Mi compadre

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Cuando iba en la secundaria tenía una amiga querida, ahora que somos grandes me pidió que fuera el padrino de su hija lo cual acepté con gusto. Por ella conocí a su marido. Un tipo guapo aunque descuidado. El típico marido renegado, se veía a leguas quien llevaba los pantalones en esa casa. Mi relación con ellos era padre y pronto me hice buen amigo del marido de mi amiga, ahora mi compadre.

Yo vivía en Querétaro en ese entonces y ellos en CDMX. Un día me contactó mi compadre para pedirme que le diera asilo en mi casa porque tenía que ir a ver unas cosas a León, con gusto le abrí las puertas.

Era viernes como las 8 pm cuando me avisaron de la puerta de mi privada que había llegado, veo las luces de su coche que se estacionaba y abrí la puerta para recibirlo. Trajo una botella de whisky la cual empezamos a tomar luego. Yo saqué algo de “Mary Jane” y empezamos a tomar y fumar.

Después de unos drinks, se abrió conmigo, me platicó que tenía broncas con mi comadre, es más, me dijo que tenía como 3 años que no había tenido sexo con ella y que era muy güey para ligar, aparte de que no se quería meter en broncas. Como ella maneja el dinero, pues ni oportunidad de contratar a alguien para que le diera amor. Me confesó que ya se sentía como adolescente de tanto que se la jalaba.

Siendo yo soltera, me comentó que le daba envidia mi vida, que podía estar con una mujer o con otra y en eso me sale directo del corazón y sin pensarlo…

-Pues si, con mujer o con hombre, el sexo no me falta.

Cuando lo dije, si pensé: ¡Ya la cagaste pinche Lía! Había una tensión rara en el ambiente. Me pregunto:

-Neta compadre, ¿has estado con hombres?

Pues ya que le decía:

-La neta si compadre, espero no salga de aquí.

Me comenta algo que si le dejo en shock.

-Tú no te apures, ya que estamos en confianza, te puedo decir que a mí me encantaría estar con una trans, pero solo yo darle, me da miedo que me diga que ahora ella quiere.

Me reí bastante y ya le expliqué que había pasivas, activas y que en mi caso era pasiva.

-Compadre, está bien que te llamen la atención las trans, ¿pero y las travestis?

-Pues si se ven femeninas porque no.

Hice lo que nunca pensé y le enseñé una foto mía vestida. Algo no tan provocador pero sí llamativo.

-¡No mames que eres tú! ¡No te pareces en nada! Si te veo en la calle, no sabría que eres tú, aparte de que te ves bonita y buenona.

Ya no sabía si reír o que. ¡Estaba que moría de pena!

-Entonces que opinas compadre, ¿si me veo mujercita?

-¡La neta te ves mujer y guapa!

-¿Te gustaría conocerla? Puedo llamarle y que venga para que la conozcas. Solo tarda como 30 minutos en llegar.

-Me encantaría conocer a Lía.

Le di un buen trago a mi whisky con agua mineral y le dije que le iba a hablar a Lía. Le propuse si iba a la tienda a comprar cigarros para que me diera chance. Así fue.

Corrí al segundo piso a mi cuarto, ese día por suerte me había depilado y afeitado. Ya solo era cosa de vestirme y maquillarme. Me puse una falda holgada a medio muslo negra, una blusa negra ajustada, abajo una tanga roja de Victoria Secret, en cada copa de mi bra también rojo, mis explantes de silicona, transformando mi cuerpo en niña. Me puse la peluca, un pantiliguero igual negro y justo cuando me terminaba de cepillar el cabello, oigo que iba llegando.

-¡Compadre, ya llegué!

-me acomodé las chichis por encima de la ropa, salí del cuarto dando taconazos y bajé la escalera

-Perdón (vamos a decir que se llama Rafael), Mi primo tuvo que salir, pero me pidió que te atendiera. Mucho gusto me llamo Lía.

Mientras decía todo mi choro, sus ojos no dejaban de estar totalmente abiertos, sorprendido y descaradamente admirándome toda.

-¡Wow! ¡Estás hermosa!

-Gracias Rafa, porque no me invitas un drink y platicamos, pero vamos a la sala, las sillas del comedor están algo incómodas.

-Rafa, hay mucha luz, voy a apagar algunas para ahorrar. Dejé prendida solo la luz de la escalera.

Dejé todo en penumbra pero todo se veía perfectamente. Se sienta junto a mí retomando la plática de su esposa. Le di consejos como mujer, que la volviera a enamorar: flores, regalos, detalles; todo eso nos mata a las mujeres pero si ya quería estar con una mujer ahorita, pues que tenía a una enfrente de él. Me sonrió y me agarró el muslo justo donde empezaba la piel.

-Tienes la piel suave

-Es que hoy me acabo de depilar toda

-¿Te depilas toda? Mientras lo decía, metía sus manos más adentro ya tocándome las nalgas.

-Toda me depilo Rafa, solo el área del bikini si me dejo una rayita.

Me levanto la falda para agarrarme mejor las nalgas en lo que me acercaba a que me diera un beso. Mi excitación subía gradualmente y él lo notaba por mi respiración. Le desabroche y le quité los jeans dejándolo solo en bóxer tipo biker que dejaba ver su erección de una verga que parecía gruesa. Me monté en él, moviendo mis nalgas por en una de su calzón, seguíamos besándonos apasionadamente mientras le desabrochaba la camisa dejando su pecho desnudo el empecé a besar. Me bajé de él para poder seguir bajando, cuando mis labios llegaron a su estómago, le bajé el bóxer, dejando ver una verga de unos 17 cm pero gruesa. Una de las más gruesas que haya visto.

Después de unos besitos en la cabecita, me la fui metiendo poco a poco en la boca comprobando lo gruesa que estaba y pensando que la mandíbula se me iba a cansar pronto. Por más que quise no me pude tragan entera por el grosor, me ahogaba en ella, producía mucha saliva, dejándola resbaloza.

Solo un hombre en toda mi vida había tenido el honor de preñarme, pero eso fue hace mucho tiempo, era mas joven y ese hombre fue el que me estrenó. Era un tío mío pero ya luego contaré esa historia. Hasta este punto de mi vida, solo él me había dejado toda su leche adentro hasta ese momento. Sabía que no me iba a contagiar de nada, sabía que estaba segura y yo la neta es que moría por volver a sentir el semen de mi macho preñándome y así fue.

Una vez que me asegure que estaba lo más dura posible y lubricada por mi saliva, procedí a pararme, darle la espalda y sentarme lentamente en su verga. Abrí mis nalgas y sentí la punta en la entrada de mi panocha de Travesti. Cuando sentí que empezaba a entrar, movía las caderas para ayudar a dilatarme. No tardé mucho en comérmela toda con el culo. Estaba sentada en su regazo, empalada por la cola por tan semejante animal. Empecé muy lento moviendo las nalgas y poco a poco fui acelerando, dándome de sentones, gimiendo como una puta, actuando como una. Me pidió que me pusiera en 4 lo cual obedecí al momento ya que soy sumisa y me encanta satisfacer a mi hombre.

Ahí en el sillón me puse como la perra que me sentía en ese momento. Recosté mi cabeza en el sillón, dejando mis manos libres para que pudiera abrirme las nalgas lo más posible. Sentí como iba entrando hasta el fondo. Me embestía como todo un hombre cogiéndose a su mujer. Yo gemía y el solo me decía lo puta que era. Mientras más me decía lo piruja que era, más me calentaba y más le pedía me nalgueara y me siguiera diciendo que era una puta.

Me pidió que me acostara boca arriba lo cual hice. Me puse un cojín en la espalda, levantando la cadera y abriendo mis piernas. Cómo amo ver mis piernas abiertas en lencería y mi calzón abajo. Me levanto las piernas y me la metió. Con mis manos le agarraba las nalgas, jalándolo hacia mi. Mientras me la metía estando entre mis piernas, escuchaba como gemía, sabía que lo estaba gozando tanto como yo. Me tomó de los tobillos, por encima del lazo de mis tacones y me siguió penetrándome con ese pene delicioso. Yo solo pensaba en lo que mi comadre se perdía. ¡Es un buen hombre, chambeador y muy bueno en la cama! ¡No solo era el tamaño, se movía delicioso!

Se volvió a poner los tacones de arete y aprovecha para recargarme en sus hombros y así acostada moverme, primero de forma circular y luego de arriba para abajo.

Me volvió a abrir las piernas acostándose en mi, besándome mientras me hacía el amor. Me excitaba como me lo hacía, como me trabaran como toda una mujer, pero lo que más me prendía, era saber que me iba a dejar inundada de su leche. Algo que como comenté, solo había pasado una vez y hace mucho tiempo.

Le pedí que me cogiera lo más profundo que pudiera, le pedí que me llenara de leche.

-¿Quieres lechita en tu panocha amor?

-Ay papi, quiero que me hagas un hijo.

Cuando dije eso, vi cómo se prendió aún más. Lo abracé con brazos y piernas

-Si papito, cogeme tan profundo que dejes todo tu semen en mi matriz y me preñes.

Acelero sus movimientos, yo le gritaba que me preñara, que me embarazara. El grito que dio cuando se vino fue bárbaro, la explosión que sentí adentro de mí fue igual algo intenso. Sentía las contracciones de su verga mientras se venía y bárbaro fue la cantidad de semen que me dejo adentro.

-Ya tenía rato que no te ordeñabas, ¿verdad?

-En efecto, ya tenía rato pero creo que saqué hasta el alma jajaja.

Se quitó de mi, me paré y en cuanto lo hice, sentí como chorreaban nuestros hijos por mis muslos.

Fumamos un cigarro, nos acabamos el drink y se fue a dormir al cuarto de visitas. Por la forma que pasó, pensé que iba a ser solo ese encuentro y ya.

Por fortuna, estaba equivocada.

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7 COMENTARIOS

  1. Me gustó mucho tu relato Lia. Lo redactas perfectamente y sensualmente. Cómo dices, haces que uno se imagine estar contigo. Ya lo dice un refrán: Compadre que no se tire a la Comadre, no es Compadre.

    • Antes que nada estoy muy agradecida por leerme.

      Seguiré subiendo un relato más con mi ex-compadre pero si me encantaría subir más historias que me han pasado. Gracias amigo Pepe por tu comment y seguiremos. Besos grandes

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