Mi esposa es muy sensual. Pelo liso moreno por debajo de los hombros. Piel morena por su afición a la playa.
Uñas siempre arregladas, cara linda y ojos marrones. Mide 165 cm y es rellenita, pero sin tener sobrepeso. Pero lo que más llama la atención de los demás hombres son dos cosas. Sus tetas y la forma de su culo. Sus tetas son redonditas de tamaño mediano, con un escote pronunciado y una leve caída debido a sus dos embarazos. Suelen rozarse ambas tetas dejando un canalillo muy sugerente que ella alimenta con sus vestidos escotados. Las tiene bronceadas al no usar la parte superior del bikini en la playa (noto como muchos hombres no quitan ojo de esas tetas) y sus pezones algo rosados y aureola más oscura.
Pero lo que resalta mi hi en su figura es su culo. Lo tiene respingón, bastante más ancho que sus caderas y duro debido a sus entrenamientos en el gym. La piel de culete también es morena (le encanta usar tanga en la playa) y suave. Cuando camina su trasero se mueve que parece que tenga vida propia. Estoy seguro que muchos de mis amigos harán comentarios sobre esa parte de su cuerpo y alguno se masturbará pensando en él.
Tan atractiva es ella que muchas veces le he preguntado si no le gustaría algún día estar con otro hombre y probar que se siente. Siempre me contesta que no, y que si algún día lo hiciera me lo diría.
Una mañana estaba con mi amigo José en casa. Había venido a ayudarme con una reforma que estaba haciendo. José es un chico que se mantiene en forma y suele ligar mucho con las mujeres. Es bastante guapete y tiene un cuerpo definido y musculado sin ser exagerado. A veces me invita a salir de copas y siempre le digo que no. Él me contesta que es normal que no vaya, si él tuviera en su casa la mujer que tengo yo estaría toda la noche disfrutando de esas curvas jejeje. Lo dice con respeto y en tono de broma pero yo sé que está loco por meter su cabeza en esas tetas y su polla entre semejantes nalgas.
Al terminar la obra, le digo que se espere en casa y yo me acerco al supermercado a comprar carne y unas cervezas. Justo cuando me disponía a salir mi esposa entra por la puerta, me da un beso y dos a José. José estaba sin camisa y noto como mi esposa se queda mirando si torso definido y sus pectorales y bíceps aún en tensión por el esfuerzo hecho hace unos minutos.
-“Cariño José vino a ayudarme con la obra pero ya hemos terminado. Me voy al Super a por carne y cervezas para comer algo en un rato”- le dije yo.
-“Vale cariño, me voy a dar una ducha. Si José quiere también se puede duchar luego. Nos vemos cuando vuelvas”.
Cuando volví (tras una hora debido al tráfico y la cantidad de gente en el supermercado ) comimos los tres y bebimos alguna cerveza. Pero mi amigo José se fue enseguida.
Mi esposa y yo nos quedamos solos y ella me dijo que quería hablar conmigo.
-“Cariño puedo contarte algo?”
-“Claro”- le dije.
-“Siempre te he dicho que no necesito estar con otro hombre, y que si algún día pasara te lo contaría”.
-“Me parece bien”. Le dije algo extrañado.
En ese momento mi mujer empezó a contarme que José siempre le había puesto muy cachonda, que alguna vez le había tomado fotos cuando estábamos en la playa y se le marcaba en el bañador su polla, y que más de una vez se había masturbado con su consolador imaginando que es José quién la penetraba. Me contó que cuando salí al supermercado ella comenzó a desvestirse para bañarse, pero lo hizo a escasos metros de él, se quitó su camisa frente a él pero sin mirarlo(dejando sus generosas tetas bronceadas y redondas a su vista) y se bajó su short de espaldas a él dejando su culo en pompa.
Luego caminó delante del sillón donde él estaba sentado meneando bien sus caderas y moviendo ese culo redondo que subía y bajaba al ritmo que ella marcaba en sus andares, hasta entrar al baño. Cuando terminó de bañarse se dió cuenta que no tenía toalla y le pidió a José si podía acercarle una que estaba en la solana.
José entró al baño, le dio la toalla con vergüenza intentado no mirar el cuerpo de ella y cuando iba a salir ella le dijo:
-“José deberías aprovechar y bañarte tú también para comer luego”.
José le dijo que cuando ella saliera aprovecharía y se bañaba él. Mi mujer salió con la toalla enrollada pero solo le cubría la mitad de sus pechos y por debajo dejaba medio culo a la vista.
José aprovechó y se metió en el baño. Se quitó la ropa y vio como estaba empalmado debido a haber visto a Emma desnudarse. Abrió el grifo que caía desde arriba y comenzó a masturbarse pensado en el cuerpo de ella. Entonces nota como se abre la puerta del baño y aparece Emma con una toalla.
-“José te dejo la toalla por aquí para cuando acabes”.
-“Gracias”- dice José intentando taparse y disimular su erección.
Emma en lugar de salir del baño cierra la puerta del mismo y se acerca a la ducha. Se queda mirando a José de arriba a abajo y suelta su toalla que tenía enrollada cayendo al suelo y dejando su cuerpo desnudo a menos de un metro de José.
-“José perdona que me quede aquí, pero siempre me has puesto muy cachonda. Deseaba verte desnudo y ver esa verga que tienes. No podía pasar esta oportunidad. Tengo que aprovechar antes de que mi marido vuelva.”
Yo estaba escuchando esta historia y tenía una mezcla de celos y excitación. Mi mujer se dio cuenta y me sacó la polla y comenzó a masturbarme mientras continuaba su narración.
Ella apartó las manos de José que tapaban su erección y las puso sobre los pechos de ella. José comenzó a acariciarlos suavemente, pellizcó sus pezones y no pudo resistir y comenzó a chuparle las tetas. Ella aprovechó y bajó sus manos a su polla y empezó a masturbarle muy lento. Luego subió una pierna sobre el grifo dejando su coño rosado y depilado a la vista, y comenzó a rozar la polla de José con su clítoris. José seguía entretenido con sus pechos hasta que Emma le dijo que se tumbara. Él se tumbó en el suelo de la ducha y su polla quedó tiesa como un mástil apuntando al techo.
Emma se puso de espaldas a él y comenzó a bajar su cintura, dejando su redondo culo a la vista de José. Cuando la entrada de su coño notó la punta del pene ella se arrodilló con sus piernas a ambos lados del cuerpo de José y comenzó unos movimientos circulares que fueron encajando esa polla poco hasta entrar totalmente.
“-No puedo creerme que tenga este culo delante mía, con las pajas que me he tocado pensando que me lo follaba” dijo José.
Ese comentario hizo que Emma se pusiera más cachonda y comenzó a moverse más veloz. José aprovechó que tenía ese culazo a escasos centímetros y comenzó a darle suaves caricias, luego leves azotes que hacían gemir a Emma, y más tarde empezó a jugar con sus dedos dentro del culo de ella. Ella alcanzó un orgasmo y paró de moverse pero le dijo que no sacara los dedos del culo. Le gustaba lo que sentía, y al notar que ya lo tenía algo dilatado le dijo a José: -“nunca he dejado a mi marido tener sexo anal, pero me tienes muy cachonda y me encantaría sentir ese pollón”.
José no tardó ni un segundo en ponerse de pie, tumbó a Emma boca abajo y levantó sus caderas dejando ese culo redondo en pompa apuntando hacia él. Con su pene aún húmedo con los fluidos del coño de ella, presionó su pene en la entrada del culo de Emma. Ella decía que la metiera toda, pero el iba poco a poco. Cuando por fin logró meterle la mitad de su pene, inició unos movimientos más rápidos que acabó por entrar completamente. Ella le decía: -“¡qué ricooo no pares, quiero que llenes de leche, la tienes muy grande y dura!”.
José aprovecha para agarrarla del pelo y le levanta la cabeza, él se agacha un poco y se quedan cara a escasos centímetros. Por la excitación pone a chuparle la cara, le pasa la lengua por sus labios y su cara, le escupe dentro de la boca, y le dice cosas como: “estaba deseando follarme este culazo, eres una zorra que me tenías caliente, me encanta desvirgar tu culo…”.
Mientras yo escuchaba la historia, mi mujer había empezado a masturbarme más rápido y cuando estoy a punto de correrme se mete mi polla en su boca y me corro muy fuerte debido a la excitación de la historia.
Ella continúa la historia y dice que José saca la polla de su culo porque quiere correrse en sus tetas redonditas y morenitas. Ella se arrodilla delante de él y pone su pene entre sus tetas, empieza a masturbarla con sus tetas y darle chupadas a la punta, cada vez más rápidos los movimientos de sus tetas pero no llega el orgasmo de José.
-“Ya he sentido ese coño, ese culazo y tenerla entre tus tetas. Creo que ya sé dónde puedo correrme”- le comenta José a mi mujer.
Aprovechando que está de rodillas acerca su polla a la boca de Emma que abre la boca y comienza a la lamer la punta de la polla, luego sigue chupando los huevos y metiéndolos en su boca, para luego comenzar una mamada desde el tallo del pene hasta introducirlo totalmente en su boca. Durante cinco minutos alterna chuparla y masturbarla. José le folla la boca con fuerza agarrando a veces la cabeza de Emma por detrás para meterla más fuerte y más profundo.
Entonces ella nota que se le pone muy dura dentro de su boca y explota esa polla en un orgasmo que la llena de leche y José le agarra fuerte la cabeza para que no la saque. Tras el orgasmo ella sigue jugando con su lengua y no se saca la polla de la boca, al mismo tiempo que masajea los huevos con sus manos.
Entonces se escucha la puerta de la casa que se abre. Ella sale de la ducha, se enrolla como puede la toalla y sale del baño. José abre el agua y continúa su ducha. Cuando me encuentro a mi mujer por el pasillo me dice:
“-Cariño me acabo de duchar, ahora le toca a José ducharse. ¿Qué tal por el súper?”
“-Todo bien, había mucho tráfico y por eso he tardado pero ahora mismo enciendo la barbacoa y comemos”.
“-Gracias mi amor”- y ella besa a su marido aún con algunas gotas de semen que bajan desde la comisura de sus labios hacia sus pechos.
Cuando José sale de la ducha me saluda, y yo al ver que Emma sigue con esa toalla enrollada que solo tapa sus pezones y mitad de su culo le digo:
-“Cariño ponte algo de ropa que no quiero que mi amigo José se fije mucho en ti y te ponga en su agenda de conquistas”- ellos se miraron y tras unos segundos de silencio nos reímos los tres.
Cuando mi mujer terminó de contarme la historia me pidió perdón y me prometió que no volvería a pasar. Yo le dije que la perdonaba pero le reconocí que me había excitado también.
Ella me preguntó si me hubiera gustado haber participado o verles, y es algo que hemos acordado quizás probar en un futuro cercano.
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