Mi debut como infiel, tanto me presumía.

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Tengo la suerte de tener un marido que me idolatra, él dice que le fascina mi cuerpo, siempre está chuleando mis tetas, mis nalgas, mis piernas.

Tengo personal en la casa que se encarga de la limpieza, comida etc., y todo el tiempo me manda al manicure y pedicure, la depilación de todo mi cuerpo constante, sobre todo piernas y panochita.

Para mí el único tema es que le encanta presumirme.

Una buena parte de los fines de semana, la pasamos comprando ropa, pero solo me escoge ropa ajustada, faldas muy cortas, blusas con bastantes escote, tacones altos, lencería de encaje con tangas muy pequeñas.

La otra parte del fin de semana en reuniones, bares y restaurantes.

Le encanta que no traiga sostén y que se noten mis pezones, que el viento me levante la falda o que si bajo de un coche o subo escaleras se vea por debajo de mi falda.

Al principio me incomodaba atraer miradas y la atención de todos los hombres, ya fueran desconocidos o sus amigos, pero con el tiempo comencé a disfrutarlo, a mi esposo le entusiasma mucho como me ven con morbo y deseo los hombres que están cerca o por donde voy pasando, cuando estoy sentada en un banco alto, le encanta como otros hombres están esperando que cruce mis piernas para poder ver entre ellas.

Mi marido frecuente, si me distraigo, me levanta la falda por detrás para mostrar mis nalgas, pellizca suavemente mis pezones para estimular que se paren y se noten a través de la blusa o incluso a jalado mi top para provocar que quede alguno al descubierto.

Disfruta mucho poner cachondos a los hombres que están viéndome y me dice “mira como se les para la verga”.

Últimamente además de que lo he llegado a disfrutar, me ha estado excitando bastante toda esa atención, nunca estuve con otro hombre y todo esto me hace imaginar que algunos de los que me miran, me cogen con toda esa lujuria con la que me ven.

El siempre me acompaña y cuida que no se me acerquen de más, pero en lugares muy concurridos ha sido inevitable que alguno alcance a manosearme, lo cual francamente me calienta.

Después de reuniones o salidas en donde pasa todo eso, regresamos a la casa y cogemos con gran intensidad, pero no puedo dejar de pensar que es alguno de los que me desnudaban con la mirada quien me está dando todo ese placer.

El fin de semana pasado, mi marido puso sobre la cama todo lo que quería que vistiera.

Esta vez era especialmente provocador, una tanga de hilo dental diminuto, la parte de enfrente de encaje apenas lograba mantener cubiertos los labios de mi vagina.

Unos tacones con solo 2 tiras, altos y rojos, mis pies lisos y recién pintadas las uñas estilo francés se veían espectaculares.

Una falda volada que apenas alcanzaba a tapar mis nalgas y una blusa corta de enfrente y con la espalda totalmente descubierta, sin sostén por supuesto.

Me estaba vistiendo y sentía mucha excitación de solo imaginar toda la atención que tendría, todas las miradas penetrantes y las manos inquietas que tratarían de alcanzar distintas partes de mi cuerpo.

Salí y me dice, ¡qué bárbara te ves tan ricamente cogible!

Íbamos en el coche y me abrió las piernas para tocar mi panochita, me fue dando dedo hasta que llegamos al antro y el valet abrió la puerta, antes de que bajara, mi esposo me agarró los pezones y dijo “bien paraditos para que vean lo que traigo todos los que están en la entrada”.

En la cadena del antro estaba el dueño del lugar, quien es amigo de mi esposo y preguntó de broma “sus entradas”, mi esposo levantó mi blusa dejando al descubierto mis tetas y dijo, “aquí están”.

Sonriendo el tipo le dio indicaciones al personal para que nos dieran la mejor mesa.

Apenas estuvimos 20 minutos, se fue mi esposo a contestar el celular y llegó el dueño del lugar con un amigo, ambos son guapísimos y me comenzaron a hacer plática, pasado muy poco tiempo ambos me tomaron de la mano y me dijeron, vamos a seguirla a otro lado, pregunté por mi marido y me dijeron, ya nos está esperando.

Salimos del lugar y nos subimos a una limosina, cuando iba entrando el dueño del lugar me agarró las nalgas, entramos los 3 yo quedando en medio de estos dos hombres.

Avanzó la limosina con solo nosotros y volví a preguntar por mi marido, pero en lugar de responder comencé a sentir las 4 manos sobre todo mi cuerpo, su bocas en mis hombros, cuello, espalda…

Mi reflejo fue tratar de detenerlos, pero yo ya tenía mucha excitación acumulada, los dos eran muy agradables y sus caricias en mi vagina, pechos, nalgas… Dificultaba bastante mi resistencia.

Cerré mis ojos y disfrutaba todo ese manoseo, sentía dedos en mi clitoris, Lenguas en mis pezones y de pronto sonó mi celular.

Me dijeron contesta y vincularon mi celular al altavoz de la limosina.

Dije hola, con la voz jadeante y temblorosa, era mi marido y me dijo dónde estás, contesté con pujidos y con respiración entrecortada, con tus amigos en una limosina.

Me estaba cuestionando de por qué estaba ahí y al mismo tiempo me estaban lamiendo mi clitoris y el otro los pezones, al momento que iba a contestar gemí.

Me preguntó, qué estás haciendo, yo solo podía gemir, el no colgaba y yo jadeaba y gemía con el teléfono en altavoz.

Él gritaba pero yo no ponía atención, uno de ellos dijo, no sabes qué rico la estamos pasando los tres.

Ese tipo continuó hablando y dijo, Perdón por no contestar, pero le estaba dando con la lengua en su panochita, pero ahorita que la estoy poniendo en cuatro ya sólo tendré la verga ocupada y podemos platicar.

Diciendo la última palabra, me jaló de las caderas contra él y me penetró, solté un gemido muy fuerte.

Mi marido hablaba muy agitadamente, pero me bombeaban tan rico que solo podía gemir y pujar.

Saco su verga y el otro tipo me jaló para que lo montara y yo sobre el recibí su verga y me empecé a mover descontroladamente.

Me acostaron y me montó el otro, me volvieron a poner en cuatro y se metió el otro.

No supe cuando se colgó la llamada, ni cuánto tiempo me estuvieron cogiendo, ni cuantos orgasmos tuve.

Se detuvo la limosina en un lugar y se bajaron, yo me quedé y me llevaron al antro y mi marido estaba esperando en la calle.

Abrió la puerta y se subió, me preguntó si estaba bien, la limosina comenzó a avanzar, yo le dije, me cogieron delicioso, en eso se bajó una pantalla y comenzó a salir el video de todo lo que me hicieron, mi vagina estaba súper dilatada, sensible y latía, al ver eso, le desabroche el pantalón, le saqué la verga y lo monté.

Mi marido viendo el video me cogió en varias posiciones, tuve diversos orgasmos y me quede dormida.

Solo recuerdo despertar en mi cama con una pijama de franela y el desayuno en mi cuarto, con una nota que decía, “nunca pensé que me fueras infiel de esa manera, si vuelve a pasar, no me dejes fuera de la fiesta”.

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7 COMENTARIOS

  1. Que relato tan bueno exitante de principio a fin recordé cuando se comieron a mi esposa y después tuve que hacer un n batido de dos leches

  2. Me encantó el relato de principio a fin, muy caliente…así me gustaría que a mi esposa se la cogieran y luego me platicara.

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