Esta historia continúa la serie de relatos de como pasamos de filmar videos para adultos en vivo, cosa que nos estaba aburriendo, a filmar videos para subir a plataformas con una temática determinada, en este caso meterse objetos grandes en la vagina, como dildos y plugs, pero también verduras y otros objetos de uso habitual que hay en una casa.
Habíamos comprado una hamaca sexual, y la íbamos a colgar en un lugar de la casa que pudiera resistir sin problema el peso y el movimiento sexual al usarla, la intención era filmar algún video con el gran dildo que ella había comprado y aún no habíamos usado, era de un tamaño desafiante para ella y había que darle una oportunidad, pero solo luego de haber tenido el abundante y necesario precalentamiento y mucho lubricante.
Monté la hamaca en la barbacoa de la casa, previo asegurarme que estaba lo suficientemente resguardado de la vista de vecinos, la sujeté de un travesaño que ofrecía seguridad por el tamaño y una polea giratoria para subirla y bajarla a gusto y casi sin hacer fuerza. La habíamos usado un par de veces ya, montada en otro lugar de la casa y era muy cómoda para ella y bastante para mí, una vez que está a la altura adecuada, el único esfuerzo para ella es sujetarse y para el que penetra es muy fácil también.
Decidimos en conjunto que el día indicado era un domingo en la tarde temprano, por la temperatura para estar en el exterior desnudos, por la luz natural que inunda el ambiente sin deslumbrar y por la ausencia de ruidos en el vecindario y ya el día antes mudamos el set de grabación a la barbacoa, luces, cámaras, trípode, toallas, y movimos y cubrimos algunos muebles por el tema privacidad.
Ese día, despertamos tarde, cerca del mediodía, la noche anterior, sábado, ya habíamos tenido sexo vainilla por llamarle de alguna forma, pero el de hoy iba a ser diferente, luego de la ida al baño y aseo general terminamos a los besos de nuevo en la cama, ella estaba muy excitada a pesar de que no habíamos hablado nada aún sobre lo que íbamos a filmar, pero ambos sabíamos lo que venía.
Los besos dieron paso a las caricias, ella actuó primero, me bajó el bóxer y comenzó a lamerme cual si fuera un helado, lentamente deslizó la cabeza dentro de su boca y no paró hasta que mi pene tocó el fondo de su garganta, hizo una arcada y tomó aire, volvió a meterla toda en la boca, sentí como pasaba por su garganta, raspaba la campanilla y continuaba hacia su laringe, cada dos o tres chupadas, la cuarta era hasta el fondo, sus labios llegaban a mi pubis. No aguanté mucho rato, en una de esas idas al fondo descargué todo el semen que me quedaba, literalmente me vació los huevos.
Su mirada picaresca mientras yo llenaba su garganta de semen me provocaba aún más, su beso con lengua, con la boca aún sucia con mi semen selló el amor que nos teníamos.
Mi pene semi flácido estaba aún palpitante sobre mi vientre, ella aún estaba con ropa interior, yo corrí a un lado su braga para tocar y apretar sus labios vaginales que se abrían a mis dedos y le propuse jugar con un dildo, escogí de la mesa de noche uno no muy chico, mucho lubricante y se fue todo para adentro al primer intento. Coloque la braga de nuevo cubriendo el tope del dildo para que lo sostuviera y no se salga y dije…
-¿Estas con muchas ganas o aún estas grande de anoche?
-Las dos cosas, dijo.
Se montó sobre mí, apoyó la base del dildo sobre mi pubis y ella comenzó a fregarse, galopó, se retorció y se lo clavó hasta el fondo, parecía que iba a llegar al orgasmo pero se lo corté.
-¿Vamos a la barbacoa ahora? Le dije
-¿Ahora? Dijo
-¿Vamos a probar el nuevo gigante? Le dije
Asintió con la cabeza, se bajó de la cama y se detuvo en la puerta del dormitorio
-¿Vienes? dijo
Ella caminaba con dificultad porque tenía un buen pedazo de silicona entre las piernas, su vulva abrazaba un dildo, relativamente corto, pero ancho.
En la barbacoa colgaba una hamaca del techo, justo encima de la mesa, cabe aclarar que es una robusta mesa de madera que soporta varios cientos de kilos, llegué a la barbacoa con el gran dildo en mis manos y lubricante, ella aún tenía al dildo dentro y la braga que impedía que se saliera.
-¿Como subo? Esta mal ahí la hamaca. Dijo
-No, está bien, súbete a la mesa y siéntate cómoda en la hamaca, pero primero sácate el dildo y la braga, le dije.
Al sacarse la braga el dildo se salió y rodó al piso, se subió con un poco de esfuerzo y algo de miedo sobre la mesa y se sentó sobre una cinta acolchada con muchas dudas, se recostó sobre otra que tenía ajuste lumbar y la cuarta para la nuca o cabeza, colocó ambos pies en una especie de estribos y se los ajusté para que le quedaran las piernas semi flexionadas, como si estuviera en cuclillas, pero suspendida en el aire, estaba a unos sesenta o setenta centímetros arriba de la mesa.
-¿Estás cómoda? Le dije
-Si, respondió algo tensa.
-Mira que te voy a bajar lentamente y después te voy a subir, le dije para tranquilizarla, mientras le daba un profundo beso y lubricaba su vulva, que chorreaba fluidos por el orgasmo cortado hacía minutos.
-¿Quieres que lo grabe en video?
-Asintió con la cabeza
Lavé el dildo que ella había dejado caer, lo coloqué lubricado arriba de la mesa y la bajé lentamente, esta vez no había grabación y ella lo sabía, era todo experimental, la hamaca y ese gigante que estaba sobre la mesa esperando turno.
-con cuidado, bájame despacio, dijo
La bajé lo suficiente para que la cabeza del dildo acariciara su vulva, gracias a la ventosa no se caía, y la continué bajando hasta más de medio dildo desapareció en su interior.
-Uff, que placer, repitió más de una vez
La levanté y la bajé varias veces, no era muy difícil para mí, la multiplicación de la polea era bastante. Incluso jugamos a que yo la bajaba, casi toda, ella apretaba el dildo, yo la levantaba y ella lo dejaba caer, esto que parecía un juego aumentaba la excitación y la dilatación.
-Dime cuando estes lista para el gran dildo, le dije
-Ahora, dijo
Levanté la hamaca unos cuarenta centímetros, apoyé este dildo sobre la mesa, gigante para nosotros, pesado, con una base lisa que hace una especie de ventosa, inamovible, lo lubriqué en abundancia, correaba por todos lados, y la comencé a bajar lentamente, yo no paraba de filmar en líneas generales y primeros planos, faltaban unos centímetros para que su vulva engullera el prepucio y la cabeza y paré de bajar, acaricié nuevamente la vulva, metí varios dedos en su vagina y los moví dentro, le dije que tenía una buena dilatación y no iba a sentir dolor, y si dolía que me avisara que paraba.
La continué bajando y el gigante comenzó a entrar, la cabeza era ligeramente mas grande que el dildo que acababa de tener adentro, unos siete centímetros y algo, ella sentía como su agujero se expandió para dejar pasar la cabeza, cuando estuvo toda la cabeza adentro paré por unos instantes, la levanté y bajé un par de veces hasta que la parte ancha de la cabeza pasara por su abertura vaginal sin problemas.
-Necesito más, dijo
Estaba ya la mitad del dildo dentro de su vagina que ya parecía estirada al máximo, los labios vaginales ya casi no se percibían de tan estirados que estaban, estando en esa posición, nuevamente le di un profundo beso, jugué unos instantes con sus pezones, acaricié sus labios, acaricié su ano y apenas pude meter un dedo, no había lugar, tenía todo tan estirado que apenas entraba un dedo.
-No, el dedo nooo, ahhh
Y llegó al orgasmo que se le había cortado en la cama.
Ella explotó, gimió y un grito ahogado salió de su garganta, no tenía de que agarrarse hasta que encontró mi brazo y clavó sus uñas.
-Mas, mas, pedía ella
Pero esta vez no pudo ser, no tenía manos para darle lo que ella pedía.
La levanté de a poco, ese pene gigante iba dejando su huella, su vagina quedó con un tamaño nunca visto, y me dijo:
-¿Si me bajas bien entrará todo?
-¿Ahora? Pregunté.
-No, otro día, me respondió.
-En la próxima, le dije…