Mi primera vez en un bar swinger de voyerista todo comenzó como a las 10 de la noche llegamos a la calle 82 con 15 al norte de Bogotá.
En la zona se localiza uno de los bares swinger más conocidos pero desapercibidos para quienes piensan que allí habita una familia. La fachada lo refleja.
En la entrada de la casa blanca se halla una mujer y un vigilante. Ella pregunta si es la primera vez que visitamos el sitio.
Él se encarga de la requisa, tras el pago del cover, ingresamos a la casa. Como en cualquier otro bar están las luces de neón, sofás y una pista de baile.
Observó con discreción el sitio y luego nos sentamos en un sofá rojo. Las mesas están puestas a propósito que permite que veamos a las parejas que nos rodean. Una salsa, merengue clásico, muy clásico, un reguetón y vallenato suenan a medida que pasa el tiempo.
La música alude a que en el sitio llegan parejas, hombre y mujer, o en su defecto tríos, mayores de 25 años.
Las parejas bailan en la pista sin insinuar nada entre ellas. Otros beben una cerveza o un ron.
Podrían ser los vecinos del conjunto residencial donde usted vive, o el decente y mojigato compañero de trabajo que se sienta en su piso de trabajo. Con vestuarios discretos y casuales.
No predominan las curvas en ellas y mucho menos en ellos. A las 12 en punto una mujer realiza el respectivo striptease que el locutor anuncia durante toda la noche.
A si empieza la noche Ella baila y se desnuda ante el público. Luego aparece un hombre que le sigue los pasos. La mujer con curvas recorre todo el bar y se acerca a algunas parejas para que la toquen. Se quita el brasier. Los hombres rozan sus senos y una sonrisa se asoma en sus bocas. Él se pasea por el bar y unta con una crema las manos de los asistentes y las dirigen a su torso.
Nosotros solo observamos. Una pareja a nuestro lado que parecen gozar el estriptis como si fueran adolescentes. Ella se mueve con la música y es una de las mujeres que disfruta rociar la crema sobre un pecho marcado que se acerca y poza encima suya.
Así termina el show y en menos de 5 minutos, Subimos al segundo piso y veo el sauna y turco que serán el preámbulo para quienes en un cuarto con un sofá redondo color rojo, tendrán mucho sexo.
Una luz de neón baja ayuda a ver un poco las siluetas de las personas que llegan con una toalla blanca a follar al sofá casi todas parejas inician con sexo oral.
Veo que muchas parejas lo hacen y así se calienta el ambiente. Sobre el sofá ya hay una mujer que está sobre un hombre que gime de forma discreta.
Algunas parejas solo observan en unas sillas ubicadas frente al sofá. Como nosotros que solo observamos asombrados.
Llega otra pareja de esas discretas que se podría ver en todos los sitios jamás pensados, menos en ese. Se ve de todo el ambiente se calentaba mi esposo excitado con una pareja que tenía enfrente y follaba muy rico le daban mucha verga en 4 y ella al frente de mi esposo solo lo miraba mientras sus tetas se movían y ella gritaba de placer, con él nos comenzamos a tocar se sentía un ambiente muy porno nos gustaban los gemidos de la gente, el olor que expide ese lugar tu alrededor solo escuchas gritos, gemidos , unos encima de otros la mujeres cambiaban de parejas sentía que todos se tocaban con todos mi esposo saco su verga y me la puso en la mano intente masturbarlo pero aún no estaba lista me excitaba mucho mirar como los demás lo hacían.
Cada vez pasaban las horas y todos se ponían muy calientes solo me concentre en los gritos que escuchas a tu alrededor no sé cuántas horas pasaron, no se cansaban hubo varios intercambios fufé muy excitante, y así termino la noche en el bar la gente se arregla y todos salen como si nada hubiera pasado. Volvería las veces que quisiera que sensación más excitante…
AMANTES