Relato de una traición (3 – final)

2
6553
15
T. Lectura: 7 min.

Después de esa rápida cogida en el agua, todo cambió en mi cabeza. Esa misma noche el sexo con mi novio fue descontrolado, yo estaba muy puerca y le pedí a mi novio que me garche duro, que me pase la pija bien por la cara, le pedí que me penetre el culo con fuerza mientras yo me ofrecía bien abierta, todo con nuestro amigo en mi cabeza, deseando chupársela a él, que su pija fuera la que me estaba ensartando. Fue una buena noche sexual, pero al otro día no hacía otra cosa más que desear que nos quedemos un buen rato a solas para matarnos en la cama con mi amigo.

Cada vez que podíamos rozamos nuestros cuerpos a la pasada, los saludos con besos eran algo más largos, imperceptible para el resto pero cargados de deseo para nosotros.

Al tercer día, finalmente ocurrió. Mi amiga quería ir de excursión a Bacardi, algo que a mí no me interesaba para nada, mi novio dijo que la llevaba y que quería también hacer la excursión. Por supuesto Alejandro dijo que prefería quedarse y de paso preparar un asado para cuando volvieran y podíamos disfrutar de la piscina de la casa que habíamos alquilado.

Una vez salían de la casa, sabíamos que la excursión duraba unas 2 horas a lo que había que sumarle el tiempo de traslado al lugar, ¡lo que significaba que íbamos a tener toda la mañana solos en la casa! Mi corazón latía de excitación y mi cuerpo ardía de deseo.

Me puse mi bikini más diminuta que tengo, apenas unos triángulos alargados que cubren mis pezones y dejan ver el resto de mis senos, y una tanga que por detrás es solo un hilo que se mete entre mis nalgas y por delante solo cubre la parte central, la vagina específicamente pero deja ver los costados de la zona, y me fui a la piscina en la parte trasera de la casa, esperando a que Alejandro viniera, porque aunque no lo hayamos planeado ni hablado, estaba 100% segura que ni bien se asegurada que nuestras respectivas parejas se fueran, vendría a garcharme.

A los 10 minutos que me parecieron una eternidad, salió de la casa y vino directo en mi dirección. Yo lo miraba acercarse, lo deseaba, alto, fuerte, solo con su short de baño.

Su mirada era de un hombre en celo, casi como un degenerado, sus ojos me recorrían entera. Yo abrí un poco mis piernas acostada como estaba en la reposera, ofreciéndome para que sus ojos se fijaran en mi entrepierna y ya no se movieran de ahí.

“Te gusta lo que ves” le pregunte al verlo hipnotizado por mi apenas cubierta vagina.

“Nunca te había visto con esa bikini” me responde. Yo me pare y le di un giro de 360 grados para mostrársela toda. “Te gusta?”, su pantalón se había abultado notoriamente. “Me volves loco Ro” respondió al tiempo que se acercó, se arrodilló, me giro y se puso a besarme y masajear mi culo. Yo lo subí un poco y abrí algo mis piernas. Corrió el hilo del bikini hacia un costado haciéndolo bordear mis nalgas y hundió su rostro en mi, beso y lamio mi conchita ya totalmente humectada de mis fluidos y caliente, palpitante, ofrecida. Su lengua lamia mi ano e intentaba penetrar en él y más me hacía empinarse y abrirlo.

Yo jadeaba y gemía llena de placer, “chupame toda Ale, lameme bien la concha, haceme acabar así” le decía mientras la chupaba como un perro en celo y se iba sacando su short quedando desnudo. “No podes más de puta Ro, me haces calentar como nadie, ¿qué es lo más puta que hiciste en tu vida Ro? Contame mientras te la chupo toda” me dijo. Mi respuesta, llena de morbo y haciéndome excitar aún más por sentirme tan puta y débil antes el deseo de ser penetrada… “cogerme al amigo de mi novio y esposo de mi amiga”.

Lo dije, mientras me apretaba las tetas y mojaba con mi propia saliva mis pezones y sentía esa lengua hurgar en mi dilatado ano y explotaba en un primer e intensísimo orgasmo.

Él se levantó, me giro y me beso apasionadamente, su boca olía a mi sexo y me calentaba, sentía su pito duro y mojado con liquido preseminal contra mi abdomen y mis manos se dirigieron inmediatamente a pajearlo mientras nuestras lenguas se entrelazaban, sentíamos nuestros alientos jadeantes y llenos de deseo, sus manos apretaban mi culo y sus dedos se metían en mi ano haciéndome jadear aún más y decís grosería tras grosería. Me sentía muy puta y eso siempre me calienta, ver y sentir a los hombres tan deseosos, tan calientes por mí, me calienta, me excita.

Mordía sus labios, lamía su boca, lo pajeaba intenso, fuerte, rápido, sentía en mi mano cada centímetro, cada vena de su pija caliente.

Un dedo, dos dedos, tres dedos dentro de mi culo, cada vez más adentro, cada vez mi ano más expandido hambriento por ser penetrado.

Tenía sed, sed de pija, me agache y antes de meterla en la boca, la oli toda, la pase por mi cara refregando por mi nariz y oliendo profundamente, ese olor a hombre, a pija caliente, esa pegajosidad que iba dejando sobre mis mejillas y nariz de líquido preseminal, me volvía loca.

Apoyé su glande en mis labios y suavemente la fui introduciendo en mi boca, jugando con mi lengua y humectando con mucha saliva. Que rica estaba, que dura estaba… chupé, lamí, olí, pajeé desesperada, sedienta de semen. Yo estaba muy caliente y él sostenía mi cabeza acompañando mis movimientos de mete y saca y me miraba con cara de degenerado. “¿Tenías ganas de chuparme la pija Ro? ¿Te gusta la pija? Chupa, chupala toda” eso me iba diciendo haciéndome sentir bien puta y aún más excitada.

Cuando su pito se puso tenso en preparación de acabar, el intento sacarme pero no lo deje, como dije antes, tenía sed, sed de semen, sed de la leche de Alejandro, quería sentir el semen caliente en mi boca. Así que me lo pase una vez más por mi nariz con mi lengua extendida pajeando y cuando estaba bien a punto me lo metí en la boca y apreté mis labios para sentirlo explotar. Potentes y calientes chorros de semen salieron dentro de mi boca y yo chupaba, chupaba y tragaba.

Deje salir los últimos espasmos de semen sobre mis labios y lamí y oli, ese hermoso olor a semen mezclado con mi saliva me hacía latir mi conchita.

Me trepe a él rodeándolo con mis piernas, refregando mi conchita super mojada en su panza, lo bese y chupe su cuello y él hacía lo mismo conmigo, nos besamos como amantes que éramos, a él no le importó que tuviera mi cara y boca con olor a pija y semen. Yo me refregaba fuerte ahí trepada mientras él metía sus dedos en mi culo.

Me llevó así hasta dentro de la casa al sillón, y me bajo acostada boca arriba. Su pija estaba dura aunque no como al inicio. De todas formas fue suficiente para que me la pueda meter. Mis piernas estaban bien abiertas y mis rodillas bien altas, colocando mis pies por sobre sus hombros, de manera que él pudiera penetrarme bien hasta el fondo.

Pronto su pito entrando y saliendo mi vagina tomo la dureza del inicio, fuerte, venosa, entraba y salía, su cuerpo sobre mí era una delicia, su jadeo uniéndose con el mío mientras nos besábamos, “Cogeme Ale, cogeme fuerte, dale, cogeme, ahhh, cogeme como puta”, jadeos, gemidos de placer, el sonido de nuestros cuerpos chocando uno contra el otro y el olor a sexo impregnando el ambiente. Todo era sexo animal entre dos amantes desesperados.

Alejandro me penetraba cada vez con más fuerza, yo baje mis piernas de donde estaban y con ellas rodee su cuerpo y con mis manos en sus glúteos lo atraía a mi para sentirlo bien dentro de mí, por momentos él se quedaba con su pito bien incrustado en mí y se movía refregándose y estimulando mi clítoris, alternaba entre besarme y chuparme las tetas, mordía suavemente mis pezones y pasaba su lengua ancha sobre los mismos, refregaba su cara en mis tetas llenas de su saliva y yo sentía su pija tan profunda en mi vagina que no pude aguantar más, lo aprete bien contra mí y tuve un hermoso orgasmo.

Él quería seguir taladrando, pero yo me salí, fue intenso y duradero, por lo que mi conchita se puso sensible, pero también quería seguir, quería usar todo el tiempo que teníamos antes de que se tenga que poner a hacer el asado para que me coja por todos lados. Me salí y me di vuelta, mis rodillas sobre el asiento del sillón, mi cara también, quedando bien empinada, “Haceme el culo Ale, meteme el pito bien en el culo, ¿queres cogerte por el culo a la novia de tu amigo?”. “Que puta sos Ro” fue todo lo que dijo, me volvió a lamer bien el culo y metió sus dedos.

De a uno fue sumando hasta que metió los cinco dedos de su mano hasta los nudillos y con saliva los iba haciendo entrar y salir, como si mi ano necesitara ser dilatado, no le dije y nada y lo deje, y lo disfrute, pero estaba más que preparada para que me ensarte de una con su pija.

“Que abierto tenés el culo Ro, me calienta” me dijo justo antes de meter de una su pito duro hasta hacer chocar sus bolas en mi conchita. Me lo metió todo todo, sentí como se abrió paso en mis intestinos, lo sentí bien adentro, duro , firme y yo más empujaba hacia atrás, quería eso, ser completamente sodomizada. Él se puso como animal, me daba fuerte, su pelvis golpeaba con fuerza mis nalgas bien abiertas para recibir su pija lo más adentro posible.

No lo mencioné antes, pero su pija tiene un buen tamaño, de un largo apenas superior a la media pero lo mejor es que es gruesa y venosa.

Él estaba como un animal, me estaba culeando con fuerza y su respiración era super agitada, era un toro, sus manos se cerraban fuerte en mis caderas llevándome hacia él en cada estocada, “¿Te gusta Ro?, ¿te gusta como te meto la pija en el orto? Abrime el orto, dale abrilo bien, ese orto todo cogido que tenés bien de puta Ro, te gusta que te hagan el culo ¿no?” Me decía todas esas cosas, con voz entrecortada y respiración agitada. “Si, dale, toda, metela toda, haceme bien el culo Ale, dale, cogeme el orto bien cogido Ale” respondía yo como podía, en medio de mis gemidos y sacudida por las embestidas que me daba por detrás con mi cara de costado aplastada contra el asiento del sillón.

Que buena culeada me estaba dando, mi culo ya ardía de tanto que la hacía entrar y salir tan fuerte y rápido.

Yo me frotaba mi clítoris y fantaseaba que mi novio me diera pija por la boca mientras me veía coger con su amigo, estaba muy puerca, muy puta.

Cuando lo sentí estallar con una potente acabada dentro de mi culo yo acompañé con un orgasmo y me olía mis manos con olor a sexo y sentía su pene tener sus espasmos dentro de mis entrañas largando los últimos chorros de semen.

Volcado sobre mí, exhausto, cuando su pija comenzó a achicarse la sacó de mi culo, que abierto como estaba comenzó a dejar caer el abundante semen que tenía adentro. Por suerte se dio cuenta y atajó con su mano para que no cayera sobre el sillón.

Yo estaba cansada pero satisfecha, la culeada había sido fantástica y el mejor final que podía imaginar, aunque deseaba quedarme descansando en sus brazos decidí ir a darme una ducha pero antes le chupe los restos de semen de su mano, bien puerca, mirándolo a los ojos y luego metí apenas mis dedos en mi concha y se los día a chupar a él. “Me voy a bañar, te dejo este sabor de regalo” le dije y me fui al trote al baño.

Él se fue a bañar al otro baño y cuando yo salí ahora con otro bikini, aún pequeño pero más normalito que el anterior, él ya estaba preparando el fuego para hacer el asado.

Nuestras parejas, mi amiga y su amigo regresaron cuando ya estaban las achiras, los chorizos y la carne en la parrilla.

Todo transcurrió con normalidad luego, nadie sospechó nada, nosotros no hicimos nada diferente, pero la traición se había consumado, la barrera se había roto y por supuesto fue la primera pero no la última vez que garchamos con Alejandro. Nunca voy a decir que lo que hacíamos el amor, cogíamos, teníamos sexo animal y morboso, yo la mas puta y él el mas degenerado, ambos amigos traicioneros, lo que nos daba mas morbo aun.

Loading

2 COMENTARIOS

  1. Hola Sebastian, gracias por comentar. Es solo que no fue lo que pasó, hemos sido amantes por 2 años con suma reserva y sin forzar las situaciones, solo cuando se daba la oportunidad, nunca nos pillaron.

  2. Este final me parece suave estos dos deberían ser pillados y castigados por no guardar las reglas y ser traidores.

DEJA UN COMENTARIO

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí