Continuación del relato anterior, ya tenia al macho definitivo para saciar mis necesidades de hembra, cogíamos con frecuencia, me escapaba entre compromisos académicos y la vida social con mi novia, era una experiencia liberadora encontrarme con él y me hacia sentir cada vez mas femenina, hasta dudaba del curso que podía tomar mi orientacion sexual y mi vida, llevar una vida heterosexual normal, dentro mi entorno tradicional y más conservador, o entregarme a ser una puta pasiva lista para saciar a señores maduros, ávida de verga y leche de macho.
Con este señor, la última vez que me cogió este señor, fue sensacional, me invitó a su casa, se habían alineado los astros, mi novia se fue de viaje con las amigas a Brasil por dos semanas y la familia de este señor se fueron a su casa de veraneo en la costa, éramos solteros y libres durante ese periodo. Nos reunimos al atardecer en un punto de encuentro y nos dirigimos en su vehículo de alta gama a su casa, mientras conducía su mano acariciaba mi pierna, yo iba bien preparada, tenía un conjunto de lencería hermoso, color blanco, perfume de mi novia.
Llegamos a su casa, fui al baño a prepararme, al salir, él me estaba esperando con una copa de vino, me senté en sus piernas como toda una novia, el acariciaba mis piernas y nalgas, besos apasionados, yo encantada rodeando con mis brazos su ancha espalda, me sentía pequeña a su lado.
Hasta que ya empezó a aumentar la temperatura del encuentro, me dijo, “vamos a la cama”, yo acepté ansiosa, caminamos abrazados el detrás mío, yo acariciando su bulto con mis manos, el acercando mis caderas a su pelvis, ya pensar que iba a estar en su cama matrimonial, me provocaba un morbo inmenso, al entrar en la habitación muy amplia, se notaba la mano y presencia de su esposa en la habitación, miles de cosas pasaban por mi cabeza, la amante pasa ser la mujer oficial por una noche, nos acostamos en la cama, seguimos con las caricias y besos, cada vez mas duraderos, intensos y apasionados, se empieza a desnudar y como yo estaba con lencería me quedé tal cual estaba-
Me dice, tengo una sorpresa para ti, saco de una bolsa un anal plug, me dijo úsalo todo el tiempo que estés acá, yo toda ansiosa, cori mi tanga para el lado, abrí mis nalgas con ambas manos y le enseñé mi esfinter, que ya era de su propiedad, mi vagina masculina, para que lo metiera, lubrico mi entrada con su lengua, con delicadeza lo puso y entró fácilmente.
Me puse de rodillas en el piso, como muestra de agradecimiento, inicié una mamada gloriosa, mordía con suavidad ese largo tronco, llenaba mi boca con sus testículos, lo miraba a los ojos, con su pene al fondo de mi garganta, mis ojos llorosos y aguantando la respiración y la arcada como reflejo de tener algo tan grande dentro de mi, él tenia mucho aguante, mas de quince minutos mamando hasta que se fatigaban mis músculos faciales, él a veces tomaba mi cabeza y me culeaba por la boca, después dejaba que yo hiciera todo el trabajo.
Posteriormente se acostó en la cama, me ordeno que me pusiera encima y siguiera mamando, quería hacer un 69, así que me puse arriba de su cuerpo, seguí con la mamada, el apretaba con firmeza mis nalgas, me sacó el anal plug y se comió mi ano, me cogía con su larga y carnosa lengua, yo al borde del orgasmo de tanto placer, y mis gemidos silenciados porqué mi boca estaba llena de su maravillosa verga, así me tuvo un buen tiempo con los ojos blancos con la comida de culo que me estaba dando, me volvió a meter el anal plug, me acosté en la cama boca arriba y abrí mis piernas, le dije “por favor hazme el amor “.
Él me miraba con ternura y lujuria, se iba a poner un preservativo y le dije, “No te lo pongas, la quiero desnuda dentro de mi, hoy me vas a preñar”, se le iluminaron ojos de lujuria, con premura se pone entre mis piernas, yo lo atenazo con mis piernas que estaban todas abiertas, sentí el contacto de su glande desnudo en mi rajita y una corriente recorrió mi cuerpo, era una nueva experiencia, mucho mas placentera, mientras lo miraba fijamente a sus ojos, tomé ese trozo de carne con mi mano, estaba duro como un fierro, hervía y palpitaba, lo guíe a mi entrada, y el empujó suavemente, en ese momento me sentí la mejor hembra, el calor y tacto de un pene en estado natural.
Era la gloria para una putita como yo, lo dejo clavado hasta el fondo de mi recto, yo lo masajeaba con mis contracciones y toda concentrada en las diferentes sensaciones que era tener una verga desnuda dentro de mi, el placer era amplificado, hasta que empecé a mover mis caderas, era la señal para que mi macho empezara el apareamiento, el inicio su movimiento a distintos ritmos y amplitudes, a veces sacaba toda su verga y me la volvía a meter hasta los huevos, yo no daba mas de placer, el se pegó a mi cuerpo, puso su brazos por mi espalda y afirmaba mis hombros para que no me escapara y aprovechar el impulso de la estocada.
Sentía su respiración en mi oído, besaba mi cuello, también mi boca, mi mente divagaba a veces entre el placer y el morbo aumentado de estar en la habitación matrimonial, hasta un rato miraba una foto de su esposa, no sabía si disculparme o agradecerle, todo eso aumentaba mi libido más que cualquier droga o afrodisiaco, me hacía levantar mas mis piernas para que entrara aun más esa anaconda, ya con mis piernas en sus hombros cada embestida era un salto de placer y un golpe duro a mi punto g, mi pene húmedo y goteando, ese masaje en mi próstata estaba haciendo efecto.
Su cuerpo empapado en sudor tenia toda mi lencería humedecida, su respiración cada vez mas agitada me indicaba que ya estaba cerca de su orgasmo, bajo un poco mis piernas y aumento el ritmo e intensidad de la cogida a un nivel brutal, cómo si me quisiera matar con su pene, mientras tanto, yo empezaba a tocar mi pene como un capullo que frotaba, cuando en un momento todo su cuerpo se puso rígido cómo una roca, cómo sí tuviera a un campeón de judo sobre mi, ese mástil de carne duro como un fierro, creció estirando todas las paredes de mi cola, y sentí como si me estuvieran inyectando hierro fundido por la cola, que sensación mas maravillosa, por fin este semental me estaba preñando.
Yo tuve mi orgasmo intenso, que comprimía ese bulbo gigante que tenia dentro de mi, derramando mi leche en mi vientre y su pubis, sentía la salida de cada chorro de semen de su verga, unos ocho llegué a contar, y seguía dura como un palo dentro de mi, mi cabeza dando vueltas, procesando la idea que me habían cogido con todo y mis entrañas llenas de semen, en una cama matrimonial, mi misión como hembra ya estaba cumplida, varios minutos pasaron, el no quería salir de mi, yo feliz lo acogía, en ese momento mi cuevita era el mejor refugio para ese hermoso ejemplar de verga, hasta que saco su miembro goteando leche y los jugos de mi cola.
Yo bien ágil y rápida tome el anal plug que tenia a la mano y me lo volví a introducir, no quería desperdiciar ninguna gota, y como era de costumbre el puso el pene en mi boca, me lo pasaba por toda mi cara, manchándola con leche, con esmero mi boca limpiaba ese trozo de carne venoso sin dejar rastro de semen, su glande brillante de tanto pasar mi lengua, se acostó detras mio haciendo una cucharita, aún nos quedaba mucha noche por delante.
Esa noche me cogió unas seis veces, en el living, cocina, terraza, todas acabando en mi cola, usé lencería de su esposa, hasta en la ducha, me puse un bikini que me pasó, yo creo que era de su hija por lo lindo y juvenil y me quedaba de maravillas, me cogió en la ducha tan rico también, que hasta dejé que orinara en mi boca y cuerpo, fui un objeto de placer y lujuria esa velada.
Esa noche fue un toro insaciable, me retire de su casa con el anal plug puesto, me llevó en su auto a la estación de metro más cercana, me iba acariciando la cola mientras conducía, tocando el anal plug, parece que lo excitó, paró el vehículo en un sitio eriazo, sacó su pene erecto, yo me fui directamente como un misil teledirigido a su verga a mamar, chupaba su glande, mientras lo masturbaba con rapidez y masajeando sus huevos, hasta que acabó, a esas alturas salió muy poco semen liquido y transparente, tenía sus huevos secos, llegamos a la estación de metro, mi boca, estomago y cola rellenas con su semilla, nos dimos un beso furtivo y discreto porque pasaba gente alrededor.
Llegué mi casa toda cansada, ojerosa, mis músculos adoloridos de tan extenuante sesión, mi esfínter como un botón de rosa dilatado y rojo, dormí el día completo como un bebe con el anal plug en mi cola.
Al despertar ya mas repuesta, procedí a tomar una ducha y baño de tina, pero antes en el baño, tome un recipiente pequeño transparente, iba a hacer el ultimo acto de mi performance de putita, me retiré el anal plug y puse el recipiente para recibir la leche de mi hombre, no paraba de salir semen y un poco de sangre, junté suficiente cantidad de esa explosiva mezcla producto de nuestra lujuria, que bebí con ganas, volvía a sentir la esencia de ese hombre que me hizo su mujer, activando nuevamente lado femenino, fue un baño relajante y placentero, estuve más de una semana con la cola húmeda y dilatada, usaba el anal plug todo el día con naturalidad, era un recordatorio de mi macho y la mejor cogida de mi vida.
![]()
Excelente relato, leer lo que vas sintiendo mientras te lo clavan, es delicioso. Tomarse el jugo que cae despues del coito es el climax de este genial relato. Sigue publicando, felicitaciones
Excelente relato asi deseo un macho