Me presento, me llamo Andrea, tengo 30 años, soy de piel blanca, mido 1.65, piernuda, nalgona un poco gordita, y con tetas de buen tamaño. Esta historia es de hace unos años cuando mi vecino David tenía su frutería, yo como toda una ama de casa me dedico a mi hogar y cuidar de mi esposo, ya que hijos aún no tenemos, es por eso que aún estoy muy cerradita y apretadita.
Un día normal en la mañana amanecí muy caliente con muchas ganas de que me follaran, mi esposo se levantó le dije que me lo hiciera pero no quiso, respondiéndome que se le hacía tarde para trabajar y con un beso se despidió de mí. Yo me quedé muy alborotada, decidí tocarme pero primero me puse un conjunto de lencería muy sexy, encima un mayon traslúcido y una blusa de tirantes, se me notaban mis pezones paraditos y mi concha hinchadita.
Me quise meter algo no solo tocar mi clítoris, así que se me ocurrió ir a la frutería rápido por un pepino o una zanahoria grande. Llegué como siempre y saludé “Buenos días don David” a lo que me respondió “hola Andy ya hacer la comida”, y le dije que no, que iba por un pepino y unas zanahorias para un antojito que traía, entonces tenía los pepinos en una caja en el suelo y me agaché por uno, me estuve un buen momento así, ya que estaba escogiendo el más grande y gordo que había, sentí una mirada penetrante y de reojo volteé.
Cual fue mi sorpresa cuando vi a don David casi babeando y con una mano cerca de su bulto, rápidamente recordé cómo iba vestida y que con ese mayon se me veía toda la tanga, me excito muchísimo ese momento que mi concha se empezó a mojar, cuando me levanté para pagar me tomo la mano con el dinero y me dijo que tenia las manos muy suaves y blancas insinuando que no solo las manos las tenía así, le respondí con el mismo doble sentido, le dije que él las tenía grandes y venosas y me dijo no solo eso.
En ese momento me tomó de la cintura y me dijo sé que estás caliente, nunca sales vestida así, le contesté que me soltara que estaba casada pero no sirvió de nada, me dijo que seguramente ese pepino lo quería para metérmelo en la concha, le dije viejo pervertido por supuesto que no, entonces su mano bajó por mi mayon tocando mi concha y me dijo “mira cómo estás escurriendo y todavía dices que no es verdad” y me dio un beso lleno de deseo.
Por más que intente no me pude resistir y sus manos empezaron a robar todo mi cuerpo bajaron por mis tetas y te tocaba y apretaba las nalgas, me dijo ahorita te voy hacer el favorcito que seguro tu maridito no, cerró la puerta de la tienda y me sentó en el mostrador, me bajo el mayon y me quito la blusa, quedé solamente con mi conjunto y mirándome con mucho deseo me dijo eres tal cual me imaginé y se lanzó sobre mí besando mi cuello.
Después me quitó el sostén y se metió mis tetas a la boca, me las mordió y chupo tan rico que de acordarme me mojó, bajo su mano a mi coño y metió un dedo, empezó a gemir y me quitó mi tanga, me abrió las piernas y se lanzó a chupar mi coño mojado me dio un oral que nunca había tenido, metía sus dedos en mi coño y me chupaba el clítoris, de rato un orgasmo intenso estaba teniendo y mi coño no pudo más y explotó, me dijo “ahora te voy a dar lo que más querías putita”, se sacó la verga del pantalón, casi me muero cuando la vi, era lo doble de la de mi marido, gruesa, larga y venosa con algo de pelos pero riquísima.
Me abrió de nuevo las piernas y con la punta de la verga me la froto en el clítoris, yo quería que ya la metiera y le dije “ya metemela por favor” y me dijo “así me gusta putita que me pidas” y siguió frotando hasta que no aguante y le dije “ya métemela”, no alcancé a decirlo cuando sentí un tremendo trozo entrando en mi coñito sentía que me rompía, empecé a gemir como nunca y estuvo bombeando un buen rato hasta que lo saco y me dijo “no te voy a dejar con el antojo de tu pepino”, lo tomo le puso saliva, me separo las piernas y me lo metió “ahhh” sentía que me llegaba hasta la garganta.
Gemía y gemía mientras lo metía tocaba mis tetas después de un rato lo saco y me dijo que me pusiera en cuatro, me dio unas nalgadas y me metió su verga, me tomo de las caderas y me bombeo hasta que me dijo ya me vengo y empecé a gemir cuando sentí un chorro de leche caliente y su verga palpitando adentro de mi, en ese momento moría de placer, terminamos sudados de tanto follar, me vestí le di un beso y le dije “que rico coge con David” y me dijo “no será la primera vez putita” y me fui.
Claramente hubo más veces, comenta en los comentarios que tal te pareció y si quieres segunda parte.
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Ojalá fuese yo el frutero 😘
Que rico!
Ufff que delicia de relato
Claro q si y si puedes poner solo el estado donde vives sería genial muy cachondo relato mis felicitaciones
Soy de Querétaro
X2
que ricooo 🥵🔥
Que rico y caliente relato… Me gustaría saber mas de ti