Mi esposa Erika es descubierta

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En esta ocasión habíamos citado una vez más a Ricardo a cenar a nuestra casa, y esto fue lo que ocurrió.

La noche había llegado, mi esposa Erika a diferencias de las cenas anteriores, esta vez dejo de lado lo casual y se fue a lo erótico, en la mañana habíamos ido a comprar un vestido que usaría, ya estando a minutos de la cena con Ricardo ella se vio al espejo como se miraba… ¿Y que se puso ella? Pues un vestido muy apretado de tela negra fina delgada similar a los leggins, en la parte de sus pechos hasta bajar a la mitad de su abdomen era transparente dejando ver sus pezones pues no se puso brasier, el vestido termina a ras de nalga tal vez unos 5 centímetros más abajo donde ella al estirarse la tela negra transparentaba su culo.

Yo por otro lado la observaba sentado en mi cama, sabiendo que en esta cena si iba haber acción, pero con Ricardo.

Y como cosa rara pue sentía que era la primera vez que mi esposa iba a estar con alguien pues mi corazón latía fuerte…

El sonido del timbre rompió ese momento, Erika lanzó una última mirada a su reflejo, bajamos a la primer planta caminó hacia la puerta.

Al abrir la puerta Ricardo vestía con una camisa negra ajustada y una mirada cargada de intenciones apenas Erika abrió la puerta, y no era de menos con un vestido dejando sus pechos a la vista.

-Vaya, realmente te ves hermosa —dijo Ricardo entrando a la casa

Mi esposa se dejaba envolver por la presencia de Ricardo. Un abrazo y un beso.

Erika guio a Ricardo hasta el centro del comedor, ella se movía con gracia, consciente de la atención que captaba de ambos. Mi esposa tomo la mano de Ricardo y la llevó hasta su propia cintura, dando el primer paso.

La noche apenas comenzaba, y la línea entre el placer y la seducción iba dejando de lado la cena.

Ricardo deslizó sus manos por la tela fina del vestido, recorriendo lentamente la cintura de mi esposa. Ella inclinó la cabeza, cerrando los ojos por un instante, dejándose llevar por el momento. Su respiración se volvió más profunda, su piel más sensible a cada roce. Y como de un chasquido regresaron a la realidad y procedimos a cenar…

Durante la cena que por cierto la comida fue ligera nada pesada, mientras transcurría eso solamente era el testigo del coqueteo de ellos dos, sabía que mi esposa le tocaba la verga con su pie a Ricardo.

Y como si la mirada hablasen, únicamente se vieron se sonrieron y era como un “Muy bien comencemos” ambos se levantaron y se fueron directo a la sala, Erika nuevamente tomó la iniciativa y bajó el cierre del pantalón de él, metió su mano liberando así la verga de Ricardo, mi esposa se arrodillo ante él, lo miro desde abajo, me miró a mí, y lo volvió a ver a él sonriendo, acto seguido metió lamió la punta para luego meter toda su verga en la boca, dándole así una buena mamada de verga que poco a poco lo iba empujando hasta hacerlo caer en el sofá reposet.

Luego cambiaron de posiciones, no sin antes deshacerse del vestido, ahora era Ricardo quien lamía toda la vagina de mi esposa haciendo énfasis en clítoris, mientras que con un dedo hurgaba su entradita, ya mi esposa estaba muy mojada, y yo con mi verga a reventar…

Todo estaba listo, mi esposa bien mojada, Ricardo con su verga bien lubricada… Mi esposa volvió a sentar a Ricardo, y ella se subió en el quedando frente a frente, agarro la verga y la acomodó en su entrada, bajando poco a poco y un suspiro me hizo saber que había entrado toda… Mi esposa subía y bajaba, desde donde yo estaba nomas miraba la verga de Ricardo desaparecer en la vagina de mi esposa, seguido de unos ligeros chapoteos…

Los dejé solos un momento para ir a limpiar el comedor e ir por unos tragos al refrigerador, de hecho puse varias botellas y una hielera, regresé y la deje sobre una mesita plegable en caso que quisieran tomar algo por la sed… Mientras mi esposa subía y bajaba, le alcancé una botella a Ricardo y comenzó a tomar una cerveza.

Mi esposa ya se estaba cansando por lo que cambiaron de posición…

Ricardo pocas veces llamaba a mi esposa de zorra y cosas así… pero esta vez creo la excitación lo desbordaba y comenzó a llamarla de esas maneras.

-Muy bien putita… quiero que te pongas en cuatro en el sofá – dijo Ricardo

Mi esposa obedeció y se puso en posición moviendo su culo para incitarlo mas.

-Dame mas verga – le dijo mi esposa

Una acomodada en su entrada y la penetró de golpe haciendo sacar muchos gemidos, mi esposa y su característica forma de venirse, comenzó con su pierna temblando y un sonido de ahogo, mi esposa estaba acabando…

Después de eso Ricardo sacó su verga rápidamente, creo que a fin de evitar correrse.

No sé si recuerdan el sofá cama que tenemos, ese lo armé para ellos, mi esposa se acostó ahí y Ricardo se puso arriba, comenzando a hacer la posición de misionero, mientras se besaban desmedidamente… Ricardo además mordisqueaba los pezones, pasaba su lengua, en fin no había lugar donde no pasara su boca.

Y a medida se iba calentando mas las cosas, y cambios de posiciones, mi esposa una vez más quería estar arriba seguramente para frotar más su clítoris y tener otro orgasmo, entonces mi esposa se llevó a Ricardo nuevamente al comedor que por fortuna lo había limpiado, me lleve la mesita con la hielera también.

Erika acostó a Ricardo en la mesa, mi esposa con la ayuda de la silla subió para montarlo, esta vez lo hizo a espaldas a él, pues ella queria que yo viera como cabalgaba

-Mira amor, mírame… ¿Te gusta que sea así de puta? ¿Qué lleguen a cogerme a nuestra casa? – decía ya mi esposa sumamente perdida en la calentura

Casi me vengo por sus palabras pero resistí…

No quería perderme el espectáculo por lo que retrocedí sin perder detalle y tontamente tiré la mesita con la hielera, se hizo un solo desparpajo por todo el piso y el sonido fue demasiado estridente…

Mi esposa y Ricardo ignoraron todo eso, ellos estaban enfocados en su pasión… Y vaya cosas del destino, vaya ironía de la vida… Una sombra nos llamó la atención, no lo podíamos creer… era nuestro vecino viendo en shock la situación desde afuera de la ventana, que seguramente se acercó por el ruido cuando la hielera cayó al suelo… Pero se llevó sorpresa monumental… Ver a mi esposa totalmente desnuda pues como estaba de frente hacia mí y hacia la ventana el vecino tuvo visión 100% de ver como mi esposa cabalgaba, sus tetas rebotar mientras gemía y a quien montaba obviamente no era a mí.

Nuestro vecino estaba absorto, no daba cabida a lo que miraba… Me miraba a mí, miraba a mi esposa mientras subía y bajaba, le miraba su coño… Mi esposa no sé porque razón no se detuvo, esos segundos fueron eternos…

El vecino solo balbuceo “L-lo si-siento” y se fue corriendo…

-Creo que acabamos de hacerle la noche a alguien más — dijo Ricardo sonriendo

-Vaya, vaya… Ahora Erika será la puta del vecindario – dijo Ricardo mientras seguían cogiendo

Mi esposa solo sonrió ante sus palabras, y aceleró mas sus movimientos… Y ella le respondió: “Creo que tendré que hablar con el vecino para que no diga nada, tendré que hacer lo que me pida” – dijo en un tono sexual…

Eso hizo acabar a Ricardo llenando todo el coño de mi esposa, pero por la posición la gravedad hizo que todo su semen bajara rápidamente, mi esposa se bajó y comenzó a limpiar con su lengua todo el semen restante que había escapado.

Ricardo se quedó un rato mas con nosotros, y a la hora de irse le dijo a mi esposa:

-Quiero que te despidas de mi en la puerta, desnuda, por si el vecino mirón anda por ahí…

Mi esposa se puso algo nerviosa y accedió, llegando un tanto a la puerta sin nada, a la vez viendo para todos lados…

Ricardo la despidió de un beso y a la abrazó… ¡lo cual era una trampa!

Al abrazarla, Ricardo jaló a mi esposa hacia afuera exponiéndola totalmente desnuda pero era medianoche casi, no había más nadie…

-Se que te excitó – dijo Ricardo

Mi esposa si bien es cierto se había bajado de mi carro desnuda varias veces, era diferente al hacerlo con otro hombre además que siempre revisábamos el perímetro, es decir, lo normal sería con el esposo y no con otro hombre.

-Espero te portes bien con tu vecino – dijo Ricardo

-Y si lo piensas bien… tendrás diversión cerca de casa – dijo Ricardo retirándose a su auto

Lo que restaba de la madrugada mi esposa y yo pensamos en lo ocurrido, nuestra vida privada se había destapado con el vecino. Es algo irónico ¿Saben? Pues el hecho que te descubran las aventuras estando en el interior de tu propia casa y no cuando hacemos las cosas en la calle, que ironía…

El vecino en realidad es una persona tranquila, ya es un señor de hecho y vive con su esposa, él se llama Arturo si no me equivoco llegando a sus 54 años de edad.

Teníamos algunas opciones:

  • Hacernos los “mareados”
  • Darle una explicación
  • Jugar con él

Elegimos en primer momento la opción 3 que duró poco.

A la mañana siguiente, Erika salió a la calle para limpiar la parte frontal de la casa.

Ella me comentó que mientras limpiaba, sintió una mirada sobre ella. Levantó la vista y se encontró con su vecino, quien, con una taza de café en la mano, la observaba desde su propia casa Y se hiso un incómodo. Él desvió la mirada por un instante, pero luego volvió a posarla en ella, con curiosidad y picardía, y pues lejos de sentirse avergonzada, dejó que una leve sonrisa saliera de su rostro.

-Buenos días, vecino —dijo ella.

Arturo tragó saliva, intentando disimular su nerviosismo, eso hizo tomar a mi esposa de una manera pendenciera y se acercó más.

-Espero que haya dormido bien — dijo ella en forma de burla.

Arturo no pudo responder, es más, no sabía para donde mirar…

Erika disfrutó del efecto que tenía sobre él. Entonces ella se regresó para la casa dejándolo perdido.

En la noche me comentó lo que les acabo de decir, por lo que ideamos un plan express, no queríamos al vecino insertado en nuestras vidas, comenzando porque es nuestro vecino y seria molesto eso, además que él está casado y lo que menos queremos es arruinar su matrimonio por nuestras ocurrencias.

La idea solo era “tantear” el ambiente con él por lo mismo que era una persona tranquila y casado, entonces los días siguientes trajeron un aire de expectación sutil entre mi esposa y el vecino. Cada encuentro casual, cada mirada furtiva, parecía estar cargada de un conocimiento compartido.

Una tarde, Erika salió a regar las plantas en el jardín delantero, vestida con un sencillo vestido que se movía con la brisa. A medida que se inclinaba, sintió una mirada sobre ella. Giró levemente el rostro y vio al vecino afuera de su casa, con la taza de café en la mano, con deliberada lentitud, continuó con su tarea.

Un día en que nos suspendieron el turno, estábamos en casa, cada quien haciendo lo suyo, hasta que Erika llega al cuarto y me comenta que entrará la ropa porque se avecinaba la lluvia, le dije que estaba bien, por lo que me quedé en la ventana viendo como hacia todo, cuando noté que ella saludaba de lejos a alguien…

Era Arturo que también andaba en las mismas metiendo la ropa del jardín, y se quedó un momento a hablar con mi esposa ¿El que? No sé.

El punto es que reían mucho, entonces mi esposa sonriendo dijo que si, entonces Arturo se fue para su casa y al minuto regresó con unas botellas en lata de jugo, mi esposa hizo pasar a Arturo (era obvio que su esposa no estaba) y se sentaron en una mesita de concreto que nosotros tenemos… Después de un rato de estar hablando, mi esposa se acercaba mas a él y ya se bromeaban más, todo lo miraba desde la ventana de nuestro cuarto, ventana la cual cerré las cortinas para cubrir mi presencia.

En un momento vi que Arturo decía que NO rápidamente con su cara y se ponía rojo ¿Qué está pasando? – dije en mi mente.

Vi a mi esposa reír, mientras que Arturo ponía cara de susto…

Alcancé a leer los labios de mi esposa que decía: “No se preocupe”

Mi esposa se agachó disimuladamente, y lo que pude ver es que le estaba haciendo un oral pobre vecino… reí en ese momento… Pues él no sabía que hacer ni a donde meterse, muerto de nervios.

Mi esposa se separó de él un poco, abrió su boca y vi los chorros de semen caer en su lengua… pobre Arturo solo aguantó tres minutos.

Mi esposa se incorporó como si nada hubiese pasado, tomo un poco más de jugo, y pasados un par de minutos más se despidieron…

En lo que Arturo iba saliendo al costado de nuestra casa, el levantó la mirada y me vio a mí, yo le sonreí, pero él se asustó, paso a mi lado y solo le dije: -Gracias por su silencio.

Mas aceleró el paso.

Mi esposa se sorprendió verme llegar desde un costado de la casa y le dije:

-Vi que estabas de traviesa con el vecino, pensé que no lo tocaríamos.

-Oh no te preocupes amor mío, solo era para bajarle el nervio que se cargaba – dijo ella

-¿Y bien? – le pregunté

-Pues como acordamos no lo vamos a incluir en nuestra vida, no queremos problemas ¿Cierto? – dijo ella

-Si, además que es muy nervioso y eso lo delatará rápido con su esposa.

Y así cerramos el capítulo con el vecino en cuanto a esa experiencia.

Y bueno hoy en día ese vecino en realidad se ha convertido en buen amigo, lo que vio pues no se si aún lo tenga presente, pero se muestra siempre gentil, y más de alguna ocasión nos ha salvado llamando a la policía un día que no estábamos y estaban husmeando nuestra casa, creo que el impacto fue positivo ya que también nos sirve como un alivio personal pues más adelante técnicamente le revelamos nuestra vida y no sé cuántas veces se le cayó la quijada de las sorpresa que se llevó… Él se ha vuelto nuestro confidente, jamás ha demostrado tendencia sexual hacia mi esposa y es bueno también.

Se lo comentamos a Ricardo y nomas dijo: -Que bueno ahora podré cogerme a tu esposa tranquilo.

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7 COMENTARIOS

  1. Yo creo que es el lado oculto de todo ser, el tener relaciones abiertas y a sabiendas de la otra parte. Es como el tema de las esposas que aceptan que sus maridos se vistan con ropas de mujer y ambos siguen disfrutando.
    No hay nada malo si se hacen las cosas a sabiendas y sin ocultamientos.

  2. Hola Román, siguiendo aquí sus relatos, una consulta tu ya se acostó con todos los vagabundos del lugar?, sería fantástico saberlo, por favor se que están ocupados, pero no demoren tanto entre relato y relato, saludos!!!!

    • La zona de exconstructora tiene aproximadamente 3.11 hectáreas, donde hay 6 calles en paralelo
      ¿Tienes idea la cantidad de vagabundos que hay en esa zona?
      Pero nosotros unicamente pasamos en una sola calle, y la respuesta mas rápida es Sí.
      Ademas de Héctor, Antonio, Julio, Adrián que falleció por el covid, y el otro vagabundo que asi como aparecio se fue, ademas de ellos 5, si con 2 mas pero eso ha pasado este 2025, apenas vamos por el 2024 porque vamos por partes o mas bien por las partes mas importantes.

  3. Que rico, quiero una esposa así, tener esa confianza y ese amor, no demoren tanto con los relatos, son muy buenos

    • Eso es la clave hay que tener la confianza y el compromiso mas fuerte, mantenerlo siempre en mente.
      De lo contrario pasará lo que pasó con una novia que tuve, lo cual mencioné en el primer relato.
      Por desgracia no funciona con todas las mujeres, no funciona con todos los hombres, no funciona con todas las parejas, y si funciona entonces se han encontrado dos diamantes.

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