¡Hola!
Soy maestra o docente frente a grupo en una escuela primaria, trabajando en este medio conoces a muchas personas, maestras, maestros, padres de familia, directivos, personas con las que llegas a viajar, etc. Fue de esta última manera como conocí a César, un maestro con el que viajábamos una maestra ya grande de edad y yo.
Cuando me cambiaron de escuela dejé de viajar con mis amigas, ahora que era más largo el trayecto debía buscar con quien viajar hasta mi comunidad, además de la distancia estaba el costo, era más lejos y por lo tanto más caro. Así que si hubo un maestro que siempre viajaba con mi compañera la maestra Inés, ya es grande la maestra como les decía y siempre viajaban juntos, la maestra me recomendó con él, y comencé a viajar diariamente con ellos.
Él nos dejaba siempre en la puerta de la escuela y ahí mismo pasaba por nosotros a la hora de la salida.
Echábamos relajo mientras íbamos a la escuela, platicábamos, oíamos la radio, inclusive cantábamos, hicimos muy buena química los tres, aunque casi siempre la maestra Inés se quedaba dormida en el trayecto.
César era muy buena onda, además de que es mi vecino ya que vive a una cuadra o una calle de donde yo vivo, más grande que yo, me gana por casi 10 años, chaparrito, es decir, de mi estatura, platicador, dicharachero, muy sincero y directo, en fin, me caía muy bien.
Siempre en los trayectos nos contábamos nuestras penas, nuestros problemas con los niños, las soluciones que podíamos darle a esos problema.
Siempre me levantaba el ánimo César, “que chula viene el día de hoy maestra”, “guapísima maestra Wen”, “¡maestra! ¿Qué? ¿Hoy hay fiesta o qué?” siempre sus frases levantaban el ánimo, nada del otro mundo ya que no siempre iba arreglada, algunos días con pantalón, otros con leggins, algunos días con falda o pants.
Pasaron los meses, terminó el ciclo 2017-2018, me comí a mi director (la anécdota está en mi perfil), inició el siguiente ciclo y seguimos viajando juntos, pero ahora sin la maestra Inés, ella se jubiló.
Al viajar los dos solos hubo un poco más de confianza, platicábamos de cosas más abiertas digámoslo así, cosas como el sexo, ya había el tiempo y el espacio para disfrutar un cigarro o una cerveza después de salir del trabajo, es decir con la maestra Inés solamente había papas y refrescos, ya viajando solos se podía beber y consumir otro tipo de cosas.
Paso el tiempo, como siempre íbamos platicando, hasta que tocamos el tema de la infidelidad, hablamos del por qué y el cuándo se debe dar una infidelidad, sin yo dejarle a saber que yo ya había sido infiel a mi esposo en varias ocasiones.
Un día me propuso ir a tomar un café, le dije que si que no había problema, siempre fue respetuoso, creo que así comienzan todos. Fuimos a tomar el café por la tarde y platicamos, esto en plan de amigos, no hubo nada más que una plática amena.
Paso el tiempo, un día veníamos de la escuela, me preguntó que si quería una cerveza, le dije que si y pues se detuvo en una tienda para comprar, no compro 2 o 4 cervezas como siempre, si no que compro mucho más, es decir un cartón.
Tomamos mientras íbamos en camino a casa, al llegar a un lugar desolado que se llama la arenera (un banco de arena abandonado) se metió y detuvo el auto.
No me sorprendió y seguimos charlando hasta que me agarró la pierna, no me dijo ni le dije nada, bajo los efectos del alcohol comenzó a tocar su pene por encima del pantalón, ya estaba erecto, mientras me veía con una mirada pecaminoso y traviesa, sin cruzar palabras me beso y yo correspondí, andaba ya medio caliente con nuestras pláticas y con sus besos me calenté más.
Cuando de repente se la saco del pantalón y me incline hacia su pene, comencé a mamar, y me pedía más y más, le causaba placer el que con mis labios tocara su cabecita, me metía la verga en toda la boca y yo no podía impedirlo, comencé a jalar mientras chupaba, yo sentía como estaba duro y erecto su pene, sentí como estaba a punto de llegar su eyaculación y así fue.
Estaba yo jalando y mamando su pene cuando de pronto sentí la leche saliendo dentro de mi garganta, casi me ahogo, al sacar su pene deje caer todo el semen que traía en mi boca sobre su pantalón y asiento, solamente mis labios quedaron manchados con él.
No nos dijimos nada, arrancó su carro, se puso una franela encima del pantalón y de donde había tirado el semen y nos fuimos, yo simplemente con la lengua limpié mis labios y tragué lo poco que quedó. Seguimos platicando en el camino sin tocar el tema de lo que había pasado.
Pasaron los días, seguimos igual viajando juntos, alguno que otro día se paraba en el mismo lugar no siempre lo hacía ya que muchas veces traíamos prisa, al igual cuando nos parábamos no siempre le hacía oral, algunas veces me tocaba, me abría las piernas, me hacía un oral un poco deficiente y me dedeaba, algunas otras sacaba mis tetas y las chupaba mientras metía sus dedos, algunas otras le realizaba oral hasta que se venía, no pasábamos de eso.
Y con la madurez que nos caracteriza, no comentábamos nada, salíamos de ahí seguíamos platicando de otros temas y al otro día que él pasaba por mí era igual, cantábamos, platicábamos, pero jamás comentábamos algo de lo ocurrido en la arenera abandonada.
Un día de esos en los que nos metíamos a la arenera sin decir nada comenzó a besarme, se sacó el pene y se la chupe. Pero ahora lo provocaba más que otras veces, me pasaba su pene por los labios, por las tetas, me lo ponía entre ellas y le pasaba la lengua por encima, me dijo que si quería ir a un motel.
Le dije que si, nos quedaba un motel de pasada, cabe decir que ese día manejó más rápido de lo normal, al llegar a “El aguaKt” (así se llama el motel) pagó, y entramos, dentro del auto comenzamos de nuevo a besarnos, al bajar el ya traía el pene de fuera, así que comencé a chupar de nuevo, me senté en las escaleras y de frente a él comencé a succionar, tome su pene entre mis manos y comencé a masturbar de nueva cuenta y a chupar, hasta que me dijo que subiéramos, al subir comenzamos a desnudarnos ambos, hasta quedar sin ropa totalmente.
Me recostó sobre la cama y comenzó a meter su lengua en mi vagina, mientras mis piernas las tenía en su espalda, y su cabeza entre mis piernas yo solamente me dispuse a disfrutar y así fue, al momento de dejar de hacerme sexo oral, le pedí que me la metiera, bajo a su auto por unos condones me coloqué mis zapatillas y baje con él, me recargue en el cofre subí la pierna en la defensa y acto seguido, me penetró.
Yo con las manos en el cofre aún caliente mientras él atrás de mi me daba duro, le pedía más y más me daba. Tomaba sus descansos mientras yo me movía hacía atrás y hacia adelante, para no dejar de sentir placer. Cambiamos de posición y me acosté en el sillón de copiloto, con las piernas hacia afuera del auto, acostada y boca arriba me la metió, se recostó sobre mi mientras yo tenía mis piernas rodeando su cintura, sus embestidas me gustaban, y él lo sabía.
Me jalaba del cabello, me daba de cachetadas, me decía que era su puta, y eso me excitaba aún más, sacó su pene de mí y me metió los dedos, metió primero 2 y luego 3, estaba muy excitada, mientras él me metía los dedos yo solamente me agarraba del respaldo del asiento. Me vine en ese momento, sentí un orgasmo y solamente apreté mis piernas mientras mi vagina se contraía del placer. Se lo hice saber, sacó sus dedos y subimos al cuarto.
Me trataba como una vil puta, me colocó boca abajo acostada, se subió y abrió mis nalgas, me metió su pene en la vagina mientras lo tenía encima, yo apretaba las nalgas y él me las abría con sus manos, le gustaba ver como entraba y salía, en ese momento estaba a punto del éxtasis una vez más.
Me nalgueaba y yo lo disfrutaba, me gustaba como me la estaba metiendo, llego el momento de cambiar de nuevo de posición y subí en él, lo acosté, tomé su pene y me lo metí yo sola, cabalgue sobre él y le gustaba.
Me tomaba de los pechos y me las apretaba mientras yo me movía y disfrutaba, me acerque hacia él y comenzamos a besarnos, tomó mis bubis y se las puso en la boca, y comenzó a moverse, mientras chupaba mis pechos y los mordisqueaba, estando así comenzó a mover sus caderas apoyándose en sus pies para poder metérmela una y otra vez, yo solamente lo abrace mientras él seguía moviéndose y penetrándome, llegó el momento en que dejó de hacerlo y me pare, no le di explicación alguna, lo dejé acostado, sin terminar y con su pene duro, solamente me observo con sorpresa y entre a la regadera.
Abrí la llave y comencé a bañarme, me siguió y dentro de la regadera me recargo en la pared y me penetro de espaldas, lo disfrutaba mucho mientras él me jalaba del cabello húmedo, disfrutaba sus embestidas, él gemía de placer, fue ahí cuando llegó otro orgasmo, le pedí que parará ya que era demasiado placer, pero no lo hizo, mientras mi vagina se contraía por el placer el seguía moviéndose, era algo riquísimo en ese momento y demasiado placer.
Fue entonces cuando me dijo que venía su eyaculación, yo sin decirle nada saque su pene erecto de mi vagina que ya estaba satisfecha y baje a recibir su leche, le quite el condón, comencé a mamar y a masturbarlo hasta que explotó en mi cara, su leche escurrida de mi rostro acompañada del agua de la regadera, no lo deje así, después de que se vino seguí mamando para dejarlo limpio, el oír como le causaba placer el mamar después de su venida fue algo riquísimo, le gustaba demasiado, en cosa de segundos su pene perdió su erección.
Nos recostamos un rato, seguimos bebiendo, no sin antes contestar las preguntas de rutina de un hombre: ¿te gustó?, ¿crees que se repita?, ¿cómo estuve?, etc.
Al terminar de beber y de secarme el cabello, nos retiramos, me fue a dejar hasta mi casa, él pasaba siempre por mi hasta la puerta de ella y ahí mismo me dejaba.
Nos despedimos y seguimos la rutina del día, no sin dejarle claro que lo que había pasado no se platicaba más, así como lo de la arenera, acepto y me dijo que el que come callado, come varias veces.
Les envío un saludo y no olviden que el que una mujer disfrute su sexualidad no la hace una puta, la hace una mujer madura y que sabe lo que quiere, leo y contesto sus comentarios, besos.
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Hola maestra.
Debo decir que en esta ocasión sentí una falta de emoción y entusiasmo en la situación que viviste y describes al inicio de tu relato, y más adelante pude comprobar que no me equivocaba al leer ese: “Me hacía un oral un poco deficiente”. Lamento que César no haya resultado con esa habilidad que generalmente es provocada por el gusto y el placer que a otros hombres nos genera el comernos a una mujer; mientras tal vez para algunos no se despierta ese gusto, habemos otros para los que resulta elemental e imprescindible el conocer el olor y el sabor a hembra de nuestra compañera sexual, y podemos entretenernos bastante tiempo disfrutando de sus jugos y comiéndonos sus venidas con gran excitación, morbo y satisfacción halladas hasta en la última gota de su néctar.
Sin embargo, creo que César supo reivindicarse en el motel, (cuyo nombre quedaría mejor El Guayabo en lugar de El Aguakt). Me identifico bastante con la escena del faje en el carro. Encuentro un placer especial una vez pagada la habitación y cerrada la puerta, volverme a subir al carro a meterle mano con total libertad a la dama; nada como un buen faje, una buena dedeada, una buena mamada de tetas y una buena mamada de verga y chupada de huevos de su parte.
Creo que finalmente pudieron disfrutarse, espero que de parte de César haya podido borrar esa mala impresión en el primer oral con el que le permitiste conocer tu sabor a mujer.
Beso.
P.D. Por cierto, me asalta la duda de saber si al escribir este relato también terminaste tocándote como lo has hecho con algunos relatos anteriores.
Hola Ivan, sí después de la deficiencia oral que tuvo supo reivindicarse en el hotel, cabe recalcar que César ya tenía unos años más que yo, pero como siempre he dicho me gustan más los hombres maduros que “el colágeno”. La verdad, había tenido muy pocos amantes hasta ese entonces, y lo que me había hecho César en su momento me pareció satisfactorio, teniendo como cereza del pastel el habernos ido al motel.
Por lo regular siempre que recuerdo y empiezo a escribir todas mis vivencias me caliento, entonces hay veces que me toco o me meto mis juguetes y otras veces que termino encima de mi esposo para desquitar la calentura que me provoca el recordar y escribir todo lo vivido. Saludos y un beso.
Hola bella dama bendecido inicio de semana pasando a felicitarla por sus excelentes relatos muy llenos de eortismo y sexualidad… Que este muy bien saludos desde celaya gto
Hola Roberto!
Muchas gracias espero de verdad que te gusten y que por supuesto me sigas leyendo. Saludos desde Michoacán.