Sinopsis.
Siempre me habían gustado los hombres, esa sensación de sentir la pija adentro de mi concha, de sentir toda la leche adentro, o de atragantarme con una verga en la boca, en fin, siempre fui loca por la pija. Pero últimamente me estaban pasando cosas con mi nueva amiga.
Soy Nicole, tengo 22 años y la amiga de la que hablo se llama Paulina y tiene 24 años. Nos conocimos hace unos meses en el trabajo, ambas somos administrativas y la conocí cuando ella comenzó a trabajar en la misma empresa que yo.
En seguida nos llevamos super bien y nos fuimos convirtiendo en amigas. En las horas de descanso almorzabamos juntas y conversábamos de todo, de nuestras vidas, de algunas compañeras que no nos caían bien, en fin, éramos muy compinches. Ella tenía novio, yo estaba soltera. Me contaba cosas de su relación, siempre cosas buenas, solo que le estaba molestando una cosa. Me decía que últimamente su novio le insistía con la fantasía que todos los hombres parecen tener, coger con dos mujeres.
Me comentaba que a ella nunca le había pasado por su cabeza la idea o deseo de tener algo con una chica, y que si bien su novio no se enojaba por el hecho de que ella no le cumpliera esa fantasía, ella tenía miedo de que eso afectara la relación a futuro de alguna manera, entonces me preguntó qué podía hacer.
Yo: ¿Nunca tuviste un pequeño deseo de probar con una mina?
Pau: Antes nunca se me había pasado por la cabeza, pero te confieso que de tantas veces que me insistió, comencé a pensar esa idea. Hasta llegar al punto de que inconscientemente comencé a sentir cosas, por ejemplo cuando veo alguna escena lésbica en alguna película o cuando veo a una chica muy linda por la calle.
Yo: Entonces capaz te termina gustando, podrías probar una vez y ver qué onda.
Pau: Capaz que si boluda, es más, a veces cuando veo alguna escena lésbica en alguna película o serie, te juro que se me empieza a mojar la concha jajaja me da vergüenza decirte esto.
Yo: jajaja es normal boluda, no quiere decir que seas lesbiana, quizá te gustan las dos cosas. A mí por ejemplo me encanta la pija pero a veces he visto videos porno de lesbianas y me re caliento.
Pau: ¿Ah sí?
Yo: Sii boluda, me re alza más eso que los videos porno de un hombre con una mina.
Terminamos el descanso, y volvimos al trabajo. A la hora de irnos, siempre pasamos por los vestuarios para dejar algunas cosas en el casillero y cambiarnos, porque tenemos que dejar el uniforme que nos hacen poner para recepcionar al público. En un momento Pau se saca el pantalón, y veo que llevaba una tanga negra de encaje hermosa, le quedaba muy lindo por como resaltaba en su piel clarita. Además vi el precioso orto que tenía, bien formadito, y cuando se desprendió la camisa, llevaba un top en el que se le veía su abdomen planito y con un piercing en el ombligo.
Yo hice lo propio y comencé a desvestirme para ponerme mi ropa, y noté que ella me estaba viendo, y de gusto abrí un poco las piernas para que me viera la concha debajo de mi tanga.
Salimos juntas de la empresa y nos saludamos con un beso en el cachete ya que habitualmente nos íbamos en el mismo bondi porque vivíamos relativamente cerca, pero ese día fuimos por diferentes caminos porque ella tenía unas cosas para hacer.
Ese día al llegar la noche, no podía dormir porque no podía dejar de pensar en ella. Me hice tremenda paja, me metí los dedos de una manera que nunca antes había disfrutado, todo pensando en Pau y su cuerpo que me ponía re caliente. Estaba tan alzada que casi me saco una foto y se la mandaba “por error”, pero acabé, me quedó toda la concha mojada, y me calmé, por lo que decidí acostarme sin mandar nada.
Continuará…
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Dios mío cariño que barbridad
Buen relato, esperando la 2da parte