos manos al marco de la puerta y le dije que recogiera la toalla y se volviera a cubrir, ella sin dejar de sujetarme me dijo:
Cuñ: No te preocupes ya no puedes ver más, no hay más, vamos sigue caminando que te veo un poco sofocado.
Contestó sonriendo un poco nerviosa al verse totalmente desnuda.
Caminado desnuda frente a mi llegamos a la habitación. Con mucho cuidado me ayudó a sentarme en la cama.
Cuñ: ¿Te molesta si me visto más tarde? No quiero que te enfríes, todavía tengo que ponerte la pomada anti inflamatoria y luego la crema.
Yo: Importarme, noo, como me va a molestar, todo lo contrario, una visión hermosa a lo mejor me ayuda a superar el dolor, también tengo derecho yo a verte a ti desnuda, jejeje.
Cuñ: Anda calla, que al final no es para tanto, me voy a avergonzar y poner colorada.
Me contestó. Me quité el albornoz y apareció mi polla en estado morcillón debido a la visión de su desnudez, Laura no se cortó y lo mismo que había echo yo antes cuando se le cayó la toalla, la miró con descaró mientras preparaba las cremas.
Cuñ: Túmbate primero de boca abajo.
Con Mucho cuidado me ayudó a girarme.
Cuñ: Parece que a tu amiguito le ha sentado bien la ducha. Dijo en un tono burlón.
Yo: Ssií, pero más que la ducha creo que ha sido que se te cayera la toalla jajaja.
Cuñ: Bueno cuñado, corramos un estúpido velo y no nos entretengamos y sigamos a lo que estamos jejeje.
Comenzó a aplicarme cremas en la parte posterior del cuerpo, masajeando con mucha delicadeza y lentamente. Empezó por los hombros, espaldas, glúteos y nalgas, los brazos y los costados. Cuando llegó a la cintura se dirigió a la parte de abajo de las piernas y con movimientos ascendentes me masajeó cada pierna hasta llegar a la parte alta de los muslos. Allí se detuvo y con tranquilidad fue introduciendo sus manos en la entrepierna ascendiendo hasta los glúteos y llegando a rozar los testículos y el ano. Apretaba suavemente los glúteos, (culo). Yo sentía un placer inmenso, mucho más de cuando me lo hacia mi esposa, noté como mi polla iba aumentando de tamaño sin que pudiera evitarlo y temperatura me iba subiendo.
Cuñ: Pablo, voy a darte la vuelta muy despacio.
Yo: Espera, espera un poco Laura, creo que tengo un problema.
Cuñ: ¿Qué ocurre Pablo, te duele algo o te hecho daño?
Me preguntó alarmada.
Yo: Noo, no tranquila, no es eso.
Ya más relajada según me dijo más tarde pensó que debía ser que me habían entrado ganas de ir al wáter.
Yo: No, nada de eso, al contrario, me da vergüenza decírtelo, creo estoy teniendo una erección.
Le dije en tono un poco avergonzado.
Cuñ: No pasa nada Pablo, por mí no te apures.
Mientras me hablaba sonreía picaronamente, no tienes que preocuparte, aunque si te apetece me marcho y vuelo más tarde hasta que se te pase.
Yo: Ya sé que es una faena, te lo digo por si te puede incomodar verme así.
Cuñ: Por mí no hay problema mientras no me pidas que te ayude a que se te pase, prefiero terminar de darte la crema así que tranquilo y vamos a girarte.
Procedió a voltearme despacio hasta dejarme boca arriba. – cuñ: Vaya con tu amiguito lo contento que se ha puesto, parece que él se está recuperando mejor que tu jejeje.
Yo: Es la primera vez que me ocurre desde el accidente, yo creo que es porque le caes muy bien y te ha cogido mucho cariño, jejeje, es que claro, verte así y con lo bien que me estás masajeando quien se resiste.
Tenía la polla en estado de semi erección, todavía parecía que le costaba alcanzar su plenitud. Laura se mantuvo callada y continuó con el masaje por todo mi cuerpo, mientras yo la miraba, desnuda, con esas tetas tan bien formadas y fijándome bien en su entre pierna (coñito) Observé que lo llevaba bastante depilado, solo se había dejado un moñito de vello púbico sobre el monte de venus en forma de triangulo. Esa visión estaba provocando que mi amiguito se siguiera hinchado hasta llegar a completar la erección.
Cuñ: Pues vaya con el amiguito de mi cuñadito, lo vigoroso que se te ha puesto.
Bromeó fijando la mirada con picardía.
Yo: Laura, lo siento, no he podido evitarlo, no te lo tomes a mal, pero tu masaje me ha puesto a mil, y ahora a ver como lo solucionamos si apenas puedo sujetar un vaso con la mano.
Se me quedo mirando pensativa durante unos segundos antes de responder.
Cuñ: No te preocupes tonto, estoy aquí para ayudarte y no me importaría, lo que no sé es si esto entraría en ese todo que decía mi hermana, ¿tú qué opinas?
Para opinar estaba yo con la polla dura y tiesa como un tronco a punto de que comenzara a vomitar leche (semen). Tampoco me dejo opinar y sin perder tiempo se aplicó crema hidratante en las manos y comenzó a extenderla a lo largo y grueso del pene llegando hasta los huevos (testículos).
Despacio con suavidad bajo hasta la raja del culo, lo que llaman perineo acariciando esa zona lo que me provocó una sensación de placer increíble. Después subió hacia la punta del pene al glande (capullo) liberándolo de su encierro estirando con suavidad la piel que lo cubría hacia atrás y con los dedos de la otra mano extendía un poco de crema rodeándolo que hizo que de mi garganta se escapara un suave y profundo suspiro de placer. Mi pene ya no podía estar más hinchado y rugoso notándose las venas. Yo observaba como con sus movimientos sus hermosas tetas (pechos) se movían, duras y firmes.
Observaba sus pezones, oscuros y pequeños que se le notaban duros y firmes.
Cuñ: Laura con tus masajes has hecho que se me ponga la polla a reventar, hacía mucho que no me empalmaba de esta forma.
Cuñ: No imaginaba que tuvieras un amigo tan grande, tan grueso y hermoso, Pablo, mi hermana debe estar muy contenta con tu amigo.
Yo: ¿Y tú estarás contenta si te lo presento?
Note en sus ojos el deseo mientras seguía acariciándome el pene, subiendo y bajando desde el capullo hasta los huevos y deslizando sus dedos con suavidad a todo alrededor.
Se inclino sobre mi cuerpo y comenzó con la lengua a darle suaves lengüetazos al glande, (capullo) como si fuera un rico helado, lentamente rodeándolo, con delicadeza hasta que muy lentamente su boca lo fue absorbiendo lo más que pudo, como unos diez o doce centímetros de los veinte más o menos mide, succionándolo con los labios, llegando en algún momento a tocar la garganta.
Con una de las manos acariciaba con suavidad los huevos (testículos). Realizaba succiones lentas y suaves, con una maestría que nunca habría imaginado. Al mismo tiempo vi como con su otra mano se estaba tocando el coño (clítoris) introduciendo en algún momento los dedos en su rajita (vagina) humedeciéndolos con el flujo vaginal, acercándolos a mis labios para que los chupara.
Sentí como me recorría por todo el cuerpo escalofríos con cada succión que hacían sus labios en mi pene, mirándome a los ojos al mismo tiempo. Percibía fuertes palpitaciones en la polla, (pene) a la vez que notaba como los huevos se me encogían. Llevaba tanto tiempo sin sentir el placer que sentí una fuerte sacudida que hizo que de mi pene saliera un fuerte chorro de semen inundando la boca de mi cuñada. Laura lejos de retirarse para escupir el semen siguió mamando dejando que el semen que no lograba tragarse se deslizara hacia mi inglés.
Una vez dejo de salir semen, mi cuñada se incorporó y se tumbó a mi lado en la cama y con un ritmo intenso seguía masturbándose ella acariciando su clítoris y alternativamente metiendo los dejos en la rajita de su coño (vagina) caliente y húmeda aumentando el ritmo enseguida comenzaron las contracciones de su cuerpo una de sus manos se masajeaba y pellizcaba las tetas, repetidas veces dejo escaparan fuertes jadeos de placer y tras un sonoro e intenso gemido se quedó inmóvil con la respiración muy acelerada.
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Sin comentarios simplemente brutal espectacular